Cásate Conmigo

By esBethCastro

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Todo lo que quiere Eduardo es algo de paz, a pesar de la prensa, los socios de su empresa y su familia. Todo... More

CÁSATE CONMIGO
1. INFORMES Y REUNIONES
2. SOLTERO DE ORO
Hey! How you doing?
3. LA PROPUESTA
4. CRISANTEMOS
5. TODO POR MI HIJO.
6. TENEMOS UN TRATO.
7. JUNTOS POR SIEMPRE, LO PROMETO
8. CASTIGADOS
9. PRIMERAS VECES.
10. UNA CITA
11. ELENA, MI FUTURA SUEGRA
12. ¿UN DÍA EN FAMILIA?
13. COMO ADOPTAR UN PAPÁ
14. VIAJE DE NEGOCIOS
15. SE DICE POR AHÍ
16. YA NO MÁS
17. UN LARGO, LARGO VIAJE
18. EN EL OJO DEL HURACÁN
19. LA JUGUETERIA
20. UN PASEO, TU Y YO
21. ¿UNA CARRERA?
22. BAJO EL MUÉRDAGO
23. ALL YOU NEED IS LOVE
24. JUNTOS, PERO NO REVUELTOS
25. TODO REVUELTO
26. FELIZ AÑO NUEVO
27. DE REGRESO A LA REALIDAD
28. FIRST FIGHT
29. NADA MÁS DE HOSPITALES
30. LA FAMILIA DE MI PROMET...DIGO, NOVIA
31. NADIE DIJO QUE SERÍA FÁCIL
32. DE AMIGOS Y HOSPITALES.
33. BEBÉS, UN PEQUEÑO HUÉSPED Y UN POCO DE PINTURA
34. NO SON CELOS, O ¿TAL VEZ SI?
35. UNA SERIE DE EVENTOS
36. EFECTO COMPROBADO.
37. GALA DE LOS ENAMORADOS
38. REPERCUSIONES
39. FELIZ CUMPLEAÑOS, HIJO.
40. YOUR ONE AND ONLY
41. LA CHICA DE ORO
42. LA CALMA... Y CLARIDAD
42. ¿Donde esta Minerva?
43. Lista de sospechosos
45. TODO LADRÓN NECESITA CÓMPLICES
46. CUANDO ACORRALAS A UN ANIMAL
47. SOLO QUIERO VER A MI MAMÁ
48. DREAM A LITLE DREAM OF ME
48. MENTIROSO
50. TU VOZ
51. PROMÉTELO
52. TELL ME YOU LOVE ME
53. Bandera Blanca
54. DÍA DE VISITAS
55. PARANOIA
57. UNA SEMANA "PASA VOLANDO"
58. EL AS BAJO LA MANGA
59. TODO CAE POR SU PROPIO PESO
60. DE BARES Y AMIGOS
61. AFTER THE STORM
62. ENCRUCIJADA
63. OSITOS Y HELADO DE CHOCOLATE
64. NEXT TO ME
65. LO QUE FUE DEL PASTEL
66. ROTHSTEIN
67. Cásate Conmigo
68. ¿SEGUIRAS AMANDOME?
69. ALL'AVVENTURA
70. LOOKING FOR REBECA (Parte I)
70. LOOKING FOR REBECA (Parte II)
70. LOOKING FOR REBECA (Parte III)
70. LOOKING FOR REBECA (Parte Final)
71. LO NUEVO Y LO VIEJO (PARTE I)
71. LO NUEVO Y LO VIEJO (Parte II)
71. LO NUEVO Y LO VIEJO (Parte III)
71. LO NUEVO Y LO VIEJO (Parte IV)
72. NOT UNUSUAL (Parte I)
72. NOT UNUSUAL (Parte II)
72. NOT UNUSUAL (Parte III)
73. PERFECT (PARTE I)
73. PERFECT (PARTE II)
73. PERFECT (PARTE III)
BTW
74. FINALMENTE, LA BODA (PREVIA)
74. FINALMENTE LA BODA (PARTE II)
74. FINALMENTE LA BODA (PARTE III)
74. FINALMENTE LA BODA (PARTE IV)
75. CADA DIA POR EL RESTO DE MI VIDA (PARTE I)
75. CADA DIA POR EL RESTO DE MI VIDA (PARTE II)
75. CADA DÍA POR EL RESTO DE MI VIDA (PARTE III)
75. CADA DIA POR EL RESTO DE MI VIDA (PARTE IV)
75. CADA DIA POR EL RESTO DE MI VIDA (FINAL)

44. Cabos sueltos

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By esBethCastro



NOTA:

UF!!! Realmente me tomo mucho subirles este capitulo, debo decir que es inmensamente largo así que espero que eso lo compense un poco. 

Pero antes de ir al capitulo, tengo un par de cosas para contarles.

Numero 1: El 21 de Febrero fue mi cumpleaños. Yey! 

Numero 2: Habemos instagram - si se que esta mal escrito solo síganme el royo jajaja - y esta cuenta, no es mi cuenta the real personal, pero si será algo así como mi cuenta de escritora porque les estaré subiendo fotos de cosas del capitulo, y no se ahí ya se me ira ocurriendo que hacer. Me pueden buscar como:

@BethesporElizabeth o simplemente como Beth_Castro.

Recordé el cuarto punto...

Numero 3. Como notaran ya esta por acabar esta historia y me gustaría despedirme de ella como se merece - no soy de las escritoras que menciona en todas partes que voten y comenten y etc... soy mas bien de las que cree que si les gusta lo que leen votaran y comentaran por ustedes mismos - pero esta vez haré una pequeña excepción y las invitare cordial y formalmente a votar y comentar mucho mucho muchisimo.

Edit 2021. La yo del pasado había planeado una novela de 50 capítulos que no duraría más de un año, pero resulto ser que termine escribiendo 75 en 5 años ajajajaja ¿Qué cosas no? 

Muchas gracias a todos por seguir aquí, leyendo, votando y comentando

Ahora si, ha disfrutar del capitulo. 

Osh quiero, osh amo, osh adoro 

BETH

______________________________




Rebeca




– ¡Mamá! ¡Mamá! –

– Hola amor – mi pequeño me recibió con un gran abrazo, y luego de soltarme lo observe mirar atentamente por la puerta por unos segundos, y entonces solo volteo con una sonrisa, antes de que pudiese comentar algo, su niñera apareció por el pasillo – Hola Dani ¿Cómo estuvieron las cosas hoy? ¿Cómo se portó?

– Como siempre Rebeca, muy bien – le guiño un ojo y Tomi le sonrió de vuelta, luego me conto un poco de lo que hicieron mientras me desasía de mis tacones cartera y saco dejándolas en el sillón, hoy era su último día como cuidadora, Tomi mañana iniciaría sus clases y por la tarde tendría que volver a la granja. Por lo que Dani se agacho a la altura de Tomi, para despedirse de él.

– ¿Te esforzaras mucho en la escuela verdad? – mi hijo meneo su cabeza de arriba abajo – Nos veremos pronto Tomi, no hagas muchas travesuras hasta entonces – revolvió su cabello y Tomi la abrazo, sabía que se habían encariñado entre ellos prácticamente pasaron todo el verano juntos y yo también extrañaría verla tan a menudo por aquí

– Muchas gracias por todo – la abrace cuando me toco despedirme – No sé qué hubiese hecho sin ti por aquí.

– Ya sabes, si me necesitas solo llama – se despidió

Una vez Dani cruzo el portal de nuestra puerta Tomi salto de un lado a otro contándome la última noticia del día

– Mai ira a Saint Claude mamá ¿Puedes creerlo? – sonreí viendo su emoción, sabía que Eduardo había metido sus manos en el asunto, no podía creer que realmente creyera y fomentara la rivalidad entre colegios al punto de hacer quien sabe que para lograr que Tomi decidiera entrar porque si Tomi me contaba esto tan emocionado, era porque claramente había tomado una decisión – Incluso sus papás ya le tienen su uniforme y todo. Eduardo no lo creerá cuando le cuente – se carcajeo.

Cuando me despedí de Eduardo en su oficina quedamos de vernos más tarde, esperaba ayudarle con la lista de sospechosos o a revisar los documentos de cuentas que Minerva había estado recopilando, pero cuando volví a su oficina horas más tardes no había rastro de él, al punto de que su oficina estaba cerrada con llave, busque en la sala de reuniones y otros lugares del edificio pero ni pista de él hasta que encontré casualmente a Amanda saliendo de las escaleras de emergencia, cuando daba vueltas por los pasillos.

– Señorita Rebeca – salto al verme, sorprendida

– Amanda, ¿Sabes dónde está Eduardo? – fui directo al grano, pero por unos segundos su actitud fue extraña hasta que finalmente me respondió acomodándose un mechón de cabello tras su oreja

– Don Eduardo se fue hace unas horas, me aviso que no volvería –

– Por cierto, Amanda ¿Te sientes bien? – la detuve un segundo, antes de que arrancara por él pasillo hasta su lugar

– Si, es solo que como don Eduardo salió me tome la libertad de un descanso – se acomodó sus lentes y parpadeo – pero ya voy de regreso ¿Por qué lo pregunta señorita? – su pregunta parecía estar teñida por un tono capcioso, y aunque me sonrió parecía algo nerviosa, negué pensando en lo paranoica que me estaba volviendo

– No, no es nada. Que descanses nos vemos mañana – me despedí y la observé unos segundos mientras caminaba tranquilamente hasta su escritorio

Camino a casa intente varias veces llamar a Eduardo, pero nunca contesto, luego de unos cinco intentos, finalmente deje de insistir.

– Mami no es genial, podremos ser compañeros ¿Puedes llamar a la escuela? Aún me recibirán ¿Verdad? – Tomi me trajo de regreso a la realidad

– Lo intentare ahora mismo amor, pero existe la posibilidad de que tengamos que tramitar un traspaso de escuela más adelante – le explique, esperando lo mejor, pero preparándolo para lo peor.

– Llama ahora ¡porfis! porfis, porfis –

Bajo la atenta mirada de Tomi llamé a la directora de la escuela, la mujer del otro lado parecía estar esperando mi llamada pues no se sorprendió cuando le dije que era Rebeca Rodríguez, de hecho, fue bastante amable como un comerciante listo para cerrar un gran trato.

