Conquistando a Jeremy (BG.5 L...

De darlis_steff

7.1M 855K 811K

Si hay algo que Naomi Kanet y Jeremy McQueen pueden afirmar es que a veces dejar atrás el pasado no es tan se... Mais

Conquistando a Jeremy
Prólogo
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo Seis
Capítulo Siete
Capítulo Ocho
Capítulo Nueve
Capítulo Diez
Capítulo Once
Capítulo Doce
Capítulo Trece
Capítulo Catorce
Capítulo Quince
Capítulo Dieciséis
Capítulo Dieciocho
Capítulo Diecinueve
Capítulo Veinte
Capítulo Veintinuno
Capítulo Veintidós
Capítulo Veintitrés
Capítulo Veinticuatro (Penúltimo)
Capítulo Veinticinco (Final)
Epílogo

Capítulo Diecisiete

208K 28.9K 33.4K
De darlis_steff


Capítulo diecisiete.

Jeremy.



19 de agosto, 2014.

No soy de decir groserías o palabras muy sucias, pero en este momento podría hacer sentir orgulloso a Dexter. Porque está es una mierda muy jodida.

Leo cada palabra, le doy todas las interpretaciones posibles y sí, el resultado siempre es el mismo: esta es mi acta de matrimonio con Naomi, quien ahora es mi esposa, porque soy un hombre muy casado.

Mamá va a matarme, la hice perderse la boda de su hijo.

Y eso no tendría que ser lo que me enloquezca, pero prefiero darle atención a esos detalles, no tan pequeños, para no convertirme en Naomi 2.0: que pasa de escupir fuego a llorar y luego solo darme una mirada no muy amable.

— ¿Y bien? ¿Es falso, verdad?

Alzo la vista para observar a Naomi, está cerrada totalmente a esta locura. Sus brazos están cruzados y su ceño fruncido. No puedo mentirle y seriamente dudo que yo la haya obligado a casarse por lo que este desastre no tendría porque únicamente parecer como algo que se dio por mi culpa.

Creo que una pequeña espina de indignación me hace confirmar nuestro estado civil actual de una manera muy abrupta:

Te debo tu regalo de bodas, esposa. Al menos ya cubrimos nuestra luna de miel.

Abre y cierra su boca un par de veces antes de perder el equilibrio, por suerte, antes de que pueda caer logra ubicar su mano temblorosa en una silla.

Todo el día de ayer la pasamos tratando de recordar qué carajos sucedió realmente, gran parte de Naomi ignorándome cuando no era necesario que habláramos, y cuando hablábamos entonces yo recurría a mi inmensa paciencia para soportar el veneno que no sabía ella podría albergar, al menos no hacia mí.

En el bolsillo de mi pantalón olvidado conseguí la factura de un anillo que no es de caramelo ¡Oro! Tal parece que en mi borrachera no olvidé aquella promesa que me hice de que a mi esposa le daría lo mejor, había facturas de compras de licor y comida chatarra, incluso la factura de los horribles tatuajes, secretamente admito que el de Naomi es horrible, el mío al menos no está torcido. Y finalmente hace apenas un par de horas di con nuestra perfecta acta de matrimonio, creí que como abogado yo podría encontrar algo que apelar, alguna mota de ilegalidad, pero esto es tan legal y real como yo mismo. Realmente nos casamos.

— ¡No podemos estar casados!

—Sí podemos, porque de hecho lo estamos.

— ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? ¿Es que planeaste esto?

—Por supuesto que planeé casarme con alguien que no me ama, que en consecuencia iba a gritarme y darme veneno. Oh, no olvidemos que lo que más me motivó a obligarte a casarte conmigo es el hecho de que recibiría tu veneno y gastaría miles de euros en tu anillo, el cual por supuesto puse contra de tu voluntad en tu pretensioso dedo. Porque mírame, Naomi—me señalo y sonrío—, estoy absolutamente feliz con la dulzura que destila mi amada esposa, porque estoy abrazando con anhelo nuestra acta de matrimonio y besando la alianza que descansa en mi dedo; y no olvidemos mí amado tatuaje proclamando mi adoración hacia ti. ¡Por supuesto que planeé esto y estoy extasiado con los resultados!

Creo que mis palabras la toman por sorpresa y quizá excedí de mi cuota justa de la ironía y el sarcasmo, pero es que esta mujer me encanta, sin embargo no puedo solo quedarme a observar como intenta de dirigir su molestia hacia mí. Soy tan víctima de nuestras acciones como ella.

— ¿Qué vamos a hacer? No puedo estar casada...No de nuevo, no puedo. No debo, no puedo. Nunca más me someteré a esa vida. No puedo renunciar a mi libertad.

—No soy él.

—No estoy diciendo que lo seas, pero no es la vida que quiero, mucho menos en un matrimonio sin amor.

—Si gustas solo voy por el cuchillo para que me lo claves.

—Jeremy...

Alzo mi mano y suspiro, discutir no va a darnos solución sobre esto. Es bastante obvio que tengo sentimientos por Naomi, no correspondidos al parecer. Todo este tiempo estuve esforzándome en conquistar a alguien que no mentía cuando decía que no quería una relación de índole romántica en su nueva vida. No es que Naomi me haya mentido, pero ver toda esta reacción en ella hacia esto ha sido como recibir un balde de agua fría.

Naomi no mentía, en este momento yo luzco como su pesadilla, como los grilletes que la atan a todo lo que rechaza y en lo que ha decidido no volver a creer.

—No soy una mala persona, Naomi. Haces sonar que la idea de estar conmigo es lo peor que podría pasarte en la vida. Entendí tu punto, no hay necesidad de solo empeorarlo con palabras, porque está bien que pienses en tus sentimientos, pero al menos ten un poco de empatía por los míos.

—Yo solo, no...

Alguien llama a la puerta de la habitación, dejo el acta de matrimonio sobre la mesa para cuatro personas innecesaria de nuestra habitación y camino hasta la puerta.

Cuando la abro hay uno de las trabajadoras, ella parece sorprendida, enarco una ceja y sacude su cabeza.

—Abajo dejaron algo para esta habitación ¿Es esta la habitación de Naomi Kanet?

Quizá solo debería corregirla y decir que ahora es parte del club de las señoras McQueen. Me limito a asentir con mi cabeza.

—Naomi—la llamo y la escucho arrastrar los pies. Todo esto es ridículo, no tenemos por qué actuar diferente y tratarnos mal.

— ¿Y cuál es tu nombre? —me pregunta la chica atrayendo mi atención de nuevo a ella. Su inglés tiene el típico acento danés. Alzo mi mano mostrándole mi reciente nueva adquisición—Casado, siempre están tomados.

Casi río, Naomi finalmente llega y tras firmar algo recibe un paquete. Entramos de nuevo a la habitación y observamos el paquete sobre la mesa porque ¿Qué pueden enviarnos a Dinamarca? Las personas ni siquiera saben la dirección de nuestro hotel y aquí francamente no conocemos a alguien...Excepto, claro, nuestros testigos de boda que ni idea de quiénes son o dónde están.

—Te prometo que si eso es otra bomba sorpresa de estupidez o una de nuestras hazañas, Jeremy...

— ¿También seré el culpable?

Ignora mi respuesta y toma el paquete. Prácticamente rasga el papel envolviéndolo y cuando lo abre hay un CD junto a lo que parecen fotografías. Jadea.

—Oh, Dios mío...

Comienza a pasar las fotos, creo que no quiero verlas, pero ella grita y me las entrega. Tomo un profundo respiro hasta tener valor. Mis ojos se van abriendo a medida que veo las fotos.

Esa tiene que ser la sonrisa más idiota que he esbozado en mi vida. Estoy abrazando a Naomi en una, en otra la estoy besando y en la siguiente parece que reímos de algo mientras vemos su nada económico anillo. Hay cinco personas que parecen acompañarnos y en una de las fotos una de esas personas está vomitando lo que me hace saber que estaban igual o peor de ebrios que nosotros. Creo que los recuerdo un poco, pero nada concreto.

Las otras fotos son todas sonriendo intentando imitar las típicas fotos de recién casados, pero hay algo que me hace ruido: lo feliz que luzco. A pesar de mi sonrisa bobalicona y ebria, hay algo en mí que me hace lucir increíblemente feliz, no es que sea de prestar atención a ello pero mis ojos parecen dos faroles de tanto brillo. Me veo como si simplemente yo fui feliz de lo que hice, orgulloso y sensacional; y no soy el único. Naomi me ha dado muchas sonrisas sinceras y felices, pero nunca una como la de las fotos, ella simplemente brilla de lo feliz que luce ¿todo eso lo hizo el alcohol?

—No pienso ni siquiera ver ese CD. Parece que adquirimos el paquete Premium para nuestra boda.

—Lo mejor para mi esposa.

Me gano otra de esas malas miradas antes de que ella toma su cartera y salga de la habitación.

—Debo poner en mi lista que la mujer que me gusta ya no solo me rechaza, ahora me desprecia porque soy su esposo—camino hasta el CD y lo tomo. No puede ser tan malo.

Me encargo de introducir el CD de alta definición, enciendo la televisión y me siento en la cama. A medida que avanza el vídeo de mi preciosa boda mis ojos se van abriendo mucho más.

No me reconozco.

He estado ebrio en otras oportunidades, pero nunca a tal magnitud. Debo hacer un paréntesis para felicitar a quien nos casó porque no es un tonto disfrazado de Elvis, de hecho parecía un tipo algo serio que sabía lo que hacía, incluso divertido porque seguramente sabía que solo éramos un par de borrachos haciendo una estupidez, lo único que le pongo en contra, además del hecho de que nos casó, es que veía casi salivando el anillo de Naomi.

Es una boda breve llena de muchas risitas y besos torpes, pero cuando declaran que podemos besarnos no sé si Naomi se quiere comer mi rostro o yo el suyo. Veo mucha lengua en ese beso descuidado y ¡Mierda! ¿Desde cuándo manoseo de esa manera el culo de alguna mujer en público? Incluso le aprieto un pecho y ella ríe.

Tapo mi rostro con mis manos pero veo entre mis dedos. Alzo mi mano pidiendo la palabra en el vídeo. Oh, mierda ¿Qué va a decir el Jeremy ebrio del vídeo? Decido que debo verlo bien, así que destapo mi rostro.

Quiero...Quiero decir—arrastro terriblemente las palabras—. Que amaré a esta mujer hasta quedarme sin aire, ella va a ser feliz...Oh, sí, muy feliz. Tendremos hijos. Su pasado y el mío solo serán un soporte de quienes somos....Ahora. Pero seremos felices, tan felices que lloraremos. ¡Que viva nuestro amor!

Hay un torpe baile de segundos, risas para las fotos, luego una de las chicas testigos vomita y hay un beso algo subido de tono con el que el vídeo termina. Supongo que luego volvimos al hotel.

El hotel. En donde Naomi amaneció desnuda de cintura para abajo, ella está muy segura de que no tuvimos sexo, pero algo debemos haber hecho como para que ella no tuviera ropa abajo y yo tampoco. Además, tengo breves destellos de su sonrisa de placer y de mí en una posición muy interesante que implicaba besar su entrepierna. Si los cálculos no fallan, yo le di un sexo oral bastante eficiente a mi nueva esposa.

Observo mi anillo de bodas, quizá deba quitármelo. Hay tanto control de daño por hacer, sin embargo reproduzco el vídeo de nuevo para escuchar mis atontadas palabras una y otra vez.

No es que me vea feliz, es que yo era feliz. Y a medida que me escucho una y otra vez me doy cuenta que hablo como un hombre absolutamente enamorado que quiere hacer feliz a su chica. Estoy enamorado de Naomi Kanet...O McQueen según nuestra acta de matrimonio. Y analizándolo me doy cuenta que no me ha impactado el estar casado con ella, mi terror e impacto se encuentra en cómo sucedió.

Mierda, esto es terrible. Estoy enamorado de mi esposa que quiere divorciarse y posiblemente está despreciándome.

—Dinamarca ¿Qué le hiciste a mi vida?

***

21 de agosto, 2014.

Naomi prácticamente apuñala su filete mientras dos de nuestros testigos, que logramos encontrar yendo a la capilla express donde nos casamos, nos relatan desde su punto de vista lo que recuerdan.

—Así que yo fui quien decidió tatuarse—digo. Camila, la amable latina que vomitó en mi boda, asiente con la cabeza.

—Así es, pero luego ella dijo que también quería, incluso tú misma decidiste tu tatuaje. No recuerdo mucho, pero eso sí.

—Oh, mira, Naomi, no te obligué.

—Honestamente, ustedes se veían felices. Ninguno de los dos dudó.

