FRDZ: Friendzone |J.Jungkook

Por MJGozz

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―¿Que se siente saber que la única persona que te conoce mejor que nadie en el mundo no sabe todo lo que sien... Más

.•Booktrailer•.
00.•El principio de todo•.
01.•Una mirada al pasado•.
02.•El primer dia•.
03.•Fiesta del ingresante•.
04.•La boca del lobo•.
05.•Ratas de biblioteca•.
06.•Nuevas Estrategias•.
07.•La verdad de la mentira•.
08.•Primera jugada•.
09.•Subidas inesperadas•.
10.•Planificación•.
11.•Hora del juego•.
12.•Bajadas peligrosas•.
13.•Arrepentimientos•.
14.•Reemplazo•.
15.•Nuevo rumbo•.
16.•Cuerdas flojas•.
18.•Transparencia•.
19.•Cara a cara•.
20.•Inefable•.
21.•El otro él•.
22.•Encrucijadas•.
23.•Antes de la tormenta•.
24.•Ojos abiertos•.
25.•Silencio•.
26.•Un mal chiste•.
27.•Balance•.
28.•¿Mala persona?•.
29.•Por ti•.
30.•Ni vaso ni vacío•.
31.•Punto de quiebre•.
32.•Dualidad•.
33.•La otra cara•.
34.•Donde debo estar•.
35.•El jardin sin retorno•.
36.•Fondo•.
37.•Malas decisiones•.
38.•Sube y baja•.
39.•Caricias de día•.
40.•No todo lo es brilla es oro•.
41.•El final de todo•.
01.•Epílogo•.
02.•Epílogo•.
.•Agradecimientos•.
Extra00.•JiEun•.
Extra01.•Amigos con derechos•.
Extra02.•Lazos de sangre•.

17.•Estragos•.

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Por MJGozz


Todos los estragos con los que cargaba en mi mente y corazón eran más de los que podía controlar, sin embargo, de alguna manera podía arreglármelas para mantenerlos en secreto. El problema es que tenían la misma lógica que la presa de un dique, una vez que hay fugas...es muy difícil mantener a tus demonios internos en ese estado de paz falso.

Y entonces, tus estragos salen a la luz, formando parte de tu realidad.

***

Si bien habíamos logrado reagruparnos todos, por presión que hacían las demás personas para amontonarse sobre el escenario era difícil identificar quien era quien, no había resultado problema vigilar las reacciones de EunJi porque siempre la había mantenido en mi campo de visión, pero cuando levanté la mirada para buscar a Taehyung no pude encontrarlo por ninguna parte.

Cuando Jungkook terminó de cantar, todas las personas presentes comenzaron a aplaudir bastante animadas, fue cuando cambiaron las luces por un juego mínimamente más claro que el anterior y entonces lo pude ver, aplaudiendo de manera desanimada a unas pocas personas de distancia. Mi corazón dio un vuelco doloroso que desató una desesperación en mí por poder hablar con él, pedirle que me explique que había querido decir con eso de que me había entregado a los brazos de Jungkook. Miles de teorías pasaban por mi mente que no hacían más que revolotear mi corazón y por más que quisiera parar, no podía.

Simplemente era algo con lo que no podía manejar porque jamás había experimentado ese tipo de situaciones con Taehyung.

Porque si lo pensaba de todas las maneras posibles el concepto general era claro y fuerte: Se lamentaba por haberme llevado a los brazos de Jungkook.

Y quizás solo lo decía como amigos, pero necesitaba quitarme esa duda, de otra manera, sentía que moriría de angustia en ese mismo instante.

Comencé a moverme entre las personas de manera casi desesperada, usaba mis brazos para hacerme paso y pedía disculpas con cada centímetro que lograba avanzar, no obstante, cuando estuve por tocar su hombro para llamar su atención una mano tomó mi muñeca bajándola rápidamente y empujándome hacia el pasillo que separaba el escenario con los baños del bar. No me costó reconocer que se trataba de la misma EunJi, quien pesar de que yo me resistía con cada paso, tenía la fuerza suficiente para seguir arrastrándome.

―¿Qué crees que haces? ―Le exigí saber cuándo estampilló sin cuidado alguno mi espalda contra una de las paredes.

―¿Qué demonios pasa contigo? ―Respondió a cambio. Bajo la poca luz que entraba en el pasillo pude notar sus ojos cristalizados los cuales hacían un contraste monumental con el tono agresivo que acababa de emplear.

Reí de manera irónica.

―¿Perdón?

―La canción, lo has hecho a propósito―dijo de manera acusadora, esparciendo su veneno poco a poco por todo el ambiente.

Sí, me había descubierto, pero eso no hizo más que transformar mi sonrisa irónica por una más cínica que las que ella vestía.

―¿De qué hablas? ―pregunté fingiendo inocencia―Si la canción la ha elegido Hayun.

La verdad era que ella pudo haber elegido cualquier tema y cualquier artista, sin embargo, esta vez la suerte había elegido jugar a mi favor.

Al ver mi reacción solo me presionó más fuerte contra la pared. Era notable que había llegado a un límite y conocer su verdadera cara resultaba más tentador que haberle hecho pasar un mal rato con la canción que cantó Jungkook e incluso mejor que haber hecho que se mostrara afectada frente a Taehyung.

―Te crees muy lista―dijo entre dientes, mis hombros comenzaban a doler por la presión que ella hacía, sin embargo, no podía dejar de sonreír. Habíamos conseguido provocarla al punto en el cual tuvo que sacar sus verdaderas intenciones. La victoria de nuestra batalla invisible había sido nuestra―pude soportar que juegues el papel de la víctima solo porque te debe doler estar en la friendzone―como si hubiese sido una cachetada aquello me dejó sorprendida, bufé con desconcierto para que sea lo menos evidente posible, pero la mirada en ella me decía que no había ni un ápice de duda en lo que acababa de decir, sino que, en realidad, estaba completamente segura. ¿Tan evidente era? Cada vez me quedaban menos dudas del hecho de que Taehyung simplemente fingía no saber mis sentimientos hacía el―Pero te equivocas si crees que soportaré que hagas esto con mi mejor amigo.

Hizo un énfasis en la palabra "mi" recalcando su propiedad como si tuviese todo el derecho. Después de todo, acabábamos de anunciar que ahora era mi novio, no obstante, ella se daba el lujo de reclamarlo como si ella fuese su única dueña. Era tan egoísta que incluso estando con Taehyung no podía soportar que el chico que dejó atrás "siguiera" con su vida. Y usaba comillas solo porque el en realidad fingía hacerlo. ¿Qué tan infeliz debía ser ella para no dejar ser feliz a su propio mejor amigo? Claro, suponiendo que nuestra relación fuese real, pero eso aparentábamos y solo demostraba la horrible y detestable clase de persona que era ella en realidad.

―¿Así como tu juegas con el mío? ―retruqué. Si ella se creía en el derecho de exponer sus suposiciones de manera segura y sin dudas, entonces yo también lo haría.

Soltó el agarre de mis hombros solo para cruzarse de brazos, tomando una pose más firme me rebajó con la mirada y luego de bufar con arrogancia comentó de manera ofensiva:

―Ja, no eres más que una perra envidiosa―Como si hubiese sido su mensaje final se dio media vuelta lentamente y comenzó a caminar hacía el salón nuevamente.

¿Realmente creía que dejaría que se quedara con la última palabra?

―¿Estas segura de que la perra aquí soy yo? ―pregunté haciendo uso del mismo tono acusatorio que EunJi había usado minutos atrás. Ella se detuvo en el momento en el que escuchó mi voz y apenas ladeó su cuello para verme―Porque aún no me puedo explicar por qué fue que la canción te afectó tanto...

La duda inocente sonó tan sarcástica que a pesar de la poca iluminación que tenía el pasillo pude ver como apretaba los labios en una fina línea, se tomó unos segundos para suspirar con alteración y entonces caminó los pocos pasos que había logrado alejarse.

Sin esperarlo, me tomó por la barbilla y sin delicadeza corrió mi rostro hacía un costado, dejando mi cuello en exposición.

―Las marcas de tu cuello, se te ha corrido el maquillaje―dijo con toda la arrogancia, terminando de desparramar su veneno, intoxicándome en desconfianza―Pueden ser novios o lo que quieran―anunció luego de soltar mi barbilla en un movimiento tan descuidado que terminó provocándome un leve tirón en mi cuello y hombros―Pero no pienses en ilusionarte, todo lo que te hace, ¿Con quién crees que lo aprendió? ―su tono de voz era determinado y grave, casi amenazante. Cada palabra que decía incrementaba más mi rechazo y asco hacía ella. Hizo el amague de volver a irse hasta que algo cruzó por su cabeza y como si acabara de recordar que se había olvidado de algo volvió a verme con superioridad―Deberías agradecerme, después de todo, Taehyung aprenderá tan bien como Jungkook, quizás luego hasta puedas divertirte con ambos, créeme, es divertido―guiñó un ojo.

La maldita guiñó un ojo. ¡Me guiñó un ojo! ¡A mi! como si fuésemos amigas y me hubiese confesado algo cuando en realidad yo trataba de contenerme y no arrancarle todos los pelos de su cabeza uno por uno.

―¿Todo en orden por aquí? ―Jungkook había aparecido de uno de los extremos del pasillo, lucia agitado y su rostro estaba marcado por la preocupación. La sonrisa de EunJi creció al ver a su víctima favorita y comenzó a avanzar hacía el.

―¡Kookie! ―dijo alegremente, cambiando de manera instantánea su personalidad.

Sin embargo, su querido Kookie ni siquiera reparó su mirada en ella un solo segundo, caminó unos pasos en dirección a mí y me tomó de las manos.

―¿Pasó algo? Cuando bajé del escenario no te encontré.

Decir que me había quedado muda no podía representar ni por asomo todo lo que sentía en ese momento, tenía un gran nudo en la garganta producto de la bronca e ira tan grande que me generaba aquella bruja y la reacción de Jungkook me había dejado bastante sorprendida, por más que tuviese que repetirme varias veces que todo se trataba de su propio juego.

―Se acercó a mi preocupada por el asunto del viaje―dijo EunJi a espaldas de Jungkook, impidiéndome responder probablemente algún tipo de balbuceo sin sentido a causa de la magnitud de nudo que había hecho con mis cuerdas vocales―Estaba bastante preocupada por Taehyung.

¿Entonces esa era la intención de su mentira? ¿Hacerle pensar a él que había preguntado por Taehyung? ¿Generar desconfianza en una relación que apenas comenzaba?

Quería contestarle, quería gritarle, pero, aunque usara todas mis fuerzas las palabras no llegaban a mi cabeza, estaba en blanco. Como si de alguna manera mi subconsciente gritara todo lo que tenía para decir, pero mi cuerpo simplemente estaba desconectado de todo mando.

―Ya veo―comentó en voz baja.

―En fin, yo estaba por irme―anunció, posó una de sus manos sobre mi hombro, como si buscara consolarme―Gracias por interesarte, pero no hay de qué preocuparse, la pasaremos muy bien juntos―aseguró con una sonrisa digna de un comercial de cosméticos dentales, antes se irse, tiró levemente de mi hombro, impulsándome hacía ella y provocando que su boca llegara a una distancia perfecta para poder susurrar de la manera más cruel: ―Muero por enseñarle un montón de cosas en este viaje, ¿Sabes algo? Aprende muy rápido y realmente muy bien, que lastima que no puedas saberlo.

Mis ganas de querer destruirla aumentaban cada vez más, ¿Me estaría convirtiendo en una mala persona? Supongo que todos debemos probar la maldad en algún momento de nuestras vidas.

―Ahora si―dijo finalmente cuando la figura de aquella víbora se perdió en la multitud al final del pasillo, soltó una de mis manos para tomar mi barbilla y subir mi mirada hasta la de él―Respira, tranquila―dijo exhalando e inhalando a modo de tutorial, intenté seguirlo, pero solo logré que mi respiración se agitara aún más. Aun así, él se quedó conmigo hasta que logré normalizarme.

―Conocí a la verdadera EunJi―contesté luego de unos minutos, agradecí que no siguiera presionando con preguntas y esperara pacientemente hasta que lograra responder―¿Sabes algo? Al diablo con todo, necesito un trago.

Una pequeña risita espontánea escapó por sus labios y apretó fuertemente el agarre que seguía manteniendo en mi mano.

―Me alegra que lo menciones―confesó―hay que celebrar la grandiosa idea que tuviste.

Necesitaba salir de ese maldito pasillo, necesitaba dejar de pensar en las palabras de EunJi, sin embargo, frente a mi falta de palabras propias las únicas que tenía en mi cabeza eran las suyas, dando vueltas y vueltas por mi mente. Tenía una urgencia tan grande por poder hablar con Taehyung, más allá de la charla accidental que había tenido con el mismísimo diablo, no se me había olvidado mi propósito inicial el cual era poder solucionar esa duda existencial que sus palabras habían generado en mí. Y es que sabía que tenía que ser hoy y ahora, luego de esta noche no lo vería hasta que vuelva de Busan y quizás para entonces EunJi ya le haya lavado la cabeza.

Quizás para entonces sería muy tarde.

No era ninguna tonta, era más que obvio que por mi mente había cruzado la posibilidad de decirle todo lo que ella me acababa de decir. Pero sabía que una persona así no podría ser tan estúpida como para revelar algo así sin tener planeada la excusa perfecta que le diría a Taehyung, la cual me haría quedar como una mentirosa que inventa historias solo porque estaba celosa. Debía actuar con cautela, pero incluso si tenía la oportunidad, ¿Cómo le diría? ¿Podría creerme? Ya ni siquiera parecía conocer a mi mejor amigo.

―Cualquier cosa que sea doble―le dije al barman en el instante en el que posó su mirada en mi con esa típica mueca de "¿Qué pedirá?"

―Vaya, parece que mi compañera de tragos ha vuelto―murmuró Yoongi acercándose detrás de mí―Lo mismo que ella―le dijo al hombre tras la barra y entonces comenzó a lustrar dos vasos anchos y cortos.

―Puff―bufé mientras me acomodaba sobre una de las banquetas que recorrían toda la extensión de la barra―Ni lo menciones.

―No te preocupes por mí―mencionó levantando ambas manos en señal de inocencia―Recuerda nuestro trato, yo no pregunto si tú tampoco.

El hombre tras la barra dejó los vasos sobre esta y los arrastró hasta que pudiera quedar a nuestro alcance. Tomé el de la derecha, el cual era el más cercano a mí.

―Por nuestros problemas―dijo Yoongi imitándome y alzando levemente su vaso en mi dirección.

―Por nuestros problemas―dije en respuesta, chocamos los vasos levemente y lo tomé de un solo viaje. Sabía que esto no solucionaba ninguno de mis estragos internos, pero después de todo, si te dejabas engañar por el cliché podrías al menos tapar el problema por un tiempo― ¿Por qué siempre debemos guardarnos los secretos? ―pregunté cuando dejé el vaso en la barra, el sabor amargo y extremadamente fuerte había dominado mi boca, soltándome un poco más. El me vio con intriga, casi obligándome a seguir hablando―Quiero decir, tenemos este trato hace años y aún no sabemos la razón por la cual siempre terminamos en esta misma situación.

Después de todo, no podía quejarme, después de años de tomar junto a Yoongi había ganado las mejores anécdotas de mi vida.

―Esa es la cuestión―con una sola seña le indico al hombre que rellenara los vasos con aquel líquido color ámbar. Giró su torso hacía mí y apoyó su antebrazo sobre la barra para acomodarse mejor, entonces siguió hablando―¿Acaso nosotros sabemos la verdadera razón que nos arrastra al mismo resultado? ―cuestionó y entonces recordé otra de las razones por la cual me agradaba tanto que Yoongi sea mi compañero de tragos, era solo en estos momentos y alejado del resto de grupo que podía tener este tipo de charlas profundas con el― Velo de esta forma, todos guardamos nuestros secretos, incluso de nosotros mismos, supongo que eso mantiene cierto interés... ¿Qué podría interesarte de una persona completamente trasparente? ―tomó su vaso recién servido y  lo terminó de un solo trago― Al fin y al cabo si no hay misterio, aburre.

No había tomado importancia de las palabras de Yoongi hasta que comencé a analizarlas lentamente y entonces comprendí que aquella manera de pensar podía aplicarse, de alguna forma, a lo que me sucedía con Taehyung. Vista desde esa filosofía.

Por años y años había estado pegada a Taehyung, compartiéndole todo de mí, actuando como un libro abierto, siendo lo más transparente posible. Incluso los sentimientos que tanto había tratado de ocultar parecían ser visibles. En pocas palabras, si hablábamos de misterios, estaba completamente desnuda frente a él. Yo no era interesante para él, en absoluto, lo aburría en el sentido que tanto quería que él notara.

Sin embargo, con la llegada de Jungkook todo pareció cambiar abruptamente, de una manera casi inmediata. Al comenzar a juntarme con él y ocultarle cosas a Taehyung aquello comenzó a llamar su atención, despertar su interés. Después de años de ser transparente finalmente comenzaba a adoptar un color opaco, a conservar secretos y ganar misterios.

Había dejado de ser invisible para él.

―¿Vodka? ―sugirió Yoongi luego de verme bajar el vaso, nuevamente vacío de un solo trago.

―Por favor―dije con una risa traviesa.

Había algo seductor en la idea de perder el juicio y era tener la excusa perfecta para hacer o decir aquel tipo de cosas que, en un estado sobrio, no podría animarme. De todas formas, de alguna manera calmaba a mis demonios internos y podía permitirme disfrutar de otro sentimiento que no sea una preocupación y miseria constante.

Lamentablemente, los estados de paz falsos eran pequeños ojos de tormenta.

Tomé uno de los shots de vodka que yacían sobre la barra y lo desaparecí en mis labios, combinar alcoholes traería malas consecuencias, lo sabía perfectamente.

―Yoongi, ¿has visto a Taehyung? ―pregunté luego de unos minutos que me tomé para:
1.    Acostumbrarme al alcohol en mi sistema y la mezcla nueva que había hecho.
2.    Y más importante, animarme a preguntar aquello.

Luego de terminarse su segundo shot hizo una mueca, como si estuviese pensando.

―Se fue hace un tiempo con EunJi, dijeron que debían ir temprano para armar las maletas.

―Oh―me limité a responder.

También existía otro gran y odioso problema dentro de toda la ecuación que representaba mi vida y ese era la personalidad de EunJi. Era, en pocas palabras, la X del problema, básicamente todo giraba en torno a ella y debía ir resolviendo pequeños conflictos para llegar a la verdad, sin embargo, cada vez que creía que la tenía solo lograba tornarse más y más compleja y así consecutivamente. Me sentía como en un laberinto sin salida donde cada paso que daba representaba la mismísima perdición. Hoy había podido conocer lo que denominé como la punta del iceberg de su verdadera identidad y el solo pensar que aún me quedaba más por averiguar ya me agotaba y me aterraba de cierta forma.

"Todo lo que te hace, ¿Con quién crees que lo aprendió?"

Era esa la frase que no podía salir de mi cabeza, incluso cuando ya había recuperado mi capacidad para hablar. Estaba segura de que aquello escondía algo más que solo sexo, como si de alguna manera no solo justificara eso, sino que también otros aspectos más de Jungkook y entonces me detuve a pensar ¿Qué porcentaje del él de ahora era debido a ella como para que se sintiera su dueña? ¿Cómo sería el Jungkook sin el factor EunJi en su ecuación? ¿Qué nivel de cambio había provocado ella en él? Después de todo, ¿Quién era el que más necesitaba ser salvado de ella?

Por alguna razón, el vodka del trago me sabía dulce frente a la amargura de las palabras de aquella diabla.

Junto con Yoongi nos terminamos los shots de vodka que nos habían servido, en el más puro y reconfortante silencio.

Este era nuestro estado de paz falso. Tomar solo para poder liberar nuestros demonios internos y sentirnos livianos por unos simples segundos. El riesgo y los efectos colaterales eran altos pero aquel momento de paz era tan preciado que hacía que todo su esfuerzo valiese la pena. Después de todo, de la misma manera en la que uno debe escalar toda la montaña para apreciar la vista, nosotros nos habíamos unido para luchar en silencio con aquello que nos atormentaba, con tal de dos segundos de paz. Cada esfuerzo lograba su recompensa.

Y era aquel poder de valentía el que nos lanzaba a nuevas aventuras.

―¿Tendré algo de suerte si le ofrezco un trago a tu amiga? ―preguntó girándose nuevamente hacia a mí― La nueva, claro, siendo honesto Hayun me tiene completamente harto.

Generalmente, Yoongi era una caja fuerte, sellada con el mejor mecanismo de seguridad del mundo. Impenetrable, frío y distante. Lo único que podías saber de él era aquello que él te permitía saber, lo demás, era un secreto mejor guardado que los archivos del estado. Pero cuando tomaba, una ola de confianza y valentía se apoderaba de él, teniendo como resultado este tipo de actitudes.

―¿Disculpa? ―dije con cierta gracia aunque terminé sonriendo como una completa idiota. Ya comenzaba a sentir calor en mis mejillas.

El alzó ambos hombros, quitándose todo el peso de la situación.

―Un poco de transparencia no viene mal después de todo―reconoció.

―Prueba con una gaseosa―respondí finalmente― no le agrada el alcohol.

El sonrió ampliamente, dejando ver esa sonrisa de encías que tenía casi contadas, eran un milagro en peligro de extinción. Le pidió una gaseosa al señor de la barra y finalmente terminó pagando incluso los tragos que yo había tomado.

―Por eso siempre has sido mi favorita dentro de este grupo de ineptos―Dijo parándose de un salto de la banqueta y tomando el vaso con la bebida burbujeante, se acercó con simpleza y me dejó un amigable beso en la cabeza―suerte con tus demonios, Hyennie.

Reí con diversión mientras lo veía perdiéndose entre la gente que alentaba a la mujer que se había subido al escenario a cantar. Hayun me mataría si se enteraba que había ayudado a Yoongi a acercarse a otra chica, especialmente si esta era SeoYeon quien curiosamente le caía horriblemente mal.

Miré a mi alrededor y fue en ese momento en el que recordé que había perdido a Jungkook cuando atravesamos la pista de baile. Traté de bajar de la banqueta, pero en ese momento la gravedad y mi equilibrio se asociaron para jugarme una mala pasada. No estaba mal o completamente bajo el efecto del alcohol, simplemente estaba un poco torpe y aquello se había notado a la perfección cuando mis pies se tropezaron logrando que termine sobre el pecho de un chico que acababa de alejarse de la barra con sus bebidas en mano, provocando que estas cayeran sobre su camisa y principalmente sobre mí.

―¡Mira lo que es has hecho! ―exclamó completamente enojado. Su mueca de enfado hacía que se le marcaran unas arrugas en su frente, logrando que se parezca al personaje de un anime que había visto hace poco, provocando que comience a reír como una tonta―Oh, incluso tienes el valor de reírte, ¿A ti te perece bien?

―Hablas como mi abuela―dije entre risas.

Pero mis risas terminaron cuando la sonrisa de él apareció de una manera cínica, lo más probable era que se haya dado cuenta que estaba algo afectada por la bebida. Colocó sus manos sobre mis caderas y avanzó unos pasos fingiendo galantería.

