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Misteriosa
Su corazón aun se agitaba, galopaba veloz, furioso, golpeando su pecho con fuerza como queriendo escapar, sentía la adrenalina correr por sus venas, había estado tan cerca de perder el control de nuevo, que de solo pensarlo se estremeció.
Logro salir de ese despacho, sintiendo que se ahogaba, que no podía contenerse por más tiempo, pero al fin lo logro, pero no pudo regresar a la calma mientras caminaba apresurada por los pasillos, no aun, no teniendo tantas emociones encerradas en su pecho, tantos recuerdos funestos alterando su mente, su sistema, cimbrando cada fibra de su ser.
Quería escapar, y eso hacia mientras casi corría por los pasillos, se sentía violenta y tenía miedo, era una mezcla extraña, confusa y devastadora. Después, de golpe, su salvador de nuevo sujetándola, conteniendo esa furia, calmándola con palabras, usando quizás demasiada fuerza y causándole dolor en sus muñecas, pero sabía que lo necesitada para regresar, para volver a ser ella misma.
Pegada a su pecho respiraba agitada, escuchando su corazón quizás también asustado a pesar de no perder las formas, a pesar de esa seguridad y calma aparente, sus latidos también le delataban, pero aun así, era mucho más lentos que los suyos.
Nunca había notado que Draco era tan alto, su rostro apenas llegaba a su pecho, pero por algún motivo lo agradecía, no quería mirarle a la cara, sentía vergüenza y de repente una inmensas ganas de llorar, de frustración por sentirse tan débil, por no lograr mantener todo el control como desearía.
Conforme la calma se hacía presente y su respiración se normalizaba al igual que sus pulsaciones, comenzó a contarle lo sucedido, pero aun así juntos, sin verse los rostros, como si temiera que esa aparente calma se iría si llegaran a separarse, o quizás solo para no ser descubiertos en ese reducido y oculto espacio.
-¿Te encuentra mejor? -Pregunto alejándose un poco, dándole espacio para que comenzara a moverse con normalidad, le había soltado ya hacia un tiempo las muñecas y percibió las marcas rojizas ahí donde había presionado con fuerza, sintió culpa, sin embargo no dijo madamas.
-Si gracias. -Contesto en un hilo de voz, de manera inconsciente froto sus manos.
-Debes tener cuidado Granger, Vladimir es un hombre peligroso.
-Lo sé.
-No debes perder el control, hoy estuviste muy cerca.
-En verdad lo intento. -Admitió avergonzada.
-Pues no es suficiente. -Dijo con dureza, su voz era fría.
Hermione contuvo el llanto orgullosa, no debía llorar, sabía que tenía razón, pero se sentía tan débil para lograr su objetivo que tenía miedo, mucho miedo de no lograrlo. Solo afirmo con un movimiento de cabeza y salió del escondite aun temblando para ir a su clase. Draco permaneció ahí con la espalda apoyada en la fría pared de piedra, no quería ser tan duro, pero no podía flaquear ahora cuando cualquier detalle podía echar por tierra todos sus esfuerzos y causarles la muerte.
Cuando llego al salón donde tomaba la clase de rumas, se sentó en el fondo tratando de no llamar la atención, aun se sentía indispuesta, no podía quitarse la angustia que sentía y esa desazón por no saber si podría continuar con eso. Estaba pálida y sus ojos brillaban por las lágrimas que se había negado a derramar.
Nott la observaba curioso, estaba a dos lugares del suyo, le pareció extraño verla en ese estado, claramente estaba alterada y nerviosa, y siendo tan perspicaz como toda serpiente sospecho que sería por Vladimir, aunque claro que no sabía con exactitud de lo que se trataba, pues pensaba que Draco ya la había puesto al tanto de lo sucedido.
El castaño se dirigió al escritorio de la profesora para hacerle algunas preguntas sobre unas traducciones.
-Señorita Granger. -Le llamo la profesora y la castaña brinco con nerviosismo. -Pudiera ayudar a su compañero por favor.
-Por supuesto profesora Babbling. -Acepto y Theodore fue a sentarse en la banca a su lado
Hermione estaba todavía nerviosa y ligeramente pálida cuando el castaño se sentó a su lado. Era el único Slytherin que tomaba la clase, a decir verdad en esa materia se habían matriculado muy pocos alumnos, apenas sumaban seis contando a Granger y Nott.
-¿Cual es el problema? -Le pregunto la castaña al leer sus transcripciones, que parecían perfectas pues no encontraba ningún error.
-Creo por tu cara que ya conoces nuestro problema. -A la Gryffindor le llevo solo un par de segundos comprender lo que intentaba decirle ese muchacho. -¿Ocurrió algo que no sepa?
