Nuestra Segunda Oportunidad...

Oleh Lynsori

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Si tu hermano te afirmara que se acostó con tu prometida. ¿Le creerías? El mundo de Ehan Hilton se vino abajo... Lebih Banyak

Reseña
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
REDES Y PLATAFORMAS
Capítulo 42
Capítulo 43
La Carta De Sebas.
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Epílogo
Mellizos
Marco
NOTA IMPORTANTE (Nick y Olivia)

Capítulo 28

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Oleh Lynsori

Al día siguiente, Hanna evito que Ehan le tocara el tema de Sarah. Ellos estaban saliendo y debía aceptarlo. Notaba cada vez que el trataba de iniciar la conversación así que lo evitaba o se alejaba con alguna excusa.

El siempre serias su primer amor y el padre de sus hijos; pero entre ellos no podría haber más que amistad. Estaba casada y él ahora ya estaba en una relación, debían terminar de una vez por todo y darle vuelta a la página.

Estaba sentada frente a su monitor pensando en todo lo que había cambiado su vida. El repentino regreso de Ehan era una de las cosas más difíciles que había tenido que soportar.

Ella amaba a Sebas pero... El Primer amor nunca se olvida.

Era algo complicado de explicar, sentirte unida a esa persona en una frecuencia única que solamente ellos dos compartían era especial pero... ese sentimiento que la hacía sentir especial era lo que más la preocupaba. Ehan la conocía mejor que nadie, al igual que ella lo conocía a él.

El sonido de su teléfono la hizo regresa a la realidad; últimamente se pasaba parte del día en la luna.

— Presidencia BiTec—contesto.

— Hanna—Era Sebas— Dos hombres acaban de ingresar al edificio y se dirigen a presidencia.

— ¿Dos hombres? —pregunto Hanna extrañada.

— Si amor. No tenemos registro de ellos. Ten cuidado.

— Tranquilo; tal vez son inversionistas que quieren hablar con el jefe.

En ese instante las puertas del Ascensor se abrieron dejando ver a los dos usuarios.

Un silencio colectivos extendió por todo el piso al ver a esos dos hombres salir por esas puertas, pero este fue seguido por un el inicio de una ola de susurros, muchas chicas estaban observándolos con los ojos abiertos sin poder creerlo.

—Ya están aquí debo colgar— dijo Hanna.

Dejo el teléfono de lado y bajo la mirada tratando de tranquilizarse. Ella sabía quiénes eran esos dos hombres de traje. Cerró los ojos y maldijo para sus adentros.

"Perfecto. Lo que faltaba."

Era imposible no distinguirlos, un castaño y un pelinegro. Ambos altos pero el pelinegro era un poco más ancho que el otro. Sus ojos negros eran llamativos y por las miradas que muchas les dedicaban, sabía que no era la única en pensarlo.

El castaño se mostraba un poco más alegre y sus ojos cafés le daban un toque pícaro que tampoco pasó desapercibido por la féminas de ese piso y se atrevería a decir que también por algunos del género masculino.

Cada vez estaban más cerca y Hanna sabía que no podrían ocultarse.

— Buenos días. En que puedo ayudarles— Saludo Hanna con falsa calma.

— Hola preciosa. Hemos venido para hablar con tu estúpido jefe—le dijo Nick con sonrisa.

Hanna se sentía un poco bloqueada. Durante los meses que Ehan y ella estuvieron saliendo, él siempre le hablaba sobre sus mejores amigos.

Pero nunca se los presento.

Cuando ella se enteró de la verdad sobre Giselle, entendió que ese era el motivo por el cual nunca los presento y encontrarse ahora frente a ellos tantos años después...

— Claro. Em...en este momento le aviso...

— No. No le digas nada. Le daremos una sorpresa —dijo Nick acercándose a la puerta. Alexander fue con él y juntos entraron a la oficina.

Hanna no hizo nada para evitarlo, Ella sabía esa visita no molestaría a Ehan. Pero su cuerpo, seguía tenso. Ver al famoso Alexander Ambrosetti junto con Nick Dolce fue algo inesperado. Le hicieron recordar las épocas de la universidad, Donde Ehan y ella se escapaban para estar juntos y entre semana lo veía con sus amigos.

Sacudió su cabeza y decidió que necesitaba un descanso. Se puso en pie y camino a la cocina de la empresa. Necesitaba un café.

Un café muy cargado.

Pero de saber quiénes estaban ahí, tal vez Hanna habría preferido quedase en supuesto.

Cuando llego a la entrada de la cocina vislumbro a varias de las chicas.

—El departamento de Ehan es increíble — Escucho a Sarah decirle a unas chicas.

Ella solo rodo los ojos al escucharla. Era ridículo que alardeara sobre eso. Todos sabían que Ehan y ella estaban saliendo y no era necesario que presumiera todo eso.

Entro en la cocina de forma silenciosa, no quería que la incluyeran en la conversación ya que sabía que no lograría morderse la lengua y no soltarle alguna fresca.

— Que envidia Sarah. No puedo creer que te llevara a su departamento. De seguro es una bestia en la cama—dijo Carly haciendo rodar los ojos de nuevo a Hanna mientras todas reían.

—Ehan es un caballero y me ha respetado pero les juro, que me muero por estar con ese hombre. De seguro es un toro en la cama.

Si Hanna hubiera estado tomando algo está segura que lo hubiera escupido por completo. Imaginar a Ehan y Sarah juntos... en una cama...

¡No podía!

No entendía por qué Sarah se comportaba de esa forma tan... tan...

¡Ahh! Ni decirlo podía. No entendía como la que se supone es que era de sus mejores amigas.

—Pero me imagino que pronto caerá. Al señor Hilton se le nota que esta coladito por ti chica— dijo Vanessa aumentando el ego de Sarah.

—Lo sé. Me confeso que soy por la única mujer que ha decidido romper la regla de nunca salir con una empleada. Pero déjenme decirles chicas que salir con el jefe es genial.

Hanna apretó los dientes; le molestaba escuchar tantas sandeces juntas saliendo de la boca de una persona. Trato de ignorarlas mientras preparaba su café pero no todo podía ser perfecto...

—¡Oh Por Dios! Chicas— dijo Emile de contabilidad entrando por la puerta— no saben lo que se perdieron. Alexander Ambrosetti y Nick Dolce están en la oficina del jefe.

— ¡¿Qué?!

— ¡¿Cómo?!

— ¡¿A qué hora llegaron?!

Preguntaros las tres al mismo tiempo.

—Hace un par de minutos ¡Dios Chicas! Esos hombres están como un tren. Son como un desfile de pectorales enfundados en trajes de Armani.

— Pero... ¿Qué hacen aquí? — pregunto Sarah sin creerlo.

—De seguro han venido a ver al jefe, recuerda que son amigos.

— ¿Serían cercanos? — pregunto Carly con curiosidad.

—Sí. Según la revista Cover Uk son mejores amigos esos tres. ¿Acasos no lees noticias?

—Noticias sí. Farándula no.

—Como sea... la cosa es que estos adonis están en la empresa y ya que Sarah está saliendo con el jefe tal vez nos consigue presentar a sus amigos.

Todas observaron a Sarah con una sonrisa y Hanna ya no logro contener la risa. Ella sabía que Alexander estaba casado y dudaba que Nick volteara a ver a alguna de las empleadas de sus amigos.

Todas giraron a ver a Hanna de la cual no se habían percatado que estaba en la cocina con ellas.

— ¡Ya chicas! Dejen respirar a esos pobres hombres. Apenas han llegado y ya están haciendo planes de caza.

—Eso lo dices tú que estas casada— le dijo Carly— pero nosotras que estamos solteras andamos buscando a nuestro hombre perfecto, y si es uno de los empresarios más exitosos de la ciudad ¿Por qué no?

—Estoy de acuerdo — dijo Vanessa — Además; el señor Hilton ya está con Sarah así que queda afuera del mercado.

