Fue la siguiente madrugada donde comenzó sus extraños comportamientos, al no sentir su cálido cuerpo junto al mío, lo busque en medio de oscuridad pero no había señal del chico de risos, abrigándome salí a la terraza donde me encontraba segura que estaría.
En camisa y pantalón suelto permanecía recostado con el cigarro en mano a un lado, lucia preocupado y furioso por la forma que votaba el humo, como un león.
Baje a la cocina sintiéndome mal, ni siquiera exactamente sabia porque me sentía así pero ver esa actitud me recordaba muchas.
Pensando en esos descabellados y creyendo en su amor me dormí con la esperanza que volviera a la cama pero no lo hizo.
-¿A dónde vamos Styles? – subí al auto soñolienta siendo despertada media hora después por besos rasposos de mi chico, actitud que me agrado y a la vez confundió
-Iremos al pueblo, desde la cima veremos el amanecer – me sonrió poniéndome el cinturón de seguridad cual niña.
Lo vi buscando un motivo de su comportamiento, quizás su genio bipolar había regresado, sonreí de lado deteniendo mi estúpida búsqueda como una psicópata. Él hablaba sin cesar como nos habíamos conocido y la evolución de nosotros, en cada palabra brotaba sonrisas coquetas.
-Tu mirada me comienza asustar – beso mi mano soltando una carcajada
-lo siento- removí mi cabeza cambiando la vista hacia al frente, el camino boscoso comenzaba a terminar y la llegada se aproximaba – presiento que será un amanecer asombroso – bajamos del auto y corrí hasta el final viendo el sol, amaba esto, quiero decir, el bosque, los paisajes como estos eran mis lugares favoritos.
Nos quedamos minutos esperando la luz completa.
Fuimos al minisúper de la plaza, era todo en paz aquí, Harry hizo las compras porque advirtió que cocinaría o lo intentaría por lo menos.
Al llegar la noche mientras me burlaba del chico lleno de harina una llamada me interrumpió, al ver el nombre camine hacia la entrada – entonces cuales fueron los resultados
-probablemente podrías ahora mismo reírte de mí, literalmente me he enamorado de esta carta
-aprobaste le examen! Felicidades universitario- merecía una universidad como esa, Luke era grandioso con los números
-gracias pero dime, también quiero ver esa carta de aceptación y ambos podremos emborracharnos – rio
-he tomado exámenes en cinco universidades a la misma vez y ni una me ha llegado, al paso que voy estudiare en una privada – sentí sus brazos rodearme la cintura, sus besos melosos eran apropósito, me causaban cosquilleos
-no seas pesimista, aun no se ha expirado las fechas – me animo - puedo notar que no estás sola
-sí, bueno –
-entiendo, nos vemos luego. Adiós – colgó
-creí que su relación era más profesional que amical – frunció el ceño, bese sus labios
-era mi amigo de la infancia, es el tipo de chico que una se dormiría en una cita. No hay problema
Volvimos hacer los preparativos de una cena nefasta pero prepare espagueti al final, lista para cenar Styles puso en la mesa un aperitivo extraño
-espero que te guste, es la especialidad de Louis – sonreí de lado, tome un poco y lo metí a la boca dudosa, su mirada era atenta – te gusto? –asentí sin poder masticar por la comida dura y salada
-iré al servicio – corrí al baño para vomitar e inmediatamente lavarme la boca, que demonios...
Vi su reacción al comer el extraño sazón de Louis, vomitando en el plato lo comido me hizo reír – es un asco, no lo comas nena, te dará indigestión – tomo agua apresurado – soy un asco en la cocina realmente
- bueno, no puedes ser perfecto en todo – me encogí de hombros, alzo la ceja altanero
-entonces estas diciendo que soy perfecto? Lo se cariño –
- y narcisista –
-me conoces también –
Después de la cena Harry quiso que me adelantara a la cama, salió de casa en trotes, mortificada me descambie quedándome en solo una camisa que era más mía que suya, saque el celular y revisé mis redes sociales.
Algunas chicas me felicitaban por mi reciente cumpleaños, mis amigos de Alaska lo hicieron y Liam
-quiero que cierres los ojos y no lo habrás hasta que yo lo diga, entendido? – confundida acepte e hice lo que pidió, escuchaba movimientos con la mesa – tu cumpleaños es una fecha especial, un día donde todos deben recibir un regalo, el tuyo ya paso pero no para mí.- Abre los ojos –dijo, su beso en la frente rompió el trato
-feliz cumpleaños – una torta rosa brotaba chispas, una caja forrada a su lado y el, tenía una guitarra en mano, parpadee incrédula.
Comenzó a tocar la guitarra sentándose delante de mí, hasta que oí esa voz ronca llevar la melodía a la par con el instrumento.
"He pagado todas mis deudas y que quería saber.
Que nunca la dejaría ahora estoy listo para ir"
Me encontraba petrificada sinceramente. Su voz era el de un ángel tanto que me puso la piel de gallina, concentrado siguió
"Por extraño que parezca, ella es sin fin para mí.
Ella es como el papeleo, pero más difícil de leer"
Me sonrió guillándo el ojo con dulsura.
" Oh, ella me conoce como me conozco
Yo me conozco, me conozco
Me conozco"
Bajo la guitarra aun lado después de terminar, las palabras difícilmente querían salir de mi boca pues era difícil, me pregunte cuando terminaría de conocerlo del todo, pensé en muchas cosas pero que el cantara tan bien era ilógico.
Lo sé, era una exagerada solo que no me lo esperaba.
Mi reacción iba contra mí, me senté en sus rodillas y bese sus labios siendo bien recibida – gracias por esto, me ha encantado conocer una faceta tuya. Cantas precioso – el me beso esta vez sonriendo de lado murmurando que estaba nervioso, era nuevo para él.
-pide un deseo nena – puso la torta delante de mí, cerré los ojos concentrándome en mi anhelo
Sople y quedamos en oscuridad absoluta.
No había necesidad de encenderla, la torta ya no estaba impidiendo a la unión de nuestros cuerpos, me recostó en la cama con suavidad mientras me besaba con deseo, comencé a desabrochar su camisa blanca y jugar su pecho desnudo con necesidad, el plantaba besos desde mi frente hasta mi cuello dejando marcas en ellos, gemí por milésima vez haciéndolo sonreír contra mi piel, profundizó más el beso introduciendo su lengua, moviendo sus labios suavemente desabrochó mi sostén tras haber jugueteado con él.
-Desde que te vi entrar por la puerta de tu casa, había cambiado algo en ti –rió angelicalmente.
-No lo digas, ya lo sé –murmure
-nena no es algo que deberías avergonzarte, has desarrollado aún más – sonrió
- me siento diferente - susurre, las veces que estuve con el bueno haciendo esto yo me encargaba de apagarlas luces porque me daba mucha vergüenza mi cuerpo y ahora todo estaba grande
-eres la misma amor. Donde nos habíamos quedado –dijo, y pasmó una corriente de besos bajando hasta mi ombligo Gemí, él me llevaba a la más dulce locura. Respiré agitadamente por la boca mientras reía sin aliento. Él volvió a sonreír.
-Te ves muy linda cuando haces eso –susurró, acariciando alrededor de mi ombligo. Acaricié desde su espalda hasta sus piernas, tocando incluso su trasero. Él se rió.
-Tú... eres perfecta –gimió en mi oreja, cuando me arqueé al aferrar su pelo entre mis dedos, mientras que lo sostenía de la espalda con la otra mano. Pellizqué el elástico de su bóxer con mis dedos, enrollándolo.
-felices diecinueve cariño-
-Gracias – sonreí entre sus labios
Rodé los ojos y clavé mis uñas en su espalda. Él emitió un gruñido y me mordió salvajemente la mejilla. Yo gemí de nuevo.
-Bien, acabemos con esto –gruñó, dejando que yo le bajara sus bóxers de color negro.
Acarició mi trasero con sus dedos, mientras besaba la parte superior de mi cabeza. Cuando me tomó de las manos y entrelazó nuestros dedos con fuerza, supe que el glorioso momento se acercaba, Harry se ocupó de besar instantáneamente mi cuello. Con rapidez separó una de sus manos e inmediatamente escuché el sonido de un papel romperse. "Diablos, la protección", gemí. O sea... Sí íbamos a hacerlo, y todo esto era real. Yo no podía estar más contenta.
Su bulto estaba presionando contra mi feminidad, la adrenalina al máximo mientras besaba por todo mi cuerpo
-Hazlo –Él lo introdujo suavemente hasta quedar dentro de mí, pero entonces se echó hacia atrás y embistió con fuerza, haciéndome gritar y gemir, y apretar sus dedos contra los míos, respirando entre cortadamente en su oreja. Repitió la operación de nuevo, y de nuevo, y otra vez.
Besó mi cuello salvajemente, gemí hasta llegar al delicioso y dulce orgasmo
Cayó rendido a mi lado sin soltar mi mano derecha. Su pecho subía y bajaba de excitación y cansancio
-Ven aquí, nena –me arrastró hacia él, uniendo nuestros cuerpos y acurrucándome en sus brazos.-
-Lo hiciste excelente – murmuro podía sentir que sonreía
- siempre lo hago excelente cariño -
-Quien hablo de Narcisista.
-Idiota.
-Chillona.
-bipolar
-Cierra tus ojos –rió -. Tonta
- Te escuche -
- de eso se trata – meso mi mejilla, más que contenta no podía estar, el mejor regalo sin duda me lo dio Harry.