No Todos Comprenden

7K 551 57
                                    

-15-

No Todos Comprenden

Un sentimiento extraño se apodero de Hermione, era una mezcla de una extraña gratitud y consuelo, por  saber que a pesar de sus muchas diferencias y enfrentamientos del pasado, no la había dejado sola luchando con sus fantasmas. Malfoy se había tomado la molestia de ayudarle a pesar de que iba en contra de sus principios siquiera tocarla, qué decir de  haberla hecho llegar a su cama y permitirse compartirla.

Giro su rostro para verlo y una inquietud se hizo presente, camino hacia la cama y se sentó en el borde intentando no despertarlo. Dormía apaciblemente, casi todas las cicatrices habían desaparecido, solo quedaban algunas en color rosado surcando su mejilla derecha y su frente muy cerca el nacimiento del cabello, pero nada tenía que ver con la apariencia que tenía semanas atrás.

El pecho del rubio subía y bajaba rítmicamente sumergido en el mundo de los sueños, parecía tranquilo, las pesadillas que lo habían atormentado antes permanecían alejadas de su mente. Tenía la palma extendida, aquella que había cortado con la punta de la daga, ya estaba cerrada la herida y a pesar de eso se sintió culpable por haber perdido el control de esa manera y haberlo lastimado.

Creía cada palabra que le había dicho, pero quizás no era la manera adecuada de expresarlo, considerando que Malfoy debía estar sufriendo mucho al igual que ella por la pérdida de su pequeña familia.

Hermione lo contemplaba con tranquilidad, nunca se había planteado que ese chiquillo odioso que tantas humillaciones e insultos le dedicara era tan guapo, no había reparado en ese detalle, quizás porque siempre trataba de evitarlo, rehuía de su presencia en su afán de evitar enfrentamientos innecesarios. Pero ahora estando tan cerca, teniéndolo a tan poca distancia no podía seguir negando lo evidente, Malfoy sin duda era un muchacho guapo y distinguido.

A pesar de la enfermedad que lo había azotado tan ferozmente y que se evidenciaba esa delgadez extrema, las oscuras ojeras y esa palidez enfermiza que todavía mantenía su piel, podía encontrar en su rostro las facciones finas y varoniles, las líneas de su mandíbula, nariz, mentón y sus pómulos, todo era armonioso en cada detalle como si hubiera sido esculpido a mano por un artista. Sin importar su delgadez tenía su cuerpo bien definido sus brazos sin ser demasiado musculosos mostraban el ejercicio de las horas de entrenamiento por el quidditch, cada uno de sus músculos estaban definidos y bien proporcionados.

Se sorprendió mucho al comparar esa imagen de ángel dormido con la de aquel niño delgado, sumamente alto de mirada altiva y rostro indiferente, ya no había punto de comparación en ambos las facciones de niño huyeron para darle paso al hombre, un hombre sumamente atractivo.

Suspiro mientras pensaba, mientras comparaba aquellos recuerdos del viejo Malfoy con el nuevo, y encontró más diferencias, no solo aquellas que vislumbro a simple vista, se atrevió a ir más allá, a lo profundo e intricando de su personalidad. Acaricio con su mano el rostro pálido del chico en un acto de reflejo, era como si quisiera comprobar que era alguien real y no solo producto de su imaginación o su mente perturbada, sintió su piel un poco fría al tocarlo y se apresuro a subir un poco más las sabanas para que se calentara.

Aparto un mechón de cabello platinado y lo acomodo tras su oído, no había notado hasta entonces que el pelo estaba mucho más largo de lo que usualmente lo llevaba. Tenía los labios entre abiertos, su rostro se relajo mas cuando Hermione volvió a pasar sus dedos por el rostro.

El calor subió repentinamente al rostro de la Gryffindor al darse cuenta que llevaba demasiado tiempo acariciándole y se sintió violenta al estarlo tocando de esa manera, no lo había hecho con malicia solo había sido un acto reflejo a una curiosidad repentina por intentar adentrarse en el enigma que representaba Malfoy, que por un lado la repelía y por otro se había preocupado lo suficiente por ella como para no dejarla tirada en el piso del cuarto del baño.

Sanando Mis HeridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora