Bien entrada la madrugada, Babette y la señora Potts la esperaban en la habitación la llegada de lajoven.
– ¿Qué tal ha ido quejida?
– Bueno...No fue el mejor beso de mi vida, pero imagino que no se puede pedir mucho más.
– ¿A qué te refieres?- preguntó la Sra Potts.
– Tengo la boca llena de pelos, me chocaba contra sus enormes colmillos y para colmo elaliento...bueno, no huele a rosas precisamente.
– ¡Te lo advejtí! - dijo Babette
– Pero le quieres por su personalidad, no por su físico. Es lo importante. Por favor Bella, miraen su interior.- dijo la Sra armario.
– ¡Pejo no litejalmente!- saltó Babette.
– La apariencia no hará que deje de quererle. No dejaré que esa bruja pueda destrozarle lavida. Porque aquí estoy yo para quererle. Hemos quedado en que mejor nada dedemostraciones físicas.
– ¿Poj lo del beso?
– Por eso y porque cada vez pierde más parte de sí mismo para convertirse en más animal.
– No entiendo, quejida.
– Babette. Pues que no pueden mantener relaciones sexuales porque puede perder el controlsobre sí mismo y sacarle un ojo con el empalme - le respondió la Sra Potts.
– Qué tjiste.
Esa noche, Bestia también tuvo una reunión. Ding Dong y Lumiére se reunieron en la habitación deBestia.
– Yo...la amo. No creí que fuera posible enamorarme de verdad, pero ha ocurrido.
– Y, ¿ella le cojesponde, señoj?- pregunta Lumiére.
– ¿Es posible amar a alguien como yo? No lo creía posible hasta que ella entró en mi vida. Esdulce, inteligente y respondona. Me encanta como mueve su culito cuando se aleja de míenfadada, y sus ronquidos me hacen sentir menos avergonzado por los míos. Hay momentosen los que incluso da más miedo que yo. - suspira.- Es perfecta.
– Pues tiene que demostrarle lo que siente, señor. Por lo que veo ella ha hecho mucho porusted - dice Ding Dong.
– Sí. Quiero hacer algo por ella también, pero ¿qué? Necesito que deje de verme como a un monstruo.
– Bueno, tenemos lo de siempre como: flores, bombones, promesas que en realidad no sepiensan cumplir...
– No, no, no. Tiene que sej algo que ella jealmente quieja. ¿Se le ocuje algo así? - preguntóLumiére.
Nadie encontró respuesta a esa pregunta, pero Bestia siguió pensando en ello durante días. Queríadevolverle todo lo que había hecho por él y dejar ver que su humanidad no había desaparecidodespués de todo.