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Un Poco de Consuelo
No sabían claramente por cuánto tiempo permanecieron llorando, lo cierto era que cuando al fin se tranquilizaron se apartaron lentamente cohibidos. Quizás no era algo natural entre un Slytherin y una Gryffindor, y especialmente tratándose de ellos, que se estuvieran dándose mutuo consuelo, pero habían pasado por tantas cosas en los últimos tiempos que no veían caso en seguir con las viejas peleas.
Era extraño pero reconfortante encontrar a otra persona que se encontraba en iguales circunstancias, posiblemente Hermione tenía amigos, grandes amigos que estarían dispuestos en dar todo por ella, pero a decir verdad por mucho que se esforzaran en entenderla e intentaran darle consuelos, no tenían la menor idea de cómo lograrlo, no podían comprenderla a pesar de su afecto hacia ella, porque a pesar de sus esfuerzos y ganas de ayudarla salía de su vista algo que ellos no lograban siquiera visualizar.
Para Hermione la muerte era algo natural, un proceso de la vida misma, todos comenzamos a morir desde el mismo momento de nacer, esa era la concepción de las cosas, ella misma no le temía a la muerte pues ese era el destino de todos. Pero la percepción de las cosas cambiaba cuando esa muerte no tenía nada que ver con el ciclo natural o el orden lógico de las cosas. En ese punto todo se torcía, porque la muerte de sus padres no tenía nada de natural o normal, los habían asesinado sin piedad, torturándolos antes, prolongando un suplicio que no se merecían. Murieron fuera de tiempo cuando aun les quedaba mucho por vivir, a manos de un desalmado que se divirtió con su presa en un juego vil y despiadado.
Perder a alguien a quien amamos siempre duele, pero duele a un mas cuando esa pérdida nos llega de improviso, tomándonos por sorpresa, aunque en el caso de Malfoy no era que le tomara desprevenido la sentencia de su padre, sabía muy bien que tenía que paga por todas las vidas que había cortado. Pero aun conociendo cual sería su fin no era fácil de asimilar.
Ver a Lucius como nunca lo había visto lo descolocaba, ese hombre que estaba atado en una silla no era el mismo que alguna vez había sido, no era ni la sombra de aquel hombre sangre pura de una larga dinastía, que se regodeaba por ser poderoso, siendo uno de los más allegados del seños oscuro, ante sus ojos había cambiado ante los desastres de la guerra, su orgullo se había ido a la mierda cuando fallo en sus misiones y tuvo que pagar a su señor por sus errores.
Draco no era un hombre sentimental, le habían enseñado a ser fuerte, a ser duro a no mostrar sus emociones, a mantener siempre una postura imperturbable y así lo hizo cuando vio a su padre marchar a su destino final. Posiblemente Lucius no era un buen padre, quizás era el peor padre que alguien puede tener cuando no le importo entregar a su propio hijo al servicio del innombrable, sin embargo, era su padre, con todo y sus defectos, con todo y esos jodidos ideales de la supremacía de la sangre era su padre quien estaba recibiendo el castigo por su errores.
Cumplió con su papel al estar presente y antes de que todo terminara se había acercado para despedirse de su padre, de aquel hombre que ahora tenía un aspecto cadavérico, demacrado y enfermizo, no dijeron nada solo se miraron unos pocos minutos, Lucius tomo su mano y Draco la apretó con fuerzas. No hablaron, no lo necesitaba y probablemente de haberlo hecho hubieran perdido ese formalismo al que se obligaban ambos. Solo se miraron y el menor de los Malfoy encontró en los ojos de su padre que estaba arrepentido y le pedía perdón sin palabras apretando con tanta fuerza su mano hasta dejarla blanca, pero el comprendió y le dio el perdón que necesitaba correspondiendo el apretón de mano. Ver a su padre acabado con el terror plasmado en el rostro no fue fácil, por mucho que lo mereciera.