―¿No te parece que eres algo grosera conmigo? ―preguntó en el peor intento de una voz sensual. Escucharlo me provocó asco y activó todas las alarmas de alerta de mi cuerpo, volviéndome a la realidad. Puse mis manos sobre las suyas para intentar alejarlas de mí. Podía tolerar ese tipo de acciones por parte de Jungkook, incluso mi nivel de toleración había llegado a tomarle un gusto a su tacto, sin embargo, las manos de aquel hombre sobre mí se sentían tan horribles que incluso me sentía sucia―¿A dónde crees que vas? ―preguntó con burla mientras volvía a agarrarme firmemente―Nosotros tenemos una cuenta pendiente.

Su mirada fue directamente hacia la mancha que le había dejado la bebida y entonces comprendí a lo que se refería.

―Oh claro―dije y entonces comencé a buscar de manera desesperada la billetera en mi cartera―solo déjame encontrar...

―¿Qué crees que haces? ―preguntó un tercero. Como si su voz fuese una gota de agua en medio del desierto subí la mirada con toda la felicidad del mundo.

Quizás no era mucho, pero estaba completamente alterada del solo saber que aquel tipo seguía con sus manos en mi cintura y que no se sentía como cuando Jungkook lo hacía, incluso cuando era un desconocido para mí. Pudo haberme causado rechazo su actitud y también pude haberme sentido algo intimidada cuando estaba con él en los primeros días, pero jamás me había sentido asqueada y repugnada cuando él me tocaba.

O quizás, simplemente el alcohol estaba jugando con mis recuerdos.

―¿Te importaría? ―respondió el tipo de las bebidas, exigiendo algo de privacidad como si estuviese en todo su derecho―Estamos en medio de un trato.

―¿Qué si me importa?―replicó con sarcasmo y obviedad― Primero me gustaría que quites tus manos de mi novia― entonces hizo algo que nadie en aquel bar vio venir. Tomó al chico por el cuello de la camisa y le dio un golpe en toda su mejilla derecha― y segundo, hacerla pagar por tus bebidas solo habla de lo patético que eres.

El chico de la camisa salió impulsado hacía atrás con cierto envión y fuerza que provocó que todo su torso terminara sobre la barra. Jungkook tomó de mi muñeca y me puso detrás de él en el momento exacto en el que el chico logró incorporarse soltando un golpe hacía Jungkook el cual logró evitar con facilidad. En mi estado de idiotez no pude evitar soltar una exclamación y comenzar a aplaudir como si se tratara la escena de una película. Finalmente Kook avanzó hacía él y le dio el último golpe que lo dejó en el suelo.

Había causado un buen estrago.

―Y, por último, no te metas con lo que es mío―recalcó mirándolo desde arriba con superioridad.

La multitud no había tardado en agruparse y junto con ella los amigos de aquel chico que yacía en el suelo mientras soltaba insultos de todo clase y tipo. Miraron a Jungkook con cierta agresividad en su rostro y entonces comenzaron a correr hacía él.

―¿Y ahora? ―pregunté.

―Ahora corremos―dijo bastante divertido. Tomó nuevamente de mi muñeca solo que esta vez de una manera más firme y entonces me arrastró hasta la puerta de salida, con aquella banda de abusivos casi pisándonos los talones.

Corrimos con velocidad y torpeza bajo un coro de insultos y amenazas, luego de cruzar dos calles habíamos tomado algo de distancia, ya que aquel grupo parecía estar incluso más afectado por el alcohol que yo. La adrenalina recorriendo todo mi cuerpo era como droga pura. Y mientras el viento gélido golpeaba mi rostro y aquella mezcla de nervios y entusiasmo se agolpaba en mi pecho grité con fuerza, sintiéndome más libre que nunca.

Y esa noche, bajo los efectos del pobre método de escape que Yoongi y yo teníamos y bajo aquel cosquilleo que Jungkook había despertado bajo mi piel en ese extremo de mi muñeca del cual tiraba insistentemente, mientras corríamos me tomé la libertad de soltar todos mis demonios. Y me envolví en un estado tan liberador que por primera vez sentía que podía respirar sin sentir una presión sobre mi pecho.

Y aunque la sensación era efímera, Jungkook lo hizo más duradero.

Finalmente perdimos al grupo cuando cruzamos una avenida con un semáforo a punto de volver a la luz verde, para cuando llegamos del otro lado de la calle ellos habían quedado sin otra opción que esperar a que el tráfico disminuyera. Fue bastante oportuno ya aprovechamos para rodear la cuadra y perderlos con facilidad.

Nos resguardamos en una parada del colectivo mientras aprovechábamos para tomar un pequeño descanso. Semi-flexioné mis piernas y apoyé ambas manos sobre mis rodillas mientras trataba de recuperar algo de aire. Jungkook permaneció contra una de las paredes de la parada, vigilando y asegurándose de que los habíamos perdido hasta que soltó un gran suspiro. Mi mirada se conectó con la suya por unos segundos y entonces no pude evitar reír con una gran carcajada.

