Extra point

By CreativeToTheCore

9M 1M 930K

Segundo libro de la serie #GoodBoys. En físico gracias a Nova Casa Editorial (este es un borrador). Enigmátic... More

✿ S I N O P S I S ✿
A D V E R T E N C I A
R E P A R T O
C1: Dispar.
C2: Peculiar.
C3: Disminuir.
C5: Eventualidad.
C6: Buitres.
C7: Fontanería.
C8: Recapitular.
C9: Tempestad.
C10: Destructores.
C11: Lectores.
C12: Deambuladores.
C13: Técnicas.
C14: Paranoia.
C15: Voltaire.
C16: Hiperventilar.
C17: Cafeína.
C18: Regresar.
C19: Atizar.
C20: Líos humanos.
W A T T P A D E R S
C21: Petrolíferos.
C22: Guayaba.
C23: Jökulsárlón
C24: Insospechado.
C25: Volar.
C26: Hasta pronto.
C27: Química avanzada.
C28: Oxígeno.
C29: Eres y serás.
C30: Ríete.
C31: Latiendo.
C32: Hoy.
C33: Magia.
C34: Aurora Boreal.
C35: Poético.
C36: Significar.
C37: Marcapáginas.
C38: Extraviado.
C39: El coco.
C40: Escenificar.
C41: Flujo sanguíneo.
W A T T P A D E R S
C42: El apunte perdido.
C43: Incandescencia.
C44: Tan bien y tan mal.
C45: Sábados.
C46: Código arcoíris.
C47: ¡Luz, cámara, acción!
C48: Brújula.
C49: Leamos.
C50: Serendipia.
C51: Amor al cubo.
Epílogo
¡Agradecimientos + aviso!
¡Oh, casi lo olvido!
CAPÍTULO EXTRA

C4: Fanáticos.

201K 22K 16.2K
By CreativeToTheCore

Larson Khalid es un encanto de Homo sapiens sapiens.

El muchacho que me estaba esperando en el corredor del estadio era uno de los que me había visto entrar por equivocación al vestuario. Recuerdo la forma en que abrí la puerta con tanta confianza y una aglomeración de cuerpos masculinos me dieron la bienvenida en vez de la familiar barriga cervecera de Bill Shepard.

Los abdominales de Larson fueron unos de los tantos que me saludaron.

El muchacho de ojos casi esféricos y brillantes me saludó en el corredor antes de confesar que me había reconocido como la hermana de Malcom Beasley, el mariscal de los Saints de Louisiana. Al principio me sorprendió por el hecho de que, dejando de lado a mi hermano, Kansas, Bill y yo mantenemos un perfil bastante bajo. La gente no nos reconoce prácticamente nunca, y en cualquier caso no es que estén emocionados de que salgamos en la fotografía que quieren sacarse con su ídolo deportivo.

En fin, Larson llegó con un propósito.

—Hay un tipo en el equipo que es un verdadero fanático, su nombre es Shane. No le he dicho que eres la hermana de Beasley y tampoco tengo intención de hacerlo dado que se volverá loco si llega a enterarse de que ustedes son parientes—dijo echándose la mochila al hombro y apartándose los mechones de cabello que le caían en la frente. Su pelo seguía mojado por la ducha y, si miraba de cerca, podía ver algunas gotas recorriendo su garganta y oscureciendo el cuello de su camiseta gris al llegar a ella. —Él te sacaría una muestra de sangre para coleccionarla de saberlo, así que por tu propia seguridad es recomendable que no se entere aún—advirtió. —La cuestión es que dentro de varios días en su cumpleaños y junto con los Sharps le conseguimos entradas para el próximo juego. Y, a pesar de que no te conozco y sé que estoy siendo algo atrevido y sacando provecho de la situación, me gustaría saber si podrías ser capaz de hacer que Beasley le firme alguna camiseta, un balón o hasta su propia frente.

—Haré algo mejor que eso—le prometí con una sonrisa.

Adoro las sorpresas y aunque no conozco a Shane me encantaría ver su expresión al contemplar al propio Malcom Beasley en carne y hueso, ¡él se morirá de felicidad!

El simple hecho de pensar en eso me emociona hasta el punto en que me subo a mi bicicleta y pedaleo más rápido de lo normal. Ya quiero llegar a mi nueva casa y llamar a mi hermano para comentarle el plan que tengo en mente para el cumpleaños del extraño.

Sin embargo, no pedaleo sola.

Puede que Larson no sea un ecologista y que solamente esté transportándose en bicicleta únicamente porque aún no ahorró lo suficiente para comprarse su propio automóvil, pero de todas formas su compañía es de lo más agradable y en verdad lo agradezco.
En el trayecto de diez minutos me cuenta un poco sobre la ciudad, la OCU, y hasta sobre el equipo. Tienen la tradición de aportar un poco de dinero cada uno y siempre darle una sorpresa a los compañeros que cumplen años; a él, por ejemplo, le regalaron un pasaje aéreo para ir a conocer a la leyenda retirada de Travis Kelce.

Chillo al oírlo. Mi fanatismo por los Kansas City Chiefs y el viejo –pero mortalmente apuesto–, Travis Kelce, es tan eterno como la vieja señora Hyland, mi antigua vecina.

Al final es una sorpresa saber que, según lo que Larson me dice, él vive cruzando la calle de mi nuevo hogar. Me cuenta que es una zona donde hay varias casas estudiantiles, o mejor conocidas como fraternidades, ya que estamos a pocas cuadras de la universidad. A su vez me comenta que la casa donde me estoy quedando, la que creí que compartiría con una persona pero resultó que en realidad estoy destinada a compartirla con cinco, es un lugar que compite con cualquier institución mental.

Me río porque no sé qué tan en serio van sus palabras.

No estuve más demedia hora con Akira y ya creo que le falta media corteza cerebral. ¿Y Glimmer?Ella sí que parece estar cuerda, o por lo menos más que la coreana.
De todas formas no sé por qué clasifico a la chica Lee como lunática cuando yoviví cuatro años de mi vida creyendo que los hámsters eran ratas, que lapalabra alcoholizada significaba hambriento y que los condones se llamaban cóndores.

Y sí, me refiero al ave Vultur gryphus. ¡Qué vergüenza!

Ahora que lo pienso no creo haber estado loca en realidad, simplemente era una niña ignorante con una inocencia que rozaba la estupidez a veces. Eso es todo.

—Cualquier cosa que necesites solamente debes cruzar la calle, ¿de acuerdo?—diceLarson mientras nos bajamos de las bicicletas a unos pocos metros de su fraternidad y la mía. Sus ojos cafés encuentran los míos y veo auténtica gentileza en ellos. —Si necesitas huir de ese manicomio toca mi puerta—sonríe.

—¡Vamos, no puede ser tan malo!—replico devolviéndole la sonrisa antes de subir a la vereda y dejar mi medio de transporte en el porche.

—Abre la puerta y luego me dices—se ríe como si en verdad tuviera la certeza deque luego me arrepentiré de pronunciar mis propias palabras.

Y lo hago.

Inmediatamente.

—¿Qué frijoles está ocurrien...?—mi pregunta se desvanece en el aire en cuanto untomate es disparado en mi dirección al atravesar la puerta. Grito ante la sorpresa y observo con confusión la forma en que la fruta –porque sí, el tomate es una fruta si hablamos con términos botánicos–, se estrella en la pared aescasos centímetros de mí y estalla en jugo y semillas.

—Creo que deberías reemplazar ese frijoles por tomates a partir de ahor...¡Mei
Ling, deja de lanzarme esa mierda!—ordena un muchacho agachándose con rapidez cuando un pepino surca los aires de la sala.

Cierro la puerta y me lanzo al piso como si Bill Shepard hubiera gritado"¡cuerpo a tierra!"

Me arrastro impulsándome con mis codos por el suelo dado que temo ser víctima de la Tomatina de Owecity. Mi hermano me contó que hay una celebración que se llama así en Buñol, España, donde la gente se lanza tomates los unos a losotros.
Llego hasta estar a poca distancia del extraño que sospecho que es Elvis Preston y le tiendo una mano dispuesta a saludar. Él la estrecha mientras una calabaza es lanzada con la suficiente fuerza y puntería como para golpear unalámpara a metros de nosotros. Los vidrios de la bombilla se disparan en todas direcciones tras un resonante estallido.

¡¿Qué está mal con esa chica?!

—Tú debes ser Zoe—murmura él con una tranquilidad increíble, casi como si estuviera acostumbrado a estar siempre en medio de un tiroteo de frutas yverduras. —Soy Elvis, un gusto—se presenta confirmando mis sospechas y regalándome una sonrisa un tanto aniñada. Su rostro es un conjunto de facciones que expresan inocencia y diversión. —Tienes algo de tomate aquí—señala apuntando su ceja izquierda. —Y aquí—añade tomando un mechón de mi cabello y limpiándolo con sus dedos. —Lamento lo de Mei Ling, se pone un tanto furiosa cuando traigo vegetales para la cena.

