Escuela de híbridos

By andyfellon54

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Un regalo. Cuando mi tía me dijo que me iba a dar un regalo pensé en miles de cosas, menos- en un viaje a Pen... More

La llegada
Conociéndolos
Destino
Pruebas
Descubrimiento
Ignorante
Progresando
Problemas
Disculpas
Equivocación
¿Dulce o truco?
12. Culpa
Chequeo
Confianza
Vida de humana
De salida
Sueños de un bosque
Favor
Niña.
Hogar, ¿Dulce hogar?
Tinta
Bienvenida
Llegar a odiarte
Híbrido
Entre lágrimas
Venganza
Como era antes
Gloria
Volver a verte
Adiós
Aceptación
Comienzo
Peligro
Conflictos
La invitación
¿Impostora?
Volviendo
Lo inevitable
La promesa
El regalo
Capitulo Bonus:La amo /One-Shot/ James POV
Capitulo Bonus: Guía /James POV/ one- shot
Especial navideño: regalo especial (2016)

Año nuevo

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By andyfellon54

—Anya despierta— abrí uno de mis ojos y me encontré con una Anael aun vestida en piyamas saltando por la habitación.

— ¿Qué ocurre Annie? ¿Se está incendiando el campus?— dije, estaba más dormida que despierta.

—No tontita, tenemos que prepararnos para la noche— dijo ella con una gran sonrisa en el rostro.

—Es cierto— dije recordando la fecha— hoy acaba el año.

—Exacto— dijo ella— eso significa pensar en lo que queremos hacer el próximo año— dijo ella mientras me tiraba un cumulo de ropa encima.

— ¿Y para eso quieres que me levante tan temprano?— pregunte mientras miraba la ropa que Anael me había tirado encima, supongo que era una invitación para que me fuera a bañar y luego me vistiera.

— ¡Si, por qué vamos a salir a hacer compras para los preparativos!— grito ella con la emoción mostrándose en su rostro.

— ¿Salir a donde? ¿A la piscina?— dije sarcásticamente.

—No Anya, vamos a salir fuera del campus— dijo ella mientras hacia un puchero.

— ¿¡Como?!— dije sin poder entender por completo lo que me acababa de decir.

—Lo que escuchaste, ahora ve a bañarte— me ordeno mientras ella se iba a la sala y comenzaba a tararear una canción que yo desconocía.

Deje que el agua caliente me relajara, el año se estaba acabando y eso quería decir que se avecinaba uno nuevo, lleno de misterios, esperanzas y tal vez buenas noticias.

Sentí un atisbo de tristeza crecer en mi interior, este año había sido en gran parte, peligroso, pero me había cambiado para bien, como una roca preciosa que había estado escondida bajo la tierra y era descubierta por la erosión en el suelo.

Yo me había levantado, y había vivido sin remordimiento alguno, ahora que había sido aceptada para ser pilar, todo iba a ser mejor o eso era lo que quería pensar.

Me eche a reír de mis pensamientos, después de todo el año pasado pensaba que me iba a divertir en mi último año de secundaria, comería, hablaría y me relacionaría con personas normales sin embargo este año me había traído a una escuela de híbridos… lugar que antes me habría parecido una broma de mal gusto, ahora era mi hogar.

Cerré mis manos en puños mientras el agua caliente se volvía tibia y después helada… tenía miedo, miedo de lo que el año nuevo me deparaba.

—No puedo creerlo— dije mientras apoyaba mi mejilla sobre la empañada ventana— no puedo creer que este saliendo del instituto una vez más.

—¿Te da miedo?— pregunto Derek, quien se había sentado al lado de Liam, quien iba al lado mío y detrás de Anael.

—No— conteste con firmeza— la verdad es que no siento miedo, siento tristeza.

—Es obvio que no tienes miedo, tus poderes son monstruosos— si esas palabras hubieran salido de la boca de una persona que me cayera bien, lo hubiera considerado un cumplido pero ya que salía de la boca de Madison no podía tomarlo de otra manera que no fuera un insulto.

Podía soportar a todos los que estaban en este auto pero Madison me sacaba de quicio.

—Si no quieres que te prenda fuego Madison, será mejor que te calles de una vez— le dije, chispas azules comenzaban a salir de las yemas de mis dedos.

