ROCK NIGHTS AND METAL DREAMS...

By JessyKillerWriter

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Cinco años antes Beka era una fan, que se mudó a Finlandia para conseguir sus sueños y hacer locuras, mientra... More

Prólogo
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
Presentando a los personajes
CELEBRANDO LOS 100 VISTOS Y LOS 22 VOTOS

Capítulo I

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By JessyKillerWriter

Esta vez ha sido un tanto difícil encontrar las canciones que me ayudaran a definir éste nuevo capítulo, pero tras mucho pensar. ¡He dado con ellas! 

Within Temptation- Angels (el video de ésta canción lo explica el motivo)

Def Leppard- Hysteria (esta la tenía clara)

Run- Snow Patrol




                                                                                                                                                    Cinco meses después

Hacía ya cinco meses que había llegado a Helsinki, tiempo en el que había evitado, en la medida de lo posible, todos aquellos lugares en donde podía encontrarse con sorpresas desagradables o non gratas, entre ellos Tampere, la ciudad hacia la que ahora se dirigía. ¿El motivo? Aquella era una de sus ciudades favoritas, pero también la ciudad de Jason y al bar en donde debía cubrir la noticia, Jack The Rooster, el lugar en donde Jason pasaba más tiempo después de su casa. Y ella lo sabía.

Hasta la fecha, no había tenido problemas para evitar la cita que tenía con ésa ciudad. En Helsinki (donde residía), había eventos y conciertos suficientes como para cubrir los gustos y necesidades de Saatana Rockia, la revista para la que escribía, pero por desgracia, las Killer Queens, un grupo de rock sueco que estaba siendo la sensación en los últimos tiempos solo hacía un bolo, justamente en Tampere y si quería cubrirlo, no le quedaba otra. Hasta la fecha había sido como una gran caza talentos periodística, siempre consiguiendo las mejores entrevistas, en primera línea de combate y ofreciendo las mejores noticias, no iba a ser diferente ahora, aunque eso supusiera encontrarse de frente con su pasado. Daría lo máximo, como de costumbre.

En los últimos días, desde que había conseguido la entrevista con el grupo, había vivido en un estado entre la excitación y el miedo, estado último en el que se encontraba mientras recorría las calles de edificios rojo de la ciudad, un estado que se mezclaba con la típica sensación de adrenalina en la que entraba cada vez que tenía que trabajar con una banda nueva.

Cuando llegó al Rooster, hizo caso omiso de la cola, que ya se formaba fuera y se dirigió a la taquilla.

_ Hola, soy Beka Fernandez, vengo a cubrir al grupo de esta noche.

_ Un segundo... _ dijo el chico que se encontraba vendiendo las entradas, mientras comprobaba que su nombre se encontraba en la guest list _ Si, aquí estás. El grupo está esperando dentro. Pregunta por Otso, se está encargando de las chicas.

_ Gracias.

Jack The Rooster había cambiado, el brillo que recordaba había desaparecido, pero los recuerdos seguían allí, como si el tiempo se hubiera detenido. Aunque allí todo era así, una isla perdida en medio del tiempo y el espacio. La decoración del bar seguía siendo la misma. A imitación de un Hard Rock, podían verse en las paredes objetos de varios grupos fineses: Negative, Hanoi Rocks, Startovarius...

El escenario seguía también donde recordaba, a mano derecha según se entraba, en una de las dos salas que poseía el pub. Se dirigió al fondo de la sala y fue hacia una de las barras, en donde preguntó por Otso, como le había indicado el chico de la entrada. Una de las chicas salió y la acompañó hasta una pequeña habitación, en donde se encontró con el grupo al completo.

_ Hei! Mitä kuuluu? _ le respondió un chico con una gran sonrisa.

_ Mmm... ¿Moro? Hyvää..., ¿enta sinä???** _ respondió un poco insegura.

_ ¡Oh! Perdona, pensaba que hablabas finés_ le dijo con un marcado acento_ He dicho: ¡Hola! ¿Cómo estás? Soy Otso _ y le tendío una mano.

_ Lo sé, es lo poco de finés que comprendo_ le respondió también sonriendo y dándole la mano. _ Soy Beka, la periodista de Saatana Rockia.

_ ¡Oh! Claro, te estábamos esperando. Las chicas están acabando de arreglarse, por un pequeño problema técnico tenemos que dejar la entrevista para después del concierto y tocar antes. Espero que no sea un problema... _añadió un poco preocupado. Normalmente las entrevistas se realizaban antes del concierto, tal y como habían acordado.

_ Oh, no, tranquilo _ así tendría un poco de más tiempo para repasar las preguntas.

_ ¿Quieres tomar algo antes? _ la intó Otso.

_ Sí, claro, ¿por qué no?

Caminaron hasta la segunda parte del pub, un espacio con mesas de maderas rodeando la estancia, una barra secundaria y una zona dedicada a vídeos y al karaoke (algo que no faltaba en ningún bar finés que se preciara). Tras pedir un par de lonkeros, se dirigieron a una de las mesas. A los pocos minutos de sentarse, Otso recibió una llamada de teléfono y tuvo que ausentarse por lo que sacó las preguntas y comenzó a repasarlas. No había sido nada fácil conseguir aquella entrevista, de hecho era la única que lo había conseguido, pues el mánager se negaba alegando que las chicas no tenían tiempo. Tras recurrir a sus contactos más influyentes, habían llegado a un acuerdo y había conseguido la exclusiva.

Pasados tres cuartos de hora, decidió volver al salón del concierto, donde ya había llegado la banda, que se preparaba para la última prueba de sonido. A las once en punto, comenzó el concierto y cuando quiso darse cuenta se encontraba con Heaven, la guitarrista y líder del grupo.

_ Bien... es tu turno de sorprender a nuestros lectores _ dijo con una gran sonrisa _ ¿Hay algo más que te gustaría añadir?

_ No dejes que nadie te diga lo que puedes o no hacer y sigue tus sueños. ¡Os esperamos en el próximo concierto! _ dijo mientras guiñaba un ojo. Entonces apagó la grabadora.

_ Sinceramente, ¿qué te ha parecido el concierto? _ Heaven había resultado ser mucho más agradable de lo que esperaba, de hecho era una tía bastante normal y con carácter, pero, después de su experiencia traumática, no le gustaba esperar cosas buenas de ningún grupo. De éste modo, si los componentes resultaban ser unos gilipollas no se decepcionaba y si, como era el caso, eran enrrollados y resultaban ser buena gente, se llevaba la mejor de las experiencias.

_ Me habéis parecido mucho mejores que en el disco. Lo que creo que es bueno, un buen grupo se aprecia en sus directos y vosotras tenéis la rebeldía y el descaro para sorprender al público. Así que... ¡La ostia! Eso me habéis parecido _ ambas comenzaron a reír.

_Eres de las mías, bien... ¿Te apetece venir luego de fiesta? Las del grupo vamos con Otso a tomar algo a otro bar cuando cierren aquí. Ahora tenemos que ir al hotel y darnos una ducha, después de pasarnos dos horas saltando y chillando olemos a zorruno _ hizo un gesto como si apestara y volvió a reír.

_Tengo que tener lista la entrevista para mañana a primera hora. No va a poder ser. Pero muchas gracias.

_ Vaya... ¿en otra ocasión?

_ ¡Por supuesto!

Tras despedirse del grupo y de Otso, Beka decidió perderse entre la gente para pedir una cerveza. Volvió a su mesa en el segundo salón, donde no había tanto alboroto y se sentó para revisar sus apuntes, tal y como siempre hacía. No quería que se le olvidara nada y revisar sus notas tras las actuaciones, era el mejor modo. También conecto los auriculares a su grabadora Olympus y escuchó la conversación, teniendo en cuenta donde se encontraba, el nivel de la música y la poca tranquilidad que habían tenido tras el concierto, la calidad no era demasiado mala.

Sintió una sensación incómoda, como si alguien la estuviera vigilando y se volvió. Había dos chicos, bastante borrachos que no le quitaban la vista de encima. Un chico rubio y otro moreno, medirían un 1, 80 y eran bastante fuertes, a pesar de resultar atractivos había algo en ellos que no le gustaba. Volvió a girarse y trató de concentrarse en lo que estaba haciendo.

Entonces alguien chocó contra su mesa.

_ ¡Perdón! _ levantó la vista y vio a uno de los chicos. Tenía los ojos dilatados y rojos, como si se hubiera tomado algo.

_ No pasa nada _ dijo evasiva, intentó volver a la entrevista pero antes de que pudiera leer dos palabras el chico volvió a hablar.

_ ¿Eres de por aquí? _ efectivamente, se había tomado algo, su manera de hablar no era normal y no precisamente por su acento.

_ Lo siento. Estoy ocupada _ dijo de modo cortante e intentó seguir escribiendo, pero entonces el chico la obligó a mirarle. Al encontrarse en una de las mesas más apartadas, la gente aún no se había dado cuenta de lo que ocurría.

_ ¿Has oído, Henry? _interpeló a su amigo moreno, quien se había ido acercando a la mesa_ La chica dice que está ocupada, y... ¿en qué estas ocupada, preciosa?

_ Creo que no te importa. ¿Me dejas tranquila? _ le apartó la mano con la que la había sujetado, intentando controlar su mal genio y no tirarle con el vaso a la cabeza.

_ Y si no quiero, ¿qué?

¡Se acabó! Beka se levantó, le tiró lo que quedaba de cerveza a los ojos, recogió sus cosas lo más rápido que pudo y se dirigió a la salida corriendo. Esperaba que tras aquello, no la siguieran. Aun así atravesó corriendo la calle, quería llegar cuanto antes a la seguridad de su hotel. Había leído que en los últimos tiempos, la seguridad y tranquilidad de la ciudad se habían visto alteradas por un constante incremento de ataques contra mujeres, sobretodo de violaciones y aquello la asustaba más todavía.

Dejó de correr y siguió caminando todo lo rápido que podía, justo entonces, los dos gigantes del bar aparecieron de nuevo.

_ ¡Mierda!

_ ¡Hola!

_ ¿Quieres pasar un buen rato? Porque nosotros sí...

_ No os acerquéis a mí_ se estaba poniendo histérica y con razón, aquellos hombres la doblaban en peso y altura. Se dio la vuelta y trató de ir por otro lado.

_ Oh, vamos... estas muy buena, ¿sabes? _ dijo recorriéndola con la mirada, mientras la seguía.

Beka seguió caminando, tratando de no correr, para no mostrar su miedo, mientras pensaba el mejor modo de alejarlos de ella y buscar algo con lo que defenderse, quizás uno de los bolígrafos que tenía en su bolso... Uno de los chicos, no sabía cómo, salió a su encuentro, justo frente a ella, mientras el otro seguía a su espalda, vio una calle a su derecha y la siguió. Mala idea. La habían hecho retroceder hasta un callejón sin salida. Justo donde querían tenerla. Cada vez estaba más asustada.

_ Joder... _masculló y se dio la vuelta. _ No tengo dinero, ¿vale? ¿Qué coño queréis?

_ ¿Dinero? ¿Te parecemos ladrones? No cariño. No buscamos tu dinero, queremos algo más _ el chico que se llamaba Henry, el rubio_ la recorrió con la mirada_ Algo mucho mejor. Te queremos a ti.

Le latía el corazón a mil por hora, se encontraba arrinconada contra la pared y aquellos dos gorilas se encontraban cada vez más cerca, como disfrutando del momento hasta acercarse a ella. Se lo estaban tomando con calma. Sabían que no iba a poder escapar. Comenzó a chillar. Alguien la tenía que escuchar. Tenían que hacerlo.

_ ¡Perfecto! Mira lo que has hecho, Henry, has asustado a la señorita, qué poco educado por tu parte... _ dijo el moreno, mientras una sonrisa aviesa se dibujaba en su rostro _ Aunque nada comparado con lo que yo tengo en mente, muñequita... ¿Por qué no nos lo pones fácil y nos acompañas?

