Nuestra Segunda Oportunidad...

By Lynsori

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Si tu hermano te afirmara que se acostó con tu prometida. ¿Le creerías? El mundo de Ehan Hilton se vino abajo... More

Reseña
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
REDES Y PLATAFORMAS
Capítulo 42
Capítulo 43
La Carta De Sebas.
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Epílogo
Mellizos
Marco
NOTA IMPORTANTE (Nick y Olivia)

Capítulo 33

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By Lynsori

El viernes de esa semana a las diez horas con cuarenta y tres minutos, fue declarado muerto el señor Sebastien Clark Martín.

Hanna se encontraba con el cuándo su corazón comenzó a fallar; llamo a los doctores pero por muchos esfuerzos no lograron reanimarlo. Oficialmente...

Sebas estaba muerto.

Durante toda la Semana Hanna no se había despegado de él, los gemelos lo iban a visitar todas las tardes, pero era Ehan quien se había encargado de todo.

Él había tomado el mando de la situación al ver el estado de Hanna. Así que quería hacer las cosas lo más fáciles para ella.

—Eres un imbécil— le había dicho Sebas una tarde a Ehan mientras estos hablaban y reían como amigos — prácticamente has sobornado al hospital para que los gemelos puedan entrar.

—Lo importante es que pueden entrar— se había defendido Ehan— Además. Hanna también los necesita cerca de ella.

—Tienes razón. Eso no lo niego. Pero te quiero pedir algo.

—Claro. Dime.

—Quiero... quiero que traten la forma de que los gemelos no estén en el hospital cuando llegue el día. Al instante que algo empiece a salir mal, quiero que se los lleven. No quiero que me vean así. Por favor...

—Sebas, eso no es...

—Si es posible Ehan, solo tienen que estar pendientes. Eso es todo lo que deseo, que ellos me recuerden bien. No mientras este agonizando.

Ehan sintió un nudo en la garganta; ver la muerte de Sebas tan próxima se le hacía difícil de creer. En poco tiempo le había tomado un gran cariño a ese tipo, no lo podía explicar, simplemente estaba muy agradecido de haberlo conocido.

— Me encargare de ello. Te lo prometo.

Sebas levanto la mano y la extendió a Ehan. Este se acercó con una sonrisa y la tomo. Era una forma de sellar la promesa y terminar toda esa situación.

—Eres un buen hombre Hilton. Haz a nuestra familia muy feliz— dijo Sebas con tranquilidad.

—No dudes que lo hare Clark.

Esa fue la última vez que hablo con su nuevo amigo. Ehan todavía no creía que ya no estuviera.

El viernes por la mañana fue Hanna la que estaba a su lado cuando su cuerpo dejo de responder. Fue una escena difícil de ver, ella no se quería separar del cuerpo de Sebas mientras lloraba de forma desconsolada.

Fue Ehan quien logro separarla y sostenerla para evitar que cayera al suelo debido a la debilidad de su cuerpo. Ella lloro por horas sobre el hombro de Ehan. No podía creer que Sebas ya no estaba.

Era difícil de explicar...ella sentía un dolor en el pecho que no la dejaba calmarse, había perdido a su madre y ahora perdía a Sebas.

Los había perdido de mano de la misma enfermedad.

No entendía por qué la vida era tan perra con ella. ¿Por qué le tenían que quitar todo lo que ella amaba?

Pero algo le decía que no estaba sola. Aunque le costara aceptarlo, Ehan estaba con ella. No estaba totalmente sola en ese momento. Tenía un nuevo apoyo donde dejar sus cargas.

Lo más difícil definitivamente fue darle la noticia a los gemelos.

¿Cómo le explicas a un pequeño que su padre ya no está? ¿Qué esa persona que ellos querían tanto ha muerto?

Los pequeños lloraron un poco cuando les explicaron la situación. Ellos dijeron que Sebas les había dicho que eran unos pequeños muy fuertes y ahora lo demostrarían.

No defraudarían a Sebas.

Abrazaron a su madre dándole consuelo y diciéndole cuanto la amaban. Hanna le lanzo una mirada a Ehan y este se la regreso.

Definitivamente Sebas lo dejo todo listo.

Ehan se encargó del funeral; quería que todo fuera como era debido. Un hombre como Sebas merecía lo mejor.

La noticia fue como una bomba en BiTec. Nadie jamás se imaginó que Sebas estuviera enfermo y menos que muriera tan joven.

Todos se pusieron de acuerdo para hacer una colecta para ayudarle a Hanna con los gastos funerarios. Pero para sorpresa de todos fue Ehan quien cubrió estos.

El jefe llevaba casi dos semanas sin llegar a la empresa, nadie sabía cómo se había enterado de lo que sucedió con Sebastien pero daban gracias por ello.

El día del funeral todos llegaron al cementerio por la tarde, llegaron algunos viejos amigos de Sebastien de la preparatoria, todos sus compañeros de trabajo y un primo lejano que se enteró de lo ocurrido.

Fue un día triste, el cielo estaba nublado y todo parecía carecer de emoción. Ehan estaba con Hanna recibiendo a la gente. Los gemelos llegarían un poco después, Hanna no quería que estuvieran ahí mucho tiempo.

Si para ella era difícil ver el ataúd no quería ni imaginarse lo que sentirían sus pequeños.

Para todos en la empresa fue una sorpresa encontrar al jefe junto con Hanna; los murmullos no se hicieron esperar entre los presentes pero la más sorprendida en definitiva fue Sarah.

Llevaba semanas sin saber de Ehan y de repente estaba ahí consolando a Hanna. ¿Qué estaba pasando con ellos? Pero no tenía mucha cabeza para analizarlo porque la tristeza no la dejaba. No podía creerlo.

Veía a los presentes y veía el ataúd y seguía sin creerlo.

Sebastien...

Ella siempre considero a Sebas como un gran amigo; era con el único que podía bromear y hablar sobre idioteces, era el único que se preocupaba por ella y la regañaba cuando se equivocaba, había sido el único que nunca la había juzgado y ahora...

La noche anterior fue cuando recibió la noticia y había estado llorando por horas; no podía imaginar cómo estaba Hanna con todo eso. Pero por lo que veían no estaba nada bien. Se veía cansada y muy demacrada, parecía más delgada y toda la elegancia se había esfumado de su cuerpo dejando la imagen de una viuda.

Ehan y Hanna estaban vestidos totalmente de negro. Hanna llevaba su cabello en una cola de caballo, un vestido negro con escote recto y un poco entallado. Ehan llevaba un traje negro con una camisa negra sin corbata.

El rostro de Hanna demostraba el dolor por el que estaba pasando; todos le dieron el pésame y algunos le ofrecieron ayuda.

Sarah se acercó con cuidado, quería hablar con Hanna a solas y espero el momento adecuado.

—Cuando tienes miedo de llorar porque sabes que a él no le hubiera gustado que lloraras— le dijo Sarah a Hanna cuando se paró frente a ella— no puedo creer que ya no esté— la abrazo con cariño.

—Tampoco puedo creerlo— susurro Hanna con la voz rota— un hombre como él es difícil de encontrar.

—Lo sé, linda. Me atrevo a decir que es el mejor amigo que he tenido... —calló porque el nudo en su garganta no la dejaba hablar.

Hanna el abrazo con fuerza, ella y Sarah podían tener sus diferencias pero en época de crisis siempre estarían ahí para la otra, y ese momento lo era.

Ambas habían perdido a alguien importante en sus vidas. Ella a un esposo y Sarah a un gran amigo.

Alguien puede decir que es una perdida diferente pero el dolor siempre era igual.

Cuando comenzó la conferencia, los gemelos ya estaban ahí sentados al frente, Hanna se sentó con ellos y para sorpresa de todos Ehan también.

Alexander y Paige se quedaron al final observando el momento, ellos habían llevado a los gemelos y estaban dispuestos a ayudar en lo que fuera necesario.

Todos estaban sentados en dos hileras de sillas bajo un toldo gigante en el cementerio. Había flores por todos lados y varias fotos de Sebas dispersas.

Ehan le había pedido a un clérigo que diera las palabras en honor a Sebastien y el acepto. Comenzó explicando los caminos de la vida y por qué todos en algún momento moriremos.

A pesar de tener su vista al frente, Hanna tenía la mente lejos de ahí; pensando en cómo sería su futuro sin Sebas al lado. "Hasta que la muerte nos separe" recordó con dolor sus votos aquella mañana cuando se casaron.

Un par de lágrimas rodaron por sus mejillas — "¿Porque no me lo dijo?" —Se preguntaba Hanna sin saber porque Sebas no lo hizo.

Se sentía dolida porque él no confió en ella. Sentía como si él le hubiera negado la oportunidad de apoyarlo en su enfermedad, la oportunidad de cuidarlo como es debido o permitirle despedirse de él como ella quería.

La conferencia termino y ahora ya se podían acercar a dejar las flores; todos esperaron a que Hanna se acercara al féretro con los niños pero Ehan volvió a dejar todos sorprendidos al ponerse en pie y tomar a Matt en brazos.

Hanna hizo lo mismo con Dony y así caminaron hacia el féretro; cada uno dejo una rosa blanca sobre el ataúd. Hanna dejó escapar un par de lágrimas pero lo gemelos se mantuvieron firmes, sus caritas estaban tristes pero ellos le prometieron a Sebas ser fuertes y lo iban a cumplir.

Los cuatro regresaron a sus asientos y dejaron que las personas se fueran acercando. Ehan no había soltado a Matt y se había sentado con el niño en su regazo. Hanna hizo lo mismo y tomo la mano de Ehan.

Necesitaba algún punto de apoyo y por el momento sostener su mano era lo mejor. Pero ella no noto que alguien más había visto ese movimiento. Sarah.

Mientras ella estaba esperando su turno, logro ver como Hanna tomaba al jefe de la mano. — "¡Qué descaro! ¡Por Dios! Estaba en el funeral de su esposo, debería de mostrar más respeto" —pensó.

Pero nadie más lo vio, muchos los observaban con curiosidad; Ehan era conocido como una persona fría y verlo actuar tan preocupado por su asistente era extrañó.

Después de que todos dejaran sus flores fue momento de bajar el féretro, un ruido como sirneo comenzó a escucharse y era la señal inequívoca que estaba comenzando a llover.

Dony se abrazó al cuello de su madre y Matt hizo lo mismo con Ehan, en ese momento los gemelos no pudieron evitarlo y comenzaron a sollozar. Extrañarían mucho a Sebas.

Ehan abrazo a Hanna por la cintura y esta apoyo su cabeza en el hombro de él. Era difícil ver ese momento. Posiblemente era la parte más difícil de un entierro.

Uno puede vivir todo el funeral pero nadie soporta la desolación en el momento que el cuerpo es bajado a su sitio de descanso, porque todos saben que una vez que bajan el cuerpo ya no hay vuelta atrás. Una persona ha muerto.

Muchos los observaron con lastima y otros con curiosidad. Era una escena digna de ver, el jefe abrazando a su asistente mientras esta enterraba a su esposo.

Pero nadie podía remotamente imaginarse lo que estaba ocurriendo ahí. Ellos habían perdido a una persona muy importante... pero aún se tenían entre ellos para seguir adelante.

Al final, los cuatro se marcharon en el auto de Ehan. Ninguno tenía muchas ganas de conversar así que el camino fue silencioso hasta llegar a la casa de Hanna.

Ninguno tenía apetito; los gemelos decidieron ir a dormir y sus padres no los detuvieron; ellos entendían que necesitaban un tiempo para analizar todo. Había sido una montaña de emociones en tan poco tiempo.

—Yo también me iré a dormir— dijo Hanna con la voz ronca de tanto llorar, ya se había cambiado de ropa por algo más cómodo, llevaba unos pantalones y una camisa negra— Gracias por todo Ehan.

—No tienes que agradecerme Hanna. Solo trate de ayudar...

—Fue más que eso... gracias— dijo con una sonrisa triste.

Ehan sintió otra vez esas ganas de besarla y consolarla; odiaba ver su rostro triste y pálido pero sabía que todavía no podía; Hanna necesitaba liberar todo el dolor que sentía.

—Creo que ya es hora de que te vayas— dijo ella observando el reloj desde el sofá.

—No me iré.

Hanna lo miro confundida y lanzo un suspiro.

—Ehan; acabo de perder a mi esposo, no estoy para tus intentos de seducción...

— ¿Cuándo dejaras de pensar lo peor de mí? — Dijo Ehan molesto mientras la tomaba de la mano y la levantaba— mírate Hanna, sigues temblando. No estás bien, nuestros hijos tampoco lo están. Me quiero quedar porque quiero cuidar de ustedes y asegurarme que estarán bien. No soy tan desalmado como para tratar de seducirte el día que enterramos a Sebas — termino de decir molesto.

Hanna se quedó con la mano en alto observando como esta temblaba, Ehan tenía razón. Ella no estaba bien; y siempre pensando mal de él.

—Perdona, Yo... solo estoy confundida por todo...

—Te entiendo Hanna, pero debes de entender que yo no soy tu enemigo. Sé que esta situación no es fácil para ti pero no estas sola, recuerda que también me tienes a mí.

—Lo sé... es solo que... todo es difícil Ehan... muy difícil — un sollozo se escapó de su boca y al instante, unos brazos se encontraban rodeándola, dándole consuelo.

— ¿Porque...? ¿Por qué tenía que ser él?— sollozo — ¡No es justo!

Ehan la tomo en brazos y se sentó en el sofá con ella sentada en su regazo y abrazada a su pecho.

Hanna dejo salir todo lo que tenía contenido en su cuerpo, los sentimientos de desolación...dolor y angustia estaban ahí.

Ninguno sabe cuánto tiempo paso cuando Ehan sintió como su llanto disminuía con los minutos, al final, el cansancio del día la habían dejado tan agitada que se había quedado dormida sobre él.

La levanto en brazos y la llevo a su recamara, la deposito con cuidado sobre el colchón y procedió a quitarle la ropa para que estuviera más cómoda.

Comenzó con los zapatos y la camisa; pero lo más difícil seria quitarle los pantalones sin que despertara. Ehan los desabrocho y fue bajando con cuidado dejando a la vista sus bragas; tuvo que tragar antes de continuar.

Él quería que ella descansara pero definitivamente el no dormiría mucho después de esa visión.

Logro sacarlos y la cubrió con el edredón; se veían tan hermosas mientras dormía, estuvo tentado a subir a la cama y abrazarla pero él sabía que no era correcto.

Esa era la cama que había compartido con Sebas y no podía simplemente llegar y usurparla.

La observo con añoranza, deseaba poder hacer más pero él sabía que solo el tiempo podría sanar una perdida.

Salió de la habitación en silencio y camino hacia la de los gemelos con cuidado; abrió la puerta y los encontró acostados en sus camas, pero Matt levanto la cabeza al escuchar que alguien abría la puerta.

Ehan entro a la habitación y se sentó en la cama de su hijo.

— ¿No puedes dormir? —le pregunto con cariño al pequeño que lo vio con sus ojos bien abiertos.

—No. Extraño a Sebas, él siempre nos arropaba antes de dormir— dijo abrazando su peluche.

—Sé que es difícil hijo, pero a Sebas no le hubiera gustado verte así, sé que es duro pero veras que con el tiempo será más fácil pensar en él y no estar triste. Piensa en las cosas buenas... como cuando jugaban en el jardín o los llevaba al parque.

—Sí, eso era lindo— dijo con una sonrisa triste.

—De esa forma siempre que pienses en él te pondrás alegre. Es lo que él hubiera querido.

— ¿Por qué murió? ¿Le dio Gripe? — pregunto de forma inocente.

—No hijo. Sebas tenía una enfermedad rara, que no era posible de curar.

— ¿Cuando sea grande yo la tendré? —pregunto con su voz asustada.

—No Matt. No es probable que tú la tengas, no tienes que preocuparte por eso.

—Está bien— suspiro— ¿Sabes? Sebas siempre nos decía que si algún día no estaba, no teníamos que llorar por él, que si nos sentíamos tristes habláramos contigo...

— ¿Qué? ¿Conmigo?

—Sí, y tenía razón, eres muy inteligente.

—Gracias— dijo Ehan sintiendo una pequeña opresión en el pecho— ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte a dormir?

En ese momento Dony se giró como un tornado para verlos; Ehan y Matt lo observaron sorprendidos, los dos creían que él estaba dormido.

—Cuéntanos como se conocieron mamá y tu— dijo Dony sentándose en su cama.

— ¿Tu no estabas dormido? — le pregunto Matt a su hermano.

—No — respondió Dony encogiéndose de hombros.

Ehan vio una oportunidad perfecta de distraerlos.

—Está bien. ¿Qué quieren que les cuente? — pregunto Ehan.

— ¿Dónde conociste a Mamá?

—Nos conocimos en la universidad, el primer día de clases después de las vacaciones yo me había quedado dormido, así que salí corriendo hacia mi salón pero en el camino choque con su madre y ambos terminamos en el suelo — dijo Ehan haciendo reír un poco a los gemelos.

— ¿Te gusto cuando la viste? — pregunto Matt curioso.

—Me enamore de sus ojos, pero cuando la vi... su madre es la mujer más hermosa que conozco— dijo Ehan recordado aquella primera vez...

—Puaj... Qué asco. Las niñas no son lindas— se quejó Matt.

—Sí lo son. Mamá es linda— defendió Dony.

—Sí pero solo ella.

—Cuando crezcan— intervino Ehan— verán a las niñas lindas, ya lo verán.

—No, las niñas son feas y comen mocos — dijo Dony arrugando la nariz.

—La pequeña Mely también es linda, aunque siempre tire sus juguetes— dijo Matt.

—No es linda. Es una bebe muy ruidosa— se quejó Dony.

—No es cierto — dijo Matt con el ceño fruncido.

—La pequeña Mely es linda pero es un poco ruidosa porque todavía es una bebé— les dijo Ehan a sus hijos para calmarlos.

—Está bien— dijeron los dos al mismo tiempo.

— ¡Oye! Este año ¿Tú nos llevaras a pedir dulces en Halloween? Sebas nos llevó el año pasado pero... —empezó a decir Dony pero su voz se fue apagando.

Ehan conto mentalmente el tiempo y se dio cuenta que faltaba poco menos de dos meses para Halloween. Pero el estaría ahí para sus hijos.

—Claro, yo los llevare.

— ¡Sí! Iremos a pedir dulces— celebro Dony.

Ehan se quedó hablando con los pequeños hasta que estos ya no aguantaron el sueño.

Los arropo bien y salió de la recamara con cuidado, regreso a ver a Hanna y la encontró abrazada a la almohada de Sebas.

De cierta forma ya no sentía esos celos comerlo por adentro cada vez que pensaba en ellos dos. Sebas le demostró que fue un hombre leal y honesto al que siempre estará agradecido por haber amado a su familia.

Cerro la puerta y camino hacia la sala, se quitó los zapatos y se acostó en el sofá. No era muy cómodo pero le serviría por esa noche.

Quería cuidar a su familia y de momento esa era la única manera.

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