Madison se echó para atrás segundos antes de que los directores hablaran— podrían hacer silencio y calmarse— ordenaron, me dio risa ver como decían las mismas palabras al mismo tiempo, casi como si pudieran leerse la mente.

—Está bien— dije mientras que sofocaba las chispas que danzaban en mi mano, fue hasta ese momento que pude notar a Madison des tensarse y relajarse en su asiento, sonreí, me encantaba que ella me tuviera miedo.

Después de unos segundos el carro se encendió y comenzó a alejarse del instituto, yo lo quede viendo por unos segundos antes de que este desapareciera en el horizonte.

—No sirves para mantener promesas Cortsen— Las palabras de Johan me agarraron por sorpresa, yo me voltee hacia él y lo quede viendo por unos segundos.

—No sé de qué estás hablando— le dije con sinceridad.

— No vuelvo a montarme a un carro contigo conduciendo— él me recordó las palabras que le había dirigido cuando habíamos entrado al campus a la fuerza.

—Eso… pues tú no estás conduciendo— señale.

—¿Y quien dice que yo no voy a conducir de regreso?— dijo él con una sonrisa amplia apareciendo en su rostro.

Yo suspire y me hundí en el asiento, esperando que Johan desapareciera del lugar tanto o más de lo que lo deseaba mi tía.

Yo nunca había sido del tipo de persona que compraba, mi tía siempre aconsejaba que debería comprar, yo asentía y ella pagaba… así de sencilla era mi vida como compradora, parecía que ser híbrido no había cambiado ese aspecto en mi vida.

Mientras Anael arrastraba a Lua por los pasillos del centro comercial yo me fui a pedir un helado en la primera heladería que encontré.

—¿Qué desea señorita?— me pregunto un joven de unos veinte años de edad, llevaba un bonito uniforme naranja con crema.

—Un cono con helado napolitano por favor— pedí mientras miraba como el joven me sonreía e iba a buscar el helado que había pedido.

Yo me quede con los codos apoyados sobre el mostrador, mientras miraba los precios de los helados una figura apareció a mi lado, mire de reojo y me sorprendí cuando vi a James.

—¿Entonces el napolitano es tu helado favorito?— yo lo ignore eficientemente, estaba mejorando, ahora sus palabras solo me ponían nerviosa pero no explotaban mi corazón en miles de pedacitos.

— Aquí tiene señorita— dijo el joven mientras me pasaba el helado y me decía lo que costaba, yo pague por mi postre y luego me aleje del mostrador para irme a sentar en una de las mesas de la heladería.

Pasaron un par de minutos en los cuales yo disfrute del sabor de la fresa, el chocolate y la vainilla derritiéndose en mi boca, lamentablemente aquel momento de paz se hizo trizas cuando James se sentó en mi mesa.

—¿No deberías andar con Madison?— dije a regañadientes.

—Madison anda con mis padres comprando ropa para año nuevo, tu deberías estar haciendo lo mismo con tu tía— recomendó él— es bueno pasar tiempo con tus seres queridos cerca del año nuevo, para reflexionar sobre el pasado y mirar hacia el futuro.

Yo no hice ningún comentario sobre lo que me había dicho sino que seguí comiendo mí helado en silencio.

—Detesto los años nuevos— le dije con sinceridad mientras me levantaba, estaba dispuesta a terminar esta charla lo más rápido posible.

Cuando camine a su lado, él me agarro de la mano, yo me voltee y lo mire de frente, nunca había visto tanta intensidad en los ojos azules de James.

—¿Por qué?— inquirió él mientras la sangre corría a teñir mis mejillas de un color carmesí, detestaba que él pudiera destruir mi fuerza de voluntad con tanta facilidad.

—Esa respuesta es fácil— dije mientras deshacía su agarra, no con un jalón, sino con una suave movimiento de parte de mi mano— le tengo miedo a lo que me depara el futuro— con aquello dicho le di la espalda y comencé a caminar fuera de la heladería.

Estábamos volviendo al campus, era de tarde y lo único que había comprado para año nuevo habían sido unos pantalones rojos, una camisa crema y una bufanda roja. El cielo se comenzó a teñir de colores naranjas y rojos mientras que mis parpados comenzaban a cerrarse, tenía sueño, después de todo Anael me había despertado muy temprano.