Hanna solo sonrió con nostalgia. En eso Vanessa tenía razón. Ehan ya estaba fuera del mercado por Sarah.

—Bueno chicas; debo volver a mi puesto, les aviso si me entero de algo— les dijo saliendo de la cocina con su café en la mano.

Toda esa situación era tan agridulce. Le estresaba escuchar sobre Ehan y Sarah pero le divertía las ocurrencias de las chicas de la oficina.

Llego a su puesto y continúo con su trabajo; pero esto no duro mucho porque su teléfono comenzó a soñar.

Era Ehan que la llamaba a su oficina.

***************

Esa mañana, todo iba normal para el pobre Ehan hasta que por su puerta entraron los imbéciles más grandes que él había tenido la oportunidad de conocer.

—Hola Hilton— dijo Nick cerrando la puerta después que Alexander entrara.

Ehan los observo con sorpresa y molestia. ¿Qué hacían ellos ahí?

—No pongas esa cara. Hemos venido a conocer a la madre de tus hijos— Dijo Alex tomando asiento frente a Ehan.

—No recuerdo haberlos invitado— dijo Ehan con el ceño fruncido.

—Fue más una... auto invitación. Pronto será almuerzo y ya que a nuestro querido Alexito lo planto su esposa por irse a comer con su hermana y mi novia, tuve la gran idea de venir a raptarte a ti e ir a comer los tres.

—Primero. No me digas "Alexito"— dijo Alexander serio — Segundo. No me dejo plantado. Solo que tenía la prueba del vestido de novia después del almuerzo y no la puedo acompañar.

— ¿Vestido de novia? — pregunto Ehan confundido.

— ¡¿Qué?! — Le dijo Alex mirándolo primero con confusión y luego con molestia — ¡No me digas que olvidaste que en dos semanas me caso por la iglesia, idiota!

Ehan le lanzo una mirada a Nick el cual estaba desternillándose de la risa a media oficina.

¡Por Dios! Lo había olvidado ¡Por Completo!

—Claro que no...Yo no lo olvide— dijo fingiendo serenidad.

—Eres un pésimo mentiroso amigo— le dijo Nick limpiándose una lagrima del ojo—definitivamente todo el tema de tus hijos y tu ex novia te tiene por las nubes.

— ¿Sabes? Estoy de buen humor así que ignorare el hecho que has olvidado que me casare en dos semanas.

—Bueno. Cambiando de tema— dijo Nick con humor— también hemos venido a conocer a tus pequeños polluelos.

—No les digas así Nick— dijo Ehan reclinándose en su silla— además, es un mal momento; ellos no vienen hasta después de almuerzo.

— ¿Y si hablas con su madre para que nos deje invitarlos a comer? Es hora que conozcan a sus mejores tíos. Porque tu hermano deja mucho que desear.

—Nick... — reprendió Alex.

— ¿Qué? Es cierto. Marco es un imbécil lame culos. Pero por suerte esos pequeños nos tienen a nosotros.

Ehan no pudo evitar reír. Su amigo era un caso perdido. Pero debía de aceptar que no sabría que hacer sin ese idiota.

—Si ustedes son su salvación... pobre de mis hijos— suspiro

Y continúo riendo haciendo a los otros dos seguirlo.

El no entendía como esos imbéciles siempre lograban alegrarle el día.

— Serénate Hilton. Que también queremos conocer a la famosa Hanna Kelly— le dijo Alexander.

Ehan dejo de reír inmediatamente causando más risas en sus amigos.

—Imbéciles— susurro — la llamare pero les pido que se comporten frente a ella. Por favor.

—Tranquilo. ¿Cuándo te hemos avergonzado?— le dijo Nick con una sonrisa pero Ehan solo enarco una ceja.

— ¿Recuerdan la vez de la cubana...

— ¡Amigo! , supera eso. — le dijo Alex con humor.

—Lo superare el día que ustedes le aclaren a la pobre mujer que no soy un gay reprimido...

— Tú querías que te quitara de encima a la mujer y fue lo primero que se me ocurrió— defendió Nick

—Claro. Y el hecho que en el resto del viaje solo hombres se acercaran a mí, me imagino que también fue un error.

—Aparte de ese detalle insignificante. Sé que disfrutaste de ese viaje — dijo Alex con una sonrisa.

—Idiota— respondió Ehan mientras tomaba su teléfono y llamaba a Hanna— te necesito en mi oficina. Ven por favor— le dijo antes de colgar.

—Si la quieres de vuelta debes ser más cariñoso— le dijo Nick a lo que Ehan solo rodo los ojos.

Unos segundos después; Hanna se encontraba tocando la puerta de la oficina de Ehan.

—Adelante.

Ella entro con todo el aplomo que tenía. Ahí se encontrabas los mejores amigos del padre de sus hijos los cuales no la conocían.

—Dígame señor Hilton. ¿Qué necesita? — pronuncio con cuidado de no tartamudear.

Ehan se levantó de su silla seguido por sus amigos y se acercaron a Hanna.

Ella trago de forma invisible al ver a esos tres juntos. No entendía por qué las personas guapas solo salían con personas guapas. Era como una especie de regla especial, "Si no eras físicamente atractiva no te podías acercar a ellos"

—Hanna. Quiero presentarte a dos personas— dijo tomándola con cuidado de su espalda; Ehan sabía que no lo apartaría en frente de sus amigos así que aprovecharía la oportunidad.

Pero Hanna si lo aparto.

Ehan frunció el ceño al escuchar las carcajadas de sus amigos al ver a Hanna rehuir de su tacto.

Pero la versad ella lo hizo sin pensar, estaba tensa y el sentir la mano de Ehan la pondría peor y necesitaba estar serena para conocer a los amigos de él.

—Todavía no la conozco y ya me cae bien— dijo Nick extendiéndole la mano a Hanna— un placer señorita. Soy Nick Dolce; a su servicio.

Hanna tomo su mano y sintió su boca seca pero aun así logro contestar.

—Un gusto señor Dolce. Mi nombre es Hanna Kelly.

—Sabemos tu nombre— dijo ahora Alex entendiéndole la mano— soy Alexander Ambrosetti. Un placer conocerte.

—Eh... Gracias señor. Igualmente.

Hanna estaba confundida. No entendía a qué se debía todo aquello.

—Me imagino que recuerdas a Nick y Alexander durante la universidad— le dijo Ehan serio.

—Sí. Recuerdo haberlos visto por ahí— dijo un poco cohibida.

¡Claro que los había visto! Todos en el campus sabían quiénes eran ellos tres.

—Te quería pedir un favor Hanna— comenzó Ehan— Nick y Alex quieren conocer a los gemelos y no sé si exista la posibilidad que me permitieras llevarlos a comer hoy. Te prometo que los cuidare.

Hanna frunció el ceño y se quedó sin palabras. Quería salir con los gemelos... ¿sin ella?

No sabía cómo sentirse al respecto. A la única persona que les confiaba a sus hijos era a Sabine, su vecina.

No estaba segura de dejar que Ehan saliera con ellos. Pero no podría negárselo. Él era el padre de los gemelos así como ella era la madre.

—Si quiere...puedes acompañarnos— ofreció Ehan al verla pensarlo por mucho tiempo.

¿Acompañarlos? Hanna no creía que esa fuera una buena idea. Ehan y ella debían de mantener las distancias como amigos y salir a comer con sus hijos sin Sebas no sería algo bueno pero...

¿Dejar a sus hijos salir con su padre? Tampoco le agradaba mucho pero debía hacerlo. Era lo correcto.

—No...Yo... tengo trabajo. No puedo negarte que salgas con los chicos. Solo...por favor. Cuídalos bien.

Le dijo mirándolo a los ojos.

—No te preocupes Hanna. Sabes que jamás dejaría que les ocurriera algo.

Hanna asintió sabedora de sus palabras. Ehan podía ser muchas cosas pero ha demostrado ser un padre bondadoso y paciente.

—Hoy le toca a Sebas ir a traerlos, ya pronto estarán aquí. Le diré que entre por el lado del estacionamiento para que los pases a traer y nadie de la empresa lo note.

—Está bien— dijo Ehan con una pequeña sonrisa mirándola embobado.

Era tan linda cuando se preocupaba.

—No te preocupes. Le ayudaremos a cuidar a los niños— intervino Alex al ver a su amigo idiotizado— soy padre de una pequeña de un año. Se lo inquietos que son los niños.

— ¿Tienes una hija? Que tierno. Me imagino que has de consentirla; dicen que las niñas son más cercanas a su padre.

—Puedo dar fe que es cierto. Las niñas son más cariñosas y tiernas.

—La pequeña Mely siempre es cariñosa y tierna— le dijo Ehan a Alex en broma.

—A ti no te quiere— le respondió Nick haciendo rodar los ojos a Ehan.

—Pero es cierto— intervino Hanna— las niñas son más cariñosas con su papá. O al menos eso se cree.

—Le diré a Olivia que nuestro primer hijo sea niña— dijo Nick como si nada haciendo a Ehan y Alex voltear a verlo.

— ¿Qué? Me voy a casar con esa mujer así que planeo tener hijos con ella— les dijo el feliz.

—Está bien. Vamos romeo — le dijo Alex a Nick — nos adelantaremos al restaurante. Te esperaremos ahí con los chicos Ehan.

Nick y Alex salieron de la oficina dejando a Hanna sola con Ehan.

—Por favor. Cuídalos bien— le pidió Hanna.

—No les pasara nada Hanna. Confía en mí...

—Confió en ti Ehan. Es solo que... me preocupo ¿sí? Eso es todo—dijo bajando la mirada.

Ehan puso su mano bajo la barbilla de ella haciendo que levantara su rostro.

—No tienes que preocuparte. Sé que soy nuevo en esto pero jamás dejaría que algo les pasara a nuestros hijos.

Ellos se observaron directamente a los ojos. Confianza. Ella debía confiar sus hijos en Ehan. El merece tener la oportunidad de demostrar que sería un buen padre.

—Eres tan hermosa—susurro moviendo su mano y acariciándole la mejilla.

Él quería besarla.

Deseaba hacerlo.

Pero el anillo en el dedo de ella era una línea que no estaba dispuesto a cruzar de nuevo.

Hanna suavizo su mirada ante el alago pero cuando vio los ojos de Ehan moverse a sus labios supo que era suficiente.

Sacudió la cabeza alejándose del contacto de él, y le dio una sonrisa triste.

—Yo... confió en ti Ehan. Nos vemos más tarde. Sebas te esperara en el estacionamiento.

Hanna salió de la oficina dejando a Ehan solo.

— ¡Idiota! ¡Eres un idiota! — se dijo el mismo una y otra vez. Estuvo a punto de olvidar todo y besar a Hanna.

—Se paciente Ehan— se repetía dándose paramadas en la mejilla.

Tomo sus cosas y salió de la oficina; por suerte nadie lo detuvo en su camino al estacionamiento; pero no noto que Sarah lo estaba observando detrás de una columna.

Cuando ella lo vio entrar al ascensor se alejó de ahí y camino hacia el baño de mujeres. Llevaba todo el día evitando encontrarse con Ehan.

El día de ayer cuando ella llego a su apartamento y encontró a Hanna ahí la dejo con muchas teorías en su cabeza.

Ella estaba segura que el jefe estaba de cierta forma interesado en su amiga; sabía que Hanna jamás dejaría que Ehan hiciera un movimiento sobre ella pero igual estaba preocupada. Ese hombre podía seducir hasta a las paredes y Hanna no podía ser totalmente inmune.

Pero lo que jamás espero ni en un millón de años, fue el final de la noche. Solo el recordarlo dolía. Sentía como si su única oportunidad se le escapara de las manos.

Su infancia no fue fácil pero siempre ha estado determinada a lograr ser algo en la vida, a ser una persona que no tenga que 'preocuparse por llegar al final de mes o por no poder comprarse un bolso a juego con sus zapatos.

