En la actualidad.
En los lugares más sombríos y ocultos de la ciudad, los licántropos celebraban una reunión muy importante y en ella debían decidir sí atacaban a los vampiros por fin o seguían esperando como hasta ahora.
Mark Tomlinson su rey y descendiente de reyes, junto a sus tres hijos, los príncipes Derek de 30 años,
Scott de 26,
y Louis, el más pequeño de 24 años formaban la monarquía licantropa que habitaba más próxima a los Styles.
Todos escuchaban atentamente a los consejeros y a los más ancianos, aunque ellos ya no querían seguir esperando y deseaban atacar pues creían no tener mejor oportunidad.
—Mi rey... mañana será la mejor noche para atacar. Los vampiros celebran la boda del Lord Styles con la princesa que le han elegido. Toda la monarquía más selecta de esos chupópteros y todos los clanes estarán allí. Es el momento de aniquilarlos a todos, así será más fácil después terminar con sus ejércitos pues se verán debilitados— habló uno de los ancianos.
— Mi Señor, no todos estarán presentes. Recuerda que hay clanes de vampiros que están en guerra con los Styles, cómo son los Payne o los Horan.— habló otro de los ancianos—Esos también son nuestros enemigos.
—Eso es cierto, los Styles son el clan más poderoso y junto a los Sheeran y los Jackson son invencibles, pero tienen enemigos también. Durante siglos han estado luchando y siempre han salido victoriosos pero como nosotros, seguro que sus rivales estarán pensando atacar—Dijo el rey.
—Señor es muy arriesgado y aunque estamos fuertes y somos numerosos, ellos tienen armas y nosotros solo nuestros dientes y garras—habló el restante anciano.
—Votemos padre y así llegaremos a un acuerdo— dijo Derek cansado de escuchar a todos los ancianos.
La votación estuvo muy reñida y finalmente llegaron a un empate, solo Louis era el único que no había levantado la mano.
—Bien hijo mío, ¿qué es lo que decides?, dependerá de ti, si atacamos o no a los vampiros.
Louis estaba muy nervioso pues por un lado si quería ir a la guerra y salir de aquel sitio oscuro y húmedo, en el que había estado siempre y del cual ya estaba cansado pero también le daba mucho miedo pues él no era tan valiente, ni tenía una constitución tan fuerte como su padre y sus hermanos.
El ojiazul era más bien pequeño y débil, solo se había transformado un par de veces desde que había salido su condición pero sus hermanos eran mucho más grandes y feroces.
—Estamos esperando hermano.... decide ya—gruñó molesto Scott.
—Voto si padre. Vayamos a por los vampiros—dijo Louis levantando su brazo pues finalmente había creído que era mejor morir en la batalla, qué morirse de asco en la oscuridad.
— Pues muy bien. Mañana al anochecer nos prepararemos y atacaremos la mansión Styles.—habló el rey— los sorprenderemos, ya que no nos esperan y seguro estarán muy entretenidos en esa esa boda. Id a por sus monarcas primero y después iremos clan por clan hasta exterminar a sus lacayos, a sus damastos y sus neófitos. Acabaremos con esa plaga de arrogantes y los licantropos jamás volveremos a escordernos. Seremos la raza dominante y viviremos en total libertad.— el rey se levantó de su silla mientras los demás lo victoreaban y chocaban sus manos eufóricos y ansiosos por ir a la lucha y salir de su exilio.
—¡Si!, ¡hurra!, ¡hurra