Viernes, oh glorioso viernes, el último día de la semana escolar/laboral de YoonGi por fin había llegado, y el pelinegro no hallaba la hora de poder llegar a su departamento, tomar a su chico en brazos y mimarlo el resto de la tarde, podría estudiar luego para su examen del lunes, había sido una semana exhaustiva, merecía aunque sea un pequeño descanso, por lo que ver por fin la entrada de su departamento, le hizo soltar un largo suspiro aliviado. Al fin.
Buscó sus llaves en su bolsillo, intentando hallar el tacto del nuevo llavero de gatito que JiMin había comprado para él en lo profundo de su abrigo, sin embargo, no lo encontró, por lo que sin más, demasiado perezoso para buscar en su mochila y sabiendo que probablemente JiMin lo estaría esperando adentro, tocó el timbre, esperando escuchar los pequeños y casi rítmicos pasitos apresurados de JiMin dentro del departamento, corriendo a abrirle la puerta para luego recibirlo con un caluroso abrazo, sin embargo, no oyó nada, lo cual le hizo preocuparse tan solo un poquitito. JiMin podría no haberlo escuchado. O podría estar en el baño. O tal vez había salido a comprar algo a la tienda, no era necesario hacerse ideas exageradamente dramáticas sobre eso, ¿o sí?
Se asomó por la mirilla curioso, intentando al menos, divisar alguna sombra o figura humana que se dirigiera hacia él, sin embargo, antes de poder acomodarse bien y fijar la vista en ese punto, la puerta se abrió, dejándolo trastabillar hacia adelante un par de pasos, antes de ser atrapado por dos cálidos brazos que lo rodearon fuertemente, JiMin hundiendo su rostro en su hombro y su cabello desordenado cosquilleándole en la nariz.
—PinkyPoo. —Suspiró el menor suavemente, aliviado, como si la presencia de YoonGi estuviera calmando un gran pesar que lo aquejaba.
—Hola, sol. —Saludó el mayor devolviéndole instantáneamente el abrazo, disfrutando de la suavidad del cabello de JiMin contra su piel, suspirando por lo bien que se sentía tener a su bebé en sus brazos.
Fue cuando el abrazo comenzó a ser inusualmente largo, que volvió a preocuparse. No era que le molestara, él podría pasar abrazando a su PinkyPoo niño todo el día y toda la noche sin sentirse ni un poco incómodo, pero era realmente extraño que JiMin no estuviera ahora saltando a su alrededor contándole sobre las actividades que había realizado en su día, o alguna serie nueva que había empezado a ver y que quería que terminaran juntos. Dio un par de pasos hacia adelante con JiMin aún abrazado a él, y cerró la puerta de un puntapié, dejando su mochila en el piso para así deshacerse del peso extra, seguido de eso, sus manos bajaron hasta los muslos del muchacho de cabello rubio, levantándolo con facilidad para así poder transportarlo hasta el sofá, pues el menor no parecía querer despegarse de él, y no era cómodo hablar en la puerta.
— ¿Qué pasa, JiMinnie? —Preguntó frunciendo el ceño, buscando insistentemente el rostro el menor, por mucho que JiMin quisiera seguir escondido en su hombro, terminando por tomar suavemente su mentón cuando se dio cuenta de que el menor no planeaba mirarlo por su cuenta.
Un mohín triste y enfurruñado se formó en los abultados y lindos labios de JiMin, quien pareció prácticamente lloriquear en sus brazos, casi provocándole pánico al mayor, quien pensó que el rubito comenzaría a llorar— No lo sé —Murmuró segundos después, volviendo a esconderse contra la piel de YoonGi apenas tuvo la oportunidad.
— ¿Cómo no sabes? —Preguntó el mayor contrariado, pero sin dejar el tono dulce con el que se estaba dirigiendo al menor. Quería averiguar qué era lo que sucedía con él, no hacerlo sentir regañado.
—No lo sé —Repitió el menor frotando su rostro contra la franela del sweater de YoonGi, resoplando con frustración, demostrándole al pelinegro que era completamente sincero cuando le decía que no sabía que sucedía con él mismo— Sólo... —Murmuró segundos después, sigiloso sobre cómo iba a expresarse, intentando explicar lo mejor posible sus sentimientos— Desperté sintiéndome muy, uhm, ¿triste? —Meditó un segundo, planeando su palabras— E iba a buscarte, pero ya te habías ido a la universidad, y luego no volviste al almuerzo y... —Se abrazó más contra el mayor, abultando sus labios por lo duro que estaba presionando su mejilla contra el hombro huesudo de YoonGi— y no lo sé, no sé por qué me siento así, PinkyPoo. —Susurró angustiado, confundido y oprimido por sus propios repentinos sentimientos, estaba tan triste, tan desolado, y no entendía a qué se debía que se sintiera así— Sólo quiero que me abraces.
El pecho de YoonGi se oprimió ante sus palabras, más confundido aún que JiMin e igual de angustiado, ¿Qué podía hacer por el menor?, ¿Qué podía decirle?
— ¿Pasó algo triste de lo que no esté enterado hoy? —Murmuró confuso. Era sabido que JiMin era un chico muy sensible y empático, por lo que no sólo lo ponían triste situaciones que él mismo vivía, si no, que era fácil también que absorbiera tristeza de otros lugares, de sus amigos, de libros, de telenovelas, de YoonGi, o de cualquier situación angustiante que se presentara a su alrededor— ¿Algo que podría haberte hecho sentir mal?
—No. —Negó JiMin instantemente, había despertado ya con ese sentimiento, no recordaba ni siquiera haber soñado algo que podría haberle hecho sentir de ese modo, y eso lo frustraba enormemente, no sabía de donde venía su malestar, por lo que no podía hablarle a nadie sobre él, que era lo que solía ayudarle a desahogarse cuando vivía una situación no muy agradable— Desperté sintiéndome mal, PinkyPoo. —Murmuró desganado y muy bajito— Y no sé por qué, sólo sé que me duele aquí, —Explicó tocando su pecho suavemente— y no sé cómo pararlo. —Susurró con voz ahogada, sintiéndose de repente invadido por unas ganas apabullantes de llorar, sus ojos llenándose de lágrimas al instante y su labio temblando tristemente.
Las alarmas en la cabeza de YoonGi parecieron activarse todas al mismo tiempo, su corazón encogiéndose por ver a su chico tan afligido— Está bien. —Murmuró instantáneamente, acariciando en suave cabello del menor mientras acercaba su rostro a su frente, para luego dejar muchos desordenados besos en su coronilla— Está bien, mi amor, a veces nos sentimos tristes sin razón aparente, está bien, no pasa nada. —Le tranquilizó, acunándolo entre sus brazos como si fuera un verdadero bebé, y es que lo era, era su bebé, al que tenía que cuidar de todo y de todos, costara lo que costara— Hyung está ahora aquí contigo, puedo abrazarte y darte mimos todo el fin de semana si es necesario. —Prometió.
— ¿Podemos ir a la cama ahora? —Cuestionó JiMin, abultando sus labios, su mirada levemente perdida en algo más allá de YoonGi, triste, cabizbajo y completamente carente de energía.
Min asintió de inmediato, dispuesto a darle en el gusto al menor en todo lo que le pidiera de aquí hasta que la pesadumbre que lo aquejaba decidiera irse— Claro, ¿Quieres comer algo antes o ya comiste? —Preguntó con suavidad, acariciando la cadera del menor con su pulgar en lentos y pausados círculos, queriendo por todo medio posible reconfortarlo aunque fuera un poco.
—No tengo apetito. —Negó el menor lentamente— No lo he tenido en todo el día.
Bien, sí, era normal que si JiMin estaba triste no se sintiera especialmente hambriento, saltarse la cena no era gran cosa, podrían comer algún bocadillo rápido luego y mañana tener un buen desayuno para así suplir la comida perdida pero... esperen, ¿Él acababa de decir "en todo el día"?, ¿Eso significaba que llevaba todo el día sin comer?
— ¿No has comido nada en todo el día? —Preguntó el mayor escandalizado, separándose de JiMin lo suficiente como para mirarlo a los ojos, endureciendo sin querer, su mirada.
—Yo... —JiMin murmuró, sintiéndose culpable, en realidad, no había caído en el hecho de que llevaba todo el día sin comer hasta ahora, y el rostro de YoonGi sólo podía transmitirle el descontento que el mayor se sentía hacia esa desconsiderada e irresponsable decisión. Sus ojos volvieron a temblar, amenazando con llanto, como lo habían estado haciendo durante todo el día, su cuerpo meciéndose en espasmos como una hoja en otoño, frágil y vulnerable— Comí un poco de manzana, pero... —No podía mentirle a YoonGi, él realmente no podía— no fue demasiada. —Confesó.
—JiMin. —Y el nombrado se sintió al borde de las lágrimas, puesto que por muy dura que la mirada de su PinkyPoo Hyung estuviera siendo, su voz era delicada y tranquila, como si tuviera miedo de las palabras que saldrían de sus labios a continuación— ¿Esto tiene que ver con tu peso?
