Perfecto Mentiroso | Titanes...

Par RominaBlacksmith

1.8M 166K 67.1K

Kylan Hooligans también tiene tres palabras para definirse a si mismo; jodido, destructivo, y un perfecto men... Plus

| Dedicatoria |
| Aclaracion |
| 000 |
| 001 |
| 002 |
| 003 |
| 004 |
| 005 |
| 006 |
| 007 |
| 008 |
| 009 |
| 010 |
| 011 |
| 012 |
| 013 |
| 014 |
| 015 |
| 016 |
| 017 |
| 018 |
| 019 |
| 020 |
| 021 |
| 022 |
| 023 |
| 024 |
| 026 |
| 027 |
| 028 |
| 029 |
| 030 |
| 031 |
| 032 |
| 033 |
| 034 |
| 035 |
| 036 |
| 037 |
| 038 |
| 039 |
| 040 |
| 041 |
| 042 |
| 043 |
| 044 |
| 045 |
| 046 |
| 047 |
| 048 |
| 049 |
| 050 |
| 051 |
| 052 |
| 053 |
054 | Carta
| 055 |
056 | Final
| Extra |
Random Preguntas
Curiosidades.

| 025 |

28.1K 2.7K 1.5K
Par RominaBlacksmith

Una y otra vez he intentando alejarme,
pero no es tan fácil cuando tu
alma está partida a la mitad.
Así que me resigno a eso cada día,
Y ahora todo lo que puedo hacer es abandonarte.

Stop •  Sam Brown

──────• § •──────

Mayo 11, 2017
22:01 pm

T Y E E

Miro a Kylan, su fornida espalda recta sobre el asiento, los músculos tensos marcados en su ajustada camisa. Su presencia luce más demacrada, más débil y mucho más solitario que antes; pero la verdad es que su cuerpo está mucho más musculoso y resistente. Y en parte se lo que ha pasado con él, es lo que sucedió conmigo; en cuanto más solitario y difícil todo, con muchas más ganas te superas. Haces algo que te duela para opacar el dolor, algo que te saque toda esa tristeza de la cabeza. Gastas todas tus fuerzas para poder dormir; intentas hacerte fuerte para vencer tus pesadillas. Probablemente ha pasado varias horas del día entrenado, golpeando sacos y algunas caras. Lo único que me molesta, es que pese a que me ha rogado en miles de oportunidades que hablé con él, ahora que lo acepto, no lo hace. Mantiene una expresión seria en la cara y sus ojos directamente sobre la carretera. Tiene la mandíbula un poco más marcada, aunque puede que se deba también a la tensión que lleva encima. Estoy segura de que no piensa volver hablarme hasta llegar a donde sea que me lleve.

Súbitamente detiene el auto. De una carretera pasamos a la cuidad otra vez, pero esta es a las afueras de Dublín. Por uno de los letreros me doy cuenta de que estamos en Celbridge. Ni siquiera me di cuenta cuanto estuvo conduciendo, siempre perdí la noción del tiempo a su lado. Meses que se convertían en semanas, semanas que se hacían días, y días que parecían una hora. Pasamos mucho tiempo juntos, pero fue tanta nuestra intensidad, que jamás nos pareció suficiente. Aun en medio de este ambiente tenso no puedo evitar perderme.

—¿Dónde estamos?— pregunto, porque no entiendo mucho a que se debe esto. Las calles ya están vacías pese a que no está muy entrada la noche; el reloj del auto marca las 22:13 pm.

Kylan suspira pesadamente y aprieta un poco el teléfono entre sus manos. —Querías entrar en mis secretos. Así que te he traído a uno.

No me da tiempo para responder, aunque tampoco es como que tenga algo que decir. De hecho aun no entiendo su secreto como para formarme una opinión. Busca algo en su teléfono y se lo apega al oído por unos minutos. Frunce su ceño cuando después de unos cuantos pitidos aún nadie le coge la llamada. —¿Que sucede con este cabrón?— murmura para sí, aunque de igual forma logro oírlo. Suspira cuando por fin parecen coger el teléfono.

—¿Que mierda sucede? ¿Por qué no contestabas?— comienza quejándose. En su cara se forma un ceño de preocupación. Lo sé porque es de los mismos que me pone cuando me meto en aprietos. Suspira y se toca la frente para borrar el rasgo. Levanta la cabeza nuevamente concentrado en la voz de la persona que habla al otro lado. —Bien— vuelve a decir. —¡Que Si! Te he dicho que lo haría. Sal ya, no quiero esperarte.

Corta el teléfono y lo deja en el compartimiento junto a la palanca de cambios. Se gira a mirar hacia la derecha, justo en donde yo estoy, pero no me mira a mí, mira más allá, a una casa que enciende de pronto la luz de la entrada. Desde allí salen dos chicos altos pero jóvenes, no les daría más de veinte años. Están riendo mientras hablan algo aún bajo el porche. Kylan pega un gruñido cuando ve lo entretenidos que ambos lucen, sin prisa alguna.

—Creo haberle dicho que no quería esperarlo— casi me hecho a reír.

No sé quién es ese chico, pero si está desafiando las órdenes de Kylan, de seguro va a gustarme.

—¿Quién es?— pregunto, porque no se si la tarea de hoy se trata solo de observarlo o va a decirme algo más.

—Sly O 'Connors— responde entonces, y estoy a punto de golpearlo porque no agrega nada más, como si yo debiese saber de quién demonios se trata, y además, de cuál de los dos chicos está hablando. —O por su nombre real, Dallas Hooligans.

En seguida cualquiera de mis preguntas pierde importancia.

¿He escuchado bien? ¿Dijo que se apellida Hooligans?

Me volteo a mirarlo sorprendida, pero él no hace lo mismo. Mantiene sus ojos en el chico tras de mí. No pregunto nada más, porque tengo la extraña sensación de que él tampoco va a responderme nada, así que sin abrir la boca, vuelvo la mirada a la casa. Uno de ellos comienza a acercarse lentamente hasta nosotros, caminando con una gracia natural, casi como si bailara. No puedo oírlo, pero sé que se está riendo de algo que le ha gritado el otro muchacho, y se voltea a responderle mientras él ingresa de nuevo a la casa.

Abre la puerta de mi lado y ambo nos sumimos en el mismo silencio, consumidos por la sorpresa, mirándonos atentamente.

Y lo observo detenidamente porque aún me cuesta creérmelo.

Sus rasgos son increíblemente parecidos. Mandíbula firme y pómulos marcados, hechos de líneas rectas. Cejas justamente pobladas, con un corte vertical en el final de la derecha que parece ser hecho por una cicatriz. La mirada penetrante, aunque es más clara. Debido a que la única luz que lo alumbra, es la del interior del auto, no puedo Saber ciertamente que color, pero le apostaría a un verde agua, o un gris. Su pelo también es más claro y tiene risos, a diferencia de Kylan, quien lo tiene liso y lo lleva corto a los lados y largo por encima. Su musculatura también está marcada, pero él es más pequeño y tiene un cuerpo acorde a la edad que debe tener.

En seguida encuentro otra diferencia entre ellos. Él chico me sonríe enseguida, algo que Kylan casi nunca hace. Se inclina levemente hacia el auto.

—¡Joder! Pero si me has traído hasta compañía!— exclama alegremente entre risas. —Tengo gustos extravagantes, pero su cabello está de puta madre.

Me cuesta incluso procesar lo que dice. Me quedo asombrada con la energía y el lenguaje que utiliza para expresarse. No me molesta, después de todo es lo mismo que hago yo; pero su personalidad es tan diferente a del Hooligans que conozco, es tan brillante, que me ciega.

—No es tu acompañante— gruñe Kylan. Su voz gélida podría haber cortado el ambiente en dos, pero la sonrisa del chico ni siquiera tambalea. Ya debe estar acostumbrado al terrible carácter de su hermano.

—¿Es tu novia?— pregunta, quitando la mirada de mí y dirigiéndosela a un enojado Kylan. Él se toma un minuto más en responder en el que supongo que está tragando saliva con dificultad.

—Es una amiga— Dallas parece comprender enseguida que entre nosotros hubo más que una amistad, pues ensancha aún más su grandiosa sonrisa. Lame su labio inferior con diversión y esboza su mirada nuevamente hacia mí.

—Soy Sly O 'Connors, un gusto— me ofrece la mano.

—Ella ya lo sabe— interrumpe.

Sly, —o Dallas— tuerce su labio pensativo y retira su mano, mano que no acepte. Luego vuelve a sonreírme. —En ese caso soy Dallas Hooligans. Él más guapo de los Hooligans.

—Y el más bocazas también— vuelven a gruñir a mis espaldas. Ciertamente Dallas es atractivo, demasiado atractivo para la edad que puede tener; pero yo no sabría como compararlo con Kylan. Él posee una masculinidad que su hermano pequeño no, cada uno es sexy a su manera. —Anda ya, cierra el pico. No quiero estar aquí por siempre.

Dallas se ríe. —Y bien, señorita amiga de Kylan. ¿Me va a dejar entrar o debería sentarme sobre sus piernas?

Recién entonces capto a lo que vinimos. Kylan va a hacerle de chofer, pero su auto es solo para dos personas, por lo que estamos en un pequeño aprieto. En estos momentos debería tener alguna respuesta inteligente para la rápida lengua de Dallas, pero estoy tan sorprendida, que se me borra la capacidad de hablar. Miro alrededor, dejando como última opción el tener que sentarme en sus piernas. Porque no hay manera de que él se siente sobre las mías. En el medio de los dos asientos, justo detrás de la palanca de cambios hay un apoya brazo que también puede usarse como asiento improvisado, así que sin pensarlo mucho más me monto en él. Coloco las piernas a cada lado y me apoyo atrás.

Él chico toma asiento, pero antes de que alcance a cerrar la puerta, Kylan ya ha echado a andar. Se coloca el cinturón y se voltea a mirarme bastante animado. La luz se apaga lentamente, así que nos vemos sumidos solo bajo las luces de las calles que entran por el parabrisas.

—¿De verdad vas cómoda allí? Podrías sentarte sobre mis piernas.

—Estoy segura de que esto es más cómodo— Dallas eleva una de sus cejas. No creo que esté intentando ser coqueto, porque lo primero que captó, es que estoy relacionada de alguna forma con Kylan. Pero su rostro es tan masculino, que creo que hasta haciendo una mueca podría lucir coqueto. Además de que no ha dejado de sonreír ni siquiera un segundo.

—No puedes apostar por algo que no has probado.

Kylan pega un frenazo que podría haberme dejado pegada al parabrisas, si es que no hubiera utilizado su brazo para retenerme. Se apega al volante para poder fulminar a su hermano con una mirada furiosa.

—¿Es que no cierras nunca tu puta boca? Voy a dejarte tirado— Dallas se larga a reír realmente contento por la reacción que provoca.

—Vale, mala idea— se disculpa las manos en alto y la sonrisa más grande que jamás he visto. —Entonces, amiga de Kylan ¿Cuál es tu nombre?

—Tyee— respondo sonriéndole también. —Tyee Smith.

—¿Smith? ¿Como el cabrón de Ian?— me pregunta, pero es Kylan el primero en responder.

—Si, es su hermana.

—¡Joder! Y yo que pensaba que era un puto bastardo.

—Dallas— advierte.

—¿Pero y tú cuantos años tienes?— me pregunta ignorando a su hermano.

—Veintidós.

—¡A sí que te gustan menores!— se burla nuevamente. Kylan frena otra vez con un gran ceño fruncido, y está a punto de abrir la boca para echarlo del auto, pero su hermano se apresura a disculparse. —Vale. Si, yo también creo que deberías cerrar la boca, Dallas.

Se mantienen la mirada  por un segundo más, en el cual es el único momento en el que Dallas no sonríe, y veo su parecido a toda plenitud. Aunque la expresión de su hermano pequeño es más como de susto que de furia.

No sé cómo debería sentirme. Abre la boca y suelta palabrotas, pero todo lo que dice me hace reír. Se que es su forma de ser, y que no importa si habla de mi hermano o del suyo, ocuparía las mismas palabras. Me deja atónita la fuerte diferencia de personalidades; por un lado tenemos el serio y gruñón Kylan, que vive para fabricar ceños fruncidos y palabras irónicas; mientras que al otro extremo, tenemos al chico de la boca enorme; aquel que dice lo que piensa y de la manera más grosera que se le ocurre, lleva una sonrisa del porte de su cara y las regala a quienes lo ven en cuanto lo ven.

—¿Y tú qué? Ustedes no se parecen en nada— vuelvo a parlotear. —¿Eres el adoptado?

—Soy el bonito.

Acaba de pegarle en el culo a mi broma y me la envío de vuelta. No puedo creer que verdaderamente me esté dejando en silencio. Tiene respuesta rápida para todo lo que digo, y para colmo aún mejor. Y encima eso ni siquiera me hace sentir mal, si no que todo lo contrario, me hace reír. Y así es como se gana mi respeto. Este chico realmente me gusta.

—¿Por cuantos años se llevan?

—Por tres.

Hago una cuenta mental. Kylan cumplió veintitrés en febrero, así que Dallas por defecto debería bordear los veinte. Una diferencia muy cercana.

—Bien chico bonito, llegamos a tu fiesta— Kylan se detiene lentamente frente a una casa con algunos autos aparcados en la calle y chicos en la entrada. —Estaré despierto, llámame para recogerte.

—Claro— dice volviendo la vista hasta él. Desabrocha su cinturón y abre la puerta. La música de la casa se cuela hasta el interior.—Asegúrate de traer a tu amiga también. Me agrada.

Me pregunto si el hecho de que diga que le agrado contiene alguna importancia. Él parece ser ese tipo de persona a la que todos le agradan; sería más sorprendente que lo dijera alguien como Kylan.

—Ni de puta broma— todo en su tono de voz nos corta en dos.

—Vaya mierda. —Dallas nos sonríe a ambos. —Hasta luego, cuñadita— cierra antes de que alguien alcance a reprocharle algo. Me largo a reír en la cara amurrada de Kylan mientras me acomodo de vuelta al asiento y miro por la ventana como el pequeño Hooligans se aleja de nosotros saludando con la mano a todos los que están en la entrada. Kylan arranca el auto sin decir nada.

—Aún no puedo creer que ese sea tu hermano. Que tengas un hermano.

—No debí habértelo dicho.

Veo que hace  una mueca de incomodidad con sus labios, sin despegar la mirada del camino. —No. Debiste habérmelo dicho mucho antes.

No es como si su hermano fuera un sicario, un ladrón a la fuga o alguna especie de alienígena de otro planeta; es solo un chico, un chico bastante agradable de echo. Un chico que se nota que lo aprecia y que puede que sea la única persona en el mundo que conoce toda la verdad de él. Que entiende la forma de querer que tiene.

Puede que piense que acaba de mostrarme algo misero sobre él, pero con esto acabo de descubrir muchas cosas más. Como que de hecho si tiene personas por las cuales luchar, una razón por las cual jamás dejarse caer. Si tiene alguien que jamás lo va a abandonar. Por ninguna razón, sin importar cuan borde o desagradable pueda a llegar a ser. Me acaba de demostrar que es totalmente capaz de amar, de una forma diferente, pero igual de potente.

—Él es un secreto, Tyee— traga saliva, su mirada vacila por las calles. —Es el secreto que guardo con mayor recelo. Si te lo presenté es porque quiero que te des cuenta hasta donde soy capaz de llegar por ti.

Cualquier palabra que estuviera punto de decir, se me traba en la garganta.

Solo entonces me doy cuenta, de que aquellas razones que yo sabía que tenía para haberme ocultado toda la verdad, en realidad pueden ser mucho más potentes e importantes de lo que creí. Y me inunda un pesar que tira de mi pecho.

—¿Por qué están separados? ¿Por qué no está viviendo contigo en Alph sau o en algún puto lugar de este mundo?

Suelto, no me lo retengo, porque si se atrevió a dar un paso así de grande, no puedo dejar que vuelva a retroceder guardándose las explicaciones. No sin al menos intentar que me las revele.

Su silencio se mantiene un momento más, pero finalmente lo deja salir.

—Me llevaron a Edén a los doce años— comienza suspirando. —Pero mi hermano no estaba en casa aquel día. No pudieron encontrarlo. La verdad es que todo es un poco enredado, pero él acabó en un orfanato y por desgracia o fortuna, nadie lo adoptó, hasta que lo encontré, dos años más tarde. Se que estas preguntándote por qué no hui con él... pero es un complicado. Había algunas... cosas que me ataban a Edén, o aquí en realidad. Y cuando iba a hacerlo, ya era demasiado tarde.

Kylan aprieta el volante entre sus mano, en su cara, un ceño se le marca con fuerza. Hablar de su hermano lo pone en alerta, contar su pasado le estremece. Se que en ese preciso momento está viendo pasajes de sus recuerdos ante sus ojos, muchas más cosas de las que vivió que no me está contando. Puede que tenga una llama en el interior que le sube por el pecho hasta atorársele en la garganta; y lo sé, porque es lo mismo que me sucede a mi cuando comienzo a recordar mi pasado. Puedo entender cuán importante es ese muchacho para él. Soy adoptada, pero si a Ian le sucediera algo...

—¿Qué paso con tu familia? ¿Cómo... funciona todo esto?

—Los mataron...—aprieta los labios firmemente. —No pasa con todos, pero es lo que paso con la mía. Querían reclutar a Dallas. Y... tuve que ir a situaciones críticas para conseguir opciones. Para poder elegir. Me quedaba y convertía a Dallas en mi sombra. De esta forma lo dejaban fuera y tranquilo si yo me comportaba. O elegia ser libre, y lo dejaba tomar mi lugar— sus nudillos están blancos, cada parte de él tensa. Ni siquiera soy consciente cuando pongo mi manos sobre las de él intentando que se concentré en algo más que en ese dolor. Se gira a mirarme un poco sorprendido, y luego vuelve al frente para ponerle atención al camino. —Yo sufrí ese infierno, Tyee; y no quería lo mismo para Dallas. Apenas tenía once años.— Kylan estaciona el auto en alguna parte, pero no intento descubrir donde. En su voz casi puedo escuchar a su alma suplicándome comprensión, como si pensara que en cualquier momento voy a recriminar su accionar. Me el alma con la forma la que me susurra sus miedos; me duele pensar en cuanto debió dolerle elegir entre su libertad y la de su hermano; sé que no tuvo que pensarlo mucho; es igual que yo, y siempre elegiría el dolor propio al ajeno. —Puedo soportar cualquier cosa Tyee, pero no el verlo sufrir—traga saliva como si fueran piedras. —Si yo cometo algún error, él lo pagaría. Si alguien sabe sobre su existencia, se irían sobre él y toda su familia adoptiva. Estoy atado a este mundo; estoy atado a sufrir por su bienestar. Nada de esto me gusta, pero estoy dispuesto a mucho más por él. Por eso no te lo dije, por eso no me atreví a contarte nada sobre mi vida. Cualquier maldito error lo pondría en peligro— baja su cabeza, nuestras manos aun unidas ahora sobre su regazo. —Y eso es lo peor— continúa, —porque yo soy un maldito error.

Joder. Ni siquiera se está refiriendo a mí, pero me llega a doler la manera en que se trata. Me alejo, vuelvo mis manos hasta mi para hacerlo mirarme.

—No digas eso— le reprocho. —Es verdad, has cometido errores, has tomado malas decisiones que nos han llevado a... esto. Pero sé que lo has hecho con las mejores intenciones. Solo que quizá, no era la mejor opción. Crees que las personas están mejor lejos de ti, de esto, y haces de todo para alejarlas, para que no sientan nada por ti como si fuera una maldición quererte. Porque crees que de esa forma, si algún día te sucede algo, no va a dolernos.

—No...

