EL PRIMER DÍA EN LA TIERRA
Me levanté la primera mañana y me extrañó haber dormido muy bien pero para ser sincera venía exausta. Bajé a la cocina y me encontré con Shane.
- ¿Qué haces levantada? - preguntó en forma de saludo.
- ¿Y tú? ¿Qué haces a las seis de la mañana despierto? - le respondí con la misma pregunta.
- Yo me suelo despertar a esta hora para empezar a trabajar - repondió.
Yo por el contrario no di ninguna explicación. Vi que había preparado dos desayunos.
- ¿Sabes cocinar? - le pregunté extrañada.
- Sí, mi madre me enseñaba a los seis años - dijo mientraa se giraba a mirarme - ¿Qué te parece si desayunas y montamos juntos?
Negué con la cabeza y él parecía desilusionarse.
- Yo monto sola pero si quieres te echo un carrera - dije intentando parecer mejor.
- Estas retando a la persona equivocada - me respondió con una sonrisa pillina.
Desayuné rápido, me cambié de ropa y fui a equipar a Morfeo.
- ¿Qué tal chico? ¿ Dormiste bien? - este relinchó en forma de asentimiento.
Miré a mi derecha y Shane aún no había llegado por lo que equipé a Canela y se la dejé lista para la carrera.
Cuando yo ya llevaba un rato corriendo por el prado llegó Shane.
- ¿Estas lista o ya te has acobardado? - dijo retandome.
- ¿Por qué no apostamos? - dije espontaneamente - Si yo gano tú me llevarás a comprar y lo pagarás todo tú y si tú ganas...
- Irás a la casa de un vecino disfrazada de rana - me completó.
- Acepto.
Estrechamos la manos para cerrar la apuesta.
- Da la señal de salida, son dos vueltas al prado - dijo Shane para concretar las condiciones de la carrera.
- Preparados.... Listos...... ¡YA!
Los empezamos a correr lo más rápido que podiamos y aunque la apuesta fuese un poco absurda uno se reiría del otro por perder. Yo iba en cabeza pero cuando iba a terminar la primera vuelta Shane me adelantó y intenté ir más rápido y cuando apenas faltaban algunos metros para terminar la segunda vuelta adelanté a Shane y gané. Me puse a celebrarlo y a reirme de Shane.
- ¿Estarás preparado para una tarde de compras? - dije sonriente.
- Lo peor es que me ha ganado una chica - dijo arrepintiendose de haber aceptado.
Cuando entramos en casa ya eran las doce, al final nos habíamos entretenido más de lo previsto. Salí a la calle y en ese momento pasaba por allí una chica con pelo castaño a la altura de los hombros, ojos del mismo color y al parecer de mi edad.
- Perdona, ¿Me podrías decir dónde hay un centro comercial? - dudé al principio pero como aquella chica no me miró mal así que supuse que no me había equivocado en cuando a "centro comercial".
- ¡Ah! ¿Eres nueva? Me llamo Cinthya - parecía que no había escuchado mi pregunta pero sería mejor intentar hacer amigos.
- Sí, me mudé ayer. Me llamo Dianne - repondí lo más natural posible.
En ese momento salió Shane.
- Él es Shane - dije señalandole.
- Encantada Shane yo soy Cinthya - respondió.
Estuvimos hablando durante un rato y al final me acordé de la primera pregunta que le hice a Cinthya.
- Por cierto Cinthya no sabrás donde hay un centro comercial por aquí ¿Verdad? - pregunté insegura.
- Sí, en la ciudad de allí, se llama Londrés. Si quereis os acompaño - miré a Shane interrogante y él asintió.
- Sí, gracias.
Ya era hora de comer así que Cinthya se fue y nosotros pasamos a casa a hacer la comida.
Me senté en la mesa esperando a que Shane hiciese la comida y la sirviera. Empezamos a comer y no mantuvimos ninguna conversación pero cuando Shane terminó empezó a hablar.
- ¿Y qué te piensas comprar?