Narcisa, su madre no soporto presenciar el cumplimiento de esa sentencia. Poco tiempo después cayó presa de una rara enfermedad y se consumió con extrema rapidez, Draco creía que se había dejado morir, porque a pesar de todo había amado a su marido y no toleraba su ausencia. En su lecho de muerte le hizo prometer que regresaría al colegio, a su vida y saldría adelante poniendo en alto el apellido Malfoy, sin más le prometió que lo aria, mas no pudo decirle en esos últimos momentos lo mucho que la quería, no sabía cómo externar lo que sentía y fue tarde cuando se decidió y la mano de su madre cayo sin vida sobre su regazo en una ultima exhalación.
Malfoy y Granger sentían la misma culpa, quizás derivada de cosas diferentes, sin embargo, los dos se arrepentían por las palabras que no lograron decir, las cosas que no llegaron a hacer o incluso aquellas que hicieron y no debieron. Les dolía haber perdido a sus padres y sufrían por no haber logrado hacer nada para evitar sus muertes llenas de dolor y angustia.
Después de todo en esa guerra ambos fueron víctimas y cada uno trataba de sanar sus heridas a su manera, porque al final de todo no eran tan diferentes como creían, mas después de haber pasado por todos esos lúgubres episodios. En algún punto de la historia las diferencias se habían desvanecido, probablemente en el punto donde ambos perdieron a sus padres y se quedaron solos.
Se separaron lo justo, cada uno en un extremo del sillón, compartiendo un silencio apremiantemente ligero y reconfortante, perdiéndose en sus propias cavilaciones, quizás luchando contra sus propias declaraciones de los últimos días, sin embargo, después de todo lo que habían revelado no sentían que se hubieran equivocado al confesarse uno al otro.
Quizás no podría decirse que eran amigos, porque no lo eran, pero sin duda eran compañeros del mismo dolor y eso era mucho más de lo que tenían en un inicio.
-¿Potter sabe? -Pregunto de repente con curiosidad.
Hermione sabía muy bien a qué se refería y asistió con la cabeza antes de hablar. -Harry fue por mí, había tardado demasiado cuando se suponía que solo iba a regresarles la memoria a mis padres, cuando llego ya había pasado todo.
-¿La noticia de su muerte no se público?
-Mis padres eran Muggles, esa no era su guerra y no quise que fueran un número más en la lista de bajas o que hablaran de su muerte con el morbo de esas publicaciones amarillistas que solo buscan hondar en la vida de los demás para hacer negocios.
-Entiendo. Yo hubiera querido el mismo respeto para mis padres. -Apretó los puños con fuerza. -Hicieron un circo de su muerte, primero de la de mi padre y meses después lo mismo ocurrió con la muerte de mi madre.
-Lo siento. -Dijo con sinceridad comprendiendo lo difícil que era que las demás personas ventilaran una muerte como si se tratara del un gran espectáculo.
Draco solo hizo un movimiento de cabeza. -Te apetece una copa de vino. -Dijo el rubio de repente.
-No creo que sea conveniente. -Frunció el ceño sabiendo que iba contra las normas.
-Lo necesitamos Granger. -Insistió.
-Sigues convaleciendo. -Replico intentando disuadirlo.
-Pero ya no tomo pociones, así que claro que puedo tomar un poco. -Afirmo y se apresuro a subir a su habitación.
Bajo al poco tiempo con una botella azul y dos copas. Abrió la botella llenando ambas copas, le ofreció una a la castaña y se sentó a su lado dando un generoso trago a la propia.
-Malfoy alguna vez pensaste que estarías compartiendo una copa con alguien como yo. -Dijo sonriente, conociendo de antemano la respuesta.
El rubio sonrió de medio lado. -Quizás en otra vida. -Se encogió de hombros.
-En una vida donde tú no serias una sangre limpia y yo una impura.
-Posiblemente. -Admitió. -Pero supongo que las cosas han cambiado lo suficiente para que eso ya no importe. Salud por eso. -Dijo levantando su copa y Hermione lo imito dando un sorbo a la copa.
La Gryffindor se dio cuenta que el vino era dulce contrario a lo que hubiera imaginado, por lo que miro con curiosidad el liquido ambarino y lo llevo cercas de su nariz para olerlo, tenía unas ligeras notas de madera y vainilla, detectaba otro aroma que no supo distinguir pero combinaba a la perfección, posiblemente era alguna hierva aromática. No conocía mucho de vinos, en su vida no había tomado más que unas cuantas cervezas de mantequilla, unas cuantos sorbos de sidra en las fiestas navideñas y un par de tragos de whisky ante la insistencia de sus amigos para celebrar, pero definitivamente nunca había tomado algo como aquel vino tan dulce y aromático.
-Es un vino hecho por elfos, el mejor. -Informo el rubio y Hermione hizo un gesto de sorpresa.
-Nunca había tomado algo tan exquisitamente dulce.
-Aunque no debes confiarte te aseguro que es más fuerte que el whisky de fuego.
Con precaución Hermione se llevo la copa a los labios y dio otro pequeño sorbo desconfiada, no podía creer que algo tan dulce pudiera ser más fuerte que el whisky de fuego que haciendo honor a su nombre quemaba la garganta al primer trago.
Draco sonrió al ver la manera en que Granger evaluaba la bebida, no podía negar que aun en esas situaciones esas ansias de aprender de la leona se hacían presentes en ese brillo en sus ojos que mostraban la curiosidad que sentía, pero no dijo nada, se trago un par de comentarios sarcásticos pues estaba demasiado a gusto con ella como para echar a perder el momento.
Pronto se vaciaron las copas, Draco había bebido una copa más que Hermione pues ella bebía más lentamente mientras hablaban, el rubio se ocupo de llenarlas nuevamente cada vez que el nivel del líquido disminuía.
Hermione era quien más hablaba, le contaba de su vida, de esos sueños que antes había anhelado, evitando mencionar a sus padres. Era curioso para Malfoy escuchar la facilidad con la que se expresaba, le hablaba como si fueran amigos de toda la vida con la confianza que se adquiere a lo largo de los años, entonces pensó que se debía a que estaba siendo influenciada por la bebida y a que a eso se debía su inhibición.
Pero sin duda el mismo se sorprendió cuando el siguiendo con el rumbo de la plática y le conto de su vida, de su infancia en soledad en la opulencia de los lujos. Hermione le observo con interés antes de admitir que ella misma había tenido una infancia muy solitaria.
-Me hubiera encantado tener más hermanos. -Admitió la castaña. -Tener con quien jugar o pelear. -Dijo con una sonrisa que contagio a Draco.
-Yo no puedo imaginar lo que hubiera sido eso, en mi caso es costumbre familiar tener solo un heredero. Ser hijo único es normal entre nuestro circulo.
La castaña se quedo seria antes de volver a hablar. -¿Te puedo hacer una pregunta?
-Puedes. -Contesto un poco mareado el rubio.
-¿En verdad me odiabas? es decir en verdad pensabas todo lo que decías. -Dijo con curiosidad
Draco lleno su copa y dio un trago antes de contestar, en ese punto pensó que posiblemente el vino tenia varitaserum pues se sentía forzado a decir la verdad.
-Al principio yo mismo creí que era lo correcto odiarte, a ti y a los que son como tú. -Hizo una pausa esperando alguna reclamación de parte de la chica, pero en su rostro no encontró ninguna expresión que mostrara que se encontraba molesta por lo que estaba diciendo. -Pero con el tiempo me di cuenta que no era del todo correcto todo eso de la sangre.
-¿A qué te refieres? -Volvió a preguntar y con dificultad por lo mareada que estaba se acerco más al rubio como si este le estuviera haciendo una gran confesión, aunque a decir verdad, de eso se trataba pues había bajado el volumen de su voz mientras hablaba y la intensidad de sus palabras eran perceptibles.
-Mi padre me dijo hasta el cansancio que los hijos de muggles eran inferiores y que no tenían derecho de poseer magia, eran abominaciones de la naturaleza, esas eran sus enseñanzas y yo le creí, al menos al principio, pero después no fue fácil mantener esa versión como cierta. Solo bastaba verte para darse cuenta que eres mucho mejor bruja que muchos que somos de sangre limpia. Por eso te detestaba porque echabas por tierra todas mis creencias y todo lo que tomaba por cierto.
-Yo tampoco te odio. -Dijo si pensar. -No puedo negarte que me caías sumamente mal con tus aires de grandeza y que no ayudaba mucho la manera en que nos tratabas, tus insultos y demás, pero nunca pude odiarte.
Draco supo por en ese instante lo que significaba ser perdonado, quizá no buscaba el perdón de manera consciente, porque tenía claro que no lo merecía, pero justo ahora, mientras tenía en su mano una copa de vino rebosante y compartía sus sueños frustrados con una impura, se daba cuenta que era exactamente lo que necesitaba, ser perdonado.
Y la miro a los ojos pensando encontrar mentira en sus palabras, esperando que de un momento a otro le dijera que todo era metira y que lo odiaba por ser el bastardo cretino que había sido con ella y con todos, pero no fue asi, sus ojos eran transparentes y sinceros, en ellos no cavia la duda, no lo odiaba y esa era la única verdad, quizás la más importante. Pero estaba confundido, por más que se esforzaba en entenderla no podía, no podía siquiera contemplar la posibilidad de perdonarse a si mismo.
-¿Por qué no me odias? Deberías odiarme incluso más de lo que me odio yo mismo. No merezco tus consideraciones y aun no entiendo porque no me dejaste morir, hubiera sido tan fácil.
-Tan fácil. -Repitió la castaña aturdida por el licor. -Quizá tienes razón, hubiera sido fácil que murieras, pero eso hubiera implicado ensuciar aun más mi conciencia, además no te lo iba a poner sencillo.
Mareada recargo su cabeza en el hombro de Malfoy quien dio un respingo al tenerla tan cerca pero no se quito, estaba intentando digerir las palabras de la chica.
-No puedo negarte que muchas veces he pensado en terminar esto de una buena vez, para dejar de sentir, para dejar atrás este dolor que me consume, quisiera solo cerrar los ojos y no abrirlos jamás… no pensar... no sentir…perderme en la nada… -Decía Hermione de manera confusa, a penas entendible debido a los efectos del licor sumados a sus lagrimas. -Pero no soy una cobarde, no puedo serlo cuando soy la única prueba de que alguna vez existieron mis padres, soy su único legado…
-Al menos tus padres sabían que eran una digna heredera, pero mírame a mí. -Dijo señalándose. -Soy patético Granger, mis padres tuvieron que conformarse con un hijo mediocre.
-No lo eres. -Le acaricio la mejilla torpemente.
A esas alturas Hermione y Draco estaba completamente borracho, la botella había sido rellenada en varias ocasiones y ya habían perdido la cuenta de las copas que habían bebido, pero parecía que no le importaba.
-Lo soy… sabes que lo soy… no intentes ser condescendiente que no necesito de tu lastima.
-Yo no te tengo lastima… tú no eres mediocre…-Dijo apenas, se tambaleo y termino apoyándose por completo en el pecho del rubio y se quedo inconsciente por todo lo que había bebido.
Malfoy solo fue capaz de acomodarse en el sillón con ella encima antes de quedarse dormido, la abrazaba para que no se cayera y así se dejo vencer por el sueño. Por primera vez durmieron tranquilos sin ser azotados por las pesadillas y los malos recuerdos, ya fuera por el exceso de alcohol en la sangre o por que se sentian tranquilos despues de haber dicho en voz alta todo lo que los atormentaba, encontrando asi un poco de consuelo.