Chloé.
Han pasado un par de semanas desde lo ocurrido con la niña del parque y aunque el tiempo ha transcurrido sigo sin poder superar lo sucedido con Adrien.
Sabrina se ha presentado todas las tardes para apoyarme y aunque sea buena su intención, no está funcionando.
Y no es por falta de ganas, porque de esas tengo muchas.
No. No es eso, es que mi corazón está herido, y sé que muchas personas piensan que carezco de este órgano, pero la verdad es que si lo tengo y ahora tiene una herida en el.
Debo admitir que es la primera vez que me rechazan, la mayoría de las veces los chicos son los que caen rendidos a mis pies, no al revés. Y me siento perdida.
No sé cómo continuar, como avanzar.
Llevo dos días encerrada en mi cuarto, dándome de baja, siendo una vaga que solo come y respira.
Y lo odio, yo no soy así. Yo soy la gran y fabulosa Chloé Bourgeois, pero siento que no me puedo encontrar a mí misma.
Que la Chloé de esa era, está a cientos de kilómetros de mí y que cuando más intento alcanzarla esta corre con mucha más fuerza en el sentido contrario.
Soltó un suspiro y se volteó en la cama para poder observar la bella noche estrellada que se mostraba por su ventana.
A Chloé le gustaban las estrellas y las hermosas constelaciones, amaba su luz potente capaz de iluminar el oscuro cielo además de su simpleza, no necesitaban adornos o efectos, solo se mostraban tal cual eran y dejaban sin aliento a más de una persona.
Ojala yo pudiera ser una estrella. —pensó con un deje de tristeza.
Las lágrimas poco a poco fueron inundando sus ojos y en su garganta un nudo se formó.
Se sentía tan deshecha, ya nada volvería a ser lo mismo.
Ahora Adrien se alejaría para estar con la tonta panadera y a ella la dejaría de lado.
No deseaba dejar de ser su amiga, realmente ella lo apreciaba, era una de las personas más importantes de su vida.
Pero ya no podía hacer nada, todo ya estaba dicho.
Ahora eran de mundos diferentes.
La puerta fue golpeada suavemente y luego se abrió un poco.
— ¿Señorita Bourgeois?—preguntó la criada examinando la habitación hasta dar con ella.
— ¿Si?
—Llego un sobre para usted—dijo una vez dentro.
Chloé estiro la mano y lo cogió.
—Ya te puedes ir.
Dicho eso la chica salió rápidamente.
La pequeña rubia examinó el sobre y se dio cuenta que no tenía el nombre del emisor.
La curiosidad se apoderó de ella, por lo que de forma eficaz abrió el sobre y de este cayó una nota de color rojo.
La nota estaba bañada de un olor masculino y de un rastro de pintura.
Sus ojos fueron a parar en las palabras que tenía escritas y se dispuso a leer.
Tenue luciérnaga amarilla,
Tu luz me quema y además me guía.
Cabello lacio e infinito,
Gracias a ti, yo respiro.
Las palabras me faltan para venerarte.
Pero mi amor, eres arte.
Labios dulces y exquisitos,
Si tú me miras, me derrito.
Deseo adentrarme en tus sueños,
Y que de este admirador, sientas aprecio.
Quedarse sin aliento es poco para definir como me sentí después de leer la nota.
Me quede petrificada, nadie nunca me había escrito algo así a mí.
La gente me odia, jamás me aprecia.
La releí por lo menos unas cinco veces más, y solo porque no me creía lo bello y mágico que tenían esos versos.
La sensación era gratificante, la de sentirte querida por una persona y que ese sentimiento se convierta en aquella nota y que te haga sentir de esta forma.
Es magnifico.
Porque me hace sentir bien, me hace sentir querida.
Y eso me provoca una felicidad que no puedo describir.
La nota no tenía nombre del creador, pero tenía un sospechoso.
Puede que me esté adelantando y que mi intuición falle.
Pero estoy segura que solo un pintor de pacotilla podría escribir algo como esto.
Me acerque a la ventana y cerré los ojos al sentir la brisa.
—Gracias Nathaniel, después de semanas fuiste el único que me saco una sonrisa —murmure observando la luna.
Nathaniel.
No puedo creer que lo hice, de verdad que no puedo creerlo.
Mi corazón se estaba saltando unos cuantos latidos de lo emocionado que esta.
Y lo más seguro es que este rojo como un tomate.
La charla con Adrien me incentivó a seguir con mis planes. Me motivo a continuar y me dio las esperanzas que ya estaba perdiendo.
—Chloé es una chica algo difícil, pero para conquistarla tendrás que descongelar su corazón, y lo digo enserio Nath. Con Chloé jugar nunca es bueno, así que tienes que demostrarle que realmente la quieres —hizo una pausa y luego continuo—. Ella es una chica igual que los demás, hazle regalos, escríbele cartas, píntala. Has todo lo que este en tus manos y será tuya. Porque si Chloé hubiera querido alejarte, ella simplemente lo habría hecho.
Adrien tenía razón, Chloé podía ser egocéntrica y fría pero si le demuestro que la amo podré entrar en su corazón.
Simple. Después de la charla con Adrien estuve sopesando mi siguiente movimiento y ya que mi abejita se había encerrado, una carta podría ser un muy buen comienzo.
Tendría el efecto de relajarla y si le gustaba mejor aún.
Redactar esa nota fue lo más fácil que he hecho, solo plasme mis sentimientos en el papel y salió.
Puede que no sea un escritor pero siento que quedo bien.
Espero que haya funcionado.
Sonreí con emoción viendo mi segundo paso a seguir.
Espero que todo este esfuerzo sea recompensado algún día.
El día en que pueda amar a mi abejita y que ella también me ame a mí.
Adrien fue claro y lo dijo.
—Tendrás que descongelar su corazón.
Y eso es justamente lo que haré.
Luchare hasta el final.
Mi abejita será descongelada.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Cassy reportándose con un nuevo capítulo. Espero que les guste y si es así, estrellita, comentarios y muuuucho amorsh <3.
Preguntitas:
¿Qué tal la notita de Nath?
¿Encuentran buenos los consejos de Adrien?
¿Cual sera el próximo movimiento de nuestro pelirrojo? (Quiero leer su imaginación bebas).
¿Me aman un poquito más?
Bueno, bueno. Esto es todo por hoy.
Muchas gracias por ser tan pacientes :3
Hasta la próxima transmisión👌👌👌.
CassyVallens.