Los ojos de JiMin se abrieron con rapidez, viéndose realmente impactado por lo que YoonGi estaba suponiendo, ¿YoonGi realmente creía que el sería tan tonto como para dejar de comer y así bajar de peso? Él no tenía anorexia. Realmente no la tenía.
—No. —Negó instantáneamente, incorporándose incluso un poco en el regazo de YoonGi— No, no, no tiene que ver, de verdad, PinkyPoo, te lo juro —Aseguró rápidamente. No quería que YoonGi se hiciera ideas que no eran, pero aparentemente, ya lo había hecho.
—Minnie.
—No, hablo enserio. —Su mirada se endureció también, y Min vio la sinceridad en sus palabras— Sólo no tuve apetito, de verdad, me sentía muy triste y tenía un nudo en la garganta y, y... —Su respiración se aceleró, más lágrimas amenazando en salir— Me sentí solo. —Confesó— No te vi en la mañana y luego no llegaste a almorzar y me sentí solo así que me acosté y dormí más. —Explicó poco tranquilo— Esto no tiene que ver con mi peso, lo juro.
YoonGi frunció los labios, contrariado por toda la nueva información que estaba recibiendo— Lamento no haber llegado a comer ni haberte despertado en la mañana, sólo que te veías tan tranquilo durmiendo que no quise...
—No es tu culpa. —Se apresuró JiMin negando con la cabeza— No es tu culpa, PinkyPoo, no es algo grave en realidad, lo sé, y sé que es absurdo sentirme solo por eso, tú volverías, pero... no pude evitarlo, no es tu culpa.
Un silencio pesado llenó la habitación, demasiado lleno de dudas y demasiado lleno de pesares, YoonGi, contagiado por la tristeza del menor, sólo atinó a suspirar intranquilo, para luego negar con la cabeza. Creía en JiMin, realmente creía en él.
—Vamos a la habitación, llevaré algo de comer allá, ¿está bien? —Tanteó el terreno, atento a qué tan aprensivo se mostraba JiMin con la idea de cenar por fin.
— ¿Puede ser algo envasado? —Preguntó el menor ladeando la cabeza incómodo— No quiero que tardes.
— ¿Ramen instantáneo te parece bien? —Ofreció Min reanudando sus caricias sobre el cuerpo de JiMin, tanto en su cadera como en su cabello.
—Sí —Asintió rápidamente JiMin, las primeras palabras enérgicas que el mayor le había escuchado decir en el día, mismas que lo hicieron sentir más aliviado.
—Voy enseguida, espérame.
🍑
— ¿Te sientes mejor ahora? —Preguntó el mayor casi contra los labios de Park.
Habían terminado de comer, JiMin había engullido rápidamente su ramen y la mitad del de YoonGi luego, tranquilizando considerablemente al pelinegro, quien se sentía absolutamente feliz de ver a su bebé comer.
Los ojitos de JiMin brillaron ante la pregunta y volvió a sentirse demasiado sensible en un instante, sintiéndose tonto, recriminándose internamente por ser atacado por un sentimiento tan angustiante de un momento a otro y sin razón aparente. Apretó los labios con rabia, mordiendo su belfo interior mientras intentaba contenerse con todas sus fuerzas, incluso, haciéndose un poco de daño.
Pero YoonGi fue rápido al actuar, acercó velozmente su rostro al de JiMin, apretando sus labios con delicadeza en un beso igual de dulce que desesperado. Acarició con infinito amor los labios tiernos y abultados de JiMin, los cuales aunque se mostraron un poco reacios al principio, terminaron cediendo, apegándose a los suyos con necesidad mientras dejaban escapar un sollozo roto. Besó con ternura su labio inferior, ese que acababa de ser torturado por sus dientes, acariciándolo lentamente con su lengua. Presionó con insistencia, atrayendo al menor por la nuca para que no se apartara, sin saber que JiMin lo último que quería en esos momentos era ser apartado, sollozando nuevamente cuando la ternura de YoonGi fue demasiada y él se sintió simplemente devastado.
— No te lastimes, Minnie. —Rogó. Su aliento impactando directamente con los labios ahora enrojecidos de JiMin, suspirando al ver los ojos hinchados de su menor, sintiéndose completamente inútil, de manos atadas— Puedes llorar si eso es lo que quieres, no te contengas, déjalo salir, así te sentirás mejor.— Prometió tomando las mejillas del rubio, presenciando el momento exacto cuando la primera lágrima fue derramada.
Y JiMin lloró con tristeza, con rabia, con frustración, con amor, con melancolía y con miedo.
Pero YoonGi siempre estuvo ahí para sostenerlo.
🍑
Llevaban alrededor de dos horas y media arriba del auto y YoonGi seguía reacio a decirle a donde iban.
Luego de haber pasado una noche bastante mala en la que JiMin lloró prácticamente hasta quedarse dormido, YoonGi había tenido la repentina idea de que tomar el auto de NamJoon y llevar JiMin a un destino incierto era buena idea.
Y no se confundan, no es como que se estuviera quejando, pero sería genial saber a dónde van.
—Ya falta poco Minnie, enserio. —Prometió YoonGi sonriendo, pero sin quitar la vista de la carretera.
—Dijiste eso hace media hora atrás. —Se quejó JiMin berrinchudo, sacándole una carcajada a YoonGi que alegró instantáneamente el ambiente. Estaba inmensamente feliz de que JiMin estuviera sintiéndose mejor hoy.
—Pero es verdad, ya vamos a llegar, no te desesperes. —Alentó el mayor, sin dejar de sonreír en ningún momento. JiMin haciendo berrinche eran taaaaaaan lindo, pero estaba en plena carretera ahora, no podía simplemente detenerse a apreciar lo lindo que era el chico que tenía al lado, así que simplemente negó con la cabeza y siguió con lo suyo, calmando a JiMin con promesas de un pronto destino mientras que mantenía al menor lo suficientemente ocupado como para que se concentrase otra cosa que no fueran los carteles en los costados del camino.
Así se llevó los siguientes veinte minutos de viaje, entre muchos "PinkyPoo, ¿ya llegamos?", "Estoy cansaaaaaadoooooo", "PinkyPoo, ¿un besito?", "¡Oh, PinkyPoo, quiero un PinkyPoo helado, porfiiiiiis!" los cuales terminaron por ser acallados cuando los carteles comenzaron a delatar muy fuertemente su destino, que fue cuando tuvo que actuar.
—Ya vamos a llegar, bebé, así que necesito que cubras tus ojos y no veas hasta que yo te diga. —Indicó YoonGi con calma.
—Awwww, ¿Por qué?
—Porque es una sorpresa, y tú no quieres arruinar tu sorpresa, ¿o sí? —Chantajeó el mayor, moviendo las cejas de arriba abajo.
JiMin terminó por ceder ante la insistencia del mayor, sintiendo como todos sus otros sentidos se ponían alerta y su cuerpo se llenaba de nervios posicionar sus manos sobre sus pequeños ojitos ansiosos. Mordió su labio ansioso y sonrió, PinkyPoo realmente lo sorprendía algunas veces.
El ruido de los autos en la carretera y la brisa cada vez más fría que entraba por la ventana desordenando sus alocados cabellos comenzó a relajarlo cada vez más, al punto en el que en algún momento, apoyando la cabeza hacia atrás suavemente, terminó por suspirar, cerrando los ojos suavemente, sintiendo su cuerpo cada vez más liviano, indicándole que no tardaría en quedarse dormido, sin embargo, YoonGi fue más rápido, de nuevo, estacionando levemente el auto, provocando que JiMin se sentara de golpe en su lugar, demasiado emocionado como para contenerse más.
—Espera aquí, te ayudaré a bajar. —Indicó Min bajando del auto con rapidez, para luego abrir la puerta contraria, tomando el antebrazo de JiMin con delicadeza para ayudarlo a incorporarse, apoyando su otra mano sobre la cabeza del menor, previniendo que este se golpeara con la puerta del auto mientras se levantaba— Así, listo, ya casi estamos.
Caminaron unos pocos metros, entre risitas bobas y leves trastabilleos que por poco hicieron caer al más bajito directo contra el suelo.
—PinkyPoo, esto suena como... —Murmuró el Park dudando inevitablemente, su rostro volviéndose en una mueca emocionada mientras intentaba contenerse a sí mismo— ¿mar?
—Yo... —Anunció YoonGi terminando su caminata, desplazándose desde el costado del menor, hasta sus espaldas, donde intercambió las adorables manos de JiMin sobre su rostro, por las suyas propias— estuve pensando ayer cuando te dormiste, —Comenzó con suavidad, apoyando levemente su mentón en el hombro de JiMin— que tal vez tu tristeza podía deberse a que extrañabas casa.
—Estuve en casa todo el día, Hyung —Negó JiMin rápidamente. No le gustaba que YoonGi siguiera refiriéndose a Busan como su casa, su hogar era el departamento, con el mayor, con Holly y con YoonMin, con todos sus PinkyPoo Hyungs y Noonas alrededor. Busan había sido su casa, pero ya no lo era más.
—Sabes a lo que me refiero. —Explicó vagamente YoonGi— Así que pensé, uhm, bueno, yo no puedo llevarte a Busan ahora, pero... —Murmuró, quitando sus manos del rostro del menor— me habían dicho que Sokcho* es un buen lugar.
Los labios de JiMin se abrieron incrédulos al igual que sus ojos al ver lo que había frente a él. La playa, tan enorme y mansa, recordándole tanto a su ciudad natal, a los fines de semana de escapadas que se daba con sus padres a dar largos paseos por la arena, el aroma a sal y mariscos y el tan relajante sonido de las olas rompiendo antes de llegar a la orilla.
— ¡Playa! —Exclamó aún sin poder creérselo— ¡Oh por YoonMin y los pastelitos, PinkyPoo! —Chilló como un niño pequeño, completamente embelesado con el paisaje y sus propios recuerdos emergiendo desde el fondo de su mente— ¡Gracias! —Saltó a los brazos de YoonGi, siendo inmediatamente atrapado por el mayor, quien no pudo hacer más que reír, orgulloso de sí mismo por hacer a su niño feliz— ¡Gracias, gracias, gracias, te amo! —Agradeció depositando un apretado beso en los labios del mayor, para luego, de otro brinco, bajarse de sus brazos y comenzar a correr en dirección al agua— ¡Vamos a escribir nuestros nombres en la arena!, ¡Apresúrate, PinkyPoo!
Daba igual si tenía que conducir tres horas todos los fines de semana, él era feliz viendo la preciosa sonrisa de su bebé.
🐣
[*Sokcho: Sokcho Beach es una playa ubicada en la provincia de Gangwon, Corea del Sur, a aproximadamente tres horas de la capital, Seul. No es la playa más cercana a la ciudad, pues esa es Eurwangri Beach, pero para llegar a esta hay que tomar un avión, puesto que está ubicada en una pequeña isla, sin embargo, Sokcho es la segunda más cercana y una de las más populares en la región.]
¡No tardé tanto!💗
Estoy alegre por eso, apesar de que el verano está pronto a terminar, he estado algo más animada estos días, he tenido más actividades y las ganas de escribir simplemente me llenaron, así que el capítulo de hoy es un poquitito más largo para compensar.
Al principio este capítulo iba a ser únicamente sobre ellos yendo a la playa, pero después pensé que sería mejor si tuvieran una razón para ir¿? Y eso de simplemente "amanecer triste" es algo que suele pasarme seguido, así que me gusta tocar el tema, como lo hice en mi O.S "Night" 💖 y pensé ¿Por qué no? Pero luego el tema fue alargándose y la playa terminó siendo sólo una escena cortita, pero de todas formas me gusta cómo resultó todo.
Por otro lado, estuvieron insistiendome mucho con que volviera y cuando lo hice nadie me funó¿? Así que estoy un poco confundida, tal vez ya se dieron cuenta de lo kk que soy como persona y como "escritora", pero está bien, es la realidad, igual gracias a todas las personitas que siguen comentándome y leyéndome, son geniales💖💟
Espero poder subirles algo nuevo mañana, aunque sea pequeñito, algo para celebrar el 14/15 de febrero así como lo hice el año pasado, así que veré cómo van las cosas mañana.
Y finalmente, un pequeño espacio publicitario que no le hace daño a nadie😂 pasense por mi historia corta "Stupid Blonde Kid" les aseguro que se reirán aunque sea un poquito, son capítulos más largos que los de aquí, a pesar de que sean poquitos, y espero actualizar durante estos días, así que si pasaran por ahí se los agradecería mucho💗
(Aquí un extra de último momento😂 no he tenido tiempo de responder mensajes privados porque son muchos muchos muchos, no sé cuando pueda hacerlo, pero ahora estoy al día con los mensajes en el tablero, así que si quieren escribirme algo es realmente bienvenido💕)
¡Cuídense mucho! ¡Si están en verano hidratense! No quiero que les dé un golpe de calor y les pase algo en la calle, recuerden llevar siempre consigo una botella de agua y/o una fruta en caso de que se sientan muy mal y no duden en pedir ayuda si la necesitan, cuiden su alimentación, ¡Y amense mucho! Porque yo las amo💕
¡Besos, hasta pronto!
¡PinkyPoo!🍑
—Nico
#CajitadeLeche.