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Alejando Pesadillas
Hermione lloraba ahogadamente con desesperación se tallaba las manos lastimándose la herida, pero no podía evitar al ver el rojo de la sangre acordarse de ese funesto día y eso la atormentaba. Fuera de si, bajo el chorro de agua frotaba sus manos, sus ojos sumamente abiertos veían el tenue hilo de sangre brotar del corte en su palma y se sentía enloquecer, sin poderlo soportar más enredo su mano con una toalla y se sentó en el piso abrazando sus piernas, temblando y meciéndose como si intentara calmarse.
Volvía a parecer un animalito asustado y herido, su mirada ensombrecida se perdió en algún punto, veía sin ver con la mente nublada en sus trágicos recuerdos, el olor, ese olor a sangre colándose por su nariz la estremecía, las lágrimas brotaban de sus ojos y gemidos lastimeros salían de su garganta y sufría de nuevo como aquel día.
Se recostó en suelo frio sintiendo que no podía respirar, se ahogada de dolor y temblaba, se abrazaba a sí misma con fuerza enterrando sus uñas en la piel mas no era capaz de sentir nada, estaba aturdida como aquel día. Cerró los ojos y un recuerdo la golpe de nuevo paralizándola de terror. Un charco de sangre y en medio sus padres, contuvo el aliento tanto tiempo hasta que le dolieron los pulmones por la falta de oxigeno y se sintió mareada, y abrió los ojos sintiendo que todo a su alrededor giraba.
El espejo del baño se quebró sin razón aparente, seguramente por magia involuntaria, Hermione estaba demasiado alterada, se tapo los oídos como si escuchar el crujir de los cristales le lastimara los oídos, cerro con fuerza los ojos y el grifo de agua se abrió, así como la regadera y los chorros de agua salían con fuerza inundando rápidamente el cuarto de baño con vapor por el agua caliente, toda la habitación se cimbraba como si estuviera temblando y algunos objetos flotaban y se agitaban suspendidos en el aire.
La puerta del baño se abrió de repente, Draco se sostenía de la pared para no caer, el piso seguía moviéndose pero era solo en el cuarto de baño, se acerco a Hermione con cautela, sorprendido por lo que estaba pasando y de verla hecha un ovillo en el suelo.
Se hinco frente a ella para intentar enderezarla, la sentía temblar cuando la tomo por los brazos para ayudarla a sentarse, seguía con los ojos cerrados y tapándose los oídos con sus manos con fuerza, estaba completamente empapaba por el agua que inundaba el piso y seguía escurriendo de la tina de baño llena y el lavado.
-Cálmate Granger. -Le pedía Draco con desesperación sintiéndose culpable de haber desatado aquello.
Pero Hermione no escuchaba sus palabras, tuvo que sacudirla y apartar sus manos de los oídos para intentar tranquilizarla. Solo entonces abrió los ojos y vio la mano de Draco acercarse a su rostro para apartar un mecho de cabello mojado, la misma mano que estaba herida y aun limpia volvió a sentir el aroma a oxido de la sangre y retrocedió instintivamente pegando su espalda en la pared y estirando las manos intentando alejarlo, las tubería de agua explotaron inundando mas el cuarto de baño y entonces se desmayo.
Mientras se desvanecía todo se quedo en calma el temblor seso y las cosas dejaron de agitarse y cayeron haciendo un último ruido al chocar con el piso, el agua seguía corriendo porque las tuberías estaban rotas.
Malfoy la sostuvo para que no se golpeara y como pudo la saco del baño, le fue muy difícil considerando que aun no estaba completamente recuperado de la enfermedad y estaba débil. Por lo que tuvo que utilizar todas sus fuerzas para llevarla hasta la cama y recostarla. Hubiera querido llevarla hasta la habitación de la chica pero no se creía capaz de llegar hasta allá sin desmayarse en el intento.
Tomo su varita que estaba en el cajo del taburete y medianamente reparo los desperfectos en el baño, y con un hechizo seco su pijama y la de Granger, así como curo las heridas en sus palmas, no pudo hacer mas porque se sintió mareado y las fuerza lo abandonaban, solo atino a acostarse a un lado de donde descansaba la chica para recuperar fuerzas, pero a penas cerró los ojos se quedo dormido, vencido por el cansancio y también aturdido por todo lo que había pasado.
Era de madrugada cuando unos ruidos lo despertaron, abrió los ojos con pesadez y se encontró a unos centímetros del rostro de Hermione, se alejo incomodo aun soñoliento y cansado, cuando pudo espabilar un poco se dio cuenta de que la chica tenia pesadillas, sus mejillas estaba húmedas y apretaba con fuerzas sus labios soltando quejidos de dolor y angustia.
Malfoy se sintió mal al ver el sufrimiento reflejado en su rostro, esas facciones endurecidas por algo similar al terror y al miedo, las lágrimas hacían brillar su piel pálida y algunas gotas se quedaban prendidas en las pestañas largas y espesas de sus ojos cerrados. Se sintió aun más culpable de sus actos, se sintió el ser más despreciable del mundo al ser responsable de agudizar ese sufrimiento que consumía a Granger.
Era un monstro abominable al causarle daño a la única persona que ha cuidado de él aun sin merecerlo, la única que a podido ser capaz de entender su sufrimiento y sus penas, y a pesar de todo era un animal sin escrúpulos que no dejaba de humillarla y lastimarla.
La atrajo hasta el con cuidado, hubiera querido despertarla para sacarla de la oscuridad de sus pesadillas pero sabía bien que estaba tan agotada que no lo lograría, por lo que solo la acuno en sus brazos con la cabeza de la chica apoyada en su pecho y comenzó a acariciar sus cabellos y frotar su espalda para intentar reconfortarla.
Hermione dormía agitada por las pesadillas pero aun en el mundo de los sueños podía escuchar el latir acompasado de un corazón en su oído y su propio corazón se sincronizo a esos compases haciendo que sus pesadillas se alejaran, suspiro tranquila cuando el miedo se disipo y se acomodo para seguir durmiendo sin saber que la almohada bajo su cabeza era el pecho de Draco.
Le causo ternura la manera en se acomodo sobre él y suspiro largamente mientras le acariciaba el cabello, dejo de llorar después de unos minutos y su rostro se relajo, mostrando que sus sueños ya eran tranquilos, y eso a el mismo lo reconforto sobre manera.
Continúo enredando sus dedos en el cabello de Hermione, como una manera de calmarse a el mismo y alejar esa culpa por haberle causado tanto daño. Tenía tan cerca su rostro que pudo ver cada unos de sus rasgos, cada detallen su piel, cada peca salpicando su nariz de manera descuidada y al mismo tiempo tan armonioso que era una bella obra de arte en conjunto con su cabello enmarañado, sus pestañas y sus labios.
Malfoy estaba adolorido pero temiendo despertarla solo se acomodo mejor y continuo acariciando su cabello y su espalda hasta que se quedo de nuevo dormido. Era temprano cuando abrió los ojos de nuevo, Granger todavía dormía plácidamente pero tenía las mejillas demasiado sonrojadas y su respiración era muy suave.
Toco su frente de manera instintiva y noto que tenía un poco de fiebre. Se movió acomodándola en un lado de la cama y la cubrió mejor con la sabana para después buscar en la mesa algunas de las muchas pociones que ahí había que le ayudara a disminuir su temperatura. Cuando regreso a la cama Hermione ya estaba despierta, respiraba agitadamente y le veía aun con tristeza.
-Tienes fiebre. -Le indico como si eso justificara el motivo por lo que se encontraba recostada en la cama.
-Gracias. -Le dijo simplemente, enderezándose con dificultad y apoyando su espalda en la cabecera de la cama. -Me puedes pasar ese frasco verde. -Le señalo a cual se refería.
A paso lento se acerco a la otra mesa y se lo tendió.
Tomo el contenido haciendo un gesto de asco. -Regresa a la cama. -Le pidió y se intento levantar pero tastabillo y termino sentada de nuevo.
-No estás mucho mejor que yo deberías descansar.
-Tengo que ir por el desayuno y darte tus medicinas.
-Si me dices cuales son puedo hacerlo solo, en cuanto al desayuno creo que puedo ir por él.
-No digas tonterías, aun convaleces. Mejor pásame mi varita. -Le pidió de nuevo y Draco obedeció.
Hizo un hechizo y por la puerta entraron dos bandejas con comidas. Malfoy ya estaba sentado en la orilla de la cama intentando estar lo más alejado de la castaña que parecía no querer hablar sobre lo que ocurrió la noche anterior.
Desayunaron en silencio y cuando terminaron Hermione se sentía mucho mejor y ella misma retiro las charolas, la fiebre había cedido y ahora solo se sentía cansada. Hizo que bebiera todas las pociones que le tocaban y lo obligo a recostarse de nuevo y cubrirse con las sabanas, ella se fue a sentar al sillón frente a la ventana, estaba tan cansada que no tardo en dormir de nuevo.
Draco la veía desde la cama, observaba como sus parpados rosados cubrían sus ojos y su reparación se volvía pasmosa hasta que quedo profundamente dormida, los rayos del sol que se colaban por la ventana le daba a su piel bronceada un bonito brillo. Abrazaba un libro que termino resbalando de sus manos, era el mismo libro de pastas gruesas que siempre leía o que en ocasiones solo abrazaba como si este le diera curiosidad.
Antes de dormir como le había indicado Granger se levanto y quitando una de las cobijas de su cama la cubrió, levantando el libro que había soltado y colocándolo sobre un taburete. Reconoció el libro cuando lo hizo, eran un libro de cuentos muy famoso, no entendía que tenia de especial ese viejo libro para que lo usara como si se tratara de su tabla de salvación.
Regreso a su cama sintiéndose exhausto, tenía que reconocer que aun no estaba del todo recuperado y que el menos esfuerzo lo dejaba sumamente cansado y débil, se acomodo en la cama y casi al instante se quedo dormido.
Hermione despertó después de unas horas y se conmovió mucho al encontrar que una cobija verde y plata la cubría, entendía que esa era una bandera de paz, una disculpa silenciosa, quizás la única que era capaz de dar alguien como Malfoy.
La Gryffindor solo recordaba algunas partes de lo que había pasado la noche anterior y un escalofrió la estremeció, la sangre en sus manos la hizo entrar en pánico y tuvo un ataque de nervios antes de desmayarse. Entonces vio con asombro hacia la cama donde dormía pasivamente Malfoy y supo todo lo que había hecho por ella, vagamente recordó sus pesadillas mientras dormía y como el calor de un abrazo y el latir de un corazón la habían reconfortado alejando los malos sueños, había sido él y a pesar de estar convencida no podía creerlo.