Conquistando a Jeremy (BG.5 L...

Av darlis_steff

7.1M 855K 811K

Si hay algo que Naomi Kanet y Jeremy McQueen pueden afirmar es que a veces dejar atrás el pasado no es tan se... Mer

Conquistando a Jeremy
Prólogo
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo Seis
Capítulo Siete
Capítulo Ocho
Capítulo Nueve
Capítulo Diez
Capítulo Once
Capítulo Doce
Capítulo Trece
Capítulo Catorce
Capítulo Quince
Capítulo Dieciséis
Capítulo Diecisiete
Capítulo Dieciocho
Capítulo Diecinueve
Capítulo Veintinuno
Capítulo Veintidós
Capítulo Veintitrés
Capítulo Veinticuatro (Penúltimo)
Capítulo Veinticinco (Final)
Epílogo

Capítulo Veinte

292K 31.6K 32.4K
Av darlis_steff


Capítulo veinte.

Naomi.



13 de octubre, 2014.

Estoy enloqueciendo.

Enloqueciendo por Jeremy.

He tenido muchos detalles, simbólicos y no simbólicos, costosos y económicos. Y aun así, Jeremy no cede. Cada vez que veo los días cambiar en mi almanaque comienzo a entrar en crisis de que para el final del día él realmente quiera divorciarse.

Otra cosa que comienza a asustarme es que la vida en Londres siempre será costosa y el dinero comienza a escasear, no encuentro trabajo y estoy comenzando a enloquecer sobre ello.

Golpeo mi lápiz contra mis labios mientras Hilary parece estar pensándolo intensamente. Está reunida conmigo, mientras Jeff está con Doug en la tienda de tatuajes, para ayudarme con estrategias de conquista. No es que ella sea una experta, pero mira nada más la familia que formó.

—Puedes copiar a Grace y enviarle flores, creo que eso le funcionó muy bien con Ethan—dice.

—Las flores no estarían mal, pero parece un gasto ostentoso para algo que luego se marchitará—suspiro—. Estoy quedándome sin ideas. Le he regalado chocolates, le llevó alguna de las comidas, le envío cartas o correo deseándole buen día. Lo dibujé y pinté con acuarela ¡Estoy seca de ideas!

—Todo hubiese sido más sencillo si no lo hubieses mandado al carajo desde el principio.

—Gracias por hacer evidente lo obvio, señora obviedad.

—Bueno, solo hago un punto.

—Estaba asustada y a veces solo quieres creer que las personas no van a cansarse de esperar—susurro.

— ¿Qué tal invitarlo a una cita?

—No estaría mal...Algo sencillo y... ¡Ya sé!

— ¿Qué?

—Puedo inscribirnos en una de esas clases de yoga para parejas. A Jeremy le gustaba verme hacer yogas...

—Y puedo apostar que como buen McQueen no era por cosas inofensivas y más del tipo imaginativo sexual.

—Bueno, algo de eso dijo, pero sería un punto ¿No?

— ¿El qué?

—Esa sesión de yoga en pareja tiene mucho contacto y posiciones comprometedoras y yo estaría confiando en él. Estaríamos cerca y sería original...Creo.

—Ten en cuenta que después o durante eso podrías tener que lidiar con la presencia de una erección justificada—se sonroja.

—Tal vez quiera lidiar con ello...

Las mejillas de Hilary no dejan de sonrojarse y si yo no fuese de piel morena, estoy muy segura que yo estaría igual de sonrojada. Ambas reímos.

—Somos unas McQueen, es insólito sonrojarnos por erecciones cuando en esa familia parece no haber filtro.

—Es muy raro escuchar a alguien llamarme señora McQueen—observo el anillo en mi dedo, no se ha vuelto más ligero de llevar, pero poco a poco voy aceptándolo como un hecho—. Aún me parece irreal estar casada con Jeremy.

—Es que ustedes hicieron toda una locura ¿Eh? Y yo pensaba que el McQueen más loco y ocurrente era mi esposo.

—Dale unos tragos a Jeremy y parece que enloquece...Al igual que yo. Nunca estuve así de ebria en mi vida antes.

—Y supongo que nunca así de desesperada tampoco—se ríe—. Igual creo que tu idea del yoga está muy buena y si te sientes lista para más...No creo que él te presione.

