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Decisiones
Tomar la decisión no era fácil, las circunstancias eran diferentes para ambos, después de todo y a pesar de que la memoria de los padres de Granger había sido borrada, ellos la amaban y por tanto todo le perdonaría, incluso estarían orgullosos de la valentía que su hija había mostrado durante la guerra, además estarían agradecidos de que intentara protegerlos y darles una seguridad de la que ella no disponía al enfrentarse a grandes peligros.
Quizás las cosas no habían terminado como Granger lo había planeado, pero sus intenciones siempre fueron legítimas, le había borrado la memoria para protegerlos no solo de esa guerra que no les correspondía como muggles, si no de vivir con angustia y miedo al saber el riesgo que correría en sus andanzas con Harry y Ron. Deseaba que si ella llegaba a fallecer en el proceso sus padres tendrían una vida buena, alejada de un triste recuerdo por la pérdida de su única hija.
Había cubierto todas las posibles opciones, pensando que si llegaba a regresar con vida les devolvería los recuerdos y les contaría el porqué de las decisiones que tomo en esos momentos difíciles, esperaba que posiblemente sus padres se enfadaran pero también sabia que la perdonaría tarde o temprano, pues ellos eran comprensivos y siempre la apoyaban. Pero su plan no había resultado perfecto y en su falla encontraría el desenlace trágico, que llevo a sus padres a morir a manos de un mortifago.
Para Malfoy la situación era muy diferente en muchos aspectos, muy dentro de su ser anhelaba volver a ver a su madre, saber si donde quiera que se encontrara estaba bien, pero sobre todo necesitaba decirle lo que no pudo decirle en su lecho de muerte, que la amaba. Sin embargo, Lucius su padre era otra historia, quizás ya no lo odiaba como en algún momento lo había hecho, pero no podía borrar del todo esos sentimientos que había acumulado durante tantos años debido a lo que había vivido, pero sobre todo temía a lo que le diría su padre al verlo de nuevo, se preguntaba si le reclamaría su comportamiento y le diría lo que tantas otras veces le había dicho. -Un Malfoy nunca llora, nunca se humilla o se deja vencer y nunca debe de rebajarse al fraternizar con hijos de muggles y traidores de la sangre.
Posiblemente Draco esperaba esa reacción e incluso podía escuchar las palabras e insultos que su padre emplearía para aleccionarlo sobre sus deberes, el honor de la familia, la perpetuidad de su estirpe, la dignificación de su casta y la reivindicación de su apellido. Y quizás en otro tiempo eso no habría supuesto un gran contratiempo porque conocía el orden lógico de su vida y su apellido, obediente hubiera prometido que cumpliría con todas sus peticiones como siempre había hecho de una u otra manera al entregar su vida a la lucha de su señor.
Pero ya no era el mismo, no después de casi morir en la guerra, no después de presenciar la muerte de su padre en manos de un dementor, mucho menos después de ver como su madre murió sin poder hacer nada, muchas cosas habían cambiado, el mismo había cambiado al enfrentarse a la soledad, al rechazo, al desprecio del los que había considerado sus amigos, sus compañeros y cómplices para lo que ahora era un paria y un apestado.
Ya no podía ser ciego ante las obviedades que se mostraban ante sus ojos, no podía olvidar el dolor en los inocentes que solo tenían un rostro, el rostro de esa mestiza que representaba todos sus fantasmas en las pesadillas, no se sentía capaz de enfrentarse a su padre para escuchar esas palabras llanas y sin sentido de lo que es el deber y el honor cuando todo eso es una jodida mierda, una estupidez que termino solo hundiendo a su pequeña familia en la miseria.
Entonces qué caso tenia verlos de nuevo ante esas expectativas donde el no podría cambiar la manera de pensar de su padre y por tanto las peticiones o promesas que pretendería que le hiciera, no deseaba volver a verles si solo lograría discutir y confirmar que su padre lo consideraría un fracasado.
Tenía que pensar muy bien su decisión pues Granger había sido clara, le estaba dando una oportunidad única que no se repetiría. Pero era difícil por un lado ansiaba verlos de nuevo y por otro temía sabiendo a que se enfrentaría.
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Hermione caminaba por los pasillos del colegio rumbo a su siguiente clase, llevaba una de sus manos sobre su pecho sintiendo la pequeña piedra bajo su túnica, la llevaba colgada al cuello dentro de un pequeño saquito de terciopelo escarlata encantado, de donde solo ella podía sacarla.
