CNCO - Más que un sueño [COMP...

Door Airinworlds

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Cuando Irene es elegida por su jefe para escribir la historia sobre unos chicos jóvenes y talentosos, no pued... Meer

Parte 1 - Creer en lo imposible
Parte 2 - Más allá
Parte 3 - Ahora lloras tú
Parte 4 - Quisiera
Parte 5 - Todo cambió
Parte 6 - No entiendo
Parte 7 - Casi nada
Parte 8 - Volverte a ver
Parte 9 - Tu luz
Parte 10 - Primera cita
Parte 11 - Reggaetón lento
Parte 12 - Tan fácil
Parte 13 - Princesa
Parte 14 - Cien
Parte 15 - Devuélveme mi corazón
Parte 16 - Cometa
Parte 17 - Súbeme la radio
Parte 18 - Para enamorarte
Parte 19 - Hey DJ
Parte 20 - Creo en ti
Parte 21 - Coleccionista de canciones
Parte 22 - Contigo
Parte 23 - Tranquila
Parte 24 - Tienes que creer en mí
Parte 25 - Peligro
Parte 26 - Fuiste tú
Parte 27 - Odio
Parte 28 - Quédate
Parte 29 - Que lloro
NOTICIAS IMPORTANTES
Parte 30 - Volví a nacer
Parte 32 - Bendita tu luz
Parte 33 - La temperatura
Parte 34 - Propuesta indecente
Parte 35 - El perdedor
Parte 36 - Calentura
Parte 37 - Bailando por ahí
VÍDEO REACCIÓN
Parte 38 - Espacio sideral
Parte 39 - Víveme
Parte 40 - Aunque ahora estés con él
Parte 41 - Hablé de ti
Parte 42 - Adrenalina
Parte 43 - Aquí estoy yo
Parte 44 - Tú me quemas
Parte 45 - Cuando me enamoro
Parte 46 - Me voy enamorando
Parte 47 - Mamita
Parte 48 - Hoy tengo ganas de ti
Parte 49 - Creer en lo imposible
Parte 50 - Que se sienta el deseo
Parte 51 - El perdón
VÍDEO REACCIÓN 2
Parte 52 - Nota de amor
Epílogo

Parte 31 - Kilómetros

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Door Airinworlds

Anduvimos por las calles del centro de Málaga. Estábamos en Calle Granada. Sorteábamos a la gente al tiempo que subíamos por la calle. Reíamos animadas mientras Lara me contaba todo lo que había hecho durante los meses en los que no habíamos hablado, las conversaciones con Zabdiel y su día a día en la ciudad. Se había apuntado a clases de pintura y le iban bastante bien, aunque se estresaba algunas veces cuando le mandaban algo difícil. Ya me la imaginaba sentada ante la mesa del comedor, con todo el despliegue de artilugios que utilizaba para dibujar, mordiéndose las uñas y moviéndose de un lado a otro, desesperada porque no le salía alguna línea o alguna sombra como a ella le gustaba. Solté una carcajada ante aquella imagen mientras Lara me miraba con la boca torcida y el ceño fruncido. Sabía perfectamente que me estaba riendo de ella.

-Tengo algo que contarte -su tono bajó y clavó sus ojos color avellana en el Mcflurry que tenía entre sus manos.

Me giré hacia ella, aún riéndome a carcajadas.

-Ya vale, esto es serio -dijo haciendo pucheros.

-De acuerdo, perdona -dije con una sonrisa de oreja a oreja-. A ver, cuéntame -me giré hacia ella con los ojos abiertos de par en par, expectante a sus palabras.

-No te lo conté en su momento porque me daba vergüenza -se llevó una nueva cucharada de helado a la boca.

-Si no me dices qué es... -Negué lentamente con la cabeza.

-A ver... -Cogió aire por la nariz y miró un instante hacia el cielo para después girarse de nuevo hacia mí-. ¿Recuerdas que te dije que la noche que estuve con Zabdiel no había pasado nada? Pues...

-No me lo puedo creer -casi grité mientras la miraba con la boca abierta-. ¿En serio? ¿Y no me lo dices? Qué cerdi que eres. ¡Y no me lo cuentas! -Le di un golpe en el brazo, poniendo cara de enfadada.