-No nada aun. -Dijo mas para sí misma que para Theo, recordando lo cerca que estuvo de perder el control.
-Estás segura, no te ves muy bien. -El castaño lucia en verdad preocupado.
-Todo bien, en serio, solo que con todo esto me siento un poco abrumada, pero todo saldrá bien. -Dijo tímidamente, insegura.
-De acuerdo.
-Lamento no poder ayudarte con tu traducción, creo que has hecho un trabajo estupendo. -Le alago.
-Gracias. Creo que ya debo regresar a mi lugar no sería bueno que nos vieran mucho juntos.
-Si claro entiendo. -Le dijo comprensiva, pero le toco la mano para detenerlo un segundo. -Gracias por evitarme una caída la vez pasada. -Theodore solo sonrió como respuesta y volvió a su lugar.
Granger fue a la biblioteca a penas terminaron las clases, necesitaba distraerse un poco y no encontraba un lugar mejor que ese para alejarse de la realidad que comenzaba a asfixiarla. Se sentó en una mesa apartada y comenzó a leer una vez más el libro de Historia de Hogwards.
Llevaba un poco más de una hora leyendo cuando se acerco a su mesa Luna.
-Hola Hermione.
-Hola Luna.
-¿Por qué estas preocupada? -Le pregunto de repente, desconcertando a Hermione.
-¿Cómo…? -Intento preguntar, pero se contuvo, sabiendo muy bien que Luna Lovegood era demasiado perceptiva para notarlo todo, por lo que suspiro al sentir los ojos azules de su amiga clavados en ella, no podía mentirle, no a ella, además pensándolo bien si algo llegaba a pasarle antes de que Harry y Ron se enteraran de lo que estaba pasando, alguien más debía saber que Draco y Theo estaban trabajando como espías.
-Tienes muchos naggles sobre tu cabeza. -Dijo espantando algo sobre la cabeza de Hermione, pues se había quedado callada por varios minutos, solo pensando.
-Necesito de tu ayuda Luna. -Le dijo al fin
-Lo que quieras. -Contesto con una gran sonrisa la rubia al sentirse útil.
-Debo contarte algo, pero en otro lugar, es un secreto.
Salieron juntas, pensaron que el mejor lugar seria la torre de premios anuales, lo que Hermione debía de contarle era algo muy delicado. Ya en su habitación se sentaron en la orilla de la cama para platicar con tranquilidad.
-Lo que voy a contarte es muy importante y debes prometer que guardaras el secreto, de esto depende la vida de dos personas.
-Te prometo que guardare el secreto. -Contesto firme sin dejar de verla con ese semblante tranquilo que no variaba en nada a pasar de lo tensa que se encontraba la castaña.
Hermione sonrió agradecida, sabía que Luna primero moriría antes de revelar su secreto. La plática se extendió por un par de horas, poniéndola al tanto de cada detalle sobre el plan que tenia Draco y Theodore para ser espías en las filas de los Parkinson.
Luna percibió la angustia que sentía Hermione cuando hablaba de Vladimir y Pansy, la miraba con sus ojos lípidos esperando descifrar que la atormentaba. Y quizás era precisamente por esa manera de no presionar y no buscar respuestas, que de la misma manera como había comenzado a contarle sobre los nuevos peligros que los acechaban, le hablo también de sus miedos, de las inseguridades, le hablo claramente de lo ocurrido con el asesino de sus padres, del parecido entre él y Vladimir, y esperaba que se escandalizara, pero en ningún momento la delgada rubia cambio las facciones de su rostro, su mirada era tranquilizadora, limpia de cualquier tipo de crítica o juicio.
Lovegood tomo su mano cuando el relato se torno difícil y la leona comenzó a llorar apesarada, dolida y asustada, en momentos su voz fallada por la intensidad de sus recuerdos, de esos que se evocaban cuando estaba por perder el control. Le conto de su ira acrecentándose, de esa furia corriendo por sus venas y calando hasta lo más profundo de su ser. Dejo que sus palabras fluyeran y no paró hasta que termino de decir todo lo que estaba oprimiendo el corazón.
Si bien Hermione ya se había sincerado con Draco, hablar con Luna había sido muy diferente, quizás no le había contado mas detalles de los necesarios, esos que le conto solo a Malfoy, pero en esencia había compartiendo la mayoría de sus pesares y malos recuerdos. Ahora se sentía ciertamente más tranquila y fortalecía.
-Gracias por escucharme Luna.
-No tiene nada que agradecer, somos amigas.
-No te imaginas la tranquilidad que me ha dado hablar contigo. -Luna sonrió.
Después de un rato mas Hermione la acompaño a la salida, ya era tarde.
-Hasta mañana Luna.
-Descansa, no dejes que los naggle se te acerquen demasiado. -Una sonrisa se dibujo en los labios de la castaña.
En el despacho de Vladimir se encontraba Pansy, Blaise y Robert. Los tres habían ido para intentar rellenar esos huecos en su memoria. Utilizo varios hechizos para intentar recuperar esos recuerdos que les habían sido robados, pero nada parecía funcionar.
La más afectada con todo eso era Pansy, a la morena se le habían extraído muchos más fragmentos que a los demás, quizás por que los otros dos estuvieron la mayor parte del tiempo inconscientes. Después de mucho esfuerzo y tiempo invertido lo único que logro fue encontrar un recuerdo de Zabini, quizás por que el Slytherin era más poderoso que su sobrina y Wood, había logrado conservar un fugaz fragmento antes de que todo se tornara confuso.
El recuerdo que obtuvo fue solo una imagen, una en concreto que despertó su curiosidad, era quizás un instante demasiado corto, pero en él se podía ver claramente como tenia sujeta a Granger, mientras Pansy presionaba la varita amenazante contra Hermione.
-¿Tienes miedo? -Había preguntado burlona Pansy mientras enterraba un poco su varita en la piel del cuello de la castaña. Vladimir podía ver un verdadero temor en esos ojos amielados atreves de ese recuerdo. -Mírame. -Exigió de nuevo su sobrina sintiéndose dueña de la situación y después nada, todo lo demás era una mancha oscura antes de despertar aturdidos en el piso de ese pasillo solitario, sin comprender por qué estaban en ese lugar un tanto golpeados.
Después de ver ese recuerdo, pensativo se fue a sentar tras su escritorio con muchas conjeturas rondando su cabeza, por un momento parecía ignorante que los tres Slytherin seguían en su despacho, esperando una respuesta que al parecer no estaba dispuesto a darles.
-¿Y bien? -Pregunto con fastidio la morena.
-Pues quien borro su memoria es alguien experto, no cometió ningún error, no hay nada que me dé una pista de quien fue el responsable o cuales fueron esos recuerdos robados. -Mintió con facilidad.
-Entonces todo esto ha sido para nada. -Se quejo de nuevo
-No digas eso Pansy, piensa mejor las cosas, debe de haber una razón de peso para que esa persona les borrara sus recuerdos y hay que averiguar la razón.
-¿Cómo haremos, si no recordamos nada? -Ahora quien preguntaba era Zabini con curiosidad.
-Eso déjenlo en mis manos, por ahora ya pueden retirarse.
Roberth y Blaise obedecieron, sin embargo Pansy se quedo, lo observo con atención, evaluándolo, indagando en que escondía.
-Lograste ver algo. -Afirmo
-Quizás.
-¿Quizás? -Repitió con fastidio. -No mientas, a mi no, escondes algo. -Se acerco sentándose sobre el escritorio, frente a él, dándole una magnifica vista de sus piernas que cruzo con descaro, permitiendo ver más piel.
Vladimir la miraba seductor, sabía que intentaba sonsacarle información, quizás manipularlo, pero el también era muy hábil e inteligente para dejarse ganar por una principiante como su sobrina. Lejos de responder se levanto sonriendo sensual y se adueño de su boca, acariciándola con su lengua y sus manos viajaron por su anatomía. Ahí sobre el escritorio la hizo suya, sin tapujos, sin pudor alguno, sin importar que compartieran la misma sangre, que fueran tío y sobrina.
Era curioso que mientras se deleitaba con el cuerpo de Pansy no podía apartar de su mente otro rostro muy distinto, pero no quiso pensar más en ello, se dejo seducir, ya después tendría tiempo para averiguar y encontrar todas las respuestas que buscaba.
Ya de madrugada, cuando estaba solo, pensó en Granger, ella era la clave, estaba completamente seguro que había sido ella, no cavia duda alguna, era alguien de cuidado, tendría que ser cauteloso respecto a ella.
Harry y Ron no representaban para el mayor contratiempo, parecía que ambos estaban demasiado confiados, y esa confianza seria su fin, pero respecto a Hermione no sabía que esperar, ella sola había logrado vencer a tres Slytherin que la habían tomado por sorpresa, y por los duelos que se habían llevado a cabo esa semana, eso por si solo era un gran merito, además se preguntaba la razón por la cual les había borrado la memoria.
Le resultaba misteriosa, ese secretismo con el que se manejaba lo tenía intrigado sobre manera, por lo que se había propuesto descubrir que escondía, no sería una tarea fácil pues era fuerte y no podía leer su mente, pero quizás por otros medios pudiera sonsacarle algo, no estaría mal usar los mismos medios de seducción que su sobrina, después de todo la impura era realmente hermosa y podía pasar un rato agradable antes de deshacerse de ella.