Eso era lo que anhelaba.

Seguridad económica.

El baño de mujeres estaba solo así que entro y se apoyó sobre el lavamanos. Levanto la mirada al espejo y observo sus ojos comenzar a empañarse.

No podía creer todavía lo que había pasado. Ehan era su boleto a todo lo que quería y de un momento a otro, eso había sido destruido; jamás había sido tratada con tanta frialdad

Ayer, después de que Hanna se fuera del departamento de Ehan; él se volvió frio e impersonal con ella. No era el mismo hombre con el cual estaba saliendo.

Apenas y le presento a su ama de llaves. No entendía por qué había ocurrido ese cambio así que lo enfrento... pero tal vez fue lo peor que pudo hacer.

— ¿Que sucede Ehan? — Dijo molesta Sarah— desde que Hanna se fue estas... raro, más frio. ¿Qué ocurre cariño?

—Son ideas tuyas Sarah. No me ocurre nada— afirmo dando un trago a su vaso desde el sofá.

—No soy estúpida, apenas y me respondes con algo que no sean monosílabos.

— ¿Quieres que finja y fuerce esta conversación? — dijo de forma cínica.

— ¡Por Dios! Solo quiero que hablemos. Tú me gustas Ehan. Y si queremos que esto sea una relación de verdad debemos de hablar y conocernos.

Termino de decir exaltada. El comportamiento de Ehan le alteraba los nervios.

—Creo que tienes razón; para tener una relación debe haber comunicación pero... — Ehan suspiro y se pasó una mano por su cabello. Observo el vaso que tenía en la mano y se bebió el líquido por completo antes de ponerse en pie.

—Pero yo no quiero tener una relación contigo. Eres mi empleada y seria mal visto, además que no sería algo profesional. Es mejor que dejemos esto antes que llegue más lejos.

Esas palabras fueron como hielo para Sarah.

El...El, la estaba dejando. NO. ¡Eso no podía ser!

Ella lo miro con confusión pero esta se fue formando en ira.

— ¿Qué quieres decir?— dijo en voz baja.

—Tú sabes lo que he querido decir Sarah.

Ella estaba impresionada y... y... ¡furiosa!

— ¡ERES UN DESGRACIADO! — Le gritó fuera de si— ¿Cómo se te ocurre ilusionar así a alguien para luego hace esto? Eres un ¡Hijo de Puta sin Corazón!

— ¡Ya Basta Sarah! Deja el drama. De todos modos tú y yo no éramos nada. No entiendo por qué reaccionas así— dijo cruzándose de brazos.

— ¿Y todavía lo preguntas? Llevas mandándome indirectas desde que compraste la empresa. Si no ¿Por qué pedirme mi consentimiento para contratar a una de las chicas? ¿Por qué invitarme a salir? ¿Por qué actuar como si yo te importara?...

— ¡Escucha! No estoy orgulloso de mí proceder pero ten por seguro que mi intención jamás fue humillarte. Simplemente vi en ti un interés inexistente. No puedo mentirte y no puedo mentirme a mí. No estoy interesado en ¡Ti! Sarah.

Y después de eso Sarah salió corriendo de ese departamento. Había visto la peor faceta de Ehan Hilton.

Esa faceta que solo veían sus amantes cuando él las echaba de su casa.

Todavía no podía creer como toda la ilusión que tenia de llegar a tener una relación con Ehan Hilton se habían destrozado por completo.

A ella de versad le gustaba el.

Pero para Ehan, ella no era de su interés.

— ¡Es un estúpido Cabron! — Susurro frente al espejo — Él no te merece.

Se limpió un par de lágrimas que habían salido mientras recordaba su fatídica noche.

Necesitaba verse perfecta. Nadie podía sospechar que entre ella y el jefe ya no había nada, o si no todos los buitres de la oficina estarían rodeándolo.

Y mientras todos pensaran que ella y el rubio estaban juntos. Todavía tenía la oportunidad de conquistarlo.

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