_ ¡Que te jodan!

_ Oh, sí, de eso te encargarás tú.

_ ¡Mierda! ¡Socorro!_ siguió chillando, pero Mika, el chico moreno, acababa de llegar a ella y le intentó tapar la boca besándola. Le mordió el labio y él le soltó un guantazo que la dejó atontada.

_ Joder, Mika... Te lo he dicho mil veces, no trates así a las chicas. Vas a colaborar, ¿a que sí? _ podía sentir su aliento en la cara. Comenzó a hiperventilar.

_ No... me... toques... _ fue una de las últimas cosas que pudo decir antes de sentir como la cogía del pelo y la tiraba al suelo. Siguió intentando forcejear, mientras sus gritos resonaban en aquel oscuro callejón. Sintió sus lágrimas en la cara. No podía crees que aquello le estuviera pasando.

Cuando Mika la tiró al suelo y se sentó sobre su estómago sintió que todo el aire se le escapaba, no la dejaba respirar, Henry se fue desabrochando los pantalones. Era imposible escapar de aquello, estaba viviendo su peor pesadilla.

_ Ahora sí que lo vamos a pasar bien _ le susurró con voz áspera, fruto de su excitación, al oído, mientras ella se retorcía y daba patadas. Intentaba respirar, pero el aire no llegaba a sus pulmones.

Henry acabó de desabrocharse los pantalones y Mika la obligó a mirar su erección, aquello no podía estar pasando. Henry se inclinaba sobre ella y... entonces se desmayó.

No sabía cuánto tiempo llevaba en el suelo tirada, sólo recordaba que se había quedado sin aire y todo se había desvanecido. Cuando abrió los ojos, los dos gorilas estaban en el suelo, sangrando y alguien más la intentaba despertar, alguien a quien arañó en la cara como fruto de un acto reflejo que no pudo controlar.

_ ¡Ah! ¡Joder! Gracias... Beka _ dijo una voz.

_ Yo... ¿Beka? _ estaba demasiado oscuro como para ver donde estaban, pero aquella voz le resultaba demasiado familiar.

_ Supongo que te sigues llamando así _ añadió la voz con acritud _ Escuché tus gritos _ alegó para explicar su presencia.

_ Gra... gracias _ murmuró mirando a sus acosadores, entonces se arrojó a los brazos del extraño, lo abrazó y comenzó a llorar.

La voz familiar la condujo hacia la calle principal en brazos, estaba tan aturdida que ni se dio cuenta. Cuando por fin se tranquilizó lo miró y vio dos familiares y rasgados ojos verdes, su piel morena no dejaba muchas dudas y su pelo largo y negro tampoco. Sin darse cuenta de lo que hacía acarició su mejilla mientras recorría su rostro con la mirada.


_ ¿Jason? _ no sabía si dar las gracias o tener más miedo todavía, aquel hombre era el hombre por quien había dudado si volver al país o no, quién había hecho que se debatiera entra la duda, el dolor, el miedo y mil estados más varios años antes y por quien, en los últimos días se había encontrado entre el miedo y la excitación. Ahora que lo tenía delante no sabía qué pensar y menos, cuando la acababa de salvar de una violación.

Lo miro una vez más, se soltó de él y salió corriendo como mejor pudo. Aquello, definitivamente, no podía estar pasando. Jason la miró alejarse.

Jason "Cherokee", había salido aquella noche en busca de algo de diversión, ya que su grupo no tocaba y tenía una semana libre y esperaba, tranquila. Jack The Rooster era su segunda casa, era uno de los sitios donde había comenzado a tocar y siempre le gustaba volver, había escuchado que las Killer Queens estarían tocando ésa noche y, como siempre que descubría bandas nuevas, estaba deseando verlas tocar en directo y valorar a qué clase de "competencia" se enfrentaba su propio grupo. No estaba demás echar un ojo. Se arregló y cogió su moto, una Eagle de color rojo. Le encantaba sentir el viento frío a su alrededor y disfrutaba montándola cada vez que tenía ocasión. La velocidad era algo que le sentaba bien, algo que echaba de menos últimamente. Los horarios con el grupo estaban siendo caóticos.

Cuando llegó, se fue a la barra y se pidió un buen chupito de Jager, se lo tomó de un sorbo y miró hacia la entrada. O la bebida estaba haciendo estragos o estaba viendo visiones. Vio a una chica chica de pelo rojizo y ojos verdes, el asunto no era ése, el asunto era que él conocía muy bien a aquella chica. No podía ser ella, ¿o sí? Tenía que comprobar si se trataba o no de ella, hacía más de tres años que no la veía y, que el recordara, no habían acabado muy bien. Aunque a decir verdad, ni siquiera habían empezado.

Habló con Luca, el portero, y le contó que la chica a la que acababa de dejar pasar era una periodista de una revista de rock, que el supiera quien él sabía sólo era una fan que los había ayudado durante dos años, cierto que había conseguido su primer concierto en España, pero... ¿Periodista? Debía de haberse confundido.

Entró y se colocó junto a la barra, estaba tomándose tranquilamente un Lonkero, una de sus bebidas favoritas, cuando la volvió a ver pasar, la chica era un poco más delgada y tenía el pelo más largo, además llevaba gafas, pero algo en él saltó, tal y como había pasado la primera vez que la había encontrado. No podía haber dos chicas iguales y que le hicieran sentir de aquella manera, tenía que tratarse de Beka.

Pero... ¿qué diablos estaba haciendo allí?

Cuando el concierto comenzó se mezcló con la gente, fue hacia las primeras filas y para su sorpresa, la encontró haciendo fotos como si fuera una profesional y mirando atentamente el concierto, se quedó mirándola. Se giró como si hubiera notado que la estaba mirando, de hecho... se quedó mirando en su dirección, pero parecía que no le había visto, porque continuó con su trabajo sin dar señas de sorpresa. Cuando el concierto acabó y la gente se dispersó, la vio dirigirse a la guitarrista del grupo, Heaven. Vio como sacaba una pequeña libreta y una grabadora ¿Qué diablos era todo aquello? ¿Había pasado de convertirse en una fan a ser periodista? No es que fuera imposible, pero... ¿cómo y cuándo había pasado eso?

Una voz en su cabeza le dijo "A ti que más de te da, déjala tranquila", pero no podía hacerlo, aún recordaba lo que había pasado hacía unos años, tenía muchas preguntas y Beka tenía todas las respuestas.

Cuando acabó su conversación con Heaven, volvió a pasar por donde se encontraba, pero tampoco lo vio. ¿Se había vuelto invisible o estaba evitándolo? Normalmente las tías no tardaban en fijarse en él. Aunque ella nunca había sido como las demás. La primera vez que la tuvo cerca, hacía ya... ¿Cuatro años? ¡Qué más daba! El caso es que recordaba haber coqueteado con ella con su mayor descaro, haberle ofrecido su mejor sonrisa y ella, ¿qué había hecho? Mirarlo, reírse por sus intentos y decir: "¡La foto, por favor!". Le había hervido la sangre tanto como ahora y se la había marcado como objetivo. Le gustaba lo difícil y ella demostró serlo. Demasiado difícil. Y allí estaba de nuevo. Tras acabarse su Lonkero y con mil pensamientos en la cabeza, decidió ir y afrontarla, pero no estaba en el segundo salón, por lo que supuso que se habría marchado por la otra salida y no la había visto salir. ¡Mierda!

No podía creer que otra vez lo estuviera haciendo, los del grupo le iban a matar cuando se enteraran. Aunque tampoco tenían por qué enterarse. Debería dejar de correr detrás de ella. Quién en su sano juicio se lanzaría de cabeza a los problemas. Porque ella lo era. Y de los grande. ¿Quién? ¡Pues él!