Caminaba distraída, no podía dejar de pensar en sus padres en las ansias que tenia de verles y comprobar si murieron sin recordarla. Pensaba una y otra vez todo lo que les diría, había pasado toda la noche en vela solo meditando en encontrar las palabras justas para pedirle perdón por no haber llegado a tiempo.
Le había ofrecido a Malfoy la misma oportunidad que tendría ella de enfrentar a sus seres queridos muertos, por eso esperaba a pesar del nerviosismo por una respuesta, imaginando el dilema en el que estaría ahora el rubio, pues ella misma había estado en esas mismas circunstancias semanas atrás, por eso había pasado largas tardes sentada frente a la ventana de la habitación de Malfoy mientras le cuidada, abrazada al libro que había sido su herencia y meditando sobre el asusto de buscar la piedra de la resurrección.
Absorta como iba se impacto fuertemente con alguien al dar la vuelta en una esquina de uno de los corredores, hubiera terminado en el piso de no ser que la sujetaron por el brazo para estabilizarla.
Se habia topado con tres Slytherin; Parkinson, Nott y Zabini, los altos muchachos caminaban a los francos de la morena, por eso habia chocado con el castaño, mismo que la sostuvo para evitarle la caída en acto reflejo.
-Suéltala, no deberías tocarla. -Escucho la voz irritada de Parkinson. Nott obedecían son cierta lentitud.
Hermione no se molesto por el tono usado estaba más que acostumbrada a ese tipo de arrebatos de la morena que ahora era la lideresa de los Slytherin y no había perdido oportunidad para dar muestras de sus eternos aires de grandeza. Por eso la ignoro por completo centrando su atención en el castaño que la había librado de un buen golpe. -Gracias Nott. -Le dijo y pretendía continuar su camino pero una mano la detuvo sujetándola por el codo.
-Aunque seas una de las heroínas del mundo mágico. -Dijo con sarcasmo la morena. -No dejas de ser una patética impura que no tiene derecho de ni siquiera hablarnos.
La Gryffindor la miro a los ojos mientras le hablaba, lo que la hizo palidecer por algún motivo, se soltó de un jalón del agarre de la morena y sin decir nada se alejo como si escapara de esos ojos oscuros de Pansy.
El comportamiento de la castaña les resulto extraño, pero más extraño fue como Pansy comenzó a reprender a Nott por intervenir para que no se cayera, lo que la hizo ganar una mirada despectiva y que el muchacho la dejara con la palabra en la boca, ya que molesto y arto del comportamiento de Parkinson se fue dejándola con un palmo de narices.
Theodore era un muchacho tranquilo que procuraba mantenerse al margen de los problemas, lo que le había ayudado para ser de los pocos jóvenes Slytherin que estando en edad no se había iniciado como mortifago activo, aunque lamentablemente también llevaba la marca en su antebrazo.
Hasta entonces había procurado no revelarse contra la morena, pero le parecía insoportable en ocasiones cuando volvía a las viejas manías para insultar, amedrentar, asustar y menospreciar incluso a los de su misma casa para recuperar las viejas glorias elitistas, pero la gota que había colmado su paciencia fue quizás una estupidez, pero ya habia dejado pasar demasiadas cosas como para seguirse conteniendo, después de todo fue gracias al trio de oro que había terminado la época oscura del señor tenebroso y que tratara de esa manera a Granger era algo simplemente intolerable cuando ella arriesgo su vida para salvarlos de un negro porvenir.
No era precisamente que ese acto de rebeldía fuera por la Gryffindor, se podría decir que esa reacción había sido el resultado de una sucesión de eventos que lo tenían asqueado de si mismo, después de todo la indiferencia lo estaba haciendo participe de los actos vandálicos de Pansy, y sencillamente estaba cansado de esa situación, bien pudiera ser que nadie se metía con el por estar a lado de los "fuerte" de la casa, pero estaba hastiado de todo ese mundo y Hermione solo le dio el pretexto para desligarse de ellos.
Sabía muy bien que esa decisión tendría consecuencias serias, pero no tenía miedo no era que la situación fuera peor de lo que ya habían sido una vez, y sinceramente lo tenían sin cuidado los arranques de histeria de Parkinson además de que le daba igual que el resto de los Slytherin que eran sus súbditos pudieran hacer algo en su contra que no fuera excluirlo como lo habían hecho con Draco, después de todo esa idea incluso sonaba alentadora.
Después del altercado con Pansy, Hermione no llego a clases se fue con urgencia a su torres incapaz de controlarse, estaba asustada, temblaba de pies a cabeza, con su corazón latiendo con fuerza golpeando sus costillas, estaba apunto de una nueva crisis nerviosa, por lo que se obligo a controlar su respiración antes de entrar en crisis, inhalaba y exhalaba tratando de regular sus latidos y asi como su agitada respiración, le llevo varios minutos lograr serenarse al menos un poco.
Fue una tarea difícil, pues no podía apartar de su mente esos ojos, esos ojos negros que la perseguían noche a noche en sus pesadillas, esos que le aniquilaban, que la desarmaba y la dejaban sin aliento cada que su mente se enturbiaba en esos recuerdos desgarradores, esos ojos que eran iguales a los de Parkinson.
Temblaba a pesar de que su respiración se había regulado, la angustia que sentía la asfixiaba porque podría jurar que eran los mismos ojos, pero eso no era posible, no podía ser, quizás su mente le estaba jugando una mala pasado y veía en los ojos de la Slytherin la misma frialdad que vio aquella vez en los ojos el acecino de sus padres.
Se reprendió a si misma y haciendo acopio de su valor abandono la torre de premios anuales, ya habia perdido una preciada hora de estudios y lo mas probable era que sus amigos la estuvieran buscando, preocupados porque no se había presentado a clases.
Todavía con el rostro pálido salió de la torre, sus piernas aun le temblaban y sus manos sudaban copiosamente, presiono entre sus manos la pequeña bolsita de terciopelo que guardaba la piedra intentando calmarse, queriendo enfocar toda su atención en planear ese último encuentro con sus padres muertos.
Todo debía ser una coincidencia, un juego cruel que le hizo alucinar a tal punto que encontró en la mirada peculiar de Pansy la misma que tenia aquel hombre que le arrebato a sus padres.
Harry buscaba con preocupación a Hermione, no era una buena señal que esta no se presentara en clases, se imagino que tal vez ya hubiera tenido contacto con sus padres y que no se encontrara bien, pero desistió de su búsqueda cuando por casualidad encontró a Parkinson y Malfoy discutiendo.
-¿Crees que me importa? -Pregunto irritado el rubio.
-Pues debería importante Draco, tus padres esperarían eso.
-Tu que demonio sabes lo que mis padre querrían.
-Pues tengo la seguridad que Lucius estaría avergonzado en lo que te has convertido. -Sentencio la morena, envalentonada porque Zabini está a su lado y le protegía de los arrebatos de Draco.
Lo que no esperaba Pansy era que esas palabras fueron un detonante en la paciencia de Malfoy que con un solo movimiento mando a Zabini contra una pared y arrincono a la morena.
-Ten mucho cuidado con lo que dices Pansy, mucho cuidado, que no te quepa duda de lo que puedo ser capaz de hacer si me retas. -Siseo pegado al oído de la chica. -Yo que tu guardaría distancia y no me metería en cosas que no me importan. -Amenazo liberándola.
La muchacha se quedo temblando del susto pero oculto su miedo para mirarle desafiante no era momento de intimidarse, después de toda tenia a muchos obedientes súbditos que la apoyaría para terminar de derrocar al príncipe caído que era Draco Malfoy.
A Harry se le hizo curioso el enfrentamiento, no había notado las divisiones que habían surgido en la casa de la serpientes, no era que le importara mucho, pero ahora que los había visto descurtir de esa manera, era inevitable no notar que algo se estaba cocinando al interior de la casa verde y plata y fuera lo fuera Malfoy se estaba manteniendo al margen, y eso ya era algo para sorprenderse.
El pelinegro no había escuchado toda la conversación, de haberlo hecho estaría todavía mas sorprendido, pues el rubio se había negado no solo a ser partícipe de la restauración de su clan de víboras, si no que a demás se resistía a formar parte del grupo de seudo mortifagos que estaban reclutando Parkinson. Quizás en otro tiempo hubiera aceptado con tal de pertenecer de nuevo a un grupo, para sentirse de nuevo el líder admirado y respetado, pues era eso lo que le estaba ofreciendo Parkinson, pero justo ahora que pretendía buscar un verdadero sentido a su vida, no necesitaba de regresar sobre sus pasos para repetir los mismo errores que lo habían llevado a donde estaba.
Pansy se retorcía en su propio veneno, pues sus planes no habían funcionado, pensaba que Malfoy aceptaría colaborar para recuperar un poco de la gloria perdida, sin embargo se había llevado no solo una negativa, si no una amenaza clara de que lo dejara en paz.
Ahora el problema seria que Parkinson no era del tipo de personas que aceptaba un no por respuesta y mucho menos ahora que se sentía apoyada por la mayoría de los miembros de su casa. Y pretendía buscar venganza por el desprecio de Malfoy, pero pensaba tomárselo con calma, después de todo la venganza en un plato que se disfruta frio.