– Señorita Rodríguez, Eduardo me ha hablado mucho de usted ¿Tomi ha decidido finalmente unirse a nuestra escuela?

– Si, lamento llamarla a estas horas, pero tal parece que Eduardo ha logrado convencerle y no he tenido otro momento hasta ahora

– El horario es lo de menos, señorita Rodríguez la mayoría de los padres y apoderados de nuestra institución pasan gran parte de su tiempo atendiendo a sus negocios, por lo que nuestros horarios de atención son flexibles. – Tomi salto haciéndome señas, como si fuera un jugador de futbol entonces recordé lo que me había dicho días antes.

– Tomi se ha mostrado muy interesado por su equipo de futbol – mire a mi hijo que me levantaba sus pulgares y luego simulaba estar sentado en un escritorio con un vaso en la mano lo agitaba y luego lo vertía en otro vaso imaginario – y en su laboratorio de ciencias. Sabemos que las clases inician mañana, pero tendremos ciertos problemas con respecto al uniforme

– ¿Problemas? No lo creo, Eduardo ha encargado el set completo del uniforme hace días, pero puesto que aún no confirmaba decidió esperar para realizar la entrega. De igual manera Eduardo guardo un uniforme, Thomas podrá usar ese mañana para la ceremonia de inicio de año.

– Claro, eso ha sido bastante conveniente

– Perfecto señorita Rodríguez, nos vemos mañana a las ocho, no lleguen tarde el primer día

– Por supuesto que no – sonreí intentado sonar alegre y chispeante, pero todo este cambio comenzaba a ponerme nerviosa. ¿Y si las cosas no salían bien?

– ¿Qué te dijo? – mire a mi hijo, estaba emocionado y feliz.

– Mañana a las ocho comienzan las clases, amor tendremos que salir muy temprano de aquí para llegar a la hora.

– ¿Qué hay con él uniforme?

– La directora me dijo que Eduardo tenía uno guardado para ti, y de todos modos eso lo podemos resolver una vez allá. Ahora a quiero que te laves los dientes, te pongas el pijama y a dormir

– Pero mamá ¿Y qué hay de la cena?

– Aish – resople y ambos reímos – Bien, ve a ponerte el pijama mientras preparo algo de comer. Mi hermana aprovecho ese instante para hacer su espectacular aparición llevaba tres días paseándose en pijama por mi casa, y ni siquiera era el suyo sino el mío.

Cenamos mientras Tomi nos contaba lo genial que sería la nueva escuela y todas las cosas que esta tenía, desde su propia cancha de futbol y otra de básquet, incluso la piscina, también los laboratorios y un anfiteatro para las obras de la escuela. Mimi hizo un comentario respecto a que era una escuela para niños ricos y mimados, pero Tomi lo tomo como un chiste mientras que yo la pateaba por debajo de la mesa.

Para cuando termino la cena Tomi parecía más recargado que nunca y hacerlo dormir me tomo más de lo normal, pero tenía mis métodos. Luego de dejarlo durmiendo, era mi turno, fui directo a la cama necesitando lanzarme a dormir, pero me encontré con la sorpresa de que Mimi tenía mi cama hecha un desastre

– Mimi – la regañe, mi hermana salió del baño cepillando sus dientes con una expresión interrogante – ¿Qué significa esto? – platos sucios y papeles de comida chatarra eran solo algunas cosas de todo el desastre – Esto ya fue demasiado lejos ¿Crees que mi pieza es tu chiquero?

– Relájate Rebeca, solo tíralo a un lado y ya está – la mire mal ante su falta de interés por el aseo y orden de la cama que invadía.

– ¡Mimi! – la regañe, ella me rodo los ojos y volvió al baño. – Dios dame paciencia. – murmure a regañadientes mientras limpiaba.

Eran pasadas las dos de la mañana cuando la sentí respirar agitada a mi lado, di media vuelta en la cama quedando frente a ella, y note que estaba teniendo una pesadilla, me apresure a moverla en la oscuridad, y fue entonces que note que no solo estaba teniendo una pesadilla, sino que además estaba llorando.

– Fue una pesadilla – murmuré cuando la sentí despertar, pero siguió llorando preocupándome.

– No fue solo una pesadilla – me confeso entre sollozos hipando al intentar aguantar las lágrimas. La acerqué a mí para abrazarla, mi hermana solía ser la chica que guardaba para si las cosas pero llega un momento en que guardarlo todo no hace más que dañarte y necesitas explotar, luego de que se rindiera al llanto finalmente pudo decirme lo que pasaba – Perdí un paciente – inspiro profundo atorado la respiración – Estaba en urgencias atendiendo cuando los paramédicos llegaron con un hombre de unos 55 años, se había electrocutado pero estaba luchando sus órganos estaban demasiado dañados lo que provocó un paro cardio respiratorio. Intente reanimarlo, juro que lo hice, pero aun así no respondió, lo intente incluso cuando el jefe de guardia lo declaro muerto, pero nada funciono. Luego me mandaron a notificar a los familiares, pero simplemente no pude, entre en pánico y simplemente no pude, vi al jefe de guardia notificándole a la esposa y la hija que esperaban por el hombre que no volvería a salir. Me hice doctora para salvar vidas y perdí una – sentí como su respiración se volvió agitada nuevamente y pasé mi mano por su espalda tranquilizándola – Sentía en mis manos ese olor a hierro tan típico de la sangre y me sentía sucia, estaba entrando en una verdadera crisis de pánico y necesitaba tranquilizarme y superarlo así que fui al dormitorio donde duermo cuando estoy de turno y me encontré a Darío

– ¿El del pueblo? – le pregunte recordando él flechazo con él que Mimi llevaba años suspirando y por quien había llegado a la capital, Mimi asintió solo moviendo su cabeza

– Pero no estaba solo, estaba en la cama con una de las enfermeras cuando hacía dos días había estado conmigo allí. – Mimi rompió nuevamente en llanto incapaz de hablar más allá de balbuceos – Para él solo había sido un juego, y no lo vi hasta entonces, quería reclamarle, pero lo único que salió de mi fue "Perdí un paciente" me sentí tan tonta por caer con su palabrerío, tan usada, pero sentirme así es mi culpa, todo da vueltas hasta que te golpeas con la misma piedra que una vez lanzaste. Este es mi karma

– Miriam, ¿De qué karma hablas?, el tipo era un embustero y no valía la pena y eso es todo, te lo sacudes y sigues con tu vida. – Mimi negó – Es lo que me toca por arruinar tu felicidad, por mi culpa... - ahogada en lágrimas mi pequeña hermanita apenas se hacía entender

– ¿Mi felicidad? Mimi, no has arruinado mi felicidad – levante su rostro intentando encontrar su ojos en la oscuridad – Eres insoportable con Eduardo, pero eso no cambia en nada lo que tenemos, yo estoy enamorada de él – confesé por primera vez en voz alta, y me alegre de que todo estuviera a oscuras o si no notaria como mis mejillas comenzaron a arder luego de decirlo – Además de que Tomi adora a Eduardo y él se ha tomado muy enserio lo de ser un padre para Tomi. No podría pedir más para ser feliz, quien me preocupa eres tú, habrá veces en que como médico perderás a alguien, pero hiciste todo lo que pudiste por salvarlo, y eso es lo que importa, no tengas remordimientos.

– Yo... – balbuceo un poco antes de respirar y seguir – No sé lo que me pasa estos tres días me he levantado para ir al hospital, pero cada vez que llego a la puerta de la casa no puedo abrirla, me da pánico. No quiero volver a perder otro paciente y ver el rostro de su familia tampoco quiero volver a sentirme sola como esa noche. – se soltó de mi agarre escondiendo su cabeza entre los cobertores.

– Mírame – le ordene – Esto no te destruirá, solo te hará ser más fuerte. Hermanita, siempre habrá golpes duros que nos dejaran sin aliento, pero no nos echamos a morir, aprendemos a soportarlos y nos ponemos en pie otra vez para enfrentarlos solo no te rindas ahora, no estás sola. – susurre abrazándola, sintiéndola relajarse su respiración se fue normalizando hasta volverse suave – Además, tienes que demostrarle a ese idiota que es lo pierde por no valorarlo. – la sentí sonreír más tranquila – Descansa hermanita – le murmuré, antes de volver a mi sueño.

Es hora de despertar todo mundo, no querrán llegar tarde al primer día de clases – Miriam entro revoloteando por toda la pieza mientras abría las cortinas dejando entrar los rayos de luces que apenas comenzaban asomar

– Miriam ¿Qué haces con mi ropa? – la mire de arriba abajo, lucia como lista para comerse el mundo.

– Necesitaba algo que me hiciera lucir tan esplendida como me siento el día de hoy y de toda tu aburrida ropa de oficina, definitivamente este es el más lindo – dijo modelando el vestido amarillo que llevaba, rodee los ojos y decidí no discutirle, de todos modos, sabía que no me llevaría a ninguna parte.

( Outfits de Mimi: https://www.pinterest.cl/pin/741968107333176433/  )

– ¡Mamá! – Tomi entro corriendo aún en pijama, se lanzó a la cama y se metió bajo el cobertor acurrucándose a mi lado

– ¿Qué le pasa a mi tía? Entro a mi pieza golpeando una olla – murmuro riendo.

– La energía que no ha usado en tres días finalmente apareció – murmure abrazándolo para dormir otros cinco minutos más. – pero Mimi tenía otros planes


– Rebeca – nos destapo por completo – ¿Qué crees que haces? – No pierdan más el tiempo y levántense, luego andan corriendo de un lado a otro porque van atrasados, y ni siquiera tienes el uniforme de Tomi aquí. – me regaño otra vez y le concedí ese punto.



Llegamos media hora antes de lo esperado, Tomi bajo del taxi prácticamente corriendo de la emoción, cuando logre alcanzarlo tome su mano e hicimos el resto del camino juntos hacia la entrada, pero Tomi al acercarse a la escuela comenzó a ponerse nervioso, algo que supe al sentir el agarre de su mano en la mía apretarse a cada paso más y más, una manía que tenía desde bebe

– Vaya, realmente es grande – murmuro Miriam que se había levantado temprano esa mañana expresamente para acompañarnos.

