Parte 1

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En pueblo de la vecina Francia, vivía una hermosa jovencita llamada Bella. Mientras su padre iba a trabajar, Bella se encargaba de la casa. Había sido así desde que tenía uso de razón. No había podido ir al colegio, sin embargo, se las había ingeniado para que nadie sospechara que no sabía leer. Cada día se paseaba con un par de libros bajo el brazo y hacía que su padre se los leyera en la intimidad de su casa, aprendiéndoselos de memoria. Era la única forma que de ocultar ese secreto que la avergonzaba. 

Un día, con ganas de buscar algo de aventura en ese pueblucho aburrido, salió al bosque. Como era obvio, se perdió, pues era territorio prohibido para ella y no conocía sus inhóspitos caminos. Le entraron ganas de ir al baño y se acuclilló tras unos matorrales. Para su sorpresa, allí se escondía un camino oculto, que llevaba a un enrome castillo. Era de piedra blanca, lleno de enredaderas que hacían dibujos en la fachada. 

Después de recorrer el endiablado laberinto del jardín, se topó al fin con la gran puerta. Todavía con ganas de ir al baño, apretó el vientre y abrió la inmensa puerta con gran esfuerzo. Nada más entrar, un candelabro parlante la recibió. 

– ¿Quién ejes, intjusa? - preguntó el llameante objeto apuntándola con un tenedor. 

– ¡Qué susto! ¿Qué eres tú?

 – Lumiére, el mayojdomo. 

– Joder, puedes hablar. - dio vueltas a su alrededor, mirándolo con extrañeza. 

– Yo me pjeguntajía, pojqué cjees que hablo. No es poj nada, pejo no es una buena señal.-Bella lo mira como si no entendiera nada.

- Si yo me encontraja a un candelabjo pajlante nopensajía que es cosa de magia. Sin duda, me preguntajía si estoy bien de la cabeza. Ven, te presentajé a algunos miembjos de la casa. - se aclara la garganta.Un reloj viene botando hacia ellos, junto a una taza pequeña y una tetera. 

– Este es Din Dong,- señala al reloj de madera- un gojdito cascajabias, pejo siempje llega a su hoja.- ríe. 

– Oh sí, Lumiére, tienes mucha chispa....- responde este. 

– Y ellos son la Sra. Potts y Chip. 

– Bienvenida a nuestro hogar.- dice la tetera parlante. 

– Un placer. Esto...Lumiere, ¿podrías decirme dónde queda el baño, por favor?- pregunta Bella. 

– Poj supuesto, mademoiselle. Sígueme. 

Por fin entró al baño y empezó a desvestirse con urgencia, cuando escuchó un extraño sonido.– ¡Oh! Te lo he visto todo, querida.

 – ¡Aaaaaah!- gritó Bella mirando al váter parlante.- ¿Tú también estás vivo? 

– Si a esto se le puede llamar vida, sí. Como ves es una mierda. Nunca mejor dicho.- Bella le miró con los ojos desorbitados, sin salir todavía de su asombro.- Disculpe mis modales. Soy Antoine, encargado de la limpieza en mejores tiempos. 

– Encantada, Antoine. Hasta otra.Finalmente se dirigió a otro de los retretes cerciorándose de que no hable ni se mueva. Salió aliviada cinco minutos después.

 – Lumiere, necesito que me indiques el camino de vuelta, no recuerdo por donde hemos venido. -silencio- ¿Lumiere? 

La Sra Potts se acercó por detrás y no pudo evitar echarse a reír. 

– Señorita Bella, eso es tan solo un candelabro.- dijo entre risas- Yo la llevaré abajo, no puedo permitir que se vaya de este castillo sin cenar, está muy delgada. 

Cazos, escobas, sartenes...todos tenían vida. Bella no salía de su asombro. Entre canciones y bailes,le prepararon un estupendo manjar. La hicieron reír todo el tiempo y eran muy preguntones,especialmente un plumero muy zalamero llamado Babette. La cena estaba siendo muy agradable,hasta que un estruendo rompió el encanto. Las puertas se abrieron de golpe y una masa de pelo enrome hizo su aparición. 

– ¿Quién eres? ¿Qué haces en mi castillo? ¿Es mi cena lo que te estás comiendo? - exigió conuna voz extremadamente grave. 

– No, señoj. Esa es la cena de la señojita. ¿Le sijvo la suya?- preguntó Lumiere. 

– Se me ha quitado el apetito.- y con esas desaparece por donde ha venido.Bella se dejó caer de nuevo en la silla. El silencio duró hasta que escucharon un portazo en algún lugar del castillo. 

– Vaya. No me habíais dicho que había alguien como él viviendo aquí. Tenía los ojos inyectados en sangre. - dijo Bella estremeciéndose. 

– No es tan malo como parece. En cuanto a sus ojos, tranquila. Es por la alergia.- dijo la Sra Potts.

 – ¿Alergia? 

– Al pelo.- respondió Chip escondido todavía detrás de su madre.   

La Bella y La Bestia. Comedia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora