La hija de Zeus y Hera [1.2]

By DannyBaladon

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La princesa del olimpo comienza a explorar los sentimientos del amor, nuevas amistades y realidades la hacen... More

Prólogo🌩| Heredera
Capítulo 1| Corona
Capítulo 2| Entrenamiento
Capítulo 3| Una princesa...
Capítulo 4| Cabeza de uva
Capítulo 5| Niño bonito
Capítulo 6| Friendzone
Capítulo 8| La cabaña de Morfeo
Capítulo 9| Cita de dos
Capítulo 10| Las Oρατή
Capítulo 11| California
Capítulo 12| Romeo y Julieta
Capítulo 13| ¿Papá lo sabe?
Capítulo 14| Ancestros
Capítulo 15| Un ángel
Capítulo 16| Una pesadilla
Capítulo 17| Negación
Capítulo 18| ¿Quién es Damián?
Capítulo 19| Depresión
Capítulo 20| Cargas eléctricas
Capítulo 21| Reina del drama
Capítulo 22| Ataques
Capítulo 23 | Aceptación
Capítulo 24| Aún duele
Capítulo 25| Enamórala
Capítulo 26| Tártaro
Capítulo 27| Por mi causa
Capítulo 28| Ser mala es bueno
Capítulo 29| Sonríe rayito
Capítulo 30| Ronda de Shots
Capítulo 31| Emma's coffe
Capítulo 32| Pay de limón
Capítulo 33| ¡Voy a superarte!
Capítulo 34| La casa de los sustos
Capítulo 35| Rubia oxigenada
Capítulo 36| Estoy bien
Capítulo 37| Intentamos
Capítulo 38| Aléjate
Capítulo 39| Resaca
Capítulo 40| Pasado
Capítulo 41| ¿Dónde está ella?
Capítulo 42| A salvo
Capítulo 43| Siempre Juntos
Capítulo 44| Perfecta Esposa
Capítulo 45| No en mi boda
Epílogo| Familia Passion
Agradecimientos
Capítulo Especial | El Corazón de Anteros
Capítulo Especial | Nuestra pequeña
Serie "Hijos de Dioses"
Saga "Criaturas Bestiales"
Preguntas de Lectores
Respuestas para lectores

Capítulo 7| ¿Amigos?

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By DannyBaladon

A I L E E N
⚡️⚡️⚡️

En serio acabo de besar a Damián, yo lo besé fui, yo la que dio ese primer beso. Toqué mis labios que aún sentían el fantasma de la calidez de los labios de ese primer beso y aún no caigo que acabo de besar a ese chico que apenas conozco. Me apoyé en la puerta para no caerme y desde que entré no me había movido de mi sitio, era como si mi cerebro no logra coordinar con mi cuerpo y me viera como una tonta. ¿Así se sentía estar atraída por alguien? Mire por la ventanita que tiene la puerta verificando que Damián se había ido. Solté un grito de emoción comenzando a saltar en mi lugar, lo besé. Mi prima Ylenia bajó corriendo las escaleras mirándome con preocupación por el grito que había pegado minutos antes.

—¿Aileen que paso? —me pregunto preocupada.

—Lo bese —tape mi rostro riendo, estaba roja de la vergüenza por haber admitido aquello.

—¿A quién besaste? —escuche sus pasos acercándose a mí.

—Bese a Damián —me tire en el sillón suspirando.

—¡¿Qué?! —la puerta de mi cabaña se abrió dejando ver al responsable del grito Apolión.

—Bese a Damián, pero no te enojes con él fui yo la que le robo el beso —me levanté del sillón intentando calmar a mi primo.

—Apolión ella tiene edad suficiente para tener novio yo tengo dieciséis y soy novia de Austin —mi prima se puso a mi lado cruzada de brazos.

—Eres novia de Austin porque yo desconocía tu existencia y no sabía nada de ti, sino que tampoco tendrías novio jovencita —le contestó a mi prima. Ella se limitó a negar con la cabeza y bufó —Está bien, pero Aileen salgan más no seas su novia hasta estar realmente segura de que estás enamorada —bajo los hombros rendido, pero algo en su mirada me dijo que estaba escondiéndome algo, pero estaba tan feliz que no le preste atención a ello.

—Está bien Apolión —fui a mi habitación a tomar algo de ropa para ir a la cabaña de Ylenia allí se estaba mejor en mi cabaña había un fuerte olor a encierro. Subí por las escaleras desganada, sé que Apolión hace eso para cuidarme, pero ¡vamos soy mayor! En cuanto ellos no me vieron empezaron a hablar en la sala yo los escuché a medida que avanzaba a mi habitación.

—¿No crees que fuiste demasiado duro con ella? —escuché decir a mi prima.

—No quiero que la lastimen, así como no quiero que Austin te lastime a ti —mi primo habló más calmado que antes.

Me adentré en la habitación tomando el bolso que mi prima había estado armando para mi antes de que mi grito la interrumpiera en su labor y colocando unas últimas cosas me lo colgué al hombro saliendo de mi cuarto. Tarareaba una canción bajo la mirada de mis primos que me acompañaron hasta que llegamos a la cabaña de Ylenia y ambas nos despedimos de Apoli.

Al día siguiente me caí de la cama por el grito que pegó Ylenia desde su habitación. Me paré y fui corriendo donde estaba ella cuando entró veo a Adonis tirado en el piso riendo y a Ylenia en su cama cubierta de hielos gritando.

—¡Adonis me las pagarás! —me acerque a la cama de Ylenia y la ayude a ponerse en pie.

—Tendrías que haber visto tu cara —Adonis continuaba en el piso riendo.

—Ustedes dos están locos —salí negando de la habitación para dejarlos pelear.

Entre al baño para tomar una ducha mientras cantaba me gusta cantar bajo el agua de la lluvia artificial. Al salir me sequé y me vestí con algo cómodo un short negro y un top rosa claro de mangas cortas. En el Olimpo tengo que usar siempre vestido porque una princesa siempre está lista para la ocasión. En la cabaña no había nadie por lo cual fui a la cafetería del campamento para desayunar. Tomé un emparedado y un café yendo a la primera mesa libre que encontré para sentarme y poder desayunar en paz. Mi paz duró poco porque divise que venía Damián hacia mi mesa.

—Hola preciosa —dejó su bandeja sobre mi mesa para sentarse a mi lado

—Hola Damián —mis mejillas tomaron un calor intenso al pensar en el beso de ayer. Una princesa no hace eso.

—No te pongas nerviosa por lo de ayer, me gustó si querías saber —me guiño un ojo coqueto.

—Está bien —mordí mi emparedado para no decir ninguna tontería.

—Somos amigos tranquila —lo observé moviendo su desayuno con su tenedor.

—¿Amigos? —moví la cuchara de mi café.

—Solo si tú quieres —sentí sus ojos sobre mí.

—Sí me parece mucho mejor así — me sentí más calmada sabiendo que somos amigos. Aun así, no podía evitar sonrojarme. Podría jurar que escuchó a mi mamá en mi cabeza diciendo que una princesa jamás se sonroja.

—Hola chicos, buenos días —apareció Helen sentándose en la mesa con su bandeja del desayuno.

—Hola buenos días Helen —saludo a la platinada con una sonrisa.

—Buenos días, enana —contestó Damián besando su frente —¿Has visto a Penny? —miró a su hermana para luego comer un poco de su desayuno.

—No, aún no es raro —contestó Helen metiendo algo de su desayuno en la boca.

—¿Por qué preguntas? —Note Penny venía hacia nosotros poniendo un dedo en sus labios para que no dijera nada.

—Le hice una broma a su novio y la dejé hablando sola anoche —Penny levantó un cubo con un contenido que no podía ver. Se posicionó detrás de Damián.

—Y pagarás por eso —Penny le tiró el contenido del balde que era pintura azul.

—¡Penny! —grito poniéndose en pie Damián la pintura choteaba por su cara.

—Aún no terminó —ella se reía rodeando su abdomen con sus brazos —¡Ahora! —grito dos chicas aparecieron de la nada con unos baldes la primera chica le tiró plumas y la otra, polvos de colores.

—¡Estás muerta Penélope! —Damián comenzó a correr detrás de ella, las risas en la cafetería no se hicieron esperar.

—¿Son así siempre? —me puse en pie y caminé hasta donde estaba Helen mirando a sus hermanos.

—Sí, son así siempre —saco su celular del bolsillo grabando como Penny escapaba de Damián. En la cafetería entró Agatha y los dos se pusieron a correr alrededor de ella.

—¡Ya basta Penélope, Damián! —grito Agatha. Pero ellos siguieron corriendo alrededor de ella —¡Eros ayúdame! —miró a su hermano que acababa de entrar. Este suspiro y camino hacia ella.

—Penny quieta y Damián te lo tienes merecido —Eros tomó a cada uno del brazo. Parando su persecución infantil.

—¡Aaahh! —escuchamos gritos fuera de la cafetería. Todos los semidioses salimos de la cafetería para ver de dónde provenía ese grito. Fuera vimos a Alysa cubierta de sangre, piel de animales y pompones de colores. Eira estaba tirada en el suelo descostillándose de risa junto a dos de sus hermanas mayores. Un chico estaba junto a Alysa mirando con reproche a Eira e intentando calmar a la cabeza de uva.

—Voy a pensar en quedarme una temporada en el campamento — miré a Damián que se reina por lo bajo junto a Penny. Helen a mi lado estalló en risas al ver a Alysa tan enojada.

—Me iré a dar una ducha —Alysa se fue caminando a su cabaña junto al chico que miraba con desaprobación a Eira. Que continuaba riéndose en el suelo.

—Oye no, yo también estoy todo sucio —se quejó Damián mirando a Agatha. Esta se encogió de hombros y entró de nuevo a la cafetería.

—Dami puedes ir a mi cabaña, no la uso hace muchos años, pero aún funciona el sistema de agua caliente —le ofrezco encogiéndome de hombros.

—¿Anoche no dormiste en el campamento? —pregunto viéndome con extrañeza.

—Dormí en la cabaña de Ylenia, mi cabaña huele a encierro, desde que era una niña que no estoy en ese lugar mi papá me sacó antes de que pueda terminar lo básico de mi entrenamiento.

—¿Por qué? —comenzó a sacarse plumas de la cabeza.

—Seguridad. Mi mamá pidió que me llevaran al olimpo, no podía atrasarme en mis clases de princesa —comencé a caminar hacia mi cabaña.

—¿Clases de princesa? — escuché su risa ahogada a mi espalda.

—Mi madre tiene que buscar la perfección en su matrimonio. Ya sabes es la diosa protectora de los matrimonios y para ella una hija perfecta es fruto de un matrimonio perfecto — observé a un grupo de ninfas del bosque correr a la cafetería. —¿Seguirás haciendo preguntas o te ducharás en mi cabaña? —no me gustaba hablar mucho acerca de las clases de princesa o de que debía ser perfecta para mantener contenta a mi madre.

—Está bien iré a darme una ducha en tu cabaña —lo guié hasta mi cabaña dejándolo entrar y mostrándole en el cuarto de baño. Lo dejé solo para que Eros le llevase su ropa y él pueda ducharse tranquilo. Me fui al Olimpo porque tenía que ver a mis padres para pasar la tarde juntos, no sabía cuánto tiempo quedaba para que se fueran. Pero al llegar encuentro a todos los dioses reunidos en la sala de tronos.

—Hola — saludé al entrar a la sala.

—Mi princesa —mi papá se levantó de su enorme trono y caminó hacia mí para darme un abrazo.

—Papá te extrañé —cerré los ojos sintiendo el amor de mi papá.

—Yo más princesa —se separó de mí para tomarme de los hombros con sus ojos grises me analizo para luego agregar —Tengo que hacerte una pregunta, pero responde con sinceridad hija.

—Si papá dime —me preocupe al escuchar el tono de su voz, tal vez se enteró de mi beso con Damián. Seguro me castigaría. Una princesa jamás debe besarse con un desconocido. Mi mamá siempre me lo decía.

—¿Los semidioses están preparados para una responsabilidad como manejar el puesto de sus padres? —solté el aire que contenía en mis pulmones.

—Sí padre, pero tienen que ser más de uno en algunos casos —recordé la broma de hoy con una sonrisa —Trabajan mejor en equipo —sonreí acomodando mi cabello. La mirada de mamá me decía que debía arreglarme. Mi short y la blusa que llevaba puesta no son fachas para andar por el olimpo. Aunque en la sala de tronos siempre hay magia que cambia los atuendos no me preocupo por mi aspecto ahora.

—Gracias por el consejo hija lo tendré en cuenta —me soltó volviendo a su trono.

Me fui casi corriendo a mi habitación donde me puse un vestido y me tire en mi cama cómoda y lista para dormir un poco hoy no tendría clases de princesa hasta entrada la tarde. Cerré mis ojos para dormir, pero unos golpes en la puerta llamaron mi atención.

—Pase —grite sentándome en la cama acomode mi corona si era mamá me regañara si no está bien colocada en mi cabeza.

—Aileen —apareció por mi puerta mi hermana Atenea.

—¿Atenea que necesitas? —ella se acercó a mi cama sentándose en el borde de esta cerca de mí.

—Necesito un favor, veo que has estado en el campamento media sangre y quería que le entregues esto a mi hijo Artemis —me dio un paquete que con letras en cursiva ponía el nombre de su hijo.

—Lo haré quédate tranquila —tomé el paquete pensando cómo descubriría quién es Artemis. Creo que ya había escuchado ese nombre antes, pero... ¿Dónde?

Mientras tanto en el campamento media sangre.

Damián caminaba hacia la salida del campamento y decidió a viajar a su país por cosas para hacer la mejor broma. Quería vengarse de lo que le hizo su hermana Penélope delante de Aileen. Tuvo que inventar una historia al director para poder salir del campamento, los poderes de transportación no funcionan si tu nombre sigue anotado en el libro de registros del campamento. A menos que tengas un permiso para salir en ese caso puede ir y volver al campamento una sola vez. La cual Damián aprovechó para ir a su país recoger materiales para la broma y visitar a su padre. Estuvo vagando muchas horas por el mundo mortal hasta que su hermana Agatha lo llamó por la bola de cristal ya era hora de que regrese. Cuando volvió venía con dos bolsas llenas de papeles de colores, tintes para cabello y fuegos artificiales sin dudas sería una broma que vería todo el campamento media sangre.

—Ya veremos qué dices de esta bromita Penny —sonrió malévolo viendo la épica broma que le haría a su hermana.

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