– Tenemos que buscar la oficina de la directora – le dije a Tomi, que miraba a todos lados mientras caminábamos por el amplio jardín de la entrada, Tomi miraba a su alrededor posiblemente buscando a Maira que debía estar por llegar con sus padres

Luego de un par de vueltas y gracias a las indicaciones de uno de los apoderados, logramos dar con la oficina de la directora

<< ¿Anciana? Había dicho Eduardo >>

Pues anciana mis polainas, la mujer frente a mi rondaba los 45, pero no tenía nada que envidiarle a alguna modelo de 20, ojos claros, cabello castaño casi rubio y una sonrisa increíble.

( Outfits de la directora: https://www.pinterest.cl/pin/741968107333176476/ )

– Usted debe ser Rebeca Rodríguez – le extendió la mano a mi hermana para saludarla confundiéndonos, pero sin dar tiempo a reparos continuo – Eduardo me ha hablado mucho de ti.

Miriam le sonrió negando con amabilidad.

– Soy Miriam Rodríguez, ella es de quien le ha hablado mi cuñado – La directora recién entonces me miro, y luego a Mimi nuevamente

– Mi error, realmente se nota su parentesco – se disculpó con una sonrisa, Mimi y yo nos miramos cómplices, sabíamos de nuestro parecido, Miriam hubiese sido una copia calcada a mí de no ser por nuestros ojos, porque mientras que los míos eran castaños los de ella eran de un increíble tono miel y todo el mundo solía comentar que realmente nos parecíamos, pero en nuestra mirada, venia implícito el que esa no era la única razón por la que ella nos confundió, nuestros atuendos eran también muy diferentes, mi ropa de oficina no competía con el hermoso vestido que Mimi traía puesto, mi hermana alzo una ceja disimuladamente, la mujer frente nuestro sonreía con nervios de acero – Soy Gisele Vieira – sus ojos se posaron en Tomi que venía de mi mano. – Tu debes ser Thomas – atrajo su atención

– Si, mucho gusto – Tomi extendió su mano, imitando el gesto que vio hace unos momentos. Entonces la mujer le sonrió estrechando su mano con el también, mirándolo detenidamente unos segundos más.

– Eren un pequeño caballero, tal cual a tu padre cuando tenía tu edad. ¿Sabes? veo mucho de él en ti jovencito. – la sonrisa de Tomi no cabía en su pequeña carita al escuchar las palabras de Gisele, definitivamente la directora acababa de ganarse el favor de mi hijo.

– La ceremonia de inicio comenzara en unos minutos más – abrió la puerta de su oficina, donde una mujer estaba de pie sosteniendo un impecable uniforme de colegio colgado – Ella es Estela, les guiara hasta los camerinos donde Thomas se podrá vestir.

– Excelente – le sonreí sin quitarme de la cabeza lo espantosamente eficiente que eso había sido.

Miriam decidió esperarnos en la entrada, y Tomi le encargo fijarse si Maira llegaba y yo le deje mi bolso para moverme más libremente, y sin perder tiempo secretaria de Gisele, Estela, nos llevó a través de un par de pasillos hasta la entrada de lo que parecía ser el área de deporte, abrió una puerta que daba a los camarines, una parte tenía las duchas y otra un montón de bancas y casilleros. La mujer se veía algo más mayor que la directora, tal vez en sus cincuenta y tantos, pero no perdía él ritmo.

– Les esperare fuera – se retiró rápidamente, en cuanto le di las gracias.

Fui a ayudar a Tomi a vestirse, pero en cuanto me di vuelta para tomar la ropa él se encerró en uno de los camerinos

– Tomi ¿Qué haces? – golpee la puerta

– Mamá ya soy grande, me vestiré yo solo – explico sin abrir, mire la ropa en mis manos y rodee los ojos

– ¿Cómo piensas hacer eso si dejaste la ropa acá? – escuche como quitaba el seguro y aparecía tras la puerta estirando su mano – Solo apresúrate – le reclame y esta vez quien rodo los ojos fue él.

El uniforme de colegio no era precisamente estándar, por los folletos de la escuela sabía que los niños tenían dos tipos de uniforme uno que se usaba para eventos formales como él de hoy que consistía en pantalones azul marino, camisa blanca y una chaqueta formal con el color rojo oscuro todo claro con la insignia del colegio, y el otro era la versión más casual de este reemplazando la camisa por un polo blanco y la chaqueta por un chaleco, o una chamarra del mismo tono.

Ver salir a Tomi del vestidor con su nuevo uniforme derritió mi corazón, y es que se veía tan adorable. Estela nos dirigió de regreso hasta el anfiteatro donde se llevaría a cabo la ceremonia de inicio de año. Mimi ya estaba allí sentada junto a un millar de apoderados, me guardaba un lugar junto al pasillo. Estela le señalo a Tomi donde tomaban lugar los niños de su curso, y entre todos esos pequeños de tercer año mi hijo no tardo en divisar a su amiga.

Me miro por unos segundos y yo le asentí soltando mi agarre en su mano, entonces lo vi correr por las escaleras hasta llegar a Maira.

Me senté junto a mi hermana y esta me devolvió mi bolso

– ¿No ha sonado mi teléfono? – le mire, pero parecía estar concentrada en algo asientos por delante de nosotras – Miriam – le llame más fuerte captando su atención esta vez

– ¿Decías? – rodee los ojos, suponiendo que ni siquiera habría prestado atención a mi bolso.

– Olvídalo –

Mire a mi alrededor, esperaba que Eduardo llegara en algún momento, no podía haber olvidado que hoy era él primer día de Tomi. Mimi de pronto tomo mi bolso y saco una cámara de él, la mire con una ceja alzada

– ¿Que? – me devolvió la mirada – Tu bolso es más grande, en el mío no cabía y ni siquiera lo has notado – se burló.

Me dejo la funda de la cámara y se levantó para tomarle fotos a Tomi y Mai. Minutos más tarde la directora hizo acto de presencia en el lugar dando inicio a la ceremonia, los padres presentes tomaron sus lugares y Mimi encontró un lugar más cerca de los niños, junto a quien parecía ser un profesor o al menos lucia como uno.

Se cantaron los himnos nacionales y el da la institución y luego la directora comenzó con un discurso sobre las metas de un nuevo año y el trabajo para cumplirlas. Casi al final del discurso la voz de Eduardo me sobresalto.

– Rebeca – me llamo en voz baja, note que estaba de pie a mi lado y ni siquiera lo había sentido llegar, me levante cediéndole mi lugar y ocupando el que Miriam había dejado vacantes – Te he llamado toda la mañana ¿Por qué no contestabas? – reclamo en un murmullo, recién entonces repare en que tenía el teléfono en silencio, lo mire con los ojos como platos antes de revisar en mi teléfono y encontrar muchas llamadas perdidas y un mensaje de él sin leer.

– Lo siento – lo vi soltar la respiración relajándose en el asiento

– Al menos no estas molesta –murmuro – Creí que por eso no contestabas.

– ¿Es enserio? – lo mire incrédula de que pudiera pensar algo así de mí, el solo me miro alzando los hombros dejando en el aire un "Nunca se sabe" con su expresión y cambio el tema

– ¿Dónde está Tomi? – se movió en su puesto buscándolo con la mirada, aunque el lugar estaba lleno la forma de la sala permitía ver a todo mundo

– Quinta fila – le señale y lo vi sonreír cunado lo encontró, en algún momento la directora le dio énfasis a algo que decía llamando la atención de todos los presentes, se movió estudiadamente hasta llegar junto a una pantalla donde dejo correr algunas imágenes de las actividades en la que los alumnos podían participar – Con que la mujer era una anciana – susurre a su oído, alzando una ceja.

– ¿Y no lo es? – sonrió de lado sin molestarse en mirarme.

<< Si, claro >>

Tomi volteo para mirarme y Eduardo fue el primero en notar su mirada, por lo que alzo la mano haciéndose notar, a lo que mi hijo le devolvió una gigantesca sonrisa. La directora comenzó con la presentación de los profesores, primeros según la asignatura que ensañaría y luego haciéndoles pasar a medida que mencionaba al curso del que serían profesores jefes y sus estudiantes, así fue como desde los cursos más pequeños los niños al escuchar su nombre se levantaban para seguir a su profesor hasta la sala de clases. Por cada nivel habían tres grupos, por lo que cuando la directora llamo a quienes tomarías a los de tercer año, tres profesores pasaron a delante, la primera en recibir a su curso fue una profesora en sus cuarentas de cabello rubio, estuve atenta a los nombres de los niños pero dentro de los 25 niños que fueron mencionados ni Tomi ni Maira estaban incluidos, tampoco estuvieron en el siguiente grupo liderado por una profesora algo mayor de baja estatura, por descarte el profesor jefe de Tomi resulto ser un tipo joven, algo rechoncho y con una barba que le daba un aire al actor Jack Black cuando era más joven, quien fue presentado como Elías Daza, luego de dar su saludo fue momento de que su curso se levantara y caminara con él a la sala.

Tomi iba entre todos los niños, pero al pasar por nuestro lado rompió la fila para correr a los brazos de Eduardo

– Si viniste – Eduardo lo levanto sentándolo en sus piernas por

– No podía perderme el primer día de mi hijo y en el lugar donde yo también estudie –

– Vamos Tomi, no te quedes atrás o nos perderemos – lo regaño Maira.

– Recuerda, nada de usar el celular en clases – le advertí mientras Eduardo lo dejaba en el suelo nuevamente, Tomi asintió y estiro su trompita para lanzarme un beso – Vendré por ti más tarde, pórtense bien, y diviértanse sin hacer maldades

– Esta bien – respondieron ambos a coro, listos para correr con su grupo

– Los amo – le dije antes de verlos alejarse.