-Te lo quería contar pero cuando me preguntaste me pilló tan de sorpresa que no pude decírtelo -alzó las manos hasta la altura de su pecho y se giró hacia mí con mirada suplicante-. Prefería contártelo en persona, no por teléfono.

-¿Y si hubiera tardado más tiempo en venir porque seguía con los chicos? -Alcé las cejas, poniendo los brazos en jarra, haciéndome la ofendida-. ¿Hubieras esperado hasta entonces para contármelo todo?

-Yo qué sé. A lo mejor no, te lo hubiera contado antes o... no sé, creí que Zab te lo diría o algo.

-Pues no, no me ha contado nada de nada. Incluso me dijo que solo os habíais besado -torcí la boca, disgustada. Vaya dos se habían juntado-. Le pediste que no me dijera nada, ¿verdad?

-Pues sí... quería contártelo yo -Lara negó con la cabeza-. Además, aunque no se lo hubiera pedido no tenía por qué ir contando esas cosas por ahí -frunció los labios.

-Pero yo soy tu hermana mayor, a mí sí debería contármelo porque esas cosas tan importantes se las tienes que contar a tu hermana -le di varias veces con mi dedo índice entre las costillas, en el punto donde sabía que tenía cosquillas.

Menos mal que estuve atenta y pude cogerle el helado antes de que se le cayera al suelo debido a los espasmos que le entraron cuando mi dedo tocó el punto exacto.

-Ya, para -gritó mi hermana entre risas mientras la gente nos miraba entre extrañada y divertida-. Que sabes que me pongo violenta si me hacen cosquillas -cuanto más le daba con el dedo, más guantazos recibía en mi brazo-. Y luego no te quejes si te hago daño.

Entre risas, paré y nos quedamos riéndonos un largo rato entre la gente, sintiendo cómo el frío penetraba en mi garganta, resecándomela. Pero no me importaba. Por una vez después de mucho, me sentía relajada.

-Vale, ¿te cuento yo otra cosa? -Le dije mientras le cogía del brazo y volvíamos a caminar-. La última noche Chris y yo... -Me acerqué a su oído para pronunciar aquellas palabras en voz baja.

-¿En serio? -Casi gritó, abriendo los ojos de par en par-. ¿Y cómo fue? -Me preguntó con mirada pícara, alzando las cejas varias veces.

-In-cre-í-ble -contesté, separando las sílabas muy bien para darle más énfasis a la palabra-. ¿Y tú? -La miré con los ojos entornados y una media sonrisa en el rostro.

-Pues... solo puedo decir que es lo más tierno del mundo -no necesité saber más, con solo ver su mirada iluminada y sus mejillas enrojecidas, era prueba suficiente para saber que aquella noche había sido inolvidable.

La abracé con fuerza mientras reíamos a carcajadas. Seguimos subiendo la estrecha calle llena de terrazas de bares que empezaban a llenarse a pesar del frío. En algunas tenían puestas mantas gruesas sobre el respaldo de las sillas para que quien quisiera estar fuera, pudiera taparse con algo que le diera calor. Otras tenían estructuras de acero con forma de cono y en su interior había una pequeña llama amarilla anaranjada que permitía estar fuera sin necesidad de tener nada de abrigo puesto. Nosotras no nos detuvimos en ninguna de ellas. No teníamos hambre, solo queríamos hablar y hablar de todo: de nosotras, de los chicos, de los viajes, de los países que había conocido, de la vida con ellos. Procurábamos que con la emoción de la conversación no alzáramos demasiado la voz. No sabíamos si alguien podría escucharnos y que diera la casualidad que conociera a los chicos o me reconocieran a mí y la tranquilidad se habría terminado o vaya que se enteraran de algo que no debieran y entonces sí que no habría marcha atrás. De vez en cuando, como acto reflejo, miraba a todos lados con el rabillo del ojo por si veía a alguien que me hubiera reconocido; por suerte no era así, podía respirar más tranquila.

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Íbamos en el autobús de vuelta a casa. Había empezado a hacer demasiado frío y yo aún estaba muy cansada de todo el viaje a pesar de que había dormido casi doce horas. Pero aún tenía el horario cambiado. Había comido poca cosa porque tampoco tenía demasiada hambre y mi hermana había tenido suficiente con el Mcflurry, así que habíamos decidido regresar al calor del hogar. Mis padres estaban esperándonos algo enfadados. Me habían llamado varias veces al móvil pero había estado tan acostumbrada a estar sin él, que ni me había acordado que lo tenía. Pedí disculpas mil veces. Ni si quiera les había dicho que había salido a dar una vuelta. Qué cabeza la mía. Como recompensa, me senté un rato con ellos en el salón, a pesar de que mis párpados se cerraban a cada minuto que pasaba. Me preguntaron qué tal había ido todo. Sin desvelar mucho, les conté que había estado viajando por varios países, que había conocido a mucha gente increíble y que esperaba que pronto pudiera contarles mucho más. Cuando se quedaron satisfechos con el interrogatorio, o tal vez fuera mi cara de cansancio lo que les indicó que la charla había finalizado, me dieron un beso de buenas noches y me dirigí hacia mi cuarto como un zombi. Me dejé caer en la cama sin quitarme la ropa ni nada y me quedé dormida.

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Me desperté a media noche tiritando de frío. La ropa estaba helada, me había acostado con ella puesta. Tenía la piel de gallina. Mis pelos estaban tan de punta que los folículos me dolían. Me quité lo que llevaba puesto y me fui directa a la ducha en un intento de entrar en calor. Me puse el pijama más caliente que encontré y me metí entre las sábanas, tapada hasta las orejas, hecha un ovillo; pero no sirvió de nada. Seguía teniendo mucho frío. Cerré los ojos y me sumí en un sueño inquieto.

Cuando los abrí de nuevo, la luz que entraba por la ventana me molestaba como si me hubieran puesto dos focos delante de mis narices. Volví a cerrarlos y di media vuelta para que no me diera de lleno. Me dolía la cabeza y sentía el cuerpo muy pesado, como si mis músculos fueran de piedra maciza y me hundieran contra el colchón. Intenté respirar por la nariz pero me era imposible, estaba completamente atorada debido a una gran masa mucosa que había decidido instalarse allí. Entorné los ojos para acostumbrarme a la luz y me quedé mirando hacia la puerta. Llamé a mi madre con la poca voz que tenía pero recordé que estaría trabajando. Ni si quiera sabía qué hora era. Volví a cerrar los ojos y cogí todo el aire que pude. Grité a pleno pulmón el nombre de mi hermana, deseando que estuviera lo suficientemente cerca como para escucharme. Me quedé en silencio unos minutos, agudizando el oído, intentando discernir algún ruido familiar al otro lado de la puerta. Cuando estaba volviendo a llenar mis pulmones de aire, escuché cómo alguien la abría. Entorné los ojos en un intento de averiguar quién era. Intenté sonreír al descubrir la cara de Lara al otro lado, mirándome con una mano sobre la cintura y la boca torcida.

-¿Estás bien? -Me preguntó, acercándose a mí. Su voz era como miles de martillos golpeando mis tímpanos una y otra vez.

-Creo que me he resfriado -dije con voz nasal debido a la cantidad de mocos que taponaban mi nariz.

-Qué mala cara tienes -intentó disimular una media sonrisa pícara.

-Gracias por tu cariño -contesté con ironía poniendo los ojos en blanco; pero fue una mala opción, el solo hecho de moverlos de un lado a otro me dolía.

-Tienes fiebre -confirmó Lara tras ponerme una mano en la frente y la otra sobre el cuello-. Qué bien, me toca cuidarte.

-Por favor, no lo digas con tanto entusiasmo que me sacas los colores -la observé con el ceño fruncido y la boca torcida hacia un lado.

-Voy a por el termómetro y te traigo un vaso de leche caliente.

-Vale, gracias -contesté a media voz.

Empezaba a encontrarme muy cansada, los párpados me pesaban mucho más que antes y mi cuerpo no sabía si sentía frío o calor, lo que hacía que diera tiritones cada dos por tres. Cerré los ojos en un intento de mitigar el dolor que comenzaba a extenderse desde mi cabeza hasta el resto del cuerpo y me fui quedando poco a poco dormida.

-Ya despertó la enferma -la voz de mi hermana penetró en mis oídos como si hubiera pronunciado aquellas palabras justo a mi lado con un megáfono, a pesar de que se encontraba bajo el marco de la puerta, a varios metros de distancia.

Mi madre entró en mi habitación con cara de preocupación y se sentó al borde de la cama, colocándome una mano helada sobre mi frente, haciendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.

-Ay, mi niña, ¿qué tienes? -Dijo con voz dulce mientras me palpaba las mejillas y el cuello.

-Me he resfriado -dije con voz penosa, intentando respirar por la nariz sin éxito.

-Ya lo veo -contestó mi madre negando lentamente con la cabeza-. A saber cuántos nervios has tenido que pasar estos meses para que te hayan bajado tanto las defensas ahora -me limité a encogerme de hombros mientras miraba hacia otro lado-. Bueno, toca reposar y tendremos que ir al médico para que te manden algo -asentí una sola vez con la cabeza-. Voy a prepararte una sopa caliente mientras tú descansas un poco.

-Gracias, ma -le dediqué una sonrisa mientras volvía a cerrar los ojos.

-Qué lástima que Christopher no esté aquí para cuidarte -los abrí de golpe al escuchar la voz de mi hermana cerca de mí. Suspiré aliviada al ver que mi madre ya no estaba allí para escuchar aquello-. Tendría que verte con esa cara que tienes ahora.

Le dediqué una mirada llena de odio, pero lo único que conseguí fue sacarle una sonora carcajada. Me dio un beso en la frente y salió del cuarto entornando la puerta tras ella. Me quedé contemplando el techo con los ojos entornados. La cabeza empezaba a dolerme a horrores, parecía querer estar a punto de estallar. Di media vuelta, dándole la espalda a la ventana y me metí de nuevo entre las sábanas.

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Llevaba tres días en cama incapaz de moverme. Me dolían las piernas y la cabeza y los mocos habían parecido aumentar de tamaño dentro de mis fosas nasales. Tan solo había salido para ir al médico y me había dicho que tenía gripe. Habían sido tantos cambios, tantos disgustos y me había pasado toda una noche en pleno invierno con solo una sudadera. Mi cuerpo no lo había soportado, a pesar de que mi hermana me había traído un abrigo grueso la noche que estuvimos fuera, pero ya había sido demasiado tarde. Tenía que estar mínimo una semana en casa sin salir, tomando solo cosas calientes y bien abrigada. Mis padres y Lara apenas aparecían por mi cuarto, ya que podían contagiarse y era algo que no querían, tenían que trabajar y estudiar. Por lo que me tiraba horas y horas sola en mi cuarto, tan solo acompañada a veces de Nieve que se hacía un ovillo junto a mis pies o Anay, que se tumbaba al lado de mi cama y se quedaba dormida. No es que me dieran mucha conversación, por lo que tenía bastante tiempo para pensar. O por lo menos, podía hacerlo el tiempo que la fiebre decidía darme una tregua. En parte agradecía estar tan cansada, apenas pensaba en los chicos ni en Sara. Me pasaba gran parte del tiempo surcando el velo entre la consciencia y la inconsciencia. Estaba a punto de dormirme otra vez, cuando Lara entró casi corriendo a mi cuarto. Vi cómo mi gata levantaba la cabeza, asustada, con las orejas tiesas hacia arriba y los ojos entornado aún por el sueño. Miré a mi hermana con la misma cara que lo hacía mi gata. Me incorporé levemente al ver la sonrisa de oreja a oreja que estaba dibujada en su cara. La intriga era más grande que mi cansancio.

-¿Ha pasado algo? -Pregunté con voz pastosa.

-Algo muy fuerte -habló abriendo la boca y los ojos de par en par.

-¿Me vas a contar o te vas a quedar ahí parada todo el día? -Pregunté algo irritada. Solo quería dormir.

Por toda respuesta, se sentó al filo de la cama y se inclinó sobre mí mientras me mostraba la pantalla de su teléfono que relucía demasiado para mis ojos congestionados. Al tercer intento conseguí enfocar las palabras que danzaban delante de mí. Abrí los ojos de par en par y me volví hacia Lara intentando digerir lo que acababa de leer.

