CAPÍTULO V

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ATENCIÓN!! El siguiente capítulo contiene sexo explícito, por lo que estás siendo avisado. Si eres una persona que no le gusten éste tipo de contenido o eres menor de edad: NO lo leas. Si lo haces será bajo tu responsabilidad. Mediante este escrito me desvinculo totalmente de posibles y futuras explicaciones, represalias, llamadas de atención... Gracias. 

CAPÍTULO V

La semana había sido una completa locura. Nervios, reuniones inesperadas, maletas, fiestas de despedida y, sobretodo, evitar encontrarse con el grupo más de lo que consideraba oportuno o profesional. Así recordaba los últimos días mientras se mordía las uñas, en espera del concierto que daría el pistoletazo de salida a la gira.

Apoyada en una de las paredes del backstage podía observar como Tavastia, una de las mecas del rock, se llenaba de fans, periodistas, técnicos de sonido... La sala se encontraba en su mayor esplendor, disfrutando de su nuevo sold out.

Beka había acudido a la cita dos horas antes de lo previsto. Siempre le gustaba ir con tiempo para familiarizarse con el lugar, algo crucial aquella noche. Allí estaba, con su cámara, captando las primeras instantáneas, haciendo pruebas antes del concierto y comprobando que todo funcionara correctamente. Quería fusionarse con el entorno, acoplarse a él y formar parte de aquel todo vibrante, tenso y que casi se podía mascar.

Desde donde se encontraba espiaba como algunos fans hablaban, se hacían fotos y charlaban con sus amigos, en espera de que el grupo saliera, mientras ocupaban los mejores sitios, según el lugar que ocupaba su miembro favorito. Se recordó haciendo lo mismo, de hecho, era algo que había aprendido a hacer en Finlandia, cuando había podido asistir a sus primeros conciertos y festivales.

Mucho más allá, en la entrada, lejos de su mirada, podía imaginar a las groupies, intentando hacerse con algún pase que les asegurase unos pocos minutos de diversión o, en el mejor de los casos, una noche con alguno de los miembros del grupo. Iba a tener que recurrir a todo su aguante para soportarlas, pero sobre todo para evitar que sus recuerdos la asaltaran cuando menos lo esperase. ¿Estaría preparada? Suspiró.

No hacía mucho había decidido escribir un artículo sobre el fenómeno groupie. En un intento de conciliar sus demonios internos. No estaba segura de que lo hubiera conseguido, pero al menos había aprendido mucho sobre ellas y su historia, una constante desde los años 50, cuando los primeros grupos habían dado sus primeros pasos.

Eran personajes tras los que existía una extensa mitología. Mientras para algunos eran adolescentes que habían aprovechado su relación con los grupos y su influencia para alcanzar sus propias metas, en un mundo marcado por el machismo; para otros, se trataba de chicas fáciles, a las que les gustaba acostarse con músicos, sin mayor aspiración. En cierto modo, hasta había llegado a empatizar con el primer grupo. Después de todo, ¿no había vivido algo similar? Incluso compartía con ellas su vida intensa, llena de luces y sombras y su triste final.

En cualquiera de los casos, debía reconocer que el mundo del rock no habría sido lo mismo sin ellas. Más allá de las críticas y posibles hipótesis, eran las que habían conseguido los sueños húmedos de cualquier fan: una noche salvaje con una estrella del rock. Muchas habían sido como las meretrices o amantes de siglos pasados, sólo que, mientras unas desarrollaban su arte y movían sus hilos en los grandes salones europeos, ellas lo habían hecho en un backstage o la parte trasera de un autobús. Tenía que reconocerles su mérito.

Sus favoritas habían sido Lori Maddox, Bebe Buell, Pamela Des Barres, Cynthia Plaster y Penny Lane. Todas ellas habían desempeñado un papel que iba desde madre a enfermera improvisada, ocupándose del grupo en sus momentos más bajos, haciendo que la banda funcionara, aun estando hasta el culo de drogas y alcohol.

ROCK NIGHTS AND METAL DREAMS #PHAWARDSWhere stories live. Discover now