―¿Qué es tan gracioso? ―preguntó con una risa en su rostro, aparentemente lo había contagiado.

―Es que...―comencé, pero me interrumpí a mí misma con otra carcajada.

―¿Cuánto has tomado? ―preguntó, ahora se lo veía completamente serio. Avanzó unos pasos hacía mí y tomó mi rostro con ambas manos, inspeccionando cada una de mis facciones como si fuese mi madre y estuviese chequeando mi fiebre―Yoongi y tu realmente son un peligro―dijo de manera desaprobatoria y entonces la sonrisa de mi rostro se borró para dejar en su lugar una mueca de enfado.

―Estoy bien―me defendí y traté quitarme su agarre de encima pero no logré más que evidenciar la poca estabilidad que tenía sobre aquellas estúpidas plataformas, ni siquiera sabía cómo había hecho para no caerme al suelo mientras corríamos.

―Claro que si―dijo de manera sarcástica―ven, volvamos al estacionamiento te llevaré al edificio.

Volvió de tirar de mi muñeca como si esta fuese una correa y yo fuese su perro de paseo. Sin embargo, no presenté ninguna queja, los efectos de la adrenalina comenzaban a irse dejando a sus efectos colaterales tomar el control de mí: como la mala decisión que había tomado al mezclar bebidas y el gran cansancio con el que cargaba en mis piernas y si sumábamos el dolor de pies que estaba comenzando a sentir, podría confirmarse con seguridad que mis demonios habían vueltos a causar estragos en mí.

Pero al diablo, aquella se había sentido tan emocionante.

El viaje en auto había sido silencioso y en parte lo agradecí, no sabía que decir y me sentía extraña. Esta noche habíamos ganado, sin embargo, esta victoria me sabía bastante ácida como para poder disfrutarla. Incluso el dulce de la venganza hoy me sabia amarga y creía que Jungkook se sentía de la misma manera.

Algo detrás del comportamiento de EunJi me hacía pensar que, en realidad, no tenía idea de lo que había hecho.

Y siendo honesta, me aterraba pensar en lo que ella era capaz de hacer.

Incluso todo el transcurso en el ascensor había sido silencioso, aunque él me había permitido apoyarme sobre su hombro porque me tambaleaba mucho por mi propia cuenta. Su cuerpo estaba caliente y por unos segundos lo aproveché como a una estufa personal, después de todo, toda mi blusa había sido empapada y culpa de eso estaba segura de que mañana tendría el peor de los resfriados.

Las puertas del elevador se abrieron y aunque me costó despegarme del calor de su pecho comencé a avanzar con calma hasta la puerta del departamento de SeoYeon.

―Hay un problema―dije con algo de timidez mientras reprimía las ganas de querer golpear mi frente repetidas veces contra la pared por no haber pensado en este inconveniente durante todo el trayecto hasta aquí.

―¿Qué ocurre? ¿No habías dicho que dormirías en casa de Seonnie? ―su voz sonó áspera y demasiado grave gracias al efecto de eco que generaba el pasillo en completo silencio.

―Ella sigue en el bar, Jungkook―informé―No me dio ninguna copia de su llave porque se supone que volveríamos juntas.

―Vendrás conmigo entonces―dijo seriamente y entonces se dio media vuelta para volver a llamar al elevador.

―¿Qué?

―Tengo sueño y no pienso llevarte hasta tu casa, es tarde y tampoco dejaré que te vayas por tu cuenta y menos en ese estado, dormirás en mi departamento.

No podría decir que se escuchaba enojado porque había sido calmo, pero si se le podía notar demasiado cansado. A pesar de que todos mis sentidos poco a poco también comenzaban a quedarse dormidos no pude evitar que mi corazón no se agitara con la idea de dormir bajo el mismo techo que él.

Dos pisos no eran nada para el elevador por lo que no tardamos en llegar a su departamento. Entramos en silencio y dejé que el avanzara mientras que yo no pasé más allá del pequeño escalón que separaba el lugar donde se dejaba el calzado de exterior del resto de la sala.

―¿Qué ocurre? ―preguntó cuándo volteó para verme.

―Es que...yo...me duelen los pies―mentí. Ciertamente estaba temblando de los nervios.

¿En qué momento consideré buena idea combinar bebidas? Solo esperaba que Yoongi supiese manejarlo mejor que yo, después de todo, prácticamente había dejado a SeoYeon con él.

Jungkook chasqueó la lengua con algo de gracia y de un segundo al otro estaba siendo cargada por él, como si fuese una princesa en su día de bodas. Simplemente no dije nada porque quede completamente paralizada. Se adentró en el pasillo y entró a una de las habitaciones. Me dejó sobre una cama bastante grande y tan cómoda que no tardé en sentir todo el peso del sueño sobre mis párpados.