—Yo no sabía que me casaba.

—Quizá en el fondo sí—dice el novio de Camila encogiéndose de hombros—. Él no te obligó a nada y te veías genuinamente feliz a diferencia de ahora.

—No estoy feliz. No soy feliz. Esto—nos señala— me hace infeliz.

Volteo a verla preguntándome si ha analizado lo que acaba de decir, porque me ha causado algo muy parecido al dolor. No soy un hombre que no pueda vivir con un rechazo, pero esto va más allá de eso. Estoy enamorado de ella, pero no me condenaré a ser ese hombre que se arrastra por un amor no correspondido y escucharla que es infeliz por estar conmigo es francamente una de las cosas más agria.

No puedo solo sentarme a ser de nuevo el chico que recibe malos tratos y espera que un día todo acabe. Basta de eso.

—Gracias por haber venido a aclarar un poco nuestras dudas—digo de manera educada, no es que todo esto sea culpa de ellos. Después de todo, estos novios de años, no se volvieron locos y se casaron como nosotros.

—No te preocupes, lamentamos que las cosas no funcionen para ustedes—dice Camila—. Pensamos que todo era genuino y...Bueno, ya vemos que no.

—Encontrarás a la indicada—asegura su novio, luego aclara su garganta hacia Naomi—; y claro que tú también.

Me pongo de pie y me despido de ellos, no presto atención a si Naomi viene detrás de mí, después de todo hemos estados por caminos separados desde ese despertar, no porque yo lo quiera.

Cuando las puertas del ascensor van a cerrarse, Naomi entra agitada.

— ¿Qué sucede? ¿Ibas a dejarme?

Marco el número de nuestro piso y rápidamente el ascensor comienza a moverse.

—Conoces el camino a la habitación.

— ¿Qué sucede contigo?

—Me cansé, Naomi.

— ¿Qué?

Me giro hacia ella, parece desconcertada, toda su bravuconería dejada atrás. Pero ya tomé mi decisión.

—Mi mamá crió a hombres respetuosos, ella y nosotros pasamos por mucho. Yo pasé por mucho y te lo conté, pero aun así yo no culpo a otros de las decisiones que tomo ahora. Mujeres jugaron e hicieron uso de mi cuerpo, sin embargo yo sé que no todas las mujeres del mundo son ellas y que tú no eres una de ellas.

»Nunca me has escuchado una y otra vez señalarte de forma indirecta como la culpable de mis desesperanzas o tristezas, sin embargo siento que todo el tiempo estoy recibiendo esa vibra de ti simplemente porque tengo un pene que me hace ser de sexo masculino. Y estoy cansado—me encojo de hombros—; entiendo tu situación, pero también sufrí al crecer y estoy cansado.

El ascensor se detiene en nuestro piso, salgo y sé que ella me sigue. Me detengo frente a nuestra habitación, abro y entro. Subo mi maleta a la cama mientras busco todas mis cosas rezagadas.

—Siento por ti mucho más que una atracción y cada vez que me acercó chocó contra una puerta, lo he soportado porque sé que es duro para ti y porque nada era malicioso. Pero ahora todo es diferente.

— ¿Diferente?

—Sí, desde que despertamos con un anillo de bodas yo he sido tu objeto de desprecio. Has estado dándome comentarios hirientes, malas actitudes y ni siquiera soportas estar conmigo. Cualquier cosa que llegue a hacer te molesta, pero ¿Honestamente? Escuchar lo infeliz que eres con esto y conmigo ha ido más allá de lo que puedo soportar.

»De alguna manera pensé que no había malicia en ti, y en verdad no la hay, pero ahora que la has buscado, la has dirigido hacia mí, y no lo merezco porque todo lo que quise hacer alguna vez fue lograr que te dejaras querer. Naomi, yo ni siquiera fui quién planeó este viaje y aun así me culpas de todo.

Me dejo caer sobre la cama y retiro el anillo de mi dedo. Nunca he sido de rendirme, pero ser masoquista tiene un límite.

—Voy a conseguir un vuelo ahora mismo a casa, me encargaré de todo este papeleo, suerte que soy abogado.

— ¿Qué papeleo?

—El de nuestro divorcio. Tranquila, esto no te hará infeliz más día de los necesarios. Lamento todo esto, pero quiero dejar en claro que tengo igual parte de la culpa