—Y es la idea más idiota que se te podría haber ocurrido. No te das cuenta, pero eres tan malditamente fácil de querer. Cuanto más te esfuerzas por alejar a la gente, más notorio es que en realidad no es lo que quieres, y que de hecho, detrás de toda... esa mierda que lanzas, se esconde una altruismo increíble, Kylan. Porque la gente que insiste contigo, una y otra vez, es porque ya lo sabe. Y no importa lo que hagas, no vas a conseguir alejarlas—las últimas palabras casi me salen junto son una risa nerviosa. —La diferencia entre los que te ven y los que te observan, es que al final los segundos son quienes se quedan. Al final son ellos quienes se dan cuenta de los sentimientos debajo de esa máscara rota. Nadie es de cemento, solo de cáscaras y para todas ellas hay una manera de romperlas— tomo un momento para respirar y para escuchar si Kylan quiere decirme algo, pero mantiene su silencio Sus ojos no dejan de evaluarme; parece congelado, tanto así que ni siquiera sé si está respirando. El solo pestañeo de sus esmeraldas me hace saber que continúa conmigo. —Tienes una familia de cuatro amigos que darían la vida por ti, y tienes un hermano que aunque es un bocazas, te ama tal cual eres. ¡Ninguno de ellos va a abandonarte nunca, Joder! No importa lo que hagas, no importa lo que digas; te conocen completamente y no hay forma de que puedas espantarlos. Creo que es tiempo de que dejes de tirarles tus errores encima; creo que es momento de que tú dejes de ver tus propios errores y comiences a mostrarle todo lo bueno qué hay en ti. Estás en la mafia, es cierto. Pero toma el consejo de alguien que está del otro lado, las cosas no son más fáciles por acá. No es fácil ver cómo te esfuerzas por controlarlo todo tu solo.

Él cierra los ojos y puedo ver una lagrima deslizarse por uno de ellos. Una lágrima que me espanta por completo; ni siquiera yo me creo lo que estoy presenciando. Puede que mis palabras hayan incrustado balas en su carcaza, puede que haya causado una explosión en su interior. Y por algunos segundos me paralizo. Me aterra pensar que algo de lo que solté no estuvo bien, y en vez de arreglarlo, lo haya destrozado aún más.

Ese es el problema con las palabras. Jamás puedes estar muy seguro de cómo van a recibirlas.

Suspiro ansiosa; necesito que abra los ojos de nuevo y me diga por favor que no fui yo quien las cago esta vez.

—Hay un maldito error en todo lo que soltaste— me dice. —No te mencionaste dentro de mi vida, y tú también eres una de las cosas más importantes que tengo.

§

Salgo de la ducha y comienzo a vestirme lentamente, ya lista para ir a mi cama y finalizar el día. Pensando en todo lo que paso hoy. De alguna forma, siempre creí que si Kylan comenzaba a contarme sus secretos, todo en mi se resolvería. Lo amaría o lo odiaría por siempre y eso me permitiría saber cómo continuar. Porque todo lo que necesito es seguir avanzando.

Y entonces, luego de hoy, me doy cuenta de que eso no fue más que otra de las mejores mentiras que me hago a mí misma.

Al final, lo único que sé, es que ambos hemos quedado más rotos. Nos hemos vuelto a destrozar, y esta vez ni siquiera ha sido con discusiones, ni mentiras. Nos destrozamos con la verdad, que a veces puede llegar a ser más cruda que cualquier engaño.

Me quedo con una simple camiseta por sobre mi ropa interior, y comienzo a cepillar mi cabello cuando la puerta se abre. Por el espejo puedo ver a Blake entrar y quedarse estancado a medio camino cuando me ve.

—Dios, ¡Lo siento! ¡Cerrar, cerrar, cerrar!— le pide a Vi, cuando se da cuenta que la puerta aún continúa abierta, y yo tengo a la vista mis lindas bragas. —Lo siento, Tyee. Yo no sabía...

—Está bien— sonrío, volteándome a mirarlo.

—Solo venía a... yo...— me comienzo a reír. Él se me queda mirando curioso.

—Son solo bragas, Blake. Apostaría que no es nada que no hayas visto antes.

—Si que he visto bragas— es el nerviosismo hablando por él. —Quiero decir, chicas en bragas. Solo que no te he visto a ti solo en ellas, y... estoy divagando.

—Lo estas—concuerdo, dejo el cepillo sobre la cama y me cruzo de brazos.

—Lo siento, es que me pones nervioso.

—No te disculpes.

—Lo siento— repite.

Aleja la mirada de mi para llevarla al techo. Ahogo una risa mientras lo veo tomar aire frustrado.

—Así que te pongo nervioso.

Vuelve a mirarme. Me muestra una expresión un poco borde, de las que pocas veces puedes ver en su cara.

—Puede que no te des cuenta, Ty. Pero tienes un fuerte impacto en las personas. Positivo o negativo. E incluso a veces puedes dar miedo.

—¿Qué impacto causo en ti?

—Positivo, por supuesto— responde de inmediato. —Es solo que a veces no sé muy bien cómo controlarlo.

En respuesta solo me acerco para abrazarlo y no duda en responderme.

Debo admitir que se siente extraño, no puedo negarlo. Tan solo han pasado tres días desde la primera vez que lo besé, y desde entonces no han sido muchas más las oportunidades. Pero utilizamos todas las que podemos sin siquiera darnos cuenta. Él es bastante de piel, y se adapta bastante bien al hecho de que yo no lo soy. Me da la medida justa de lo que necesito, y lo hace bien. Aun cuando en algún punto aparece el nerviosismo, en cuanto nuestros cuerpos chocan, todo desaparece. El de alguna forma me calma. El temor dentro de mi desaparece, porque me siento bien, y de alguna forma, me permito creer que si sigo así, en algún momento todo este sentimiento dentro de mí, podría crecer mucho más.

—¿Está todo bien?— mi pregunta sale en un susurro. Él asiente lentamente con la barbilla apoyada en mi cabeza.

—Tan solo quería asegurarme de que aun tienes activada la alarma de contacto.

—Lo hago— me separo lentamente y lo miro a los ojos a través de sus gafas. Sus ojos pardos brillas tenuemente bajo las luces de mi habitación.

Se agacha un poco y juntas sus labios con los míos sin aviso alguno, pero los mantiene allí sin ejecutar ningún movimiento, y luego los separa. Lo vuelve a hacer, pero esta vez cuando se separa, suelta una sonrisa. Suelto su cuerpo y tomo su cuello para volver sus labios a los míos, y no le permito que se aleje, profundizando el beso, obteniendo mucho más. Desciende sus manos por mi espalda hasta llegar a mi trasero, y no hay ninguna vergüenza en su  sistema cuando me presiona contra él.

Me levanta fácilmente, lo rodeo con las piernas por las caderas y me ayudo con las manos alrededor de sus hombros para ser quien presiona esta vez. Algo parecido a un gemido mezclado con un gruñido se escapa de su boca.

—Ty— dice contra mis labios. Sus ojos están cerrados. —Si no que esto vaya más allá, deberíamos parar ahora.

Me alejo un poco y lo veo abrir los ojos. Lucen más oscuros, absortos en alguna emoción. Y no podría decir cuál de los sentimientos que albergo en mi interior es el que habla por mi cuando le respondo.

—¿Quién dijo que no quiero que vaya más allá?

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

Amor para todas.

Febrero 4, 2018.

Continuer la Lecture

Vous Aimerez Aussi

56.6K 9.7K 52
El padre de Nazareth ha desaparecido; para encontrarlo, debe seguir una serie de instrucciones que, al parecer, tienen mucho que ver con el oscuranti...
2.3K 216 23
Ari, un chico enamorado, dispuesto a luchar por un amor ¿prohibido? Natalia, una chica reservada con temor a que vuelvan a jugar con sus sentimiento...
297K 36.2K 40
Lo último que esperaba Franchesco era que su vecina le llamase la atención, en cambio, Keira solo deseaba no meterse en problemas. 🚬 Keira nunca fue...
El Primer Idiota Par SparkleGuuurl

Roman pour Adolescents

12.1K 967 33
Todos conocemos a idiotas, yo conozco tres. Pero hoy vamos a hablar del primer idiota... El primero es Jorge, él sabe que algo le falta, cree que sa...