(LOUIS' POV)
—Quiero jugar un poco contigo precioso, ¿me dejas? — Susurré en su oído y sentí como él se estremeció.
Se quedó pensativo por un momento y yo mordí su oreja y metí mis manos en su pantalón para agarrar su pene y acariciarlo.
— ¿A qué te refieres? — soltó un jadeo.
—A que me dejes usar esos juguetes en ti. — Señale con mi dedo índice los artículos para BDSM y demás. — Me di cuenta que te gustó que te azotara.
La semana pasada tenía la idea de usarlos con él pero luego me dijo que era virgen y no me atreví a pedirle hacer ese tipo de prácticas sexuales pero al azotarlo pude ver que se excitaba todavía más y así me di cuenta que le gustó, por eso ahora me atreví a proponérselo.
Harry se tensó y se quedó pensativo pero después volteó para quedar de frente a mí haciendo que sacara mis manos de sus pantalones.
—No sé cómo hacer algo así, es decir, se lo que es pero obviamente nunca lo he hecho y... no sé, si quiero pero tengo un poco de miedo. — Se mordió el labio y bajo la cabeza.
Agarré su barbilla y subí su cabeza para que me mirara.
—Lo sé, pero confía en mí, no haré nada que no puedas soportar, esta vez haremos algo simple por ser la primera vez, pero de todas maneras si llegas a sentir que en un momento no quieres seguir o te sientes incomodo dirás una palabra de seguridad y yo parare al instante. — Asintió. — ok, dime una palabra, la que tú quieras.
—Azul.
—Bien, como te dije, cuando ya no quieras seguir me dirás "azul" y yo parare, ¿de acuerdo?
—De acuerdo. — Sonrió mostrando sus hermosos hoyuelos, le sonreí de vuelta y acaricie su mejilla.
Lo agarré de la nuca y lo atraje hacia mí para besarlo, besar a Harry era tan delicioso, sus ricos y gruesos labios son como un dulce que quieres probar y cuando lo pruebas no lo puedes dejar por lo mucho que te gustó. Puse mis manos en su cintura y él rodeo mi cuello con sus brazos.
Lo besaba profunda y desesperadamente, mordí su labio y él paró el beso soltando un gemido lastimero pero después volvió a besarme, nuestros labios bailaban una danza erótica donde la musica era nuestra respiración agitada y los chasquidos que hacían estos al besarnos.
Nos separamos terminando el beso por la falta de aire.
—Quítate la ropa, precioso. — Harry asintió y empezó por desabrochar su camisa, cuando terminó con los botones la deslizó por sus hombros y esta cayó al piso, quitó sus botas y su calcetines después sacó sus apretados pantalones y por último su bóxer, terminando totalmente desnudo.
Harry es increíblemente sexy y hermoso, su delgado y tonificado cuerpo se había convertido en mi obsesión.
Me acerqué a él despacio, admirándolo de arriba abajo. Al estar frente a frente él agarré su muñeca y quité una liga para el cabello que tenía en esta, caminé para quedar detrás de él y tomé su cabello con una mano para recogerlo en un moño.
—Ve a la cama y siéntate, en un momento estoy contigo. — Le di una nalgada y el dio un saltó soltando un gemido lastimero por la inesperada acción.
Sonreí perversamente y él caminó hasta la cama para sentarse, me dirigí hacia el uno de los armarios y tomé una fusta, unas esposas de cuero, una barra con tobilleras para separar sus piernas y un dildo anal.
Regresé con Harry y él estaba sentado en la orilla de la cama con las piernas ligeramente abiertas, su labio inferior atrapado entre sus dientes y una mirada deseosa y nerviosa. Me arrodille frente a él y me quedé admirándolo un momento.
—Eres precioso. — Harry se sonrojó y yo le sonreí, me gustaría admirar su rostro completamente sin el antifaz de por medio, pero por el momento eso no es posible.