- No es qué te piensas comprar, es es qué nos pensamos comprar - aclaré.
- ¿Quién? ¿Yo? - dijo extrañado.
- Claro, no pensarás que voy a ir contigo por la calle vestido así - me burlé de él.
- ¿Qué problema tienes con mi ropa? - preguntó indignado.
- Yo, ninguna campesino - dije sin poder aguantar la risa.
Terminamos de comer y organizamos un poco nuestras habitaciones. Cuando ya había terminado pensé en Cinthya. En ese momento me di cuenta de que cuando quedamos no concretamos la hora y tampoco nos había dado una dirección.
Fui rápidamente a la habitación de Shane.
- ¿Qué te pasa ahora? - dijo
- ¿Cómo vamos a encontrar otra vez a Cinthya? - entonces él cayó en la cuenta de todo.
Entonces se me ocurrió una idea.
- Equipa a nuestros caballos - ordené
- ¿Para qué? - dijo.
- Ya lo verás tú solo hazlo - respondi.
Yo volvi a mi cuarto y me puse uno de mis trajes de montar y cuando estuve lista bajé a coger a Morfeo. Salimos por la puerta trasera.
- Galopa por esta calle - le oredené a Shane
- Todavia no lo entiendo - dijo el muy tonto sin saber lo que me proponía.
- Haremos ruido y los vecinos saldrán y entre ellos saldrá Cinthya - el asintió al comprenderlo todo.
Cuando ya llevábamos un rato empezaron a salir muchos vecinos y niños pequeños. Al fin localicé a Cinthya pero en ese momento una niña se me acercó.
- ¿Puedo montar? - preguntó.
Antes de que pudiera responderla se hacercó una mujer.
- Siento que te haya molestado - se disculpó.
- No pasa nada, pero que monte, no pasa nada yo la llevaré - dije mirando a la niña con ternura.
Se montó y yo con ella, aproveché y me acerqué a Cinthya. La hice señas para que fuese hasta donde se encontrab Shane. Cuando ya llevaba unas cuantas vueltas con la niña montada la llevé con su madre y me reuní con Cinthya y con Shane. Cuando ya estaba cerca visualicé a un chico hablando con ellos, se parecía mucho Cinthya asi que deduje que era su hermano mayor. Me bajé de Morfeo cuando ya estaba cerca.
- Hola - me saludó Cinthya - Este es mi hermano William, tiene 18 años.
- Encantada - dije calmada.
- Lo mismo digo - respondió de la misma manera.
- Le he pedido que nos lleve a comprar - explicó Cinthya.
- Pues entonces ¿A qué esperamos? Dianne vamos a dejar a nuestros caballos y cambiemonos - dijo Shane.
Entramos en casa por la puerta trasera apenas tardamos cinco minutos pero cuando bajamos no quedaba casi gente. Seguimos a Cinthya y a su hermano hasta su coche. Era un descapotable rojo. Nos montamos todos.
Al cabo de unos cinco minutos ya habiamos llegado. Bajamos y Cinthya tiró de mí hasta una tienda eligió un varios conjuntos en un abrir y cerrar de ojos y me envió a los vestuarios. Salimos de la tienda con muchas bolsas. Luego fuimos a la tienda de teléfonos e hicimos todo el papeleo, en la compañía telefónica resultó trabajar el padre de Cinthya y William. Shane y yo
salimos de allí con unos smartphones de última generación. En ese instante William propuso ir a una tienda y comprar ropa para Shane. Cuando ya habiamos hecho las compras nos subimos al coche. Llegamos a las nueve y media.
- ¿Nos hacemos una foto? - propuso Cinthya.
Todos asentimos sincronizados y empezamos a reír. Cuando nos hicimos la foto Cinthya cogío mi móvil y me guardó su número y el de su hermano, además me instaló una app (aplicación) para chatear gratis. Cada uno nos fuimos a cenar a nuestras casas y cuando eran las diez y media y Shane y yo ya habíamos terminado no fuimos cada uno a nuestra habitación a enrredar con nuestros nuevos teléfonos.