Luego de un par de grupos Eduardo tomo mi mano y me animo a salir del lugar, y aunque no estaba del todo segura si eso era posible cuando aún se estaba realizando la ceremonia me deje guiar confiando en que sabía lo que hacía. Para mi sorpresa fuera del anfiteatro muchos padres conversaban en grupos, entre ellos los padres de Maira que estaban conversando con otro grupo, Francis no tardo en reconocernos uniéndonos a su grupo, presento a alguno de los apoderados a quienes parecía conocer posiblemente por su trabajo de periodista, recordé que Eduardo también había estado interesado en tenerlo como contacto para la empresa y supuse que muchos de los allí presentes lo consideraban de igual manera. La madre de Maira se unió a nuestra conversación junto a otro grupo de mujeres que llego para completar el circulo

– ¿Cómo estas, cariño? – me sonrió con maternal afecto cariño que le devolví encantada conversamos un poco mientras me iba presentando al grupo de mujeres, allí había de todo, desde diseñadoras de jardín hasta doctoras incluso una mamá era piloto en avión, también algunas que se dedicaban por completo a su hogar y participaban activamente de en la escuela, en todo tipo de eventos. Como siempre ocurre en un grupo grande de conversación de apoco se fue fragmentando hasta que finalmente solo éramos Inés y yo conversando.

– ¿No es genial que los niños quedaran juntos en el mismo salón? Al principio estaba algo preocupada por cambiar a Maira tan a último momento, pero Francis fue el más feliz, habíamos escuchado maravillas de este lugar, pero entrar no parecía ser nada fácil, quien diría que incluso le ofrecerían a mi esposo tomar un par de horas como profesor guía del taller de periodismo.

– Eso es genial, no sabía que daba clases

– Oh, si querida. Francis ha dado clases en un par de universidades, por lo que no es nada nuevo para él, pero enseñar es otra de sus pasiones y al parecer el colegio quiere hacer resurgir lo que una vez fue el periódico el escolar y se lo están tomando bien enserio, es la razón por la que le ofrecieron incluso aceptar a nuestra pequeña con tal de tener su apoyo.

– De que cotorreas tanto, mujer apenas dejas hablar a la pobre Rebeca – llego Francis abrazando a su esposa por los hombros para apegarla a él.

– Hay cariño – le regaño – Solo le contaba a Rebeca sobre tu nuevo trabajo en la escuela

– El cual me encanta – agrego Francis encantado – Le he propuesto a la directora dejar atrás el tradicional papel y optar por una opción mucho más ecológica y moderna como lo son las redes sociales y una plataforma web.

– Suena prometedor

– Ya verás como en un par de meses los niños llegan comentando sobre ello.

– Hablando de ellos, ¿Cómo han ido las cosas con Maira? – notaba que últimamente la pequeña parecía relucir de felicidad.

– De maravilla, esta aventura de ser padres era lo que habíamos estado esperando por tantos años y ella es simplemente perfecta – dijo Inés elogiando a su pequeña.

– Aunque a veces me preocupa que sea tan madura para su edad, nunca nos da problemas ni hace berrinches. Ni siquiera se opone cuando Inés le hace probarse montañas de vestidos en tonos chillones que sabe que Maira no usara.

– Eventualmente daré con algo que adoré, no puede vestirse siempre con esa ropa deportiva que tanto defiendes porque es lo mismo que llevas puesto tú – se defendió la mujer y no pude evitar reír ante su discusión.

– Eventualmente llegara a la adolescencia y tal vez para entonces se decida más por los vestidos y las flores que por lo deportivo y sinceramente cuando eso ocurra y los chicos comiencen con sus invitaciones a salir, extrañaras estos momentos de tanta calma Francis.

– Oh, eso no me preocupa tendré mi escopeta esperando en la puerta para ese tipo de niños. Ya veremos si tiene agallas suficientes para otra cita.

– Eso dices ahora – se rio Inés y él la miro mal

– Mamá – la regaño negando. – ¿Sabes Rebeca? Cuando adoptas a un hijo. El también te adopta a ti – miro por unos segundos a mis espaldas y al voltear note que Eduardo conversaba con otro grupo, solo habían hombres allí y parecían tener su misma edad – Tu lo debes de entender, he observado la relación entre Tomi y Eduardo y ellos realmente tienen eso que los hace inseparables – mire nuevamente a Eduardo y este al notar mi mirada me dio un guiño haciéndome sonrojar me voltee rápidamente al matrimonio que tenía en frente – Me alegro por ustedes, realmente serán una fantástica familia – confeso Francis

– Muchas gracias – le sonreí – Tomi adora la idea de que Eduardo sea su papá, ellos se han unido mucho en este último tiempo. Eduardo a comenzado a llamarlo hijo y Tomi a ratos se le escapa un "papá" para él, tímidamente comienza a acostumbrarse.

– Con Maira paso exactamente lo mismo, al principio me llamaba señora Inés luego solo Inés y finalmente comenzó a llamarme mamá, tal vez fue por insistencia, con Francis no dejábamos de llamarnos "mamá" o "papá" todo el tiempo y finalmente dio resultado cuando la escuche decirlo a ella.

– Vaya, y hablando del rey de Roma – Eduardo se acercaba a nosotros, teléfono en mano parecía tener una llamada en la línea.

– Cariño, debo irme ¿Vienes conmigo? – asentí sin pensarlo mucho, me dio un guiño nuevamente haciéndome sentir abrumada por las sensaciones que despertaba en mi ese simple gesto.

<< Mierda Rebeca, pareces una niña enamorada por primera vez >>

Me patee mentalmente mirando a mi alrededor tratando de disimular la tonta sonrisa que asomaba sin permiso por la comisura de mis labios, busque a mi hermana con la mirada sin encontrar rastro de ella, por lo que me despedí de Francis e Inés, con Eduardo secundándome. Había perdido a Miriam luego de que se colara para tomar fotos por lo que suponía que seguiría en el auditorio, saque mi celular para llamarla, pero mientras llamaba su teléfono comenzó a sonar muy cerca. Lo sabía porque teníamos el mismo tema para nuestras llamadas "Its not unusually" de Tom Jones, solo que partían de diferentes versos a modo de juego.

– ¿Me buscabas? – contesto su teléfono, tocándome el hombro.

– Mimi ¿Dónde estabas? Eduardo y yo nos vamos, ¿Vienes con nosotros?

– ¿No se molestará tu novio? – alzo una ceja, pero a diferencia de otras ocasiones, parecía solo estar bromeando, no sarcasmo y maldad

– Prometido – le corrigió acercándome a él por la cintura, Mimi rodo los ojos al ver su movimiento – y claro que me molesta – la provoco – no soy tan inmaduro como otras personas – Mimi posiblemente habría iniciado una pelea ante eso, pero solo alzo las cejas burlonamente y Eduardo no pudo cerrar la boca – A menos que tengas motivos para quedarte

– No sé de qué hablas – lo miro mal, haciéndose la desentendida, la mire con intriga preguntándome a que venía todo esto.

– ¿Segura? Porque hace unos segundos estabas muy coqueta con ese profesor.

– Yo no estaba coqueteando con nadie

– Si claro, como digas – rio – Si quieres pretender al menos no deberías ser tan obvia

– Tal vez deberías darle ese concejo a tu querida directora, no te quitaba el ojo de encima – verlos discutir, en tono de broma no tenía precio, pero alguien debía detenerlos antes de que todo se saliera de control.

– Que tal si llevan esta discusión al auto, Eduardo ¿no estabas apurado por regresar? – le recordé dando fin a su discusión, pero debí suponer que no sería algo permanente.

Eduardo ya en el auto le pregunto a Mimi si volvería a por su pijama o realmente iría a trabajar el día de hoy, a lo que Mimi golpeo su brazo desde el asiento trasero, luego de un regaño de mi parte se cruzó de brazos y le soltó un "Al hospital stronzo" y aunque Eduardo se reí al escucharla decir la última palabra en italiano, no creo que realmente supiera que mi hermana lo había llamado "Gran bastardo" tampoco le di más vueltas al asunto no era lo más fuerte que le había escuchado decir y su tono era más de burla que de molestia.

Luego de dejar a Mimi en el hospital, que por cierto no tenía idea como había hecho para faltar por tres días sin que le dieran problemas, pero simplemente así era Mimi, lograba cosas que cualquier mortal ni siquiera soñaría; Eduardo me llevo hasta la oficina, pero me sorprendió no entrando al estacionamiento, si no dejándome frente al edificio, lo mire extrañada esperando respuestas, aunque sin decir nada.

– Volveré más tarde para una reunión que no pude cancelar – prometió

– Estas trabajando con el detective – no era una pregunta, si no una afirmación

– Han estado investigando a nuestros sospechosos, esperan encontrar algún vinculo entre lo que desciframos en la carta de Minerva y alguno de ellos, estamos muy cerca pero cada minuto cuenta – me explico y aunque parecía bastante convincente lo que acababa de decirme, sabía que había algo que estaba omitiendo, ¿Sabría ya quien era el culpable y no me lo quería decir? ¿No se supone que seriamos sinceros el uno con el otro? No lo quise presionar al respecto esperaba que tuviera sus razones, simplemente me despedí de él pidiéndole que tuviera cuidado.

Y así fue como trabaje toda la mañana tal y como siempre o quizás con un poco más de carga, en las últimas semanas la empresa había recibido publicidad favorable luego de los resultados de la gala de los enamorados y la exposición de nuestro compromiso con Eduardo, algunas de las más importantes empresas se mostraron interesados en que manejáramos sus inversiones. Eduardo se reuniría más tarde con él representante de una de las más prestigiosas cadenas de supermercados del país para hablarle un poco de nuestra cartera y proyectos. Empresas como esas no pertenecían solo a un dueño, si no a un comité completo por lo que resultaba más complejo ganar un contrato como ese.

– Rebeca – Alfonso entro a mi oficina interrumpiendo mi trabajo – Disculpa que te moleste, me preguntaba si has sabido algo de Minerva – parecía preocupado y nervioso

– No, ¿Has hablado con ella?

– Ese es el problema, no he podido hablar con ella desde hace casi dos semanas

– Envió una carta a Eduardo avisando que estuvo enferma la semana pasada y por eso su ausencia, pero es todo lo que se

– Entiendo – se mostró desanimado y antes de que se retirara, me arriesgue a preguntarle – Alfonso, tal vez, ¿Tu sabias en que estaba trabajando, antes de ausentarse tanto? – el me miro por unos segundos

– Lo siento – negó mirando el suelo y supe que su respuesta ocultaba algo – no sabría decirte en que estaba trabajando, Minerva solo me hacía revisar informes, tal y como me enseñaste. – torcí el gesto, mostrándome decepcionada, cortando la conversación.

