Nuestra Segunda Oportunidad...

By Lynsori

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Si tu hermano te afirmara que se acostó con tu prometida. ¿Le creerías? El mundo de Ehan Hilton se vino abajo... More

Reseña
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
REDES Y PLATAFORMAS
Capítulo 42
Capítulo 43
La Carta De Sebas.
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Epílogo
Mellizos
Marco
NOTA IMPORTANTE (Nick y Olivia)

Capítulo 38

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By Lynsori

— ¿De cuánto tiempo estamos hablando?

—No lo sé. Un par de semanas. Tal vez.

Ehan la miro, la miro y la continúo viendo hasta que ella estuvo a punto de golpearlo.

—Está bien. Cariño. Lo haremos a tu manera.

Hanna lo tomo del rostro y lo beso entusiasmada. Había conseguido los que quería. Pero entre beso y beso, Ehan no quería dejarla ir.

Al final, ella lo logro convencer de trabajar un poco y no solo quedarse en el sofá mientras se metían mano uno al otro.

—Hola Hanna— dijo Sarah llegando al escritorio de esta— ¿El señor Hilton está muy ocupado? — pregunto de forma altanera. Hanna la miro con el ceño fruncido.

¿Qué le ocurría a su amiga?

—No está muy ocupado, pero... ¿Para qué quieres hablar con él? — pregunto con curiosidad.

— ¿Acaso debo de decirte todo lo que hago? — Se cruzó de brazos y la observo de mala manera— Quiero hablar con Ehan. ¿O por si no entiendes? — Dijo colocándose una mano en el pecho fingiendo pena— Es el señor Hilton para ti, linda.

Hanna no podía dar crédito a lo que sus ojos estaban observando.

— ¿Que te ocurre Sarah? ¿Porque actúas así?

—Porque eres una basura, Hanna. Sebas acaba de morir y todos vieron como prácticamente estuviste pegada al jefe en su funeral— reclamo— ¡¿Qué?! ¿Acaso ya andas buscando un sustituto?

Termino de decir con cinismo.

Un jadeo salió de los labios de Hanna al escucharla. No podía creer la cantidad de sandeces que estaba diciendo.

—El señor Hilton solo fue amable conmigo Sarah. ¡Joder! Acababa de perder a Sebas y él fue el único que estuvo ahí para mis hijos y para mi así que no hables si no sabes cómo fueron las cosas. Ese día, el solo me apoyo; jamás podría remplazar a Sebas. Era un hombre único pero algún día me enamorare de alguien más y si es del señor Hilton, del cartero o del lechero. No va a ser asunto tuyo.

Le aclaro.

A Hanna le había molestado que hablara de Sebas como alguien descartable y de Ehan como un simple sustituto. Ellos eran más que eso, Sebas fue un hombre maravilloso que le mostro como ser feliz en la vida a pesar de no tener mucho. Y el padre de sus hijos le ha mostrado que las personas pueden cambiar cuando de verdad hay amor y confianza en una relación.

— ¿Me estás diciendo que ese día entre Tú y Hilton no pasó nada? — pregunto Sarah entre dientes.

Hanna suspiro y recordó ese día. Claro que no había pasado nada, el solo se encargó de ella y de sus hijos, pero nada había ocurrido entre ellos.

—No Sarah. ¿Qué tienes en la cabeza? Acababa de enterrar a mi esposo el cual por cierto era tu amigo. ¿Enserio crees que estaba pensando en seducir al jefe mientras lloraba?

Ella se quedó callada sin decir nada. Hanna sabía que Sarah, jamás daría su brazo a torcer. Era demasiado orgullosa.

Pero debía reconocer que no estaba siendo del todo sincera con ella. Era cierto que se día no había ocurrido nada. Pero esos últimos días, sí.

Ehan y ella estaban comenzando una relación de la cual nadie debía saber por el momento.

—Quiero hablar con Ehan. Dile que estoy aquí— exigió Sarah con superioridad. A pesar de lo que Hanna le dijo no estaba dispuesta a retirar lo que había dicho.

Hanna apretó los dientes para evitar soltarle alguna fresca por la forma en la que le estaba hablando.