—Asumo que tiene tendencias carnívoras—susurro arrugando mi nariz al ver la cantidad de tomate que hay en mi cabello. Ahora huelo a fruta y no estoyhablando de una exquisita fragancia de cerezas o un perfume cítrico con aroma anaranja. Hablo de tomates y dudo que exista una colonia con olor a ellos, y de existir no la compraría ni aunque me faltara desodorante.

—¡¿Cuántas veces tendré que decirte que no me gustan estas cosas que sacas dela huerta de tu madre, Preston?!—exclama una voz desde la que creo que es la cocina. —¡Hace tres días que venimos cenando esta porquería, quiero pizza, hamburguesas, hot dogs, cualquier cosa que tape mis arterias pero pueda saciar mi necesidad de grasa! Tráeme algo o juro te morderé como la última vez.

—Y tendencias caníbales también—advierte Elvis con cierto temor destellando en sus ojos color miel.

Tapo mi boca para no reír. Lo único que me falta es que la llamada Mei Ling seenoje conmigo y me lance una sandía. ¿Se podrá morir a causa de una? Tendría que preguntarle a mi hermano, él sabe de esas cosas.

—¿Qué ocurre aquí?—inquiere Glimmer descendiendo las escaleras. Elvis comienza a hacerles señas para que se agache pero es demasiado tarde, un tomate se ha estrellado contra su hombro y ha salpicado su camisa blanca. —¡¿Cuántas veces tendré que decirte que en esta casa se hace el amor y no la guerra, Mei Ling?!—exije saber la muchacha de tez morena con fastidio y cansancio en su voz.

—Estoy dispuesta a hacer el amor con cualquiera que me consiga algo de carne o marque el número del delivery en este instante—la puerta que se dirige a la cocina se abre y la voz de la malhumorada muchacha se oye mejor. Se parece un poco a la voz de Akira, pero es más gutural y pausada. ¿Serán hermanas? ¿Primas?

—Llamaré a la pizzería Barto's si limpias este desastre—negocia Glimmer, la cual pone sus brazos en jarras y arquea una ceja en dirección a la chica que no soy capaz de ver dado que sigo en el piso y hay un sofá entre nosotras.

—¿No tenemos una sirvienta para eso?—espeta Mei Ling mientras Elvis se incorpora y me tiende una mano.

—La nueva no limpiará el desastre que tú ocasionaste—replica la del look de ejecutiva.

—Pero es la nueva—insiste la que comenzó con la Tomatina. —Y los nuevos limpian, es una regla.

—¿Desde cuándo existe esa regla? Como sea, no es nuestra esclava como para queande fregando los pisos por ti—responde de vuelta Glimmer. —Además déjame informarte que ella está aquí ahora y acabas de dar una muy mala primera impresión.

Logro ponerme de pie y aparto el pelo de mi rostro para fijar mis ojos en laque, a primera vista, creo que es Akira. Tardo unos segundos en percatarme deque no es ella y en que en realidad son hermanas gemelas, hermanas de lo más diferentes: la chica con complejo de doctora tenía mechones azules, rodetes en la cima de su cabeza y ondas en su cabello. Estaba llena de collares y pulseras y lucía ropa colorida junto un rostro a cara lavada. Mei Ling es todo locontrario a Akira con su sombra de ojos y delineado negro, con su vestimenta del mismo color y su cabello recto hasta los hombros que carece de movimiento.

—Hola—digo con cierta torpeza y nerviosismo mientras muevo mi mano como si estuviera del otro lado de la calle saludando al vecino.

Pienso que en las películas uno siempre puede identificar con facilidad al gemelo malvado, ¿pero quién lo es aquí? ¿La chica que juega a declarar muerta a la gente o la que festeja la Tomatina en Mississippi?

Sin saber exactamente qué hacer, le sonrío.

Ella arquea una ceja de forma inquisitiva.

Oigo las risas provenientes de la casa de Mei Ling y los gritos que llegan desde la fraternidad de los muchachos mientras apoyo mi cabeza en la almohada por primera vez desde las cinco de la mañana. Acabo de abrir la escotilla del techo y puedo vislumbrar un cielo oscuro con algunas nubes grises recorriendo apaso lento su magnitud.

