FRDZ: Friendzone |J.Jungkook

By MJGozz

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―¿Que se siente saber que la única persona que te conoce mejor que nadie en el mundo no sabe todo lo que sien... More

.•Booktrailer•.
00.•El principio de todo•.
01.•Una mirada al pasado•.
02.•El primer dia•.
03.•Fiesta del ingresante•.
04.•La boca del lobo•.
05.•Ratas de biblioteca•.
06.•Nuevas Estrategias•.
07.•La verdad de la mentira•.
08.•Primera jugada•.
09.•Subidas inesperadas•.
10.•Planificación•.
11.•Hora del juego•.
12.•Bajadas peligrosas•.
13.•Arrepentimientos•.
14.•Reemplazo•.
16.•Cuerdas flojas•.
17.•Estragos•.
18.•Transparencia•.
19.•Cara a cara•.
20.•Inefable•.
21.•El otro él•.
22.•Encrucijadas•.
23.•Antes de la tormenta•.
24.•Ojos abiertos•.
25.•Silencio•.
26.•Un mal chiste•.
27.•Balance•.
28.•¿Mala persona?•.
29.•Por ti•.
30.•Ni vaso ni vacío•.
31.•Punto de quiebre•.
32.•Dualidad•.
33.•La otra cara•.
34.•Donde debo estar•.
35.•El jardin sin retorno•.
36.•Fondo•.
37.•Malas decisiones•.
38.•Sube y baja•.
39.•Caricias de día•.
40.•No todo lo es brilla es oro•.
41.•El final de todo•.
01.•Epílogo•.
02.•Epílogo•.
.•Agradecimientos•.
Extra00.•JiEun•.
Extra01.•Amigos con derechos•.
Extra02.•Lazos de sangre•.

15.•Nuevo rumbo•.

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By MJGozz

El día que había aceptado jugar con una estrategia diferente nadie me había dicho el cambio al cual me debía enfrentar.

Sí, mi vida había cambiado de dirección, pero eso no significaba el fin de la historia.

No debía seguir ningún camino nuevo, me tocaba a mi armar y seguir mi propio rumbo.

***


La vista desde el balcón del departamento de Jungkook era bastante bonita. No era el último piso pero si estaba lo suficientemente alejado de la planta baja como para poder apreciar el paisaje desde otra perspectiva. Las luces de los demás edificios, autos y carteles publicitarios conformaban una amplia y estética paleta de colores. El murmullo de la gente era callado gracias a la altura, permitiéndome solo apreciarlos desde arriba, viéndose tan pequeños como casi insignificantes. Lo único que la altura no podía cambiar era el hecho de que el edificio de él estaba sobre una avenida importante de la cuidad, por lo que el ruido incesante de los autos junto con sus bocinas arruinaba la armonía de la vista.

Seguía haciendo la misma temperatura que hacía cuando tomé el bus hacía aquí, solo que ahora, una pequeña brisa se levantó provocando que el frío tomara otra magnitud. Habíamos tenido que salir para que Jungkook pueda fumar, argumentando que si fumaba dentro de la casa, su madre lo regañaría una semana completa.

―¿Tienes frío? ―preguntó. Había recostado su cuerpo en una de las paredes y me miraba fijamente mientras que dejaba uno de los cigarros sobre sus labios y procedía a buscar el encendedor.

―¿Ah? ―pregunté cuando logré salir de mis pensamientos, él subió ambas cejas a espera de mi respuesta y, finalmente, cuando logré recordar lo que había preguntado negué levemente―No, es solo que...¿Por qué tienes que fumar?

―Me relaja, supongo―contestó alzando ambos hombros y provocando que el cigarro en sus labios bailara mientras hablaba, tomó el encendedor con una de sus manos y usó la otra mano como reparo para que la brisa no afectara a la llama, en cuestión de segundos una pequeña nube blanca se escapó por sus dedos―No le des importancia, es solo un mal habito que he adquirido gracias a una mala persona.

Me crucé de brazos, el frío cada vez se volvía más insoportable.

―¿EunJi? ―probé con adivinar.

―La maldita fuma como una chimenea―contestó con cierto malestar, tomó el pequeño cilindro de nicotina entre sus dedos y luego exhaló, vaciando sus pulmones mientras cerraba sus ojos.

―Espera, ¿Ella fuma? ―mi tono de incredulidad sonó algo exagerado y el pareció notarlo a la perfección. Soltó una risa débil, haciendo que más humo blanco escapase de su sonrisa y luego me miró con gracia.

―¿Y te sorprende?

―¡Claro que sí! Taehyung odia a los fumadores...

―Lo te notado―me interrumpió mientras se señalaba a sí mismo.

―No lo digo por ti, es en general, su tío murió de cáncer de pulmón cuando éramos pequeños, detesta a cualquier fumador, el simple hecho de percibir el olor le provoca nauseas.

Su sonrisa no se había quitado de su rostro, ¡Era un tema serio y él seguía sonriendo con esa mueca de victoria muy derrotada!

―Parece que nuestra pequeña Pinocho es toda una experta―comentó para sí mismo mientras volvía a darle otra calada al cigarro.

Lo miré seriamente, realmente había logrado ponerme de mal humor, esa típica actitud de desinterés por todo hacía que mi sangre hirviera. Avancé los pocos pasos que me separaban de él y le arrebaté el objeto de los labios, tirándolo al suelo y pisándolo con bronca. El levantó su vista hacía mi con completa incredulidad y enarcó una ceja con evidente disgusto.

―¿Cómo puedes sonreír en un momento así? ¡La maldita le ha estado mintiendo todo este tiempo a Taehyung! ―me atreví a elevar el tono de voz, deseando que los vecinos no escuchasen nada.

El levantó sus manos y envolvió mis hombros con ellas, en cuestión de segundos me dio vuelta con tanta fuerza como si empujarme no representara utilizar nada de fuerza, finalmente pasé a ser yo quien estaba contra la pared, solo que contra mi voluntad y totalmente acorralada por los brazos de Jungkook.

―Uhm, no sé, ¿Será por qué, quizás, Taehyung no me importa en absoluto? ―respondió con sarcasmo, quemando mis ojos con el fuego de su mirada. Tenía que ser sincera, pedirle a él que se preocupe por Tae sería como si él me pidiese que lo haga por EunJi, pero no podía evitarlo, el saber la clase de persona que tenía a su lado sacaba a flote todos mis instintos por querer cuidar a mi amigo―Ya sé del motivo de tu visita, ahora necesito escuchar la razón―Sacó sus manos de mis hombros en un movimiento brusco y bastante fuerte, logrando que me pegara más a la pared, de su bolsillo volvió a sacar su caja de cigarros y no tardó en encender otro―¿Por qué dices que EunJi aun no me supera?

Enderecé mi espalda y tomé una pose más tranquila, finalmente hablaríamos de lo que tanto había ansiado. Sentirme en la posición del sabelotodo me entregaba cierta fuerza que no tardé en presumir con una gran sonrisa.

―Es una teoría, en realidad―aclaré en primera instancia―Pero estoy bastante creída de eso...he estado pensando bastante en el asunto durante esta semana y había una pieza que no encajaba por ninguna parte, fue hasta que hablé con Taehyung.

―¿Estuviste con él?

―Estuvo visitándome todos los días porque no salía de mis libros―comenté sin mucha importancia―Recién esta noche estuve medianamente lista para verlo, obviamente me preguntó que había pasado conmigo y, aquí viene lo más importante―dije acompañado de un movimiento con mis manos―sabía que estábamos peleados.

Los hombros de él se bajaron casi al instante, representando la definición mas clara de la desilusión. Bajó su mirada a su mano mientras movía su cigarro para que la parte consumida callera al suelo del balcón y luego me vio con una ceja enarcada. Sonreí con malicia solo porque esperaba esa reacción, por no decir que la anhelaba, solo así me sentiría más poderosa por tener que explicarle algo al señor frío y calculador.

―¿Eso era lo que tanto tenías para decirme? ―preguntó con aires de desinterés, mientras exhalaba de manera provocativa todo el humo cerca de mi cara.

―¿Acaso no lo puedes ver? ―inquirí empleando el mismo tono que él sabía usar, la curiosidad nació en él de manera notable e hice un esfuerzo para reprimir mi sonrisa―¿Quién más, además de nosotros, sabía de nuestra pelea? ―supe que gané su completa atención cuando se cruzó de brazos y se acercó unos pasos hacía mi―¿Acaso tu se lo comentaste a alguien?

―N-no―respondió, llevaba el ceño medio fruncido, como si esa fuese la señal que indicaba que detrás de todo ese lindo rostro de niño malo había un cerebro que estaba sacándole chispas a sus engranajes.

―Qué curioso, yo tampoco―agregué de manera sarcástica― ¿Sabes que es más curioso aun? Fue EunJi quien se lo comentó al grupo con demasiada seguridad.

―¿Estás segura de eso? ―Era increíble cómo podía cambiar esa faceta de desinteresando sarcástico a completamente serio en cuestión de segundos, tanto como era una lástima que ese cambio tan repentino solo lo provocara EunJi.

Asentí lentamente y comencé a buscar una conversación en mi celular.

―Taehyung me lo comentó libremente, no estoy en posición de confiar en Hayun como para preguntarle, pero si hablé con Yoongi mientras estaba en el bus, el lo confirmó todo―dije y entonces le di play al mensaje de audio que el peliazul me había enviado por Kakao.

―"Si es verdad, Jimin se estaba quejando por el plato de comida que le habían servido en la cafetería y entonces comentó lo mucho que moría por otro bocado de tu comida, apropósito yo también...en fin, fuiste el tema de la mesa por unos minutos hasta que Hayun comentó sobre la ausencia de Jungkook, todos notamos que ambos habían estado faltando todo este tiempo y finalmente EunJi nos contó que habían peleado el domingo"

Junto con el audio de Yoongi el ruido exterior también se terminó. Fue un momento de silencio absoluto. El estaba sumergido en sus pensamientos mientras entrecerraba los ojos y yo no podía dejar de mirarlo fijamente, a la espera de cualquier respuesta. Había llegado muy lejos con todo ese arrebato de confianza por lo que su respuesta me tenía un tanto nerviosa.

―Eso significa que...

―Significa que el propósito real detrás de la mentira de EunJi fue provocar que peleáramos―Le interrumpí ya que me veía bastante emocionada por revelar lo que había descubierto, sin embargo, mantuve mi postura seria, ya que lo menos quería en ese momento era verme como una niña entusiasmada―afectarnos fue solo otro instrumento que utilizó para llegar a su fin y sin darnos cuenta le dimos aquello que ella tanto quería.

Me vio con recelo y luego de terminar su segundo cigarrillo dejó la colilla en un pequeño cenicero que había traído consigo de la sala. Una brisa gélida volvió a levantarse con furia, envolviéndonos a ambos y provocando que temblara levemente sin poder evitarlo, incluso con todo el abrigo que había traído conmigo no era suficiente para calmar el frío que sentía en ese momento.

―Puede haber otra razón―mencionó con una calma fingida en su voz mientras se retiraba su chaqueta de cuero y me la tendía sin mucha amabilidad. Mentiría si dijese que no se cruzó por mi cabeza rechazar su gesto por puro orgullo, pero no podía manejar aquel frío y él parecía no tener intenciones en entrar al departamento.

―¿Qué otra razón puede haber, Jungkook? ―ironicé mientras me afirmaba al abrigo de él, despedía una suave colonia que encontré demasiada deliciosa y un calor tan acogedor que me fue imposible resistirme a la chaqueta―Piénsalo un poco, no es la primera vez que ambos faltamos, la ultima vez faltaste mientras yo lo hacía para que ellos pensaran que en realidad estábamos juntos, entonces, el que esta vez ambos faltáramos no aplica como razón para que ellos pensaran que estábamos peleados, mucho menos EunJi quien incluso detalló el día en el cual peleamos.

El pareció aceptarlo, al menos a su manera, chasqueó su lengua con aires de derrota mientras le daba un golpe al suelo con uno de sus pies. Coló sus dedos entre su pelo para acomodar su flequillo y aquel movimiento lo hizo ver tan inquietantemente suave que temí verme como una idiota mientras admiraba su cabello.

―Y eso no es todo―agregué con una gracia completamente falsa, mi pequeño momento de victoria se vio derrumbado cuando mis sentimientos comenzaron a entrar al juego. El detuvo su pequeño ritual de aceptación a la realidad para verme con una absoluta y repentina seriedad.

―Habla.

―No estoy segura de que pueda significar, tu eres quien conoce a EunJi, pero...―me sentía fatal, no solo por recordar lo mucho me dolía aquello, sino porque sentía que al contarle esto prácticamente estaba comprando mi pasaje de ida al infierno de los malos amigos―Fue la noche de su cumpleaños en la que ellos se acostaron, justo después de que ella se enojara porque te fuiste conmigo

No podría decir que aquello no le afectó, en realidad, hubo un pequeño destello de tristeza que iluminó su rostro e hizo brillar sus ojos. Se quedó un tiempo en silencio nuevamente, tiempo que respeté ya que yo también hubiese hecho lo mismo si no hubiese estado frente a Taehyung tratando de fingir que aquello no había dolido como si fuesen mil estacas en mi corazón. Finalmente asintió levemente con la cabeza, como si en sus pensamientos ya aceptara de apoco que esta vez yo tenía razón.

Los pocos pasos que se alejó de mi cuando se quitó su chaqueta los volvió a acortar, sus pasos eran lentos, casi pesados, como alguien que camina cuidadosamente hacía un gato callejero que no quiere asustar. Su mirada se conectó con la mía y desde ese entonces no pude ver otra cosa que no fuesen sus ojos acercándose a mí con cautela. Se detuvo cuando sus pies quedaron frente a los míos y mi rostro de lleno al pecho de su camisa blanca, podía ver como se movía al inhalar y exhalar y su aliento cálido y amargo contra mi cuello. No podía deducir sus intenciones y sentí como mi globo de confianza y audacia se pinchó de un segundo al otro. Di un paso hacia atrás por puro instinto, la verdad era que la diferencia de altura me impedía ver su rostro pero pude escuchar una leve risa salir de su boca. Algo tembló en mí en ese momento, no sabía explicar si era un coctel de nervios, miedo y ansias o quizás solo el frío. Como la cobarde que era obviamente culpé al clima y a su tendencia a bajar a la escala de valores negativos de temperatura por las noches.

Con una lentitud casi dolorosa subió sus manos y cuando las puso sobre mis caderas no pude evitar ahogar un grito de sorpresa, escuché su sonrisa un poco más cerca de mi oído y me atreví a subir la mirada para verlo con sorpresa.

―Tranquila―susurró al ver mi reacción y entonces sacó las manos de mis caderas para rebuscar en los bolsillos de su chaqueta―Solo venía por esto―dijo cuando finalmente sacó su caja de cigarrillos y su encendedor. En su cara pude ver los destellos de una travesura victoriosa, mientras tanto yo clavé mi mirada en el piso mientras sentía como los colores iban subiendo poco a poco―Vamos mejorando, al menos esta vez no pateaste mis partes―mencionó con gracia mientras encendía su tercer cigarrillo, a este paso moriría antes de llegar a algún punto con esta conversación―Supongo que es un avance para la actuación del plan.

Como si el hecho que el mencionara el plan fuese adrenalina, mi cabeza se levantó con la similitud de un resorte, olvidé mis inhibiciones y vergüenzas con una velocidad que podría superar a la luz y levanté mi mirada con cierto entusiasmo que por mucho que intentara ocultar, mi tono de voz fue el encargado en delatarme.

―¿Entonces si seguiremos con el plan? ―inquirí.

El, en cambio, se quedó observándome con detenimiento, casi el mismo que empleó cuando nos encontrábamos en el pasillo del lavadero. Admiraba mi entusiasmo como si aquello le entregara a él un placer más grande que el cigarrillo que sostenía con sus labios entreabiertos.

―Primero, quiero que me aclares una cosas―pidió, como si tuviese el derecho de negociar un tema así, fue cuando me di cuenta que ahora era yo quien insistía en proseguir con el plan cuando siempre fue él quien intentaba de convencerme a mí. Supongo que era lo que le otorgaba equilibrio al karma, ya que incluso ambos habíamos aprendido demasiado de nosotros mismos, el a rechazar y yo a convencer―¿Me detestabas, si o no?

Creo que fruncí el ceño incluso antes de procesar la pregunta. Mientras esperaba alguna inquietud o duda sobre el dato con el que había llegado, él rompía cualquier escena que había pre-armado en mi cabeza haciéndome preguntas sobre el pasado. Más allá de admitir que estaba terriblemente confundida, me sentía perdida. Nunca se sabía qué clase de rumbos podía llegar a tomar las conversaciones cuando el decidía tomar el control de la situación.

―¿Qué clase de pregunta es esa?

―Solo responde―me cortó con rapidez y cierta impaciencia. ¿No se suponía que aquello entre sus dedos lo relajaba?

―Si―Admití con seriedad―En el pasado, si.

El me vio con cierta superioridad y alzó su mano para dejarla a la vista de ambos, levantó un dedo, como si estuviese contando.

―¿Estabas en contra del plan?

Abrí la boca para volver a quejarme pero el alzó las cejas careciendo de cualquier tipo de gracia o amabilidad, solo un simple recuerdo de lo que había pedido segundos atrás.

―Si hablamos del pasado―aclaré para no sentirme tan mal―Si.

Levantó otro dedo.

―¿Odias a EunJi?

―No sé si odiar es la palabra, pero no la tolero.

Los dedos levantados seguían sumándose.

―Hace una semana atrás, ¿Creías que habías tomado la decisión correcta?

―Jungkook―exclamé en un susurro, ¿Por qué tenía que hacer esto? Su mirada seria y ruda se mantuvo castigando a la mía y finalmente asentí.

Cuatro dedos.

―¿Estabas con él y aun así lo echaste para venir hasta aquí?

―Sí.

Alzó el quinto y aparentemente ultimo dedo, hizo una mueca de sorpresa cargada del sarcasmo más puro mientras veía como hacía bailar los cinco dedos de su mano.

―Para de una vez con esto―pedí, elevando mi tono de voz y convirtiéndolo en uno más firme.

―No―respondió de manera desafiante, haciéndome frente mientras aplastaba su cigarrillo con desprecio sobre el cenicero― ¿Sabes por qué? No logro entender cómo es que con tantos antecedentes para nada positivos puedas echar a tu mejor amigo y amor de tu vida de tu casa para ayudar a alguien quien posiblemente nunca te agradó a quedarse con la una chica que detestas, quisiera saber por qué, realmente me intriga bastante, ¿Qué fue lo que pasó para que cambies de parecer? ¿Por qué debería creer en ti aun si no hay un beneficio directo para ti?

Odiaba admitir que viéndolo con ese punto de vista, si podía sonar sospechoso.

―No has hecho las preguntas correctas―me limité a responder y esta vez fue él quien me vio con confusión, el cambio de roles nos sentaba bastante bien a ambos dos. Respiré profundamente y alcé mi mano, imitando sus movimientos―¿Me arrepiento por haber pensado que era la única que se sentía mal ese día? Si―levanté un dedo―¿Estuve toda la semana castigándome por admitir que el plan me había devuelto cierta esperanza que nunca me perteneció? Si―levanté el segundo dedo, conformando un signo de la paz que de paz no tenía absolutamente nada―¿Te extrañe? Si Jungkook, lo hice, independientemente de lo que pienses, eras la única persona con la que podía hablar de algo que mantuve en secreto casi toda mi vida, ¿Me di cuenta de que Taehyung no podría sentir algo por mi? Si y, finalmente, ¿Cuándo me di cuenta de que tenías una oportunidad vine hasta aquí corriendo a querer retomar un plan que dejé solo porque así al menos uno de los dos conseguiría lo que quiere? Si―susurré

Caminé lentamente hacía el con mi mano extendida en alto, su mirada estaba perdida en mi cuerpo acercándose poco a poco, lo miré con cierta profundidad y alcé mi mano para que quedara junto con la de él (que seguía mostrando su resultado con cierta burla) podía sentir un leve cosquilleo que le alertaba a mis sentidos que su palma se encontraba casi rozando la mía y sin previo aviso entrelacé nuestros dedos. El abrió los ojos en grande e intercaló su mirada entre nuestras manos y mi rostro con una sorpresa que no dejaba de tener pequeñas pizcas de atrevimiento.

―Estoy aquí por ti, no por mi y ni por Taehyung.

El soltó nuestro agarre con delicadeza, casi como una pequeña y suave caricia, con esa mano recorrió mi brazo derecho y cuando comprobó que seguía temblando por el frío me invitó a volver a la sala, corrió la ventana corrediza e hizo un ademan con su cabeza, señalando el interior con una autoridad amigable.

Caminé detrás de él y cuando se sentó sobre el sofá no tardé ni un solo segundo en sentarme a su lado, me acurruqué entre el terciopelo del tapizado  y todo el abrigo que tenía puesto cuando sentí el cálido y necesitado calor de la calefacción del departamento. Su mirada en mi no se quitó por un solo segundo y pude comprobarlo cuando giré el rostro para enfrentarme a él, hizo una mueca extraña y en el susurro más empático de todos dijo.

―¿No te quiere?

―Digamos que mencionó sutilmente que aquella oportunidad había pasado hace mucho tiempo―me encogí de hombros de manera desanimada― Y la verdad es que está tan cegado por EunJi que no podría ver lo que siento por él aunque estuviese escrito en un cartel luminoso en medio de una noche oscura.

―HyeMin...―suspiró de manera agotada―Lo haces ver tan fácil, ¿Quién me garantiza que no volverás a dejarme solo en esto?

―¡Otra vez con eso! ―me quejé―Si dejé el plan anteriormente fue porque mi único objetivo era Taehyung, porque lo quería a él, pero ahora sé que no es posible, es por eso que lo hago por ti, mereces tu oportunidad.

Su sonrisa arrogante volvió y debía admitir que lo prefería así a con cara de traicionado.

―¿Estás diciendo que me quieres? ―preguntó haciéndose el interesante de manera graciosa, acercándose quizás bastante. En mi débil intento por mantener distancias entre nuestros rostros recosté toda mi espalda sobre el respaldo del sofá.

―¡No lo dije así! ―me defendí, aunque mi plan original era una voz firme con toques de gracia para entrar en el terreno de la amistad y la confianza nuevamente, eso se vio terriblemente afectado cuando el volvió a acortar distancias, quizás de una manera más seria que la anterior, obteniendo como resultado que mi voz saliera quebrada y que el sonriera con simpleza. Como si hubiese tomado aquello como un cumplido más allá de un aporte para su ego.

―Pues...No es lo que pareció―susurró, aunque por la escasa distancia que separaba mi oído de sus labios podía escucharlo tan perfecta y claramente como si en realidad acabara de gritar.

―De todas formas, no tendría sentido―aclaré, dejando expuesto que realmente no había razón alguna para suponer eso, tragué saliva con dificultad y subí mi mirada hacía la suya―Si te quisiera, ¿Por qué te ayudaría a estar una chica a la que, curiosamente, detesto?

¿Alguna vez escucharon hablar del dicho "No aclares de oscurece"? Pues esa noche me sentí de esa manera. En toda la expresión de aquella frase.

―Porque en el camino jugamos a querernos.

