( contenido altamente sensible )
Los días pasaron normales, cada uno enfocado en sus actividades. BaekHyun comenzó a ir a los recitales de KyungSoo y casi todo el tiempo se la pasaban juntos, ya sea en la cafetería, los pasillos, por todo el campus. Mientras que Siria se había hecho amiga de una chica del área de danza aérea, con quien conocía el resto de la ciudad; MirAe era una chica de facciones bonitas, ojos grandes y brillantes, cabello largo semi-ondulado, ambas de la misma estatura sólo que el cuerpo de la mayor era más estilizado gracias a dietas y ejercicio diario. En el departamento ambos eran desconocidos, encerrados en sus mundos aguardando por un falso siguiente día en que hablarían al respecto sobre el tema.
Son exactamente las cinco de la mañana cuando Siria llega a su ㅡ si se le puede llamar ㅡ casa, buscando torpemente las llaves para abrir sin tambalearse o tropezar. Su amiga tuvo una presentación que duró aproximadamente tres horas y al terminar ambas se fueron a festejar bebiendo algunas copas, por ser la primera vez en territorio distinto, Siria bebió más de la cuenta. MirAe tuvo que llevarla a casa, no iba a dejarla conducir en ese estado, sólo esperaba que no tuviera problemas con su compañero de espacio.
Naúseas subieron hasta su bilis, tuvo que correr al baño sin caerse vaciándolo todo. Se derrumbó en el piso abrazando sus piernas juntas a su pecho, se sentía terrible y necesitaba que alguien la escuchara, énfasis BaekHyun.
Con el peor mal humor sobre la faz de la tierra, se levantó en dirección al cuarto de su mejor amigo y abrió la puerta, donde encontró ropa tirada desperdigada en la alfombra. Un gran bulto en la cama que se movía con frenesí, después algunos suspiros mezclados con jadeos. No quería hacerlo, de verdad no quería hacerlo, fue así que encendió las luces...
Casi se cae de boca con la escena.
El chico de la vez pasada desnudo, con los ojos abiertos como platos quien pareciera ver la manifestación de un espíritu y luego estaba BaekHyun, debajo de él con las pupilas encogidas en las mismas condiciones.
No, no podría creer que él la decepcionara así.
Olvidó siquiera el cómo respirar.
BaekHyun salió de la cama tratando de tomarle la mano.
ㅡ Siria, déjame explicarte...
ㅡ ¡CÁLLATE MALDITA SEA, CÁLLATE! ㅡ estaba enojada, triste, furiosa, no sabía cómo reaccionar y tan así que le apartó el toque de un empujón.
Su cuerpo temblaba, las ganas de llorar estaban aseguradas. Byun tuvo que hacerse aún lado por miedo a que ella lo intentara matar, aunque la entendía perfectamente.
Se lo merecía después de todo.
ㅡ Tú llegas, me confundes y ahora, ¿con qué me encuentro? Vaya BaekHyun, debí saber que a mi mejor amigo le gusta comportarse como una zorra. ㅡ sonrió con ironía, muchas lágrimas a su paso y la voz quebrada. ㅡ De acuerdo, tú ganas. Esto me lo deja bastante claro, gracias por ser tan honesto, como un carajo.
Y sin más, salió de ese lugar con las lágrimas en la garganta. Volvió a buscar las llaves, azotó la puerta después de salir llamando a la única persona que sabía la escucharía durante toda la noche. Se sentía despedazada, con el corazón hecho trizas en las manos.
En cambio, BaekHyun seguía estático, procesando lo que acababa de ocurrir hace unos momentos. KyungSoo terminaba de colocarse los pantalones, no prometió que lo llamaría al día siguiente como cada vez que lo acompañaba a su departamento, se fue sin decir nada dejándolo solo, a él y sus pensamientos. Comenzó a maldecir, tirar objetos al piso, golpeó a puños la pared un par de veces tirándose de nuevo en el colchón con las lágrimas empapando sus mejillas.
Sólo pensaba en dónde estaría Siria.
Quería hablar con ella.
Y a la vez una voz le gritaba la perdiste para siempre, bien hecho idiota.
Sentirse como una mierda era poco, finalmente se había dado cuenta de todo.
Nunca le gustaron los chicos, siempre había sido Siria.
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