No podía creer que otra vez estuviera pasando, siempre era igual, desde la primera vez que la vio había sido incapaz de despegar los ojos de ella, era la única que ponía su mundo patas arriba. Incluso después de todo lo que había pasado. Sabía que tenía que alejarse de ella, ya había tenido suficientes problemas la vez anterior, pero algo le decía que no lo hiciera. Y menos mal que no lo hizo, porque cuando salió a la calle en búsqueda de aire vio a dos tíos raros detrás de una chica y no le gustó.

Los vio desaparecer por una esquina, no era capaz de encontrarlos, pero había sido militar y sabía cuándo había algo en el ambiente, esos tíos no jugaban limpio y, aunque se estaba metiendo donde no le llamaban no podía quedarse quieto si sabía que una chica podía estar en peligro. Caminó hasta la siguiente calle y la siguiente, hasta que comenzó a escuchar gritos de auxilio.

Comenzó a correr hacia los gritos y los vio y a la chica, había llegado justo a tiempo, ya que uno de ellos se estaba tumbando sobre su víctima, que supuso acababa de desmayarse o la habían dejado inconsciente. El callejón era oscuro pero se veía lo justo para tener una idea completa de la escena. Empujó al hombre que tenía los pantalones bajados, quien fue a caer a medio metro de distancia, tumbado de espaldas, pillado por sorpresa no tuvo muchas posibilidades de defenderse. Cuando se estaba levantando lo tumbó de un derechazo.

El otro había sido un hueso más duro de roer. Se dio la vuelta y sacó una navaja, con la que se enfrentó a Jason.

_ Mala idea, amigo...

Tras esto comenzaron un baile en el que Mika intentó herir a Jason y donde éste último lo esquivó, cuando el atacante intentó clavarle la botella, Jason le dio una patada que lo desarmó, acto seguido rotó y de una patada lo tiro al suelo. Una vez allí lo cogió del cuello y con otro puñetazo lo dejo fuera de combate.

Se puso de pie y fue hasta donde se encontraba Beka, ahora no tenía ninguna duda de que era ella. No sabía si cabrearse o si alegrarse de su regreso. Intentó despertarla del mejor modo y lo consiguió, lo que no esperaba es que ella también intentara pegarle en un ataque de pánico.

Cuando por fin se tranquilizó y le abrazó, soltó un pequeño gruñido que ocultaba otra cosa, su cuerpo reaccionó al toque como lo había hecho cuando la conoció por primera vez. Seguía sin entender como una sola mirada suya podía volverlo más loco que ver desnuda a cualquier otra mujer, pero lo hacía. Tuvo que recurrir a todo su aguante para no acabar el asunto que tenían pendiente desde que sus caminos se habían encontrado. Quizás no ponía resistencia que la volviera tumbar en el suelo y se cobrara un pequeño premio. Intentó pensar fríamente y sacarla a la luz. Ella ni siquiera sabía quién era él todavía. Después de todo, quizás no le hacía mucha gracia descubrirlo.

Cuando por fin Beka dejó de llorar y le miró, casi no pudo evitar el deseo de besarla, nunca en todo el tiempo en que la conocía habían podido estar solos como en aquel momento, siempre había fans o alguien más rondando. Era la única oportunidad que tenía para hablar con ella, pero cuando Beka dijo su nombre y le reconoció, la perdió.

Su cara de susto le demostraba que no quería saber nada de él y que tenía que mantenerse lejos. Ahora le tenía más miedo del que podía imaginarse y sabiendo lo que había pasado entre ellos, entendía el porqué.

Sólo pudo dejar que se alejara.

Aunque también estaba seguro de que aquello solo había sido el principio de otro tipo de historia, ahora ella era periodista y le gustara o no, él era el batería de uno de los grupos más famosos del país, un país donde todos se conocían y tarde o temprano acababan encontrándose.

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

NOTA:

  ¿Moro? Hyvää..., ¿enta sinä???** : " ¿Hola? Bien..., ¿y tú?".  

Ey!! Tú!! Si, tú!! La persona que lee éstas líneas! Deja de mirar a todos lados!! Estoy aquí!! Un comentario no mata, sabes? :P Gracias!! 

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