Su voz sonó agrave, como si esta raspara las paredes de su garganta antes de salir por su boca. Un pequeño cosquilleo se esparció por mi cuerpo, dejándome alarmada y poco tiempo pasó para que comenzara a sentir que me estaba quedando sin aire con el tan cerca, como si repentinamente fuese claustrofóbica.

En mi mejor intento por mantener la cordura, solté una risa irónica.

―¿Qué acaso no hacíamos eso antes?

Me vio con gracia, así como un maestro ve a su alumno antes de corregirlo. Con una de sus manos corrió un mechón de pelo que estaba sobre mi cara.

―Oh no, créeme, ahora será diferente―Afirmó, estaba tan cerca mío que podía sentir su aliento causándome pequeños cosquilleos sobre mi rostro― Muuuy diferente―su aclaración se tornó más oscura cuando sus dedos se filtraron en mi cabello, haciendo que sufra de pequeñas chispas eléctricas por todo mi cuero cabelludo, enredó uno de sus dedos en el mechón con el que jugaba anteriormente y fue bajando lentamente su mano hasta que llegó a mi barbilla, ahí se detuvo y me vio con un brillo bastante intenso en sus ojos―¿Crees poder soportarlo?

El ambiente se estaba cargando de tensión.

Sentí que me merecía unos segundos para pensarlo mejor, su juego era evidente o al menos quería pensar que se trataba de un juego, pero no podía rechazar la oferta ahora que finalmente parecía aceptar solo porque me intimidaba la manera en la que me miraba. Quizás luego me arrepentiría, pero era algo que descubriría más adelante, ciertamente perdía tiempo tratando de deducir algo tan incierto como el futuro.

Solo tenía el hoy y el ahora.

Y ahora mi respuesta era un sí, por lo que asentí con firmeza, sin rodeos ni dudas.

Pero el no apartó su rostro del mío, seguía violando mi espacio personal de tal manera que podía sentir su colonia emanar de su cuello con cierta temperatura y como su combinación con el aroma al cigarrillo formaban una mezcla inquietamente adictiva. Su mirada pasó de estar concentrada en mi cabello a bajar a mis labios y sus dedos jugaron a delinear la curvatura de ellos con cierto deseo.

―HyeMin...¿Cuándo fue la última vez que besaste a alguien?

Como si representara una clase de alarma que expresaba peligro, mi cuerpo se tensó notablemente, ya no tenía al frío para excusarme por temblar y siendo sincera, sentía como mi corazón latía de sobremanera.

―Fu-fue cuando tenía q-quince, no lo recuerdo bien―confesé con pena.

El me vio seriamente, su mueca de burla había desaparecido. Hundió su cabeza en el pequeño hueco entre mi hombro y mi cuello y muy cerca de mi oído suspiró mientras decía:

―¿A ti te parece bien? La última vez que besaste a alguien fue hace 5 años―sus labios rozaron la piel de mi cuello con cada palabra, pude sentir que estos estaban húmedos e instantáneamente un impulso por querer remojar mis labios me dominó―¿Cómo se supone que nos veremos reales frente a los demás si cuando te bese no sabrás que hacer?

¿Besarme? ¿Eso venía en el paquete del nuevo plan? De repente ya no me sentía tan segura y cuando abrí mis ojos (los cuales no recordaba en qué momento había entrecerrado) para protestar sobre el tema no pude ver más allá que el rostro de Jungkook.

Sus labios envolvieron los míos con cierta lentitud, como si me diese tiempo a procesar lo que estaba ocurriendo en ese momento, se mantuvo así de estático por unos segundos hasta que vio que no lo empujé lejos de mi. Entonces sonrió, pude sentir a la perfección como sus labios se movieron para formar aquella sonrisa y su aliento sobre mí. Fue una mezcla de sentimientos bastante rara, de repente todo aquel frío que sentía se esfumó dejando en su lugar un calor avasallante. Sentí como se separó unos escasos milímetros de mí, como si me diese mi última oportunidad para escapar, mantuvo su mirada en la mía con esa intensidad que tanto lo caracterizaba y luego corrió una de sus manos hasta detrás de mi cuello, pegándome nuevamente a él. Esta vez tomó mi labio inferior entre los suyos y lo succionó levemente, jugando con él. Encontré la sensación tan cálida como sensual y una bomba de reacciones químicas explotó en mí, los ojos cerrados llevaban la sensación a un extremo en el que sentía que cada movimiento de Jungkook sobre mis labios tenía una magnitud más exagerada y placentera. Movió su cabeza hacía un costado para darle otra profundidad al beso y tomó de mis muñecas que estaban estancadas a ambos costados de mi cuerpo sin hacer nada y las dejó alrededor de su cuello. Me sentía como una niña nuevamente al no saber qué hacer ni cómo actuar, ni siquiera encontraba cómoda la posición en la que estábamos y de alguna manera el pareció darse cuenta de aquello.

