Asur y Mateo se miraron y vieron el miedo reflejado en las pupilas del otro. La puerta se abrió de golpe.
-E...Eres ga... gay?-Titubeó el padre de Asur-Po...Por eso Mateo está siempre aquí?
Ninguno de los dos respondió, solo bajaron la cabeza avergonzados.
Y el padre, sin hacer ninguna mueca y con la cara más apagada que Asur le había visto a su padre, pronunció un simple y vacío:
-Vale
Y se fue de la habitación, despacio pero con prisa, sin dar portazo, como si no tuviera fuerzas.
-¿Que ha pasado? Nunca había visto a tu padre así, está muy raro.
-Ya... no sé, nunca habíamos tocado un tema de este tipo antes, no se como puede reaccionar frente a algo así.
-Yo creo que simplemente le ha pillado por sorpresa, seguro que te acepta.
Mateo le dio un beso en la frente y un abrazo y decidieron salir a dar una vuelta por Gijón, pese al frío que hacía.
Caminaron por toda la ciudad y llegaron hasta la playa, la cual por razones obvias estaba completamente vacía, estaba muy oscuro y apenas se veían a ellos mismos.
-A veces cuando miro las estrellas me recuerdan a tí.
-Vale, este es el tope, llevamos demasiado sin follar.-Respondió Asur riéndose.
-Joder, eres idiota, intentaba ser romántico.
-Déjate de decir tonterías y bésame, Lorca Junior.
Los chicos se fundieron en un beso que paró el tiempo, por unos segundos Gijón dejó de estar ahí y solo estaban Mateo y Asur.
-Vale, tienes razón, puede que si llevemos demasiado tiempo sin follar, no aguanto más.
-Lo siento, pero con todo lo ocurrido... Sin condón ni de coña.
-Vine preparado-dijo Mateo sacando un preservativo del bolsillo interior de su chaqueta-, chico precavido vale por dos.
-Bueno... Pero aquí no, tengo un sitio especial reservado ;sígueme.
Asur le cogió la mano a Mateo y le levantó de un tirón, salieron corriendo juntos guiados por él. Aquel viernes a las 11 de la noche parecía que Gijón les pertenecía.