-¿De verdad vienen para acá? -Pregunté con un hilo de voz, incapaz de contener la sonrisa que se iba formando en mis labios-. ¿Van a hacer el tour aquí en España?

-Me lo acaba de decir Zabdi -casi gritó mi hermana, llena de entusiasmo-. Tía, que vienen aquí con su concierto -se tapó la boca para evitar un nuevo grito.

Parecía una CNCOwner más; cualquiera que la viese en aquel estado de exaltación no podía imaginar que ella ya conocía a los chicos y que tenía una especie de relación con uno de ellos. Negué lentamente con la cabeza. Por un lado estaba muy feliz por ellos. Habíamos hablado miles de veces de las ganas que tenían de venir a Europa y, sobre todo, volver a España. Al fin su sueño se estaba haciendo realidad. Pero por otro, se me formó un nudo en la garganta. Iban a estar tan cerca y vendrían con Sara. ¿Podría acercarme a ellos o me lo impedirían con alguna nueva norma que se hubiera inventado? Dejé escapar todo el aire que tenía en mis pulmones por la boca.

-¿Qué pasa? ¿No te alegras? -Mi hermana me miraba con las cejas alzadas.

-Claro que me alegro, muchísimo. Hacía tiempo que querían venir -dije a media voz-; pero Sara vendrá con ellos... -Las palabras se me quedaron atravesadas en mitad de la garganta.

Lara, viendo mi cara de angustia, se acercó hasta mí y me dio un largo abrazo. No podía evitar pensar en cómo me sentiría cuando los viera desde lejos con Sara a un lado, mirando desde lo alto con suficiencia. No podía ni pensar en qué haría o qué diría cuando me viera allí tan cerca. Probablemente me dedicara una de sus mejores sonrisas maliciosas que sabría que tanto me dolerían. Cerré los ojos con fuerza en un intento de hacer desaparecer aquellos pensamientos. Ni si quiera estaban aún en España, no podía pensar en lo peor. Primero tendría que recuperarme de la gripe que me mantenía postrada en mi cama y ya después se vería qué pasaría con los conciertos.

-¿Y cuándo vienen? -Pregunté separándome de Lara y dedicándole una sonrisa triste.

-Dentro de dos meses -habló ella con entusiasmo contenido.

Sabía que hacía todo lo posible por no alegrarse demasiado delante de mí por la gran noticia y se lo agradecía muchísimo. Pero ella tenía que disfrutar y aprovechar la oportunidad. Sara no sabía que mi hermana los conocía. Si Lara hablaba con Zabdiel probablemente pudiera colarse en el concierto y verlos; yo lo tendría mucho más complicado.

-Eso es dentro de muy poco -contesté con los ojos abiertos de par en par.

-Eso le he dicho a Zabdi -dijo mi hermana, mirando la pantalla del móvil y deslizando el dedo hacia arriba-. Pero me ha dicho que como es el mismo espectáculo que tienen allí, no necesitan tanto tiempo para ensayar y preparar las canciones. Los de SONY han estado este último mes moviendo los hilos para encontrar las salas donde poder hacer los conciertos que ha sido lo más complicado; pero después de saber dónde los van a hacer, lo demás es lo más sencillo.

-Qué bien que vengan al fin con su propio tour -dije sin poder ocultar mi alegría-. Si supieras lo pesados que estaban con eso -puse los ojos en blanco mientras soltaba una carcajada-. Erick no para de decir lo que le gustaría venir, que a ver si se les presentaba la oportunidad, que ya iba siendo hora de que volvieran a España pero con su tour -me golpeé con suavidad la frente con la palma de la mano-. Cuánto me alegra saber que al fin lo han conseguido y seguro que les va a ir genial -miré a Lara con una sonrisa de oreja a oreja que parecía reflejarse en su rostro.

Nos quedamos mirándonos durante un tiempo en silencio hasta que estallamos en carcajadas. Soltamos un grito al mismo tiempo. El papel de escritora de los chicos había quedado atrás y volvía a ser una simple fan que se moría de ganas por ver uno de sus conciertos en directo, en su país. Era cierto que había estado en la mayoría de los que habían dado en Latinoamérica y Estados Unidos, pero desde el backstage. Siempre veía más a las CNCOwners que estaban enfrente que a los chicos. Si conseguía ir a alguno de sus conciertos, sería la persona más feliz del universo. Mi hermana me volvió a abrazar y salió de allí con la excusa de que me quería dejar tranquila para que descansara; pero probablemente se iba para poder seguir hablando con Zabdiel sin hacerme sentir mal. Me quedé contemplando el techo, aún con la sonrisa dibujada en el rostro. Iban a venir a mi país. Recordaba a Joel hablando de las cosas que más le gustaría ver de España. Sus calles, sus edificios, la comida, la cultura. La primera vez que habían estado solo había sido Madrid y habían podido ver la ciudad con tranquilidad. Pero eso había cambiado, podrían conocer otros lugares y ver las diferentes ciudades que había allí. Eso era lo que más querían ellos. Volví a sonreír al imaginarme sus amplias sonrisas al enterarse que viajarían a Europa con su propio tour. Sabía que sería un viaje muy duro y muy cansado, pero a ellos eso no les importaría y sabrían disfrutar al máximo los días que estuvieran por aquí. Me hice un ovillo entre las sábanas, procurando no molestar demasiado a mi gata y cerré los ojos. Tantas emociones me habían dejado agotada. Mi cuerpo aún no estaba preparado para tanta energía. En seguida me quedé dormida.

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Cuando cogí el móvil, entre la luz brillante de la pantalla pude distinguir que eran cerca de las tres de la mañana. Probablemente allí donde estuvieran los chicos sería aún de día o tal vez estarían a punto de cenar. Con los ojos entornados deslicé la barra de tareas y busqué el Whatsapp. Tenía varios mensajes pero solo había uno que me interesaba. Desde que me había puesto mala, no había podido coger el teléfono, la luz brillante me molestaba demasiado; pero necesitaba hablar con él, que me confirmara lo que me había dicho mi hermana. El estómago me dio un vuelco al descubrir que tenía varios mensajes de él.

HACE 5 DÍAS

Chris: Como estas bella? 21:58

Chris: Espero que bien 22:20

Chris: Estoy preocupado 22:30

Chris: Aun no has contestado a mis mensajes 22:32

Chris: Todo bien? 22:44

HACE 4 DÍAS

Chris: Zabdi me ha dicho que estás con gripe 4:37

Chris: Espero que estes bien 4:37

HOY

Chris: Cuando puedas coger el celular avisame 1:18

Chris: Tengo buenas noticias 1:20

Chris: Te espero 1:20

Una sonrisa tonta apareció en mi rostro. ¿Cuáles serían las buenas noticias? Seguramente sería lo mismo que me había dicho mi hermana. O, ¿tal vez sería algo relacionado con Sara? Sacudí la cabeza para desechar aquella idea. No quería hacerme ilusiones. Solo había una manera de salir de dudas. De repente me sentía como una adolescente que iba a hablar por primera vez con el chico que le gustaba. Estaba nerviosa. Nunca antes habíamos hablado por mensajes, siempre había sido cara a cara y se me hacía raro no escuchar su voz o su risa. Me armé de valor y empecé a escribir.

HOY

Yo: Hola Chris! 2:57

Yo: Ya estoy por aquí 2:57

Contemplé la pantalla esperando alguna respuesta. Bloqueé el teléfono cuando los ojos empezaron a llorarme debido a la mezcla de la congestión con la luz brillante. Quizá estuviera ya dormido o tal vez aún no habían regresado al hotel o a saber qué estaban haciendo. El hecho de tener diferentes horarios era de lo peor. Ni si quiera sabía dónde estaban en aquel momento. Dejé el móvil sobre la mesita y di media vuelta, dándole la espalda. Estaba a punto de quedarme dormida cuando la madera blanquecina del mueble empezó a temblar. Me giré despacio hacia mi teléfono y lo contemplé como si acabara de soñar aquello. Como si quisiera contestar a mis pensamientos, volvió a temblar. Extendí un brazo y, tras cogerlo, lo metí entre las sábanas, me tapé hasta la cabeza y desbloqueé la pantalla. 

HOY

Chris: Hola bella! 3:05

Chris: Que alegria saber de ti 3:05

Contemplé el mensaje con una mezcla de entusiasmo y alegría. Se me hacía raro tener el número de Christopher guardado en mi memoria. Me tapé la boca para ahogar un grito y me dispuse a contestarle.

HOY

Yo: Cómo estás? Yo sigo con gripe, pero ya estoy mucho mejor 3:09

Chris: Me alegra leer eso 3:09

Yo: Y tú qué tal? 3:09

Chris: Cansado, estamos con promociones, pero ya sabes como van estas cosas 3:10

Yo: Pobre, ya imagino cómo estaréis 3:10

Yo: ¿Qué tal los chicos? 3:10

Chris: Han bajado a jugar al Monopoly, yo me he venido al cuarto 3:10

Yo: Para dormir un poco al fin 3:10

Chris: No, para hablar contigo 3:10

Sin darme cuenta, aspiré con fuerza al leer aquellas últimas palabras. ¿Qué debía contestar? No quería sonar demasiado cursi, pero tampoco quería responderle de manera seca o cortante. Definitivamente era una adolescente con su primer amor. Me sentía como una niña tonta, sin saber qué decir o qué hacer. Cogí aire para serenarme y me dispuse a contestar, aunque no sabía muy bien el qué.

HOY

Yo: jajajaja 3:13

Yo: Qué lindo que eres! 3:13

Me golpeé con fuerza la frente. ¿Qué acababa de escribir? Christopher me decía que se había ido a la habitación para hablar conmigo en vez de quedarse jugando con sus amigos, ¿y yo solo era capaz de decirle eso? Di media vuelta en la cama, mirando el techo y lanzando un gruñido entre los dientes. Cómo podía ser tan tonta. El móvil tembló entre mis dedos. Con el corazón palpitando con fuerza, empecé a leer.

HOY

Chris: jajaja 3:15

Chris: Si tu lo dices, espero que sea verdad 3:15

Yo: Claro que lo es 3:15

Chris: No tanto como tú 3:15

Sentí cómo mis mejillas se enrojecían. Era capaz de hacerme sonrojar incluso desde la distancia. ¿Qué iba a hacer con él?

HOY

Yo: Y qué tal el día de hoy a pesar de las promociones? 3:17

Chris: Pues no ha estado mal, muchas entrevistas pero nada con lo que no podamos 3:17

Chris: Y tu gripe? 3:17

Yo: Mejor, aunque sigo en la cama sin poder moverme mucho 3:17

Chris: Ojalá pudiera estar ahi para cuidarte 3:17

Yo: No! Te lo contagiaría todo! 3:18

Chris: Me daria igual 3:18

Yo: A mí no 3:18

Chris: Aprovechando que estás tumbada 3:18

Chris: Ya te dije que tengo buenas noticias, no se si leiste 3:18

Yo: Sí, lo leí! Ya quiero saber! 3:18

Chris: Preparate! 3:18

Chris: Para marzo vamos a España con nuestro tour!!!!!!! 3:18

Yo: Tengo que confesarte que ya lo sabía 3:19

Chris: En serio...??? 3:19

Yo: Sí...mi hermana ya me lo contó! 3:19

Yo: Zab se lo ha dicho hoy y ha venido corriendo a contármelo 3:19

Chris: Y yo que creia que seria el primero... 3:19

Yo: Aay...perdona! No lo sabíamos! Zab se lo dijo y ella se emocionó 3:19

Yo: Y ya, pues me lo contó a mí 3:19

Chis: jajajaja 3:19

Chris: No pasa nada en verdad! 3:20

Chris: Ya quiero que llegue el dia 3:20

Yo: Pero podré veros? 3:20

Chris: Claro! Por que no ibas a poder? 3:20

Yo: No sé...tal y como están las cosas no sé si me dejarán o si sería buena idea... 3:20