—Tampoco lo creo, pero sé que el ser humano luego de explorar ciertas áreas tiene necesidades que saciar—alzo la vista para encontrarme con la suya—. El problema no es encenderme o desearlo, el problema son los malos recuerdos. Yo tengo miedo de que en un segundo esté disfrutando y luego distorsione la realidad con antiguos recuerdos.

»Temo arruinar la experiencia para nosotros, porque temo recordar cómo solo rezaba para que acabara y él saliera de mí—mi voz tiembla y va bajando—. Era horrible hacia el final cuando mis excusas para evitarlo no funcionaban, era horrible dejar que manejara mi cuerpo mientras no deseaba ser tocada.

Hilary toma mi mano y suspiro mientras me aferro a sus dedos, hay cosas que el acta de divorcio no va a eliminar, cosas que no recuperaré, recuerdos que siempre existirán y que temo siempre vayan a atormentarme.

—Ronald abusó de ti, Naomi. No importa que fuera tu esposo, un «no» significa «definitivamente no me toques» y él no respetó eso. Sé que tratas de mentalizarte que no fue violación porque temes de la palabra, pero él te lastimó e hizo asalto sexual. No sé lo que se siente y no puedo solo ponerme en tus zapatos porque solo tú cargas con ello, pero soy tu amiga y quiero que sepas que estoy muy orgullosa de que decidas avanzar y tener las riendas de tu vida.

»Él te hizo infeliz durante largos años de tu vida, pero no lo dejes arruinarte el resto. Tú mereces ser feliz y vivir tu propia historia de amor. Eres una heroína que ganó una fuerte batalla.

Siempre me ha gustado decirme que Ronald no abusó sexualmente de mí. A todo el que pregunta lo niego, incluso me lo niego a mí misma. Sigo negándomelo, aún, cuando tengo pesadillas, cuando al salir del hospital veía mi cuerpo desnudo y me sentía sucia. Incluso cuando lloraba mientras él estaba dormido a mi lado saciado y yo destruida. Siento que si lo digo en voz alta, incluso si lo pienso, la suciedad se vuelve real y me quebraré.

Pero yo sé lo que hizo, lo que me hizo. Recordarlo hace que duela tanto, pero quiero creer que no siempre duele y lastima. Cuando comenzamos era maravilloso y yo sé que con el hombre correcto puedo volver a sentirme en confianza y a gusto con la idea del sexo, no quiero perder mi fe en ello.

—Me gustaría intentarlo con Jeremy, además...Estamos casados, no podemos solo conformarnos con tomarnos de la mano y admito que lo deseo. Y luego está esa Amanda que parece decidida a mostrarle sus bragas y no estoy bien con eso.

—Los celos son una cosa terrible ¿Verdad? Sufrí de esa enfermedad con cada acostón que Doug tuvo mientras yo babeaba y lloraba por él, fue horrible. Me da satisfacción saber que mis pocas citas, antes de él, también lo hicieron sufrir.

—Los celos pueden ser tu aliado y enemigo.

—Ahora, dime ¿Cómo va la búsqueda de trabajo?

—Estoy a poco de sucumbir a desnudarme. No encuentro nada que cumpla con mi nivel de estudio. Aunque pensándolo bien, siempre podría solo tener un sueldo bastante pequeño en algún lugar de comida rápida o mesera.

—No seas dura contigo, se sabe que es bastante difícil encontrar trabajo cuando se trata de arte, pero...

Deja colgando las palabras para que yo las atrape, lo sé porque sonríe y hay esa diversión en ella de saber algo que yo no.

—Dímelo.

—Estuve hablando con mi jefa, ella es un absoluto encanto. Le hablé de ti y lo cierto es que por ahora no se necesita a otra persona en la galería porque somos suficientes para lo pequeña que aún es, está creciendo poco a poco, pero...

—No me hagas implorarte por la información, no seas Doug.

—Está bien, no eres divertida—me quita el lápiz y la hoja donde anotaba mis tácticas, comienza a escribir mientras habla—. Ella me habló de esta escuela de niños lindos y preciosos donde hay un vacante para profesora de arte. No piden exactamente que tengas el título de profesor, pero sí de arte. Piden experiencia, pero ella dijo que si yo confío en ti, ella puede mover sus hilos para que te acepten. Solo tendrías que lidiar con un montón de niños revoltosos y pinturas en sus dedos mientras le enseñas la magia del arte. Quizá luego, si lo haces muy bien, puedas lograr que te asignen cursos mayores.

»Igual la paga es la de un profesor, pero no está tan mal, además de venir con beneficios y seguro social ¿Suena bien, verdad?

—Suena maravilloso—río y llevo una mano a mi boca—. Suena increíble. Amo a los niños y enseñar no puede estar malo, es mejor que el trabajo que tuve en la galería de Claudia ¿Realmente es una posibilidad para mí?

—Muy en serio. No jugaría con eso, menos cuando te ves así de feliz y entusiasmada.

— ¿Qué debo hacer?

—Supongo que como todo estudiante de arte que fuiste, tienes un cuaderno de bocetos o fotos de tus trabajos, cartas de experiencia y todo eso. Tu curriculum y la referencia que mi jefa te dará. El trabajo técnicamente es tuyo si te das prisa antes de que otro te lo gane. Solo querrán ver que tienes presencia, no estás loca y sabes de arte.

—Muchas gracias, Hilary.

—No tienes que agradecerme, si fueras muy mala en ello nunca te hubiese dicho sobre esto ¿Por algo se empieza, no?

—Mi nuevo comienzo.

—Ahora, debo irme. Siempre que dejó a Jeff con Doug en su tienda, el niño regresa lleno de un montón de azúcar y alguno de los chicos de allá garabatea con marcadores en su piel. Obtengo un niño tatuado con marcador, al menos es con marcador que no da alergia o le haga daño—desliza mi hoja hacia a mí—. Si la clase de yoga en pareja va, entonces ahí te dejé otra táctica.

Besa mi mejilla para despedirse y bajo la vista a la hoja:

Comprar ropa interior sexy para enloquecerlo aún más.

Río, es un buen punto.

***

21 de octubre, 2014.

—Eso es genial, Naomi—dice Jeremy dejando de teclear en su portátil para sonreírme, y esa sonrisa crea todo un caos en mi interior—. Me hace feliz saber que ya no debo mantener a mi esposa.

—No me estabas manteniendo.

—No, pero iba a hacerlo si la opción era que te quitarás la ropa para juntarte a otros.

—Pensé que no te importaba, que estabas en la fase en la que te valgo porque lo arruiné y ahora quiero enmendarlo.

—Lo intenté, pero parece que siempre vas a importarme—sé que finge que no es de importancia mientras continúa escribiendo. Alzo mi pierna dejándola sobre su escritorio mientras me mantengo sentada, haciendo que el satén de la falda larga ruede rebelando mi piel hasta la rodilla. Capta su atención y sonrío— ¿Estás poniéndote muy cómoda, no?

—Me gusta estar cómoda. Así que esa no es la única cosa que quería comunicarle a mi esposo—subo mi otra pierna y cruzo mis tobillos, mis dos piernas ahora están descubiertas mientras la tela se agrupa entre ellas protegiendo mis bragas.

—Uhm... ¿Qué más habría? —parece distraído viendo mis piernas.

—Mis ojos están aquí arriba, Jeremy.

—Lo sé, pero también sé lo bueno que es ver aquí abajo cuando estás siendo tan generosa con la vista.

Por un breve momento me desarma y no sé qué responderle porque Jeremy es mejor en esto que yo, pero rápidamente me despejo para recuperar terreno.

—Nos inscribí en una clase en pareja de yoga.

— ¿Qué tú hiciste qué? —alza de inmediato sus ojos desconcertados hacia mi rostro.

—Que nos inscribí en una clase...

—Te escuché fuerte y claro, pero mi pregunta es ¿Por qué harías eso?

—Porque es un excelente ejercicio para la cercanía, confianza y comodidad.

—Ya me siento cercano a ti, te tengo confianza y estoy muy cómodo contigo. No necesito ser un pretzel para eso.

—Pensé que te gustaría—muevo uno de los talones de mis pies sobre el tobillo del otro y él ve el movimiento.

— ¿Por qué?

—Porque te gustaba verme hacer yoga, así que pensé que te gustaría que hiciera todo esas poses con tu ayuda, en donde en muchas tú estarías atrás, abajo o sosteniéndome...

— ¿Yo estaría haciendo eso?

—Por supuesto—sonrío—. Incluso no tendrías que ser un pretzel como dices, no todos los ejercicios son difíciles, podría ser divertido.

— ¿Usarías uno de esos pantalones de lycra?

—Puedo escogerlos por encima del pantalón holgado.

—Uhmmm ¿Cuántas clases serían?

—Solo dos. Sábado y domingo.

— ¿No seré un pretzel?

—No.

— ¿Estaremos así como dices de cerca?

—Seguro.

—Entonces supongo que puedo intentarlo.

—Supongo que puedes—voy a bajar mis piernas pero atrapa mis tobillos con sus manos.

—No creas que no me di cuenta de tu distracción, pero era tan buena vista que no iba a detenerlo—sus dedos acarician mi tobillo y un suspiro tembloroso escapa de mis labios, ahora él está jugando—. Si quieres que juegue a ese nivel, entonces tienes que prepararte, puedo ser muy seductor cuando me lo propongo—sus dedos suben un poco más, lentamente, hasta mis pantorrillas. Siento la caricia en mi bajo vientre, un cosquilleo.

—No me asusta.

—Es que la idea no es asustarte, amor.

— ¿Amor?

— ¿Prefieres esposa? —Sus dedos suben hasta mis rodillas y masajea—Me gusta ver esta faceta de ti.

—Me gusta que la conozcas.

Me sonríe mientras se inclina hacia adelante y deja un beso en mi tobillo, sus manos llegan al inicio de mis muslos, aprieta y luego deja ir sus manos volviendo a su posición sobre la silla. Aclaro mi garganta y bajo mis piernas acomodando mi falda.

—Entonces, creo que voy a irme para que puedas trabajar. Iremos a las clases de yoga.

—Eso parece; Y Naomi...

— ¿Si?

—De nuevo felicidades por tu nuevo trabajo.

—Gracias, ya estoy ansiosa de comenzar este lunes.

—Apuesto que lo estás y lo harás muy bien.

—Gracias.

***

24 de octubre, 2014.

— ¿A dónde está yendo tu mano? —susurro cuando siento la mano de Jeremy debajo de una de mis nalgas.

—A donde dicen que vaya.

—No es ahí—siseo mientras la instructora y su ayudante se mantienen en la postura adecuada y las manos de él no están debajo del culo de la instructora— ¡El muslo! Mientras me inclino hacia adelante.

—Muslo, culo ¿Qué más da si igual voy a tocar? —ríe y ahora una mano está completamente sobre mi nalga.

—Me estás empujando hacia al frente, podría partirme la frente.

—Yo te sostendría.

— ¿Por el culo?

—Sería un buen agarre, Naomi.

—Shh—veo al frente y la instructora nos frunce el ceño con una mirada no muy amigable. Gestículo un lo siento. Ella vuelve a cerrar los ojos mientras se concentra.

Normalmente para mí no es difícil concentrarse en el yoga, pero es muy diferente cuando tengo a Jeremy poniendo sus manos en cuanto lugar llega, quitándome cualquier posibilidad de concentración. Él ni siquiera intenta buscar el lugar o posición correcta, toca a su antojo.

Siento un pellizco en mi trasero y pierdo el equilibrio cayendo hacia al frente, pero por suerte me sostiene de la cadera pegándome contra su pecho. Él ríe.

—No puedes quejarte, te agarré de la cadera.

—Ahora, vamos con otra importante posición—indica la instructora—, y por favor, concentración.

Su ayudante se sienta con las piernas estirada frente a él y Jeremy lo imita con la espalda recta y cuando copio escuchando las indicaciones de la instructora, acabo con mis manos sosteniéndose sobre sus tobillos mientras alzo mis piernas, manteniendo una recta y otra apuntando hacia él, la cual sostiene. Creo que así, en esta posición podremos concentrarnos mejor...

...Pero estamos hablando de Jeremy.

—Me gusta cómo se ven tus pechos desde esta posición, de hecho me gustan con ese top.

—Concéntrate, no me hagas perder la concentración o caeré.

—Si eres una experta en esto—apuesto a que rueda sus ojos—. Tienes muy buen cuerpo, mira nada más que delicioso se ve este estomago—sus dedos acarician mi abdomen que se contrae y río.

—Basta, me haces cosquillas.

—Shhh—nos silencia la pareja de al lado.

—Detente, Jeremy.

El próximo ejercicio parece ser demasiado para Jeremy, incluso para mí. Mis manos están extendidas frente a mí, mi trasero al aire con mis piernas estiradas hacia atrás, pareciera que hiciera la pose sexual del perrito pero con clase, mientras Jeremy está de pie, inclinado hacia adelante contra mí. Y siento todo, cuando digo todo, me refiero a: todo de él. Duro.

—Esto es demasiado sexual—susurra—. Estoy sudando. Es la peor y más deliciosa tortura. Creo que esto podría volverse bastante vergonzoso si termino con un final feliz en mis pantalones.

—Cállate—pido porque estoy teniendo mis propias dificultadas cuando soy tan receptiva a su cercanía.

—Me duele.

—Shh—nos callan de nuevo.

— ¿Qué te duele?

—Las nueces, pelotas, bolas, testículos, cual sea la forma que mejor te parezca de llamarlo.

—Oh, Dios mío. No puede dolerte.

—Bueno, cuando tengas pelotas cargadas de esperma, me avisas si te duele cuando tienes una erección, porque sé que la sientes contra ti.

Río por lo bajo ganándome otra ronda de exigencias de silencio. Para la próxima posición parece que jugamos twister...Sexual. Estamos con las manos hacia atrás, como si hiciéramos una mesa o araña, solo que mi trasero está justo sobre su erección y mis piernas abiertas a su costados. Creo que esto solo irá subiendo de nivel cada vez más.

Hay un empuje debajo de mí, contra mi trasero. Jadeo.

— ¿Acaso empujaste?

—Es instinto, no sé cuánto más pueda soportar esto.

Alzo la cabeza y la frente de Jeremy está cubierta de sudor mientras mechones de cabello se adhieren a su piel, su rostro está muy sonrojado y sus ojos dilatados. Toma lentas respiraciones por la boca.

»Me estoy muriendo. Poco a poco me estoy muriendo. Tendré un infarto, moriré ¡Jesús! Moriré.

—Shh.

—Malditos insensibles—sisea hacia quienes lo callan.

Veo a nuestro alrededor a las pocas parejas que vinieron, que parecen expertas o adictas a esto, con los ojos cerrados, compenetrados y muy concentrados. Cuando yo estoy terriblemente afectada y Jeremy a instantes de enloquecer. Me dejo caer y Jeremy gime mientras ambos nos sentamos y quedamos frente a frente.

—No puedo seguir haciendo esto—susurro.

—Tampoco, me rindo. Mierda. Me rindo o moriré.

Recuesta su frente contra la mía y paso una mano por su cabello, mientras me mantengo a horcajadas sobre él y estamos sentados frente a frente.

Creo que esto a lo único que ayudó fue a encender un fuego impresionante que no deja de arder justo ahora.

—Estoy mal, estoy muy mal—susurra dejando sus labios contra los míos—. Me estoy muriendo, son mis últimos segundos de vida. Me he quedado sin sangre arriba, toda está abajo. Muy abajo. Voy a explotar, ni siquiera puedo pensar con claridad.

—Ya cállate—río contra sus labios.

—Mínimo, para estar a la par, tendrían que dolerte los pechos

—Los pezones—digo.

—Ah, mierda, ahora puedo verlos a través de la tela. Empeora, esto empeora. Perdóname Dios mío por todos mis pecados, pero no me tortures así, por favor, ya no más.

—No seas payaso...

No me deja terminar porque me besa de una manera que me hace abrir mucho los ojos mientras sus manos van a mis caderas. Cierro mis ojos y abro mi boca sintiendo su lengua adentrarse. Los dedos de Jeremy se clavan contra mi piel a la vez que me presiona hacia abajo contra su erección y me besa con más fuerza para callar el gemido que inequívocamente iba a salir de mí.

Frota mis caderas contra él y todo en mi parte baja es un caos, mi ropa interior se estropea y mis sentidos enloquecen cuando me mueve contra él con fuerza antes de que mi cuerpo se sacuda cuando me da en tiempo record un orgasmo impresionante. Su cuerpo se estremece mientras me besa con más fuerza.

Mi respiración es temblorosa. Abro mis ojos y veo alrededor, todos siguen igual de concentrados, ajenos al hecho de que en quizá menos de dos minutos, Jeremy, con la ropa puesta, me ha dado un enloquecedor orgasmo ¿Qué rayos ha sido eso?

Abre sus ojos y nos observamos fijamente. Siento mi boca hinchada, su rostro está muy sonrojado y me da una lenta sonrisa.

—Debemos salir ahora, tengo un accidente en mi pantalón y lo sabrán.

—Yo...—estoy aturdida, sacudo mi cabeza—Claro, vámonos.

Me pongo de pie, tomo mi toalla y mis zapatos al igual que Jeremy. Tomo su mano y comenzamos a esquivar a las parejas; él tropieza con el agua de alguien y nos piden silencio de nuevo.

—Muy bien, ahora vamos con esta posición que...—Jeremy y yo nos detenemos cuando los ojos de la instructora y el resto está en la loca pareja que huye del salón. De inmediato Jeremy me usa como escudo para ocultar su evidencia— ¿A dónde se dirigen?

—Tenemos una...—comienzo.

—Emergencia. Nuestro...

—Gato—completo—cayó por un balcón...

—Y es el único gato que no sabe caer de pie—concluye Jeremy mientras nos hace caminar con mi trasero pegado a su delantera para ocultar la prueba del delito.

Logramos salir del salón y comenzamos a reír. Quito su agarre de mí mientras río tanto que podría llorar. No puedo recordar cuándo fue la última vez que reí de esta manera.

—Creo que llené tu culo de semen. Y eso se escucha mal, pero creo que es verdad.

Intento ver mi trasero, pero no logro llegar a ver dónde señala.

—Ahí, más a la derecha ¡No lo toques! Solo...Necesitamos arreglar este desastre—pasa las manos por su rostro. Veo su pantalón holgado gris en donde en la entrepierna es un gris mucho más oscuro, incluso un poco en el borde de su camisa—. Eso fue bastante alucinante, creo que me gusta el yoga en pareja.

—Si dijiste que estabas muriendo.

—Sí, pero creo que podría volver mañana si hay otro de esos finales.

—No tienes tanta suerte.

—Pero justo ahora me siento muy afortunado. Por favor, vayamos por ropa limpia. Esto es un desastre e incómodo.

—Y yo por tu culpa tengo el trasero sucio.

—Se escucha tan bien.

Toma mi mano y me ubica de nuevo frente a él mientras me hace caminar rápido para evitar a las personas que nos miran con sospecha, eso solo me hace reír más.

Creo que esto no salió exactamente cómo quería. Ha sido mucho mejor porque he acabado con la frialdad de Jeremy hacia mí, me ha besado, nos hemos reído, hubo orgasmos y creo que en este momento nos sentimos perfectos estando juntos. Nos sentimos felices.

Y puede ser incluso mejor. Será mucho mejor.    







Holaaa, no podía irme a dormir sin dejar este capítulo recién salido del horno por aquí. 

Yo les prometo que en este capítulo mi amor por Jeremy ha crecido muchísimo más como si eso fuese posible. Que manera de reír mientras lo escribía, literal sentí que hablaban en mi cabeza mientras Jeremy decía que moría con esa tortura. Me ha encantado escribirlo, de hecho no era el capítulo que tenía planeado, pero surgió y decidí que lo dejaría, y ya que quería queda para el próximo.

Espero les guste.

Un beso.

Fortsett å les

You'll Also Like

100K 2.6K 13
Dicen que cuando eres diferente, eres raro. Cuando tienes gustos diferentes también dicen lo mismo.. Pero, ¿qué pasaría si mis gustos son un poco ext...
6.9K 516 10
Aether decide tomarse un descanso por rescatar al arconte de Sumeru. En su travesía decide tomar un encargo y al llegar a un lugar desconocido se enc...
1M 166K 151
4 volúmenes + 1 extra (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso justo...