—Extiende tus brazos. — Me tendió sus brazos extendidos y agarré su muñeca izquierda para poner un extremo de las esposas, después agarré su otra muñeca he hice lo mismo. — Bien, levántate. — Me levante primero y le di mi mano para que me levantara, después volteé su cuerpo quedando él de espaldas a mí. — inclínate hacia el frente. — El obedeció, inclinó su torso hacia el frente, apoyando sus brazos para sostenerse en la cama.
Su hermoso culo quedó completamente expuesto y frente a mí, separé sus piernas y me agache de nuevo para poner la barra separadora en sus tobillos, primero abroché la cinta de cuero alrededor de su tobillo izquierdo con el pequeño cinturón que tenía, ajustándolo bien pero sin llegar a apretarlo demasiado, luego hice lo mismo con su otro tobillo, dejando así sus piernas incapaces de cerrarse.
Él alzó y giró la cabeza un poco hacia atrás y me miró expectante; con las mejillas rojas. Me levanté con agilidad, me saqué la playera, los Vans y por último los pantalones junto con los boxers, quedando completamente desnudo. Harry sonrió y luego mordió su labio.
— ¿Y ahora que, chico sexy? — Preguntó y volvió a sonreír recorriendo mi cuerpo con la mirada.
—Mmm, no desesperes precioso. — Me acerqué al él y puse mis manos en sus nalgas, masajeándolas lentamente.
La posición en la que se encontraba, esposado, sin poder cerrar las piernas y con su culo frente a mí; estaba totalmente indefenso y su deliciosa y rosada entrada a la vista y a mi disposición. Verlo de esa manera causaba en mi un irremediable placer, un intenso calor recorrer mi cuerpo y unas ganas enormes de follármelo fuertemente.
—Ahora voy a usar un dildo, eso te dará placer y servirá para dilatarte y estar listo para cuando entre en ti. — Agarré el lubricante y algunos condones que estaban en la mesita de noche. — Solo relájate y disfruta, precioso.
Harry solo hiso un sonido de afirmación y yo agarré el dildo que había dejado a un lado de la cama junto con la fusta, destapé el lubricante, puse un poco en mis dedos, los llevé hasta la entrada de Harry y unté el lubricante en sus paredes externas.
—Mm, esta frio. — Dijo y suspiró, acaricié su trasero y di una mordida a una de sus nalgas. — Auuhh ¡Eso dejará marca! — Harry volteó a verme y yo le sonreí perversamente.
—Esa es la idea, precioso. — Le guiñé un ojo. Puse más lubricante en mi dedo medio y lo adentré en su apretado agujero.
Harry dio un pequeño brinco por la intromisión, moví mi dedo en círculos estirando las paredes de su entrada y cuando fue suficiente introduje otro dedo y los empecé a sacar y meter de su interior.
—Ah, m-mete otro. — Hice lo que me pidió, ahora tenía tres dedos adentro moviéndolos para estirar aún más su ano.
—Voy a introducir el dildo. — Llevé el dildo hasta su entrada, metí la punta de este y Harry instintivamente se impulsó un poco hacia adelante sacando el dildo de su ano y dificultándome la tarea. — No te muevas — ordené y le di una pequeña nalgada.
—L-lo siento. — dijo con un jadeo.
Acaricié sus tersos muslos y volví a agarrar el dildo para llevarlo a su entrada de nuevo.
Introduje de nuevo la punta del dildo y esta vez Harry no se movió, permitiéndome adentrarlo más. Ver el dildo adentrarse en su interior y escuchar los pequeños jadeos que soltaba me excitó más de lo que ya estaba, seguí introduciendo el dildo hasta que estuvo completamente adentro y luego lo encendí para que este comenzara a vibrar.
—Ah, e-eso se siente bien, mmh. — Empecé a dar húmedos besos en su espalda mientras escuchaba sus gemidos que eran para mí la más hermosa y erótica melodía.
Agarré la fusta y le di inesperadamente el primer azote, Harry gritó y su cuerpo se estremeció haciendo que se moviera fuertemente y las esposas sonaran al ser jaladas.
—No sabes cuánto me pone azotarte. — Agarré sus nalgas con mis manos y las apreté. — Voy a darte cinco en la izquierda y después otros cinco pero en la derecha. Tú vas a contarlos, ¿Entendiste?