Chris: Di, que pasa en verdad? 3:20

Yo: Que no quiero ver a Sara... 3:23

Chris: No tienes por que verla 3:23

Chris: Ella puede que ni este 3:23

Yo: Qué quieres decir con eso? 3:23

Chris: Estamos pensando algo... 3:23

Yo: El qué? 3:23

Yo: Chris? 3:23

Yo: Sigues ahí? 3:25

Yo: Te quedaste dormido? 3:30

Me quedé contemplando la pantalla de mi móvil con los ojos entornados. ¿Qué había querido decir con que no iba a verla cuando vinieran? ¿Qué estaban tramando? No sabía si podía fiarme de ellos. A veces hacían muchas cosas sin pensar demasiado en las consecuencias y algunas no salían tan bien como esperaban. Deseaba que fuera lo que fuera lo que estuvieran pensando, no se les fuera de las manos. Dejé el móvil en la mesita de noche y di media vuelta. Empezaba a notarme el cansancio, los ojos se me cerraban. Me tapé hasta la nariz, sintiendo el calor de la manta abrazando mi cuerpo y bajé los párpados. No sé cuánto tiempo pasó cuando escuché temblar la madera de la mesita. Solté aire por la nariz y di media vuelta, observando el teléfono con cara de cansancio. Suspiré y alargué la mano para cogerlo justo en el mismo instante en el que volvía a temblar.

HOY

Chris: Perdona, llegó Zabdi 3:43

Chris: Sigues ahi? 3:43

Chris: Hemos estado hablando sobre el tema del que me has preguntado 3:43

Yo: Sí, sigo aquí 3:44

Yo: Cuál tema? El de Sara? 3:44

Chris: Hola linda! Pense que te habias dormido ya 3:44

Yo: No, aquí estoy 3:44

Yo: De qué tema habéis hablado entonces? 3:44

Chris: De Sara 3:44

Yo: Y qué ha pasado? 3:45

Chris: Todavia nada 3:45

Yo: Qué quieres decir con eso? 3:45

Chris: Hemos descubierto cual es su favorito y estamos pensando a ver que podemos hacer con esa nueva informacion 3:45

Yo: Chris me estás asustando 3:45

Chris: Por que? 3:46

Yo: Porque no me fio de vuestros planes locos 3:46

Chris: No es ningun plan alocado 3:46

Yo: Seguro??? 3:46

Chris: Bueno... quiza un poco... 3:46

Yo: Madre mía... Qué estáis planeando? Ya en serio! 3:46

Chris: Ya te ire contando si al final sale todo bien 3:46

Yo: Chris, no me vayas a dejar así 3:46

Chris: Ahora descansa y no te preocupes por nada 3:46

Yo: Christopher Bryant Vélez Muñoz, me vas a explicar ahora mismo qué estáis planeando! No quiero que hagáis ninguna locura!!! 3:47

Chris: Tranquila mami! Todo va a ir bien seguro 3:48

Yo: Chris...me da miedo lo que podáis hacer... 3:48

Cris: Confia en nosotros 3:48

Yo: No sé yo... 3:48

Chris: Pues confia en mi 3:48

Solté un largo suspiro. Sabía perfectamente cómo convencerme incluso en la distancia. Era de lo peor. O tal vez lo era yo por dejarme llevar con tanta facilidad. Torcí la boca mientras volvía a teclear en la pantalla.

HOY

Yo: De acuerdo 3:49

Yo: Pero si pasa algo, lo dejaréis y ya? 3:49

Chris: No prometo nada 3:49

Yo: Chris... 3:49

Chris: Tranquila bella, sabes que no haremos nada del todo malo 3:50

Yo: Ay... madre mía qué locos estáis... 3:50

Chris: jajajaja 3:50

Chris: Sabes de sobra que si lo estamos 3:50

Chris: Ahora descansa que tienes que reponerte del resfriado y seguro alli es tarde ya 3:50

Yo: Son las 3:50 de la madrugada 3:50

Chris: Y aun despierta? 3:50

Chris: A dormir ya!!!! 3:50

Yo: De acuerdo... 3:50

Chris: Asi me gusta 3:50

Yo: Calla ya... 3:51

Chris: Descansa mucho linda 3:51

Yo: Tú también! 3:51

Chris: No sueñes con nadie que no sea yo 3:51

Yo: jajajajaja 3:51

Yo: Qué tonto eres! 3:51

Yo: Hasta mañana! 3:51

Chris: Hasta muy pronto bella 3:52

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INSTA: cncoplusultra

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