—Pasa, no está ocupado.

Sarah no espero más y toco la puerta antes que Ehan le diera el permiso para entrar.

Tenía que arreglar todo, no podía dejar que un pez gordo como Ehan Hilton se escapara de sus manos.

No le importaba lo que tuviera que hacer.

Decir que el empresario sintió decepción al ver entrar a Sarah es poco. Él no quería verla y menos hablar con ella.

—Quiero conversar contigo Ehan— dijo Sarah con la ansiedad tiñendo su voz.

La miro con el ceño fruncido. Ellos no tenían absolutamente nada de qué hablar y le preocupaba lo que podía pensar Hanna al saber que Sarah estaba ahí.

—No tenemos nada de qué hablar señorita James— dijo Ehan serio. Se estaba cansando de esas conversaciones sin sentido.

—Tal vez tu no, pero yo si— dijo molesta.

—Cuide su tono. Señorita, sea profesional y recuerde que está hablando con su jefe.

Sarah comenzó a estrujarse las manos con nerviosismo. Últimamente nada le salía bien. Ella quería volver con Ehan, pero no sabía cómo.

—Lo que necesito hablar contigo no es un tema de la empresa. Es sobre nosotros Ehan...

El aludido se puso en pie irritado. ¡Está bien! Si ella quería tener esa conversión, seguro que la tendrían. Rodeo su escritorio y se colocó frente a ella.

—Ya te lo he dicho Sarah— siseo— No quiero una relación contigo en estos momentos de mi vida...

—Lo sé. ¿Sí? Estoy consciente de eso, pero sé que podemos cambiarlo. Lograste convencer a la junta sobre el baile de Halloween, por mí y eso debe significar algo.

Ehan la miro confundido. ¿Por ella? Claro que no. Lo había hecho por Hanna.

—Creo que estas confundiendo las cosas...

—No Ehan. No me engañes. Yo te lo pedí y por eso lo hiciste. Estoy muy agradecida, pero también quiero disfrutar de eso contigo. No sé por qué te empeñas en negar que, si sientes algo por mí, pero yo no me rendiré. Todos saben que estas interesado en mi...

—No debes escuchar simples rumores de oficina. Entiéndelo Sarah. Cuando te invite a salir fue porque creía que sería bueno para ambos, pero me equivoque. Tú no eres mi tipo...

—Soy el tipo de cualquiera; no te mientas Ehan...

—No quiero ser grosero, pero me estas empujando a eso. ¡Por Dios! Sarah; solo salimos un par de veces y ya, eso no puede catalogarse como una relación en primer lugar. Y segundo, por mucho que te empeñes, debo decir que la razón por la cual ¡no quiero! tener nada contigo es porque me encuentro en una relación con otra persona...

— ¡¿Que?! Pero...

—Espero que lo entiendas— dijo Ehan con la voz tranquila pero firme— tú y yo solo podemos tener una relación profesional, nada más.

Sarah lo observo con miedo y enojo en la mirada, en ese momento veía como la oportunidad de su vida se escapaba de entre sus manos.

¿Cómo era posible que el ya estuviera saliendo con alguien más?

—Ha de ser una mujer con suerte— dijo entre dientes— pero algo me dice que no durara. Tú eres así Ehan. Jamás dejas que una mujer entre de verdad en tu vida para echar raíces y poder cazarte.

—Tú no sabes nada de mí. Fue un error pedirte salir en primer lugar, pero jamás me imagine que las cosas terminarían así. Actúas como si hubiéramos estado saliendo por meses cuando realmente fueron un par de semanas. Espero que esto quede claro, no quiero más rumores sobre nosotros o cualquier conjetura que salga de tu cabeza.

Cuando Sarah escucho lo último que Ehan le decía, su cuerpo se puso en tensión.

Él lo sabía.

Ehan Hilton sabía que ella era la que había estado inventando los supuestos rumores que ellos estaban juntos y la relación seguía.

—No se dé que hablas

—Dejémonos de formalismos un momento Sarah. Sé que sabes de que hablo; tu eres la mente maestra detrás de todos los rumores sobre nosotros en la empresa, pero déjame decirte que eso termino. He tolerado lo suficiente para que después de contar tus mentiras ahora vengas a mi oficina a pedirme retomar una relación inexistente.

Esa palabra fue lo necesario para hacer detonar la bomba que era Sarah.

— ¡No fue inexistente! — Grito alterada— para mí, fue increíble estar contigo...

—No te mientas Sarah. Tú sabes que nada de eso es cierto...

Pero no logro terminar de hablar porque Sarah se había abalanzado sobre él, tomándolo del cuello y colocando sus labios sobre los suyos.

Ehan abrió los ojos sorprendido al ver a la mujer aferrarse a su cuerpo. Alejo rápidamente el rostro y le tomo los brazos para alejarla.

— ¡Esto es sobrepasar los límites! Señorita James— dijo Ehan alejándose mientras se limpiaba la boca. ¡Joder! Esa tipa lo había besado.

"Hanna me va a matar! ¡MI-ER-DA!" — fue lo primero que pensó el empresario.

— ¡Salga inmediatamente de mi oficina! y no la quiero volver a ver aquí si no trae algún tema relacionado con la empresa.

Ella giro y salió inmediatamente de la oficina.

Todo eso fue un claro ejemplo de lo que muchas personas están dispuestas a aguantar por la ambición y la codicia.

Ella estaba dispuesta a todo por cazar al multimillonario, su desesperación la llevo a actuar mal y al final quedo alborotada y sin pareja por soñar con un imposible.

Lo que ella sentía no era amor y los dos lo sabían, pero eso no evitaba que ella anhelara poder estar con Ehan y presumir de todo lo que él le puede dar.

Hanna vio salir a Sarah muy molesta del despacho. Por primera vez no tenía ni la más mínima idea de que había ocurrido ahí.

A esas alturas tampoco estaba segura de quien era su amiga. Sarah cada vez se comportaba peor, ella la conocía; y sabía que su ambición la estaba destruyendo.

Espero un par de minutos para que nadie sospechara nada y entro al despacho para hablar con Ehan.

Este al verla, la abrazo inmediatamente enterrando su cara en el cuello de ella.

—Perdóname cariño— dijo con la voz triste.

Ehan sabía que lo que había ocurrido molestaría a Hanna, pero no permitiría que eso dañara la relación entre ellos.

— ¿Que sucedió Ehan? Ella salió muy molesta.

Él se mantuvo callado unos minutos hasta que separándose de ella, la tomo de la cintura.

—Sarah trato de convencerme de retomar nuestras eh... "salidas" cuando yo le confesé que estaba saliendo con alguien más. Ella se enojó y se me...

Hanna lo observaba preocupada ¿Qué había hecho Sarah?

—Ella que ¿Ehan?

—Ella me beso... pero la aparte al momento y le deje claro que no la quería volver a ver en mi oficina a no ser que sea por un tema de la empresa.

Hanna lo observaba entre impresionada y molesta. ¿Enserio lo había besado? No podía creer el nivel de desesperación que tenía Sarah, la entendía, pero no lo aprobaba.

Estaba molesta...muy molesta. Pero no con Ehan si no con lo que Sarah había hecho. Levantó su mano derecha y le recorrió el labio inferior de él con el pulgar mientras que su otra mano ascendía por su pecho hasta la corbata.

Tomo el nudo con fuerza y lo jalo hasta tenerlo a cinco centímetros de su rostro.

—Dejas que otra mujer te vuelva a besar. ¡Y te corto las pelotas! — amenazo antes de besarlo.

"Está bien"— Pensó Ehan —"se lo tomo mejor de lo que creí"

— No –tie –nes -que -preo-upa-rte— le dijo entre besos— soy solo tuyo.

Hanna se separó un poco y lo miro con ternura.

—No estoy enojada por eso Ehan. Sé que eres solo mío. Lo único que me enoja es que no lograras evitarlo, pero lo comprendo. Olvidas que conozco a Sarah mejor que tú y se lo que puede ser capaz de hacer. Ella no ha tenido una infancia fácil, pero siempre ha soñado con llegar lejos y tener todo lo que quiera. Lastimosamente, ella ha visto en ti un boleto para tener la vida cómoda que siempre soñó tener.

—Pero aun así no es motivo justificable para su comportamiento.

—Lo sé. No la justifico, pero no la condeno, se lo codiciosa que puede ser. Solo trato de entenderla.

—No pienses más en ella. No tiene importancia. Después de hoy espero que entienda que ni conmigo ni con mi billetera habrá algo. Simplemente no estoy interesado en ella.

— ¿A si? — Pregunto Hanna con picardía— ¿Entonces... en quien estas interesado?

Interrogo con una sonrisa.

—En la hermosa chica que tire al suelo aquel primer día de universidad.

Bajo sus brazos y los coloco abajo del trasero de ella alzándola. Hanna se agarró de su cuello y dejo que la llevara hasta la pared.

Sentía un mariposario completo en su estómago; igual que cada vez que estaba con él. "Y la pared" añadió su subconsciente. Debía reconocer que ya era una costumbre de ellos.

Ehan le apoyo contra esta y con sus labios comenzó a besar la base de su cuello.

—Ehan... tenemos que trabajar — le dijo Hanna con una sonrisa sintiendo como la mimaba.

—No quiero trabajar— se quejó.

—Eres el jefe. Eres el que más tiene que trabajar.

Él aspiro una vez más el olor de ella antes de soltarla y alejarse.

—Está bien Hanna. Tú ganas. Pero tienes cinco segundos para salir de mi oficina o no respondo de mis actos— le dijo con la diversión grabada en sus ojos.

—No hablas enserio... — jadeo.

— ¡Uno!

—Ehan no puedes...

— ¡Dos!

Hanna camino rápidamente hasta la puerta y salió. Sabía que el cumpliría su amenaza si no salía, pero la sonrisa en su rostro sería difícil de quitar en todo el día.

Al medio día, Hanna fue por los gemelos y los encontró más ansiosos que de costumbre.

Estaban emocionados porque Ehan les había prometido bajar a jugar con ellos hoy.

—Le enseñare las nuevas llantas del carro que me regalo el tío Alex— dijo Dony saltando en una banca.

— ¡Cuidado! —advirtió Hanna.

—Estoy bien mamá.

—Sé que estas bien, cariño. Pero debes tener cuidado, puedes caerte y lastimarte.

—Si Dony. Recuerda cuando te caíste en casa de los abuelos.

El pequeño Dony función el ceño recordando como de su bracito salía sangre.

—Mamá. ¿Cuándo nos volverá a visitar la abuela? — pregunto Matt.

Hanna abrió la boca, pero nada salió de ahí. La verdad no sabía cuándo Scarlett volvería a visitar a los niños ya que estaba segura de que no volvería a pisar la casa de los Hilton.

Pero...

Si Ehan y ella de verdad querían intentar tener una relación, tarde o temprano tendrá que enfrentarse a la familia de él de nuevo. Y esta vez lo haría sin Sebas.

Pero no estaba sola.

Sus hijos estarían con ella y ahora sabía que Ehan no la abandonaría. Estaba segura de que esta vez estaría de su lado y la apoyaría.

Debía de confiar en él, así como el confiaba en ella. Él nunca le había mentido y ahora ella Debía hacer lo mismo con él. La sinceridad era la base de todo lo que estaban dispuestos a comenzar.

Una sonrisa se plantó en su rostro al pensar en eso. Ehan y ella estaban juntos.

Iba caminando con los pequeños cuando un auto se detuvo a su lado. Era el Audi de Ehan.

— ¿Quieren una invitación? —dijo el empresario hacia su familia.

Los gemelos aceptaron encantados y dieron un par de saltos, antes de salir corriendo hacia el auto de su padre.

Hanna no podía creerlo. Él, los había seguido hasta ahí sólo para llevarlos de regreso.

Miro hacia todos lados asegurándose que no había nadie observándola y entro en el carro con su familia.

— ¿Acaso no podías esperar a que regresáramos? — preguntó ella con una sonrisa.

—Sabiendo que estaban cerca, decidí darles un aventón— respondió— Además. Quiero llevarlos a almorzar a algún restaurante con juegos infantiles y cajitas con juguetes.

Hanna rio al escucharlo y asintió con la cabeza sintiéndose tan feliz como no llevaba un tiempo en serlo.

Ehan se aseguró que todos llevaran los cinturones y se encaminó hacia el restaurante.

Los gemelos iban festejando y la sonrisa en el rostro de Hanna no desaparecía. El aprovecho para tomar la mano de ella y entrelazar sus dedos sin despegar la vista de la carretera.

No podía creer lo feliz y tranquilo que se sentía.

Sus hijos y Hannah era lo mejor que le había pasado y los cuidaría como tal.

Había esperado mucho para poder tenerlos con él y estar juntos, no dejaría que nada arruinara eso.

Después del almuerzo habían regresado a la empresa, pero los chicos y Hanna habían entrado por la puerta principal con cuidado de que alguien los viera.

A él le molestaba tener que esconder a todos la verdad, pero por el momento era lo mejor. Una vez que todo saliera a la luz, la prensa estaría sobre sus hijos y su mujer tratando de obtener la primicia de los hijos ilegítimos de un Hilton.

Negó con la cabeza para evitar pensar en eso, no dejaría que nada arruinara su humor esa tarde.

Se sentía inmensamente feliz porque ese día había disfrutado con su familia, como nunca.

¿Cuánto tiempo había soñado con ese momento? Más del necesario, pero todo había valido la pena. Poder sostener la mano de Hanna mientras entraban al restaurante con sus hijos había sido posiblemente uno de los momentos más importantes en su vida.

Y muy pronto todo lo que deseaba se cumpliría, eso significaba...

Ya no más esconder su amor al mundo

Ya no más luchar.

Ya no tener que soportar la soledad de su vida.

Y lo mejor de todo sería poder reclamar a su familia como suya.

La vida le había dado esa segunda oportunidad y no quería desaprovecharla.

Pero toda esa felicidad se borró cuando esa tarde su madre le hablo muy molesta.

—Si no fuera por Hanna, no tendría ni la más mínima noticia tuya Ehan Hilton. Es increíble que no te puedas tomar ni dos segundos para hablarle a tu madre.

—Ahora me estoy tomando más de dos segundos— dijo sarcástico, se encontraba sentado en su escritorio revisando unos documentos.

— ¡No me respondas jovencito! — Dijo Scarlett enojada— recuerda que soy tu madre. Además, que necesitaba hablar contigo por otra cosa. Después de la última reunión familiar tu padre...bueno. Se puede decir que está arrepentido por como trato a Hanna...

Ehan estalló en carcajadas.

Su padre... ¿Arrepentido? Eso era más gracioso que la mariposa en el culo de Nick.

— ¡No te rías! Que es un tema serio.

—Discúlpame mamá. Pero me es imposible creer que papá este mínimamente arrepentido por todo lo que le ha hecho a Hanna— siseo molesto.

Él no se creía capaz de poder perdonar a su padre algún día por todo lo que le hizo a él, por todo lo que sufrió Hana y por todos los años que perdió de la vida de sus hijos.

—Una semana durmiendo en el sofá lo ha ayudado a reflexionar en todo lo que ha hecho.

— ¿En el sofá? ¿De qué hablas mamá? —pregunto Ehan curioso.

—Amo a tú padre Ehan y sé que él me ama, pero lo que ha hecho es algo casi imposible de perdonar. El día del almuerzo después de como trato a Hanna le prohibí acercarse a mí. Y lo mande a uno de los cuartos de la mansión. Pero no era suficiente castigo así que durante el día; mande a cerrar todas las habitaciones y por las noches solo le entregue una almohada y una frazada.

Ehan se quedó un poco descolocado. ¿Enserio su madre lo había hecho?

—Ahora tiene un dolor de espalda de los mil demonios y ha prometido comportarse. Él sabe que mi amenaza sobre el divorcio sigue vigente y no volverá a tentar su suerte. Por ese motivo quería hablar, quiero invitarlos a comer a todos. Hacer una nueva reunión familiar.

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