– Bien, gracias – él se retiró dejando una pregunta en mi cabeza

<< ¿Qué ocultaba? >>

<< ¿Qué tanto sabia? >>

Mire la hora en mi computadora, solo para notar lo tarde que era, ya había pasado la hora de almuerzo, usualmente si me saltaba el almuerzo Amando me avisaba o me traía algo, pero de seguro ella estaba tan saturada de trabajo como yo, sobre todo hoy que Eduardo no se apareció por la mañana. Y más tarde me enteré de que apenas llego a la reunión y en cuanto esta se dio por finalizada se retiró de inmediato.

El jueves no se apareció por la oficina en todo el día, preocupándome. Intenté llamarlo durante el día, pero no tuve respuesta de él hasta muy tarde cuando estaba subiendo las escaleras de mi edificio luego de dejar a Tomi en la granja. Su mensaje era bastante corto y preciso, aunque no me daba muchas pistas de lo que ocurría.

"Lo siento, no sentí el teléfono"

Ver su mensaje me dio inmensas ganas de golpearlo, pero no era una chica irracional, sabía que se estaba esforzando por encontrar a Minerva y resolver las cosas.

Estaba pensando en que hacer para apoyarlo cuando precisamente me encontré a Jazmín en las escaleras

– Niña ¿Qué pasa que vas tan distraída? No me digas que tú también estas como el joven Eduardo.

– ¿Qué le pasa a Eduardo?

– Uy pos niña, anoche ni supe a qué horas llego y yo me duermo pasadito las unas después de ver la repetición de mi teleserie y hoy me lo encontré durmiendo en el sofá aún con su ropa del día anterior, y en esas mismas me lo encontré el miércoles.

– El miércoles – repetí notando porque había llegado tarde al primer día de escuela de Tomi.

– Si, pobrecito tanto que trabaja ese muchacho – suspiro, pero Eduardo no había estado en la oficina como ella suponía – Lo bueno es que al menos hoy logre convencerlo de dormir un poco más en su habitación, pero al rato después, salió otra vez deprisa en su auto.

– No dijo dónde iba – pregunte aceleradamente y entonces Jazmín me analizo unos segundos

– ¿Están peleados o con algún problema? ¿No creerás que te engaña verdad? Porque de segura hay una razón por la que ha estado llegando tan tarde estos días, conozco a los hombres como él, he trabajado por años cuidando de sus casas y sus hijos y se cómo lucen cuando engañan a sus mujeres. Y el joven Eduardo definitivamente no cabe en esa lista – Jazmín parecía más interesada en defenderlo que en escuchar mis sospechas

– No creo que me engañe Jazmín, tenemos una promesa, dijimos que no habría mentiras entre nosotros.

– A qué bien – dio palmadas al aire, riendo– Además ese niño está definitivamente enamorado de ti, eres su tema de conversación favorito.

– ¡Jazmín! ¿Qué le has contado?

– Uy pues ya ni me acuerdo todo el que le he dicho – sonrió tapándose la boca misteriosamente – Pero volviendo al tema, el joven parecía muy cansado, tampoco se ha afeitado estos días – me explico – Al verlo hoy estuve a punto de quedarme otro día más en su casa pero cuando se lo comente el negó diciendo que el viernes era mi día libre y no me preocupara por él, ¿Cómo si eso fuera posible cuando lo veo despertar tan mal por la mañana? – escuchándola, una gran idea ilumino mi cabeza

– Jazmín ¿Me harías un favor?

Ella escucho atenta mi petición y desde luego no se negó. No estaba segura de lo que haría, pero estaba preocupada, Jazmín me había comentado que no lo había visto comer como debía en los último días y posiblemente Eduardo se estaba dejando la vida en la investigación para descubrir pronto el paradero de Minerva, por lo que termine parada frente a su casa, decidiendo aún si entrar o devolverme a casa; tenía las llaves de Jazmín en mis manos pero no me atrevía a avanzar el paso necesario para ponerlas en el pomo de la puerta y abrir.

Temía que Eduardo se pudiera molestar al verme allí, tal vez había ido demasiado lejos, si él me quisiera allí podría haberme dado un juego de llaves hace mucho o tal vez incluso podríamos haber conversado de vivir juntos o algo, pero hasta ahora no lo había hecho y en mi interior algo me decía que era porque estaba aferrándose a este poquito que le quedaba de su vida como soltero. Tal vez era una tontera, pero ya estaba aquí y quería verlo, entraría y le prepararía algo de comer me aseguraría de que estaba bien y luego volvería a mi casa, tal y como llegue. Era un buen plan.

<< Pero ¿Por qué no me atrevía a dar el paso? >>

Sabía que no estaba en casa, la cochera donde guardaba la suv estaba vacía.

Okey cara entro, sello me largo – murmuré lanzando una moneda, necesitando una excusa para darme valor, mi primer intento salió sello por lo que fui por un 3 de 3, cuatro sellos y tres caras después finalmente estaba dentro de la casa.

Fui hasta la cocina y encontré algo de salmón en la nevera, entre muchas verduras pensé en hacer un platillo para una cena ligera y rápida de cocinar. Puse la mesa para los dos, algo de música de fondo y serví los platillos, pero Eduardo tardo más de lo que esperaba y termine por quedarme dormida sobre el sofá esperándolo.

– Rebeca ¿Qué haces aquí? – me despertó el portazo en la puerta, y para cuando me levante el parecía tan sorprendido con encontrarme allí como yo de haberme quedado dormida por tres horas.

<< Mierda, mierda, mierda >> eran pasada las tres de la mañana

- Estaba, yo... em... – me puse nerviosa y comencé a trabarme con mis propias palabras, el hecho de estar recién despertando tampoco ayudaba mucho – te esperaba..., yo estaba esperándote. – el me sonrió acercándose y verlo sonreír me relajo increíblemente

– Rebeca – se sentó a mi lado mirándome fijamente poniéndome nerviosa.

– ¿Qué?

– Te voy a besar – me aviso, ¿y porque me avisaba? Que tontería lo tome yo misma por el cuello acercándolo a mí, lo bese.

Desperté sola en medio de su cama ¿Qué hacia allí? Y ¿Dónde estaba Eduardo? Fue lo primero que me vino a la cabeza, recordaba que luego de cenar nos sentamos en el sofá, Eduardo tenía un par de ojeras creciendo bajo sus ojos y la barba de un par de días volvía su rostro rasposo, aunque no podía ocultar lo mucho que me gustaba como se veía con esa incipiente barba, estuvimos regaloneando sentados en el sofá y creo que en algún momento me debo haber quedado dormida.

– ¿Eduardo? – lo busque por toda la casa sin suerte, en su lugar halle una nota con su letra.

Marcus me llamo temprano y no quise despertarte. Llevare a Tomi a la escuela y estaré en la oficina todo el día así que si quieres puedes tomarte el día.

E.

– Pero que idiota – gruñí a la nada – ¿Tomarme el día libre? ¿Ma che assurdità era? ¿Porque simplemente no me despertó? Ridicolo

Para cuando entre a su oficina como un huracán molesto, Eduardo se sorprendió de verme allí, pero más sorprendida estuve yo cuando lista para gritarle, note que no estaba solo. Elena que estaba sentada frente a él, se volteó, para mirarme sonriente.

– Rebeca, justo estábamos hablando de ti – se levantó para darme un gran y maternal abrazo – Le estaba reclamando a Eduardo por la fecha tan pronta en que decidieron casarse, he estado organizando un par de asunto entre mis contactos y tengo un par de ideas que amaras para la boda, solo me hacen falta algunos detalles que espero podamos ver juntas. Eduardo me había dicho que estabas en su casa, había pensado en pasar más tarde por allí. No soy muy partidaria de la convivencia antes del matrimonio, mi idea es un poco más tradicional pero hoy en día los jóvenes están tan acostumbrados a tomar decisiones a la ligera que ya nada me sorprende, así que dime la verdad ¿Están viviendo juntos?

– Mamá por favor ya te dije que no –

– Ah, pero estabas muy nervioso cuando te pregunte, así que no te creo – le señalo, mirándome nuevamente

– No abrumes a Rebeca.

–Eduardo – lo regañe – puedo hablar por mí misma – le aclare, aún resentida con despertar sola y su tonta nota, pero sabía que no tenía caso seguir dándole vueltas

<< ¿Por qué me molestaba tanto? >>

<< ¿Sera que me está por llegar la regla? >>

– Aun no estamos viviendo juntos Elena, solo cenamos y se me hizo tarde – mientras estaba bajo la mirada escudriñadora de Elena, Amanda le hablo por el comunicador a Eduardo avisando que un tal Marcus quería verle, Eduardo me miro alarmado cuando Amanda estaba a punto de agregar más cortándole la comunicación.

– Elena ¿Qué tal si vamos a mi oficina y me muestras todas tus ideas? – me apresure a sacarla de la oficina de Eduardo, de modo que no se enterara de la presencia del detective.

Elena por supuesto no se negó y ya en mi oficina pude notar que se había tomado realmente enserio el planear la boda.

– Bien, al principio había pensado que para ustedes seria perfecto una boda en la playa –me mostro algunas imágenes en su teléfono, de matrimonios en la playa y su decoración – pero Tomi me hizo entender que aunque amabas la playa un matrimonio en ella te parecería algo poco práctico así que te negarías – me reí por la idea de Tomi opinando sobre mis gustos y demases pero lo cierto es que realmente tenía razón, casi toda la gente que conocía estaba en la ciudad y hacerles ir hasta la playa sería un gasto innecesario – Así que finalmente me centre en tres lugares en la ciudad, uno de ellos es el hotel de mi hijo, es elegante y tiene todo el servicio que pudiéramos necesitar pero tal vez el espacio no sería suficiente – me mostro una foto de un evento realizado en el mismo lugar y para mí el lugar tenía espacio más que suficiente para unos doscientos invitados,

<< ¿En cuántas personas estaría pensando Elena? >>

– Mi otra opción es usar el mismo lugar donde se realizó la cena de los enamorados

– Pero ese lugar era gigantesco, allí alcanzaban al menos mil personas.

– Bien eso nos lleva directamente a mi siguiente y última opción, es una parcela cerca de aquí, y veras porque es perfecto – me mostro algunas fotos de lugar decorado para eventos similares y entendí a lo que se refería, el lugar se mostraba sencillo pero hermoso.

– Este lugar es hermoso – Elena sonrío de oreja a oreja.

– Bien – se levantó – ¿Tienes algo planeado para este sábado?

– No que yo recuerde

– Perfecto, entonces pasare por ti el sábado, ahora debo correr por que tengo una cita con mi esposo – se sonrojo mientras sonreía lo que me pareció sorprendente y muy dulce. – Nos vemos el sábado querida – se despidió.

<< Así que de esta sorpresa hablaba Tomi >> supuse

Aunque no había pasado mucho tiempo desde que saque a Elena de la oficina de Eduardo, para cuando fui a conversar con él se había esfumado, Amanda me pillo justo cuando tocaba la puerta de su oficina.

– Don Eduardo salió de prisa luego de recibir al tal Marcus, fue tan pronto como don Luciano entro a su oficina.

– ¿Luciano? Te refieres a ¿Luciano Garrido?

– Si, a él mismo.

<< Pero ¿Que tenía que ver Luciano en todo esto? >>

– Gracias Amanda – regrese a mi oficina, buscando entre mis archivos las fotografías que le había tomado al mapa de sospechosos que habíamos hecho con Eduardo. Él ya sabía quién era el culpable eso estaba claro, lo que no entendía era ¿Por qué no lo desenmascaraba simplemente?

<< ¿Falta de pruebas? Puede ser >>

<< ¿Implicaba a alguien importante? Tal vez >>

<< ¿Y si no eran solo dos los implicados como habíamos pensado? ¿Dos? ¿Tres? ¿Cuatro? Era más que posible, para hacer maldades y salir limpio se necesitaba de mucha ayuda >>

El sábado, tal y como lo había prometido, Elena llego a mi casa temprano a eso de las 8:30 de la mañana, cuando yo ni siquiera estaba despierta, me había quedado dormida en mi cama rodeada de papeles, documentos, información personal, notas y todo cuando pude encontrar de quienes eran parte la lista de sospechosos, revisándolos unos tras otros y en este momento el dormirme tarde me estaba pasando la cuenta, además del frustrante hecho de no haber encontrado nada nuevo o especial, salvo por él apostador compulsivo que habíamos apodado "The Lucky One" que luego de morir su tía le dejo como legado una hermosa y gigantesca casa que ahora tenía en renta, y era precisamente el dinero que ganaba por la renta el que usaba para su apuestas. Pero aun así aún quedaban cinco sospechosos y no tenía más nada que un gran dolor de cabeza y el cuerpo con una extraña sensación como si estuviera temblando a causa de dormir unas dos horas.

– Rebeca, no luces para nada bien – fue lo primero que dijo al ver mi rostro – ¿Te sientes enferma?

– No, no es nada de eso – le quité importancia – tuve problemas para conciliar el sueño.

– Oh cariño, es normal estar nerviosa cuando te vas a casar, pero aún falta un mes completo – se rio

– Intentare recordarlo – barrí mi cabello hacia atrás, recordando mis fachas – Iré a alistarme, quedas en tu casa Elena.

Aunque los días aún eran de verano, ya no se sentía tanto calor como semanas atrás, por lo que al salir de la ducha me decidí por unos jeans en lugar de mis tan amados shorts, y un par de zapatillas, acompañados con una polera sin hombros, pero con vuelos, sacudí mi cabello intentando secarlo un poco y lo deje suelto, estaba casi lista para comenzar mi día, ahora solo me faltaba una taza de café.

Elena me acompaño a la granja a por Tomi y pasamos el resto del día visitando distintos lugares referentes a la preparación a la boda, como la iglesia, un lugar para mandar a hacer las invitaciones, la decoración como arreglos florarles, luces, servilletas, platos y servicio entre otros miles de cosas ¿Quién diría que organizar un matrimonio requeriría tanto trabajo? Por suerte Elena había dispuesto todo a la perfección con un mapa, para no tener que ir de un extremo de la ciudad a otro. Pasado el mediodía se nos unió Noe, que nos acompañó al elegante restorán del hotel Great Royal, para decidir el menú del banquete probamos un sinfín de muestras de coctel, entrada, plato fuerte ensaladas y postre claro que quien más disfruto de estos últimos fue Tomi, Elena realmente parecía haber pensado en todo incluso nos dieron a degustar algunos vinos y cocteles, mientras que a Tomi le dieron un delicioso jugo de piña.

Para finalizar el día Elena y Noelia me sorprendieron llevándome a una de las famosas boutiques del diseñador Cristopher Crawford, pero no cualquiera de sus boutiques, si no la que se especializaba en vestidos de novia. Por un segundo estando allí, el hecho de casarme, de la ceremonia, de iniciar una vida con Eduardo me sobrecogió al sentirse tan real y cercano. Y por primera vez experimente esos nervios vertiginosos como si estuviera a punto de realizar algo extremo o peligroso.

– Sorpresa – gritaron mis amigas y mi hermana apareciendo de los probadores

– ¿Qué es esto? No me digan que planearon hacer la despedida de soltera tan pronto

– No, no, no nada de eso – salto Lau – Eso se hará a su debido tiempo y será extremo e inolvidable – me codeo.

– ¿Qué hacen en una despedida de solteros? – pregunto Tomi intrigado por las palabras de su tía Lau, y yo la mire mal y ella solo me sonrió nerviosa, pero Bea como siempre salió al rescate.

– Los que están pronto a casarse le dicen adiós a la soltería con una pequeña fiesta, a la de la soltera solo se permiten invitadas mujeres y a la de solteros solo invitados hombres, quienes ya están casados dan consejos a quienes pronto lo estarán y se hacen juego y hay mucha comida. – le explico todo tan dulce y tiernamente que Tomi se emocionó con la idea.

– Genial, entonces mamá yo puedo ir a la despedida de soltero de Eduardo

– Ni hablar – exclame sin darme cuenta, sorprendiéndolas a todas incluso a mí, por unos segundos un silencio se formó hasta que Noe se largó a reír

– Ay Rebeca, que mal pensada eres – dijo entre risas

– Las despedidas de solteros son para los adultos, y tu aún no eres mayor de edad, pero puedes tener tu propia despedida, con los niños de la granja – le propuse – después de todo luego de la boda ya no volverás a vivir con ellos ¿Qué te parece?

– ¿Una despedida de la granja? – lo pensó por unos segundos – Que extraño es pensar que dejare La Granja – frunció el ceño, y note que Tomi también sentía esos nervios extraños, pero él lo sobrellevaba por lejos mejor que yo, rio ante lo que estaba sintiendo y me dio su respuesta – Una despedida será genial.

La encargada de la tienda nos dirigió por la tienda hasta una especie de sala con sillones y espejos, en una de sus paredes tenía un espacio con elegantes biombos que se usaban como probador. En la sala tenían un enorme colgador con muchos vestidos en él, que las chicas habían elegido para mi previamente, incluso Tomi había participado.

– Muy bien, lo decidimos con cachipun y gané yo – Bea se señaló así misma alegre – así que primero te probaras uno de los que escogí para ti. Espero que te guste.

Fue hasta el colgador y tomo un vestido con un escote en V desde los tirantes hasta el centro del pecho o al menos suponía que llegaba hasta ahí. No le examine mucho más y fui hasta el probador tapado por biombos para probármelo. La siguiente fue Miriam, que me entrego un ceñido vestido hasta la cadera con un elegante escote, Noe me entrego un vestido strapless con hermosos vuelos al caer. Elena mientras tanto se decantó por uno más elegante y recatado, pero con una escotada espalda le daba un toque único. Lau se por un corte de sirena con detalles en encaje y finalmente fue el turno de Tomi, que ayudado por Elena me mostro el vestido que había elegido para mí, cuando le pregunte porque lo eligió su respuesta fue "Mai dijo que parecía el vestido de una princesa moderna" con detalles de encajes por todo el vestido una espalda escotada por detrás y un corte en V por delante el vestido era ceñido hasta mi cintura y caí elegantemente hasta tapar mis pies, debo admitir que era uno de mis favoritos y nos es porque lo hubiese escogido mi hijo, sino porque me sentía genuinamente cómoda y hermosa en él. Pero todos eran tan hermosos que no estaba segura de por cual decantarme. 

Cada vez que cambiaba mi vestuario las chicas daban sus opiniones al respecto, también las pille tomando fotografía que estaba segura terminaría en Instagram o Facebook o alguna de esas redes sociales a las que Lau era tan aficionada.

Aun llevaba el ultimo vestido que me había probado cuando la puerta de la sala en que nos encontrábamos se abrió, dejando pasar a un hombre de cabello gris gracias a las canas y un elegante traje color terracota.

– Señoritas, muy buenas tardes

– Cristopher – le saludo Elena encantada, Noe no tardo en levantarse para saludarle también – Querido ¿Qué te trae por aquí?

– Me secretaria me informo de reserva y sabes que me gusta atender a mis clientes favoritos por mi cuenta

– Rebeca, ven aquí cariño – me llamo Elena – Este es Cristopher Crawford, la mente tras estos hermosos vestidos. Cris, ella es Rebeca Rodríguez como ya sabes la prometida de mi hijo.

– Mucho gusto – salude observándolo, el hombre desprendía ese aire de seguridad en sí mismo que lograba intimidar sobre todo cuando camino a mi alrededor examinando mi figura y vestido con esos ojos tan claros que tenía, no estaba segura si eran azules o celestes.

– Cristopher me ayudo con el vestido de mi matrimonio, y fue fantástico, en serio ame ese vestido – me comento Noe mientras el tal Cristopher terminaba su chaqueo en mí.

– Es vestido luce muy bien en ti – comento a modo de elogio – Felicidades Elena, tienes una nuera realmente hermosa

– Y muy inteligente también, después de todo es la Gerente General de la empresa.

Cristopher me pregunto por mi opinión por él resto de los vestidos mientras los miraba y finalmente me pregunto que esperaba del día de mi boda. La respuesta fue clara, esperaba sentirme cómoda conmigo misma y feliz, había visto novias sufriendo todo él día por sus zapatos, vestidos, los anillos el maquillaje incluso por algo de la organización que fallaba de ultimo minutos, definitivamente esa no sería yo.

– Eso es bastante practico – comento mi respuesta

– Rebeca siempre ha sido así –secundo mi hermana, posiblemente recordando algún momento en que mi lado practico la dejo impactada.

Cristopher se rio ante el comentario de mi hermana, y luego continuo con un par más de preguntas, entre ellas por el color de mi vestido de novia, resulta ser que hay una inmensa gama de tonos entre los blancos, como crema, marfil, albero, blanco roto, blanco invierno, camel, ocre, cascaron, hueso entre otro hasta llegar al tono beige. Y yo solo podía pensar en que quería un vestido en blanco y por un momento me sentí como un hombre con visión monocromática, porque para mí todos los tonos eran blancos. Luego de un par de preguntas finalmente dio su veredicto.

– Tus amigas definitivamente han hecho buenas elecciones, y basándome en lo que te he preguntado estoy en serios aprietos para descartar uno u otro. El vestido de corte sirena tal vez podría resultar algo incomodo si no eres muy paciente al caminar, el de strapless debido a sus vuelos podría resultar algo incomodo al moverse o sentarse pero nada con lo que no se pueda lidiar, el de corte en V y tirantes debido a su baja espalda podría complicar el mantener los tirantes en su lugar pero nada que con una personalización del vestido no se pueda lograr, mientras que el que Elena me ha dicho que escogió para ti, definitivamente tendrás que cuidar tu caminar por que la tela del vestido es del tipo que cae en resto, y por ultimo está el pronunciado escote de este – tomo el diseño que Beatriz había escogido para mí. – Como vez todos son hermosos y todos tienen sus pros y sus contras, tal vez con lo que te acabo de decir puedas decidir, piénsalo y puedes volver cuando desees.

Con todos los detalles de cada vestido y una decisión por tomar finalmente salimos de la boutique, Elena me pidió permiso para llevarse a Tomi a tomar un helado y prometió llevarlo ella misma a la granja, y ante la insistencia de Tomi termina dejándoles. Noe por su parte se despidió de nosotras cuando Luciano la llamo diciendo que se habían acabado los pañales de Max y no encontraba su biberón, vi la cara de exasperación de Noe al escucharlo decir que nada está en su lugar cuando lo busca y Noe por su parte le respondió que no buscaba bien las cosas, y antes de seguir discutiendo por teléfono se marchó.

Con las chicas terminamos por ir a una cafetería, donde nos pusimos al día con nuestras vidas, llevaba días sin verlas y últimamente estaba tan sumergida en mis cosas que apenas apartaba tiempo para ellas, Bea me conto que todos sus papeles estaban listos y pronto se marcharía por una temporada a estudiar al extranjero, la universidad de Cambridge había aceptado su intercambio y ahora solo le quedaba esperar por el inicio de semestre. Mientras que Lau nos contó que ya llevaba un mes completo de relación seria luego de haber estado saliendo con el tal Antonio, contaba que tenía sus momentos buenos y malos, pero sabían como arreglarse al final del día y eso le gustaba. Mimi aprovecho el instante para desahogar sus penas y contarnos un poco más de la secreta relación que había tenido con el don Juan que resultó ser el tipo del hospital, como todo termino el día que lo encontró con otra chica luego de perder a su paciente y la venganza que llevo a cabo cuando con ayuda de Oscar y el hermoso vestido amarillo que había tomado prestado de mi guardarropas le dejo en claro lo que se perdía, mientras se iba con alguien que mejor la valoraba.

Aunque todas nos sorprendimos cuando nos comentó su cercana relación con Oscar, el asistente social que había conocido para el cumpleaños de Tomi, Mimi nos aseguró que solo eran amigos y que la verdad Oscar estaba prendado de alguien más, pero no había tenido problema con ayudarla.

Nos reímos un rato con un par de anécdotas de la semana y por primera vez en toda la semana me sentí genuinamente relajada. Olvidando el asunto de la investigación en la empresa y de los sospechosos, de la empresa y lo que Eduardo mantenía tan en secreto con el detective ese.

Pero en algún momento todo volvería a rondar por mi cabeza, y fue así como el lunes a primera hora Amanda llego a mi oficina anunciando una reunión extraoficial de último minuto, aunque al principio no me pareció para nada raro porque un una semana con movimiento normal ese tipo de reuniones aparecía cada dos o tres días, pero comenzó a olerme raro cuando al llagar a la sala de juntas, no era el mismo panel de siempre, algunos rostros se habían agregado a la reunión, rostros que conocía por las fotos que teníamos de los sospechosos, Julián Cifuentes "The lucky one" estaba fue el primer rostro que reconocí parecía nerviosos por haber sido citado a esta reunión pero en su lugar cualquiera lo estaría, y aunque yo ya le había descartado como sospechoso al parecer Eduardo no lo había hecho, "El Desconocido" Cáceres también estaba allí sentado en silencio miraba reiteradamente su reloj, Luis Vega o como le habíamos llamado "El estancado" conversaba confianzudamente con Federico Avalo, el representante de Parsons. Guillermo era el plato de cada reunión sentado en su inmovible trono observaba a todos desde su lugar, posiblemente sin entender la razón de su presencia allí. A su lado había tomado lugar Luciano, que se veía relajado mientras enviaba textos con su celular. Fabian Subercaseaux era otra de las caras conocidas para mí, pese a ser un accionista de una módica parte de la empresa, era uno de los más activos y constantes en las reuniones.

Tome asiento en mi lugar de siempre, al ver a Amanda entrando con Alfonso para sentarse en uno de los lugares pegados a la pared, y tras ellos Eduardo entro acompañado del detective que había sido su sombra esos últimos días, lo que me indico que en pocos minutos estallaría una bomba en este lugar.

Marcus tomo asiento a mi lado, sin siquiera mirarme mantenía su semblante serio mientras analizaba uno a uno a cada miembro de la empresa que se encontraba en la sala.

– Buenos días, señores – se sentó a la cabeza de la mesa de juntas llamando la atención de todos – y señoritas agrego sin olvidar a la presencia femenina en esa reunión – Seguramente se están preguntando ¿A qué se debe esta junta extraordinaria? Como siempre iré sin rodeos y pasare directamente al grano, hace ya un buen tiempo se han estado produciendo desviaciones de pequeñas pero significativas cantidades de dineros, este dinero se estuvo lavando al pasar por una de las cuentas que manejamos que resultó ser falsa y por lo tanto una mera tapadera para justificar la salida de dineros no correspondientes. – hizo una pausa tomándose el tiempo para mirar a cada uno de los presentes – Y todos quienes estamos en esta sala nos hemos visto involucrados de una u otra manera. Pero por el bien de la empresa es que he indagado a fondo en el asunto – Eduardo se levantó y comenzó a pasear por la sala – y encontrando al responsable de todo esto. – sentencio firmemente. Guillermo se cruzó de brazos sobre la mesa, mostrando una expresión de sorpresa increíble.

– Pero ¿Cómo esto ha ocurrido? ¿Por cuánto tiempo?

– El ladrón ha sido lo suficientemente inteligente como para tapar sus huellas y conseguir firmas falsas en tu nombre Guillermo.

– Dios Santo, eso es gravísimo – alego nuevamente.

– Pero hay algo que no ha considerado y eso fue su perdición – todos escuchábamos atentón a Eduardo que parecía estar dándole vueltas al asunto a conciencia – No ha tenido cuidado con sus movimientos bancarios, justificar cada peso es importante en nuestra sociedad y cuando de pronto comienzas a mover grandes sumas de dinero de la nada, comienzas a ser sospechoso de todo. – se posiciono tras nuestro "Lucky One" mirándolo detenidamente – ¿No es así Julián? – de inmediato el acusado se volteó a él y en un nervioso balbuceo intento defenderse

– Señor, yo no he sido – logro comunicar – Jamás le robaría a la empresa, me gusta mi trabajo.

– Pero un poco de dinero extra no le va mal a nadie, y tú has aprovechado cada centavo apostando

– Es mi pequeño vicio, intento controlarlo, pero en ocasiones termino gastando más allá de mi presupuesto esperando por ganar.

– Confiesa ahora, y solo te iras de patitas a calle, pero si no confiesas hare de esto un tema legal porque con tu robo de dinero has puesto en peligro la imagen y credibilidad de la empresa.

– No he robado nada, jefe – volvió a defenderme – Soy inocente – aunque su voz intentaba sonar firma claramente los nervios le jugaban en contra. Un mensaje entrante sonó en el teléfono de Marcus distrayéndome por unos segundos, le vi mirar brevemente su teléfono por debajo de la mesa, pero antes de lograr ver de qué se trataba bloqueo la pantalla. Al pillarme observándolo se aclaró la garganta con un poco más de dramatismo del normal. Volví mi atención a la conversación entre Julián y Eduardo, el pobre hombre seguía intentando defenderse, pero por alguna razón Eduardo se empeñaba en culparlo, fuera cual fuera su plan no intervendría hasta el final. Julián finalmente se le ocurrió mencionar que tenía pruebas de su inocencia y como si Eduardo lo estuviera esperando por un segundo la comisura de su labio se levantó, justo antes de mostrarse sorprendido

– Eso es imposible, porque si resultas ser inocente significaría que la firma de Guillermo no era una falsificación, si no una real. Lo que me lleva a él como sospechoso

– Eso es ridículo, he trabajado en esta empresa por más años que los aquí presentes, me preocupo por ella y la mantengo a flote ¿Por qué querría ensuciarla de esa manera? – Eduardo camino a paso lento y calculado hasta él

– Porque para ti, nada es suficiente. El dinero y la ambición te corrompieron y acabas de delatarte, a ti y a tu cómplice – Guillermo por un segundo miro hacia donde estaba "El estancado" fue un momento tan pequeño que de no haber estado atenta a sus gestos luego de la acusación de Eduardo, jamás lo hubiera notado. Eduardo se volvió a Luis Vega para mirarle has estado trabajando para Guillermo sacando pequeñas ganancias de su ración, pero ahora has sido delatado por sus propias reacciones y no solo eso, también te acusan – Miro al detective, que le devolvió un gesto de aprobación – su estado de cuentas bancarias y transacciones además de los mensajes que compartieron por la intranet de la empresa.

Lo siguiente paso realmente rápido, Luis se levantó de su silla y empujando a Eduardo para tirarlo al suelo corrió en dirección a las puertas, Eduardo por suerte solo trastabillo como si se hubiese preparado para una reacción así, Luciano y yo nos levantamos a la ve de nuestras sillas sorprendidos. Mientras que Guillermo apretaba los puños en su lugar.

– Maldito, hijo de puta – murmuro con un gruñir, maquinando seguramente como salir de esta.

– Pero todo es tiempo, no fuiste el único interesado en desviar fondos ¿Verdad? Al ver que tu pequeño pero constante robo funcionaba, tuviste más de un interesado y antes de Luis estuvo Adrián Guzmán como tu secuaz, puedes agradecerle a él que te haya descubierto, por que pese a estar muerto su trabajo y su ficha curricular en la empresa, fueron las migajas suficientes para dar contigo.

<< ¿Adrián Guzmán? ¿Por qué me sonaba? ¿Guzmán? >>

<< Me sonaba parecido a... >>

– Mierda – balbucee botando el aire impactada

<< Me sonaba parecido a Alfonso Guzmán >>

Lo mire confirmando mis sospechas, al verlo retorcer sus dedos y apretarlos luego hasta dejar sus nudillos blancos. Marcus a mi lado al notar mi descubrimiento me dio un golpe con su pierna por debajo de la mesa. Deje de prestarle atención a Alfonso para volver a la conversación entre Guillermo y Eduardo, el primero intentaba inventar excusas mientras que Eduardo las refutaba todas y cada una de ellas.

– Ya has hecho suficiente daño con tus manipulaciones, llevaste a la quiebra aquella cafetería que usaste como tapadera, pusiste en peligro nuestra propia empresa, e involucraste a mi personal.

– También causó la muerte de mi hermano – se levantó Alfonso caminando hasta la mesa – Él había decidido renunciar a sus negocios sucios, pero usted no estuvo de acuerdo y lo extorsiono por ello, Adrián intento soportarlo lo mejor que pudo, pero la culpa pudo con él y cuando le dijo que renunciaría sin importarle nada, se las arregló para provocarle ese accidente que le costó la vida. – Guillermo horrorizado ante la acusación lo negó rotundamente, pero Alfonso parecía estar seguro de lo que hablaba – Mi hermano no bebía, no soportaba el alcohol luego de que nuestro padre pasara una etapa de su vida sumergido en él. Pero el día de su muerte los forenses les dijeron a mis padres que su muerte había sido por conducir a exceso de velocidad en estado de ebriedad, tenía tanto alcohol en su sistema que posiblemente apenas era consciente de lo que le ocurrió. Eso fue lo que los forenses informaron y con ello cerraron el tema, pero mi hermano no pudo tomar tanto alcohol por él mismo y luego llegar hasta su auto y manejar.

– Por eso entraste a esta empresa a hacer tu pasantía, querías indagar en el pasado y descubrir al culpable – aseguro Eduardo – Y te encontraste con Minerva, que tenía la misma misión aquí, solo que su investigación no te daría tiempo para tener pruebas suficientes contra el culpable que buscabas.

De un momento a otro todo esto había dado un giro por completo

– Esa noche que rastreo la conversación que la llevo hasta los puertos, tú estabas siguiéndola

– Yo... – Alfonso dio un paso atrás perdiendo por un segundo se seguridad – Yo solo necesitaba su ayuda para limpiar el nombre de mi hermano y dar con él culpable de su muerte, pero ella se negó diciendo que primero necesitaba dar con quienes estaban desviando dineros de la empresa. Estaba tan cerca y a la vez tan lejos.

– Que decidiste secuestras a Minerva, para darte tiempo

– ¿Qué? ¡No! – se defendió – Si la seguí, y la estuve vigilando a ella como hacia donde se realizaría la junta, esperaba que ver a los culpables me ayudara a saber que buscar y por dónde ir. Pero antes que cualquier cosa pasara vi como alguien golpeaba a Minerva intentando reducirla, pero también la vi defenderse y correr. Entonces creí que estaría bien y me quede en el puerto para ver como este señor – señalo a Guillermo – se encontraba con un hombre vestido de negro por completo, que permaneció escondido en la oscuridad todo el tiempo.

– Tenemos un testigo Guillermo, y pruebas de que eres culpable. Ahora dinos ¿Dónde está Minerva?

– No sé de qué hablas, yo no le he hecho nada – Guillermo persistía en su inocencia, fue cuando el detective a mi lado se levantó golpeando la mesa.

– Guillermo Ortega, queda usted detenido por el delito de fraude y robo, tiene derecho a permanecer en silencio, todo lo que diga puede ser usado en su contra. – la lectura de sus derechos sorprendió a Guillermo, pero a diferencia de Luis, Guillermo ni siquiera intento escapar.

– Gracias a tu teléfono móvil, es que un especialista pudo acceder a toda tu información y cuentas – señalo Eduardo – todas tus cuentas serán congeladas bajo la orden de un fiscal por lo que puedes olvidarte de salir bajo fianza o con sobornos. Solo te queda confesar Guillermo.

– Nunca – se rio, mostrando por primera vez una reacción más allá de declarar su inocencia.

– Si no lo haces tú, Luis Vega lo hará

– Buena suerte atrapándolo, el chico es resbaloso

– En ese un grupo de oficiales uniformados entraron a la sala de reuniones entre dos traían esposado a Luis Vega mientras que otros dos venían para esposar a Guillermo y llevárselo.

Le vimos salir esposado, pero muy tranquilo demasiado para ser normal sin duda Guillermo era un hombre de cuidado, Eduardo despacho a todo mundo exigiéndoles discreción sobre el asunto, y a la vez disculpándose con Julián por el teatro que tuvo que hacer con él antes de acusar al verdadero culpable.

Julián se mostró comprensivo ante la situación y muchísimo más aliviado de saber que nunca había sido considerado realmente culpable.

– ¿Alfonzo? Fue eso todo lo que viste – lo detuvo Eduardo antes de que se retirara y aunque lo pensó por unos segundos finalmente confeso.

– Cuando regresaba a la capital, vi la moto en la que había ido Minerva estacionada en una bencinera y entré a esta. Unos hombres hacían un montón de escandalo cerca del baño de mujeres fue cuando note que entre los dos intentaban controlar a Minerva, pero no se dejaba, la bencinera estaba prácticamente desierta por lo que más allá de dos asistentes de bomba nadie más los vio. Minerva logro escaparse por unos segundos y aproveche el jaleo que armaba para salir del auto e intentar ayudarla, pero antes de logar hacer algo ella choco contra mí y caímos al suelo cuando me vio negó con la cabeza como si no quisiera que la ayudara en lugar de eso me golpeo en las costillas gritando como si fuera otro de sus captores y luego me dijo "Mi teléfono está en el baño" se levantó y volvió a correr, los tipos me ignoraron por completo así que fui al baño a por su teléfono, aunque estaba bloqueado sabia su contraseña, apenas lo abrí encontré un video de un par de minutos. La escuche gritar afuera y vi como los tipos la volvieron a atrapar llevándola esta vez con rapidez hasta un auto negro y aunque intente seguirlos por la carretera, al llegar de regreso al puerto los perdí por completo.

– Fuiste tú quien me envió el video – Alfonso asintió declarándose culpable del hecho – Pero luego entraste a mi computadora para borrarlo ¿Por qué?

– ¿Por qué era peligroso? Jamás debí enviar ese correo a usted, pero tenía miedo de enviarlo a la policía y que me culparan, tampoco sabía a quien más acudir.

– Lamento mucho lo de tu hermano – dije de corazón

– Lamento si se sintieron engañados, pero necesitaba estar cerca del que fue el último trabajo de mi hermano.

– Guillermo tiene una larga lista de crímenes por confesar, pero de momento me alegra saber que Minerva ya está libre de su mano. – Eduardo palmeo el brazo del detective a quien por primera vez le vi sonreír.

– ¡El mensaje! El carraspeo ¿Eran una señal? – el detective asintió mirándome

– El video y la carta nos permitieron dar con ella, fue muy hábil descubrir el mensaje oculto y también fue de mucha ayuda tu traducción del italiano, solo fallaron en una palabra que llevaba una i, nuestro perito descubrieron otro par de letras destacadas con sus programas, que resultaba difícil distinguir a simple vista y fue todo lo que nos hizo falta.

– ¿Donde esta Minerva ahora?

– El equipo viene en camino con ella, llegaran posiblemente en una hora

– Que bien – di un aplauso – es una gran noticia, finalmente todo se ha resuelto.

Volví a mi oficina luego de que la reunión se disolviera, quería ordenar todo para ir a ver a Minerva apenas llegara a la ciudad, me sentía feliz y tranquila. Guillermo y su secua habían sido apresados, y ya no existiría más el problema de desfalco, si, definitivamente este sería un grato descanso.

– Tal vez podría hacerle caso a Eduardo y tomarme un día libre – comencé a planificar en mi mente, y si él también se tomaba un día libre y lo pasábamos juntos, iríamos a dejar a Tomi y luego podríamos pasear por algún parque por la mañana, volver a casa para un almuerzo juntos y más tarde ir a por Tomi, seria lindo. Mi teléfono sonando sobre mi escritorio me despertó de mi ensoñación, tan en las nubes había estado que bote parte de los papeles que estaban sobre mi escritorio, mi teléfono dejo de sonar así que, sin mirarlo, me levante para rodear mi escritorio y poder recoger mis papeles.

– Hola Rebeca – la voz de Guillermo encendió todas las alarmas de alerta en mi cabeza ¿Qué hacía en mi oficina? Mi cuerpo se tensó, pero me negaba a ser presa del pánico, pero entonces escuche un metálico chasquido, como el sonido que hacia un arma cuando le quitaban el seguro en las películas. Voltee para quedar de frente a él, y con lo primero que se toparon mis ojos fue el cañón de un arma que apuntaba directamente a mi

– ¿No creíste que se desharían de mi tan fácilmente? O sí. – una espeluznante sonrisa apareció entre sus labios haciendo que mi cuerpo tuviese una sensación de calosfríos recorriendo mi espalda y sobre mi escritorio mi teléfono volvía a sonar, voltee lentamente a mirarlo solo para ver que la pantalla se iluminaba repetidas veces y en ella el nombre del dueño de la llamada.

"El idiota de mi jefe: EDUARDO"





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