Casi sin separarnos el me tomó de mis caderas y me empujó hacía el, logrando que quede sentada sobre su regazo. Aquello me había tomado por sorpresa por lo que ahogué un pequeño grito en sus labios, sonrió levemente por mi reacción y luego hizo un pequeño sonido con su garganta.

―No temas hacer algo.

Ciertamente, si tenía miedo. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que había besado a alguien que podría decirse que no sabía nada sobre el asunto. Gracias a la altura que había ganado por estar sentada sobre sus piernas ahora casi estábamos a la misma altura por lo que el beso tomó otro tipo de comodidad.

Y de temperatura también.

Abracé mejor su cuello con mis manos y jugué con su pelo casi de la misma manera que había estado deseando hacerlo siempre que lo admiraba, el bajó sus manos hacía mis caderas desde donde me atraía más y más hacía el. Jugaba con mis labios de la misma manera en la que jugaba con mis emociones, solo que esta vez podía decirse que lo disfrutaba. Finalmente, cuando sentí como mordió mi labio inferior con bastante picardía un pequeño suspiro se escapo de mis labios, pero me sorprendí terriblemente al ver que lejos de sentirme avergonzada quería más y en busca de que el volviera a hacerme lo mismo, llamé su atención mordiendo levemente el suyo. Como si el mensaje se hubiese entendido a la perfección volvió hacerlo un par de veces más, dejándome casi sin aliento. Con algo de confianza y bastante calor incorporé alguno de sus movimientos y finalmente luego de mucho pesar moví mis labios junto a los suyos, encontrando que la sensación era mucho más placentera cuando el roce entre nuestro labios era mutuo. Volvió a morderme con más rudeza y no pude evitar tirar de su pelo con fuerza a modo de respuesta, siendo honesta no era capaz de controlar la gran cantidad de todas las reacciones a las que mi cuerpo se estaba sometiendo en ese momento, como si se tratara de algún tipo de castigo dejó mis labios para trazar un sendero de besos mojados hasta mi cuello.  Todo mi cuerpo tembló hasta la destrucción cuando sentí como succionaba mi delicada piel con suavidad y luego mordía levemente, otro pequeño suspiro escapó de mis labios pero esta vez más fuerte, pude escuchar y sentir como sonrió ante aquello sobre mi cuello y entonces volvió a atacar mis labios. Solo que esta vez el beso fue más determinado, rápido y ciertamente ruidoso. Cada movimiento, caricia y mordida me desgastaba terriblemente. Se sentía como una desesperación por parte de ambos que era demasiada complicada de saciar y entonces descubrí una parte de mí que no había conocido sino hasta que sentí el deseo que querer más.

Una parte de mí que había sido reprimida durante varios años.

―Bienvenida al plan―dijo en un susurro cuando ambos paramos por un poco de aliento.

***

Esa noche había sido la primera en la que sentí que luché por el camino que quería seguir, el rumbo que deseaba tomar.

Y por primera vez, sentí que yo manejaba mi vida y no que ella me manejaba a mí. 

🔸🔸🔸
Me ha quedado bastante largo pero ya era hora de que pasara algo así en la historia.

Iba a subir esto más temprano pero me quedé dormida con el celular en la mano, jajaja.

Mil millones de gracias por todo el apoyo que le dan a la historia 💕

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