—Tu quédate en mi pieza, yo dormiré en el cuarto de mi hermano mayor —informó mientras avanzaba hacia uno de sus roperos y me extendía una remera blanca bastante enorme para mi—Cámbiate, tu blusa sigue empapada.

Mi vista se perdió en la prenda que había sido aventada a la cama con despreocupación, entonces ¿El tenía un hermano mayor? No tardé en recordar lo que había dicho aquel recepcionista esa noche que había venido y preguntado si alguien se encontraba de piso "El menor de los hijos se encuentra en el departamento" cuando llegué el único Jeon allí era Jungkook, lo que confirmaba que tenía un hermano, ¿Por qué no había pensado en eso antes? ¿Cuanto de Jungkook no sabía? Ahora que pensaba en ello, prácticamente no conocía nada de él.

—Voltéate y no espíes—pedí bastante sería, o al menos lo poco que pude durar estando sería porque la situación me dio algo de gracia.

Obedeció al instante y entonces me saqué la blusa, descubriendo que en realidad temblaba del frío. Había corrido por la ciudad bajo este clima y recién ahora podía ser capaz sentir de la hipotermia que estaba sufriendo.

—¿En serio? ¿Ositos?—comentó con gracia mientras se retorcía de la risa.

Bajé la vista hacia mi prenda interior y resulta que esa noche había decidido usar aquel que tenía ositos, gran elección HyeMin nunca se sabe cuando tu sexy compañero de plan malvado puede verte sin remera.

—¡Eres un maldito atrevido!—grité poniéndome de pie y aventándole mi blusa congelada. El logró esquivarla sin complicaciones y entonces posó su vista sobre mi.

—Tu, ponte la remera rápido, por tu propio bien—bromeó señalando su remera sobre la cama.

La tomé con algo de enojo y me la puse de un solo movimiento.

—No te tengo miedo—confesé, alzando ambos hombros.

¿Aquello había sonado a una insinuación? Mi cara se tornó completamente roja cuando comprendí que el comentario podría malinterpretarse pero ya parecía ser demasiado tarde para redimir.

—¿No?—preguntó el con gracia y entonces enroscó una de sus manos en mi cintura tirándome junto con el a la cama.

Por un momento permanecí mareada por el cambio tan grande de estabilidad pero luego de sentir como el se acomodaba bajo las sabanas solo pude comprender que en realidad no comprendía nada de lo que sucedía.

—¿Que haces?—pregunté y levanté mi torso levemente para verlo mejor.

—¿Dormir?—respondió con sarcasmo.

—¿No irías a otro cuarto?

—¿Quieres que me vaya?—preguntó, volteando su cuerpo y quedando cara a cara conmigo.

¿La verdad?

—No.

El levantó sus comisuras levemente, quería sonreír sin embargo se lo notaba terriblemente cansado y encontré su mueca tan tierna que mi corazón volvió a agitarse. Abrió la sabanas de manera que me invitaba a acercarme a él y así poder abrigarme un poco. Bajo la valentía que aún me suministraba los tragos, me atreví a pasar un brazo por encima de él y reposar mi cabeza sobre su pecho. Y en aquel pequeño pedazo de paraíso las estrofas que Jungkook cantó esa noche vinieron a mi cabeza, dejándome una leve melodía en mente.

Sonreí con incredulidad al notar como aquella canción podía moldearse tanto a EunJi como a mi.

¿Dónde está el amor entre tú y yo?
Incluso si nadie lo sabe.
Nosotros dos lo sabemos.
En esta solitaria noche.
Quiero dormir en tus brazos.
Y cuando amanezca.
Volvamos a ser amigos.

―Jungkook—lo llamé en un susurro.

―¿Sí?

―Gracias.

―¿Por qué?—preguntó completamente somnoliento, casi al borde de caer en un profundo sueño.

Negué levemente.

―Solo gracias.

***

De todas las decisiones que alguna vez tomé, creo que fue esa noche la que tanto estragos provocó en mi vida. Todo lo que había vivido anteriormente fue opacado fácilmente por una sola noche.

Claro que supongo que está en mi decidir qué parte del problema era mala y que otra parte era buena para mi.

¿Por primera vez algo que hacía resultaba ser beneficioso para mi?

Solo puedo decir que estoy acostumbrada al fracaso.

🔸🔸🔸
5960 palabras de drama puro y duro como ofrenda de perdón por haber tardado tanto. Tengan un feliz viernes. Hoy 16/03 es el día mundial del sueño y pienso rendirle honores jajaja.

Pd: créanme, odiaran aún más a EunJi.
Pdx2: independientemente de lo que pase en el futuro, este es mi capítulo favorito.

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