Todo comienza en un día común y corriente en la vida de los miembros de Starish. Otoya y Tokiya preparaban sus coreografías, Ren y Masato limpiaban y ordenaban las habitaciones, Natsuki "cocinaba", Syo arreglaba todo el desastre que dejaba su compañero y Cecil... Bueno... él solo era el mismo de siempre.
Las horas pasaban y cada uno hacía las cosas a su manera, algunos luego de terminar se fueron a descansar y otros seguían con sus prácticas intensivas, pero bueno, siempre había una gran armonía entre cada uno.
-Ahh!~ ¿A que hoy ha sido un día agotador? -comentaba Otoya acercándose hacia donde se encontraban los otros 6 miembros de Starish que se encontraban reunidos en un salón-
-Ni me lo recuerdes -reclamaba Syo- y pensar que pasamos toda la tarde haciendo deberes...
-¡Pero miren el lado bueno!, es divertido pasar el tiempo juntos luego de estar toda la semana haciendo trabajos personales -respondía Natsuki sonriendo al comentario de Syo-
-En eso concuerdo con Natsuki, aunque la mayoría del tiempo pasamos ocupados, ¡de cualquier manera nos mantenemos juntos!. ¿Será un regalo de las Musas?
-Y de nuevo con las musas... - exclamó Tokiya seguido de un pesado suspiro -
-¿Ehhhh? Tokiya-kun!~ no seas así de cruel -se quejó Cecil ante el comentario del otro-
Todos se reían por la reacción del pelinegro el cual apenado comenzó a reírse también, aquellos momentos donde todos lograban llevarse bien sin que haya alguna pelea era de lo mejor, el arcoíris de 7 colores no paraba de brillar, simplemente era algo mágico.
-Bueno bueno, basta de risas -interrumpió Ren- ¿Podemos pedir algo de comer?
-Pero si yo había cocinado algo... -exclamó Natsuki-
-Hahahaha no. No queremos morir tan pronto Natsuki -respondieron Syo y Otoya a la vez -
-¿De que hablan? Pero si no está nada mal...
-Simplemente preferimos comer algo distinto esta vez Shinomiya-san -comentó tranquilamente Masato-
-Entendido! ¿Entonces que vamos a pedir? -preguntaba Cecil antes de ser interrumpido por un leve golpeteo en la puerta- ¿Huh? ¿Alguien ya pidió algo para comer sin antes preguntar?
Los 6 restantes negaron con la cabeza, ninguno de ellos había pedido nada... ¿Quién estaría tocando a esa hora?
-¿Deberíamos...Abrir? -preguntaba indeciso el pelirrojo, que alguien estuviera tocando a esa hora no le daba muy buena espina
-Yo creo que si -respondió Tokiya sin esperar reacción alguna de los demás-
Al abrir la puerta no se encontraron con nadie afuera, pensaron que probablemente habría sido una broma, pero antes de volver a cerrarla se dieron cuenta de algo. Habían dejado una carta tirada la cual justamente estaba dirigida a ellos.
-¿Una...Carta? -miraba extrañado Ren- Y también... ¿para nosotros?
-Pero está escrita por Nanami... O eso es lo que dice aquí -señalaba Masato hacia el remitente de la carta el cual efectivamente estaba a nombre de la chica-
-Si Haru-chan nos manda una carta a esta hora es porque debe ser algo importante ¿no?...
Todos asintieron a aquella pregunta, Otoya fue quien decidió abrirla y leerla:
"14 de septiembre, 20XX
St☆rish:
Me disculpo demasiado por tener que hablarles a esta hora... Pero necesito de su ayuda, a ocurrido un tema del cual necesito hablar con ustedes así que ¿Podrían ir los 7 hacia la escuela en donde inició todo?
Se los agradecería de todo corazón ya que es algo muy importante para mí...
Atte: Nanami Haruka."
Ninguno lograba articular alguna palabra, estaban muy sorprendidos... ¿Cuál sería el tema del cual querría hablar? ¿Algo malo había ocurrido? O... ¿iba a ocurrir?
- ¿Qué estamos esperando? -gruñó Syo- Nanami debe estar esperándonos!
A pesar de que la mayoría tenía sus dudas, eligieron ir. Syo y Cecil se quedaron esperando impacientes en la puerta, Otoya, Ren y Natsuki agarraron lo primero que vieron para abrigarse, era un anochecer bastante frio y no se arriesgarían a pescar un resfriado. Masato y Tokiya meditaban todo lo ocurrido. Hablar con todos... Un problema... Juntarse en la escuela... ¿Qué era lo que estaba ocurriendo?
Una vez los 7 estaban listos se dirigieron hacia el lugar que decía la carta. Tenían en mente encontrarse con aquella querida compositora... Sin embargo, ir hacia la vieja escuela sería algo que cambiaría sus vidas drásticamente.
La flor de 7 colores sigue brillando...