Creo que vivo en esta casa rodante exactamente por esto, para poder dormirme observando el firmamento. Es algo que no podría hacer en la hermandad dado que tendría que agujerear el techo y eso sería bastante complicado y costoso de arreglar.

Costoso. El dinero viene a mi mente incluso cuando no debo o quiero pensar enél.

Internamente frustrado me incorporo en la cama y paso mis manos por mi rostro y cuello mientras cierro los ojos con la usual pesadumbre. En cuanto vuelvo a abrirlos ellos se dirigen inevitablemente a las boletas y decenas de papeles que hay sobre la pequeña mesa a pocos pasos de mí.

No siempre tuve problemas económicos, en realidad ni siquiera sabía que problemas y economía podían combinarse en una misma oración hasta hace unosaños atrás.

Mi padre es, o más bien fue, un valuador y comprador de obras de arte queresidía en Nueva York. A su familia nunca le faltó el dinero pero, convencidode que tenía que abrirse camino en la vida por sí solo, canceló sus cuentasbancarias y comenzó desde cero.
Al principio pensé que estaba realmente loco dado que los signos de dólar representan grandes oportunidades para quienes los poseen: Marcus Hensley podría simplemente haberse quedado de brazos cruzados durante toda su vida yaun así su familia seguiría generando dinero, sin embargo, no lo hizo.

Mi padre estudió Historia del Arte antes de administrar una pequeña galería en Brooklyn mientras vivía en un monoambiente carente de todas las comodidades que podría tener con levantar el teléfono y llamar a casa. Allí conoció a mi madre y juntos crearon Notre nuage.

El murió muchos años más tarde, exactamente cuando tenía once.

Lástima que el nombre de mi hermana y el mío no figuren en ningún testamento, porque de otra forma ella no tendría que estar trabajando turnos extras en una cafetería y yo no tendría que pasar más tiempo del que quiero con mi madre acosta de ganar un par de sucios billetes que paguen la renta de Kendra o la educación de Kassian.

O que terminen destinados a ella.

El pensamiento me enfurece, me genera tanta impotencia que mis manos comienzan a temblar. Aquel temblor se intensifica en cuanto elevo la vista y veo la fotografía de mi sobrino pegada desprolijamente con algo de cinta adhesiva auna de las paredes de la casa rodante. Está rodeada de más fotos de él cuando era bebé, de mi padre y de mi hermana.

Kassian no debería tener la familia que tiene ni vivir en las circunstancias enlas que vive. Se supone que los más pequeños no son conscientes de los problemas que acarrea la adultez porque están demasiado ocupados siendo niños, pero algunos son obligados a crecer de golpe y a veces se pierden esa etapa de hilaridad a la que, al crecer, no se puede regresar.

Tener que crecer por las circunstancias y no por los años es injusto, es algo que no debería estar pasándole y también es algo de lo que sé que soy responsable.

Y saber eso me mata, me destruye internamente.

Me pongo de pie y ya cansado de pensar, de analizar el pasado de igual manera que un posible futuro, rebusco con manos temblorosas entre las gavetas de la cocina hasta encontrar mis pinceles y dejarlos caer en la cama. Arrastro el caballete que hay bajo la mesada y tomo un lienzo en blanco de todos los que seapilan sobre el asiento del copiloto.
Me siento al borde del colchón con un vaso de agua cerca y la paleta de temperas en mano.

Cierro los ojos y espero. Espero por una imagen, una palabra, el recuerdo deuna canción o un simple sonido. El pincel tiembla entre mis dedos hasta que, al pasar los segundos, el rostro de una chica aparece y desaparece para volver a reaparecer en mi mente.

Al igual que su cicatriz.

Contemplo el lienzo y espero que el temblor se desvanezca, que los latidos de mi corazón se atenúen y que el viento vuelva a rugir.

Y entonces pinto.

Continue Reading

You'll Also Like

3.8M 218K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...
1.4K 160 6
🏹 𝔏𝐎𝐕𝐄 𝔖𝐓𝐎𝐑𝐘 ─┈ timothee chalamet ִֶָ 𓍢♡̸ ⠀⠀⠀❪⠀⠀𝒔𝒆𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒘𝒂𝒚 𝒕𝒉𝒓𝒐𝒖𝒈𝒉 ⠀⠀ ⠀⠀⠀𝒕𝒉𝒆 𝒄𝒓𝒐𝒘𝒅 𝒂𝒏𝒅 𝒔𝒂�...
314K 15.5K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...