Mis recuerdos huelen a tí.

5/09/17 (03:29)

Al desplegar estas páginas, todavía puedo percibir el aroma a pétalos de cerezo, esa esencia que producían los árboles de Sakura que plantabas con tu madre en el jardín de tu casa, situada justamente al lado de la mía, y que cuando florecían, teñían la primavera de un ambiente rosa y sosegado, cálido, como lo era tu sonrisa. Era una de esas típicas fragancias que perduraba con el paso de las estaciones, la que traías en tu pelo, en tus botas, en tu música cada día ... Olor a ti.
Más tarde me doy cuenta de que, ahora, ese dulce perfume se va mezclando poco a poco con el polvo y los ácaros que se acumulaban con el paso del tiempo en cada rincón de tu desván, incluso en el interior de las cajas que almacenabas, todas ellas repletas de las canciones que escribías, pero que por alguna extraña razón, nunca llegaban a convencerte.
Al soplar los corpúsculos situados sobre la tapa de este cuaderno, me percato de todo el tiempo que ha pasado desde la última vez que te vi sonreír, que me abrazaste, me enseñaste alguna de tus partituras o , simplemente, desde la última vez que nos escribimos intercambiándonos este cuaderno en las interminables clases de matemáticas de la universidad.
Me gustaría poder decirte que extraño esas frías tardes de invierno con el sabor del chocolate caliente que me preparabas, aquellos días en los que el tiempo nos sabía a poco debido a la cantidad de cosas que teníamos que contarnos el uno al otro, viendo los pétalos caer desperdigados por el pavimento a través de los cristales de tu habitación.
Echo de menos ver el mirar de tus ojos con los míos, y empiezo a aceptar que ese aroma tan propio de ti
se está marchitando, como lo hacían las flores de los árboles de tu madre en invierno, pero en este caso no para volver a florecer con mayor intensidad en la próxima estación, porque no existieron ni existirán más primaveras para nosotros.
Aún me pesa tener que aceptar que tu esencia permanece solo en mi cabeza, entre polvo y
suciedad, y que en un par de meses más, lo único que olerá a pétalos de cerezo serán mis memorias.
Un día más, mis recuerdos huelen a ti, Zhusen.