—Mmmmh, sí. — Agarré la fusta de nuevo y le di un azote a su nalga izquierda. — ¡Uno! — Volví a azotarlo y el gimió. — ¡Dos! — Otro Azote. — ¡Tres! — Otro zote más y los gemidos de dolor y placer cada vez salían más fuertes de su boca. — ¡Cuatro! — El ultimo azote se lo di más fuerte — ¡Aaaah!, ¡cinco! — Paré y acaricie su espalda.
Harry intentaba jalar las esposas para liberarse y cerrar las piernas, pero obviamente no podía hacerlo. Lloriqueó cuando acaricie su nalga y suspiró cuando deje un beso en esta. Su frente estaba sudando y su boca estaba ligeramente abierta.
— ¿Estas bien cariño? — Le pregunté porque a pesar de que me gustó azotarlo, lo que menos quería era lastimarlo y causarle un dolor que no pudiera soportar.
—S-sí. Tranquilo, todo bi-bien, aahh. — Me sonrió y luego abrió la boca para soltar un gemido debido al placer que le estaba dando el dildo.
— ¿Listo para continuar? — Asintió y di el primer azote en su nalga derecha.
— ¡Uno!, Mmm. — Di el segundo. — ¡Dos! — Ahora el tercero. — ¡Tres! — El cuarto hizo que soltara un fuerte gemido. — ¡Cuatro!, es-estoy apunto d-de aahh correrme.
—Oh no, precioso, no te correrás si no es con mi pene en tu interior. — Apagué el dildo, lo saqué y le di el último azote aún más fuerte que los demás.
— ¡Aaaahh! cinco, mierda, mmmh — Sonreí y sentí que mi pene se endurecía aún más y mi respiración se aceleraba al verlo de esa manera.
Harry soltaba pequeños jadeos y su cuerpo se estremecía por los espasmos del placer anterior. Deje que descansara para que regulara su respiración mientras acariciaba y besaba la zona afectada; que estaba roja y caliente. Simplemente encantadora.
— ¿Cómo te sentiste, precioso? — Dejé pequeños besitos en su muslo y el suspiró.
—No lo sé. Es muy confuso, por un lado estaba el placer que me daba el dildo, y por otro lado estaba el dolor punzante de los azotes, la sensación fue extraña pero excitante. El estar esposado y bajo tu dominio me enloqueció. Sacaste un lado de mí que no había descubierto aún, pero que sin embargo me encantó. — Habló con voz jadeante y sus palabras me hicieron sonreír.
Jamás pensé que Harry fuera un sumiso en el sexo, haberlo descubierto causó que la atracción sexual que siento por el aumentara mucho más, si es que era posible.
—Te gustó sentirte dominado por que eres un sumiso al tener relaciones sexuales, y te gustó que te azotara porque disfrutas del placer que te causa el dolor. Esto fue solo una pequeña prueba que hice para ver tus límites. Si quieres podemos repetirlo después. No sé...hacer algo más complejo.
Había hecho esto otras veces pero nunca había querido hacerlo con alguien tanto como ahora.
—Por supuesto guapo, me encantaría. Ahora quítame todo esto y fóllame lo que resta de nuestro tiempo aquí. — Sonrió pícaramente y yo le devolví la sonrisa.
Quité primero la barra separadora de sus tobillos y la lancé a la alfombra, luego ayudé a Harry a incorporarse, agarré sus brazos, quité las esposas y las lancé al piso también. Tomé sus manos entre las mías, las alcé hasta mi rostro y bese tiernamente sus muñecas donde estabas leves marcas rojas, Harry se sonrojó y me sonrió tímidamente.
—Acuéstate en la cama, precioso. — Dije todavía con sus manos entre las mías y bese cortamente sus labios, Harry asintió aún con las mejillas rojas, se separó de mi agarré, se subió a la cama y se acostó boca arriba.
Me subí a la cama también, abrí las piernas de Harry y me coloque entre ellas, agarré uno de los condones, lo abrí y me lo puse. Alinee mi pene a su entrada y me empujé fuertemente en su interior soltando un suspiro de placer.
Estaba tan deliciosamente caliente.
—Aahh. — Harry gimió y apretó sus paredes internas haciendo que soltara un gruñido y mi cuerpo se estremeciera por el placer de estar dentro de él.
—Mmmh, me encanta estar dentro de ti, estas tan apretado, tan caliente — Susurré en su oído y mordí su oreja.
Arremetí en su interior con embestidas lentas mientras besaba sus labios, un beso desesperado, donde mordía y chupaba sus labios, creando un beso húmedo y con mucha saliva, un beso delicioso y adictivo. Harry se separó de mis labios con un chasquido haciendo que un hilito de saliva nos uniera todavía.
— ¡Ah!, siiii. — Gimió.
¡Maldición! Este chico me va a volver loco.
Harry me abrazo por la espalda y mordió mi cuello haciéndome gruñir.
Lo embestí fuertemente de nuevo y él volvió a gemir, aumenté el ritmo de mis embestidas haciéndolas más rápidas y fuertes. Los gemidos de Harry me calentaban de una manera indescriptible. Agarré sus piernas y las subí a mis hombros, cambiando el ángulo de las penetraciones, haciendo así, que estas fueran más profundas y tocara directamente su próstata.
—Aahh, si, así, m-más fuerte — Los gemidos de Harry, sus uñas aferrándose a mi espalda y sus paredes abrasando mi pene, me hicieron perder la cabeza y me volví loco follándolo.
Metía y sacaba mi pene de su interior de manera rápida y fuerte, moliendo mis caderas contra las suyas, creando un sonido perverso y excitante al chocar nuestras pieles. El placer era inmenso y la imagen de Harry ante mí; todo sudado y gimiendo, era la gloria.
— ¡Ah!, es-estoy a punto de...aahh, co-correrme. — Las palabras entrecortadas de Harry enviaron una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.
—Córrete para mí, precioso — Aumenté aún más el ritmo de mis embestidas haciendo que Harry se corriera con un grito y manchando de semen su estómago. Di unas cuantas penetraciones más y me corrí en el condón con un fuerte gemido.
Me desplomé a un lado de él y lo atraje hasta mí para colocar su cabeza en mi pecho y abrazarlo mientras acariciaba su despeinado cabello. Nuestra respiración era entrecortada y todavía recorrían espasmos de placer post orgásmico por nuestros cuerpos.
Podía sentir el cuerpo caliente y tembloroso de Harry, sus ojos estaban cerrados y su boca entre abierta soltado pequeños jadeos, los dos estábamos sudados y cansados pero completamente satisfechos.
Tenerlo cerca de mí, poder sentir su cuerpo tan cerca del mío y respirar su aroma, llenaba mi corazón de alegría. Quería decirle lo mucho que lo amaba, lo mucho que lo necesitaba todos los días y a todas horas, quería invitarlo a citas, tomarlo de la mano, ser su novio, mejor amigo y amante. Quería muchas cosas con respecto a Harry pero no podía obtenerlas mientras tuviéramos esta relación donde somos unos "desconocidos".
Pasamos un rato así, en silencio, pero no un silencio incomodo, al contrario, estábamos abrazados, acariciándonos y eso es todo lo que necesitábamos.
Harry se separó repentinamente de nuestro abrazo para ponerse encima de mí, con las piernas a los costados de mi cadera y su trasero rosando mi pene que ya se estaba poniendo duro por el contacto con su piel caliente.
—Fóllame de nuevo. — Habló en m oído con un sexy ronroneo y después mordió el lóbulo de mi oreja. — Quiero sentirte llenándome de nuevo. — Descendió por mi cuello con pequeños besos y dio un pequeño chupetón, que acabó por ponerme duro.
Agarré fuerte sus caderas y nos volteé bruscamente, quedando encima de él, abrí sus piernas y las puse en mis caderas.
—Con gusto, precioso. — Le sonreí y tome sus labios entre los míos para besarlo vorazmente.