Mis pensamiento variaban desde «este el ultimo atardecer del año» hasta «deberían de crear un carro con cama incluida», mis ojos comenzaron a cerrarse con más frecuencia, al final mi mente quedo fija en un solo pensamiento «tengo sueño, debería cerrar mis ojos aunque sea por un segundo» esta vez mi fuerza de voluntad no fue la suficiente para mantenerme con los parpados abiertos.

Mis parpados bajaron y subieron en lo que yo creí, había sido una fracción de segundo, pero cuando vi la oscuridad que gobernaba en la Van y la calidez que irradiaba del cuerpo sobre el cual, presumía, me había apoyado cuando me dormí, me indicaba que había pasado mucho más tiempo del que pensaba.

Sentí como los nervios de mi cuerpo se activaban cuando intentaba acordarme al lado de quien iba cuando había quedado dormida y me percate con cierto horror que había sido Liam y James.

Comencé a apartarme del hombro de la persona en la cual me había apoyado— «deja que sea Liam, deja que sea Liam…»— levante el rostro y mire cara a cara a la persona sobre la cual me había dormido— Hola James— dije con timidez mientras mis mejillas se teñían de rojo— lamento haberme quedado dormida sobre ti— dije entre susurros.

—No te preocupes— dijo mientras me sonreía— se notaba que estabas cansada.

Yo no quería seguir hablando sobre esto así que cambie de tema rápidamente— ¿Qué hora es? ¿Ya vamos a llegar al campus?

—En realidad estamos llegando— comento él mientras señalaba hacia el frente, yo seguí hacia donde apuntaba con la vista y me encontré con el ala mayor apareciendo en el horizonte.

Bostece mientras nos acercábamos al portón del campus por alguna razón sentía que no había dormido nada, cuando la verdad es que sabía que había dormida un par de horas desde que había cerrado los ojos.

—No puedo creerlo, aun tengo sueño— dije entre susurros, no sabía porque la oscuridad de la camioneta me instaba a mantener el silencio.

—Deberías de seguir durmiendo cuando lleguemos—comento Anael desde el asiento de atrás, yo la voltee a ver y mire que ella también estaba bostezando, después de todo, levantarse tan temprano no había sido buena idea.

—Creo que eso voy a hacer— le respondí— realmente siento mucho sueño.

—¿No será que te enfermaste?— pregunto mi tía, un atisbo de preocupación deslizándose junto a sus palabras.

—No lo creo, simplemente ciento los parpados pesados— dije mientras estos se me comenzaban a cerrar una vez más.

—¿Anya estas bien?— pregunto Liam antes de que cayera en los brazos de Morfeo una vez más.

Cuando volví a abrir los ojos me sentí totalmente alerta, mire el techo de donde me encontraba y me percate en un par de segundos que estaba en mi cuarto, voltee a ver a todos lados pero no encontré a Anael por ningún lado.

—«No puede ser»— pensé con horror mientras creía que me había perdido el año nuevo por estar dormida.

Me levante de un solo movimiento y salí disparada hacia el pasillo, cuando entre a este otro tipo de horror me poseyó, todas las luces estaban apagadas, sabia por experiencia que por lo menos una luz en el pasillo siempre tenía que estar encendida.

Camine lentamente por el pasillo y hacia las escaleras que me llevarían al segundo piso, los escalones estaban cubiertos por un manto negro que me causo escalofríos.

Para tranquilizar mis nervios convoque una llama que se encendió en mi mano derecha, con la flama azul iluminando el camino comencé a descender lo que bien podría haber sido el camino al infierno.

Mi sombra se movía unos escalones más adelante mientras descendía a paso firme, sentía que si me detenía las sombras me engullirían por completo.

 Llegue al segundo piso del ala mayor y el horror solo siguió aumentando, no escuchaba ni un solo sonido y no había ninguna luz encendida.

Sopese la idea de caminar hacia lo oficina de los directores pero el pasillo estaba más oscuro que las escaleras, me pregunte con cierto temor si alguien había atacado el campus mientras yo estaba dormida.

Los recuerdos de los Lupdaemones que habían causado mi muerte pasaron por mi cabeza, me los imaginaba detrás de mí riéndose de mi ignorancia.

Me voltee rápidamente con la flama azul en alto, pero lo único que esta ilumino fueron los contornos de los pasillos vacios.

—«Tranquila Anya»— pensé una y otra vez mientras obligaba a mis estáticas piernas a moverse hacia el tramo de escaleras una vez más.

Si no había nadie en el tercero, ni segundo piso del edificio lo único que me quedaba por hacer era bajar un piso más.

 Baje las escaleras a toda prisa, mi corazón se aceleraba en mi interior mientras me preguntaba qué era lo que estaba pasando.

—¡Appleby!—llame a la Hsiesma que siempre acudía cuando uno la llamaba o la necesitaba, sin embargo no hubo respuesta alguna—¡Tía, directores, Liam! ¡Me escuchan!— grite con todas mis fuerzas pero nadie me respondía, lo único que venía hacia mí era el silencio.

Un silencio que se enredaba en mi garganta y me dejaba sin respiración. Baje el último escalón hacia la sala principal del ala mayor y vi con cierto alivio como un leve rayo de luz aparecía de detrás de una de las puertas que llevaba al salón de fiestas del campus— «eso es, todos deben estar en la fiesta de año nuevo»— pensé mientras me echaba a correr en dirección de la puerta.

La llama azul se apago mientras estiraba mis manos hacia el frente y empujaba las puertas abiertas.

Me quede boquiabierta cuando el olor a pan recién orneado, queso y ¿agua? Me golpeaba con fuerza, mi mente se nublo cuando caí hacia adelante, alce mi pierna derecha y la apoye con fuerza frente a mí para no caer de boca.

Levante mi rostro y tome todo el horizonte a detalle.

Las calles empedradas, los altos edificios con balcones enmarcados por flores, una calle partida por un trecho de agua que pasaba lentamente bajo el arco de un puente, sobre el agua habían pequeñas balsas de diferentes tamaños y colores flotando con suma tranquilidad.

Un sonido de explosión se unió a los colores que revolotearon en el cielo estrellado cuando lo voltee a ver, mire anonadada como las ultimas chispas del fuego artificial comenzaba a desaparecer cuando otro exploto en el cielo iluminando con colores violetas y azules el agua del canal que tenia a la derecha.

—¿Sorprendida?— me tire hacia atrás solo para darme cuenta que la puerta de instituto había desaparecido y lo único que tenia a mi espalda era una calle desierta, mi mirada paso por la calle vacía hacia la persona que me había hablado.

Aun detrás del traje de época negro y una máscara blanca cubriéndole el rostro pude reconocer a James por sus llameantes ojos azules que reflejaron la luz de los fuegos artificiales.

—James— dije, mi voz tembló ligeramente cuando dije su nombre así que casi llego a sonar mas como una pregunta que como una afirmación.

— Lo lamento señorita— contesto él mientras se acercaba, su voz amortiguada por la máscara que llevaba— pero las identidades no se dicen en el carnaval de Venecia.

— Pero ¿Cómo? Esta no es la época para el carnaval y como es que vine a parar aquí. ¡El campus esta como una ciudad fantasma!— le grite.

—Tú me lo pediste, me pediste que te trajera al carnaval de Venecia— dijo él, su voz era dulce en contraste con las explosiones de los fuegos artificiales— ¿te acuerdas?, esto es solo mi manera de desearte un feliz año nuevo— me quede sin aire en los pulmones, enserio estaba escuchando bien lo que me estaba diciendo.

— Gracias pero aun sigo preocupada por todos en el campus— dije mientras volteaba a ver hacia atrás, aun no había señales de la puerta por la cual acababa de pasar—James tenemos que volver.

Él se echo a reír, calmadamente, yo lo quede viendo como si estuviera viendo a mi tía quemando el campus hasta sus raíces.

—¿Qué es tan gracioso?— él sin dejar de reírse me agarro de la mano y me arrastro en contra de mi voluntad hacia una plaza que estaba a unos metros adelante.

Cuando entramos a esta mi corazón se volcó dentro de mi pecho, cuerpos flameantes, alas, escamas y garras se levantaban en el aire cada vez que explotaba un fuego artificial, por entre la multitud salió una figura que brillaba bajo las luces de la noche— Anael— detrás de ella venia Liam, los dos llevaban trajes extravagantes y de colores llamativos que combinaban con sus antifaces.

—Todos están aquí— dije, un aliento de alivio partiendo de mis labios, lleve mi mirada hacia James y me lo imagine sonriendo detrás de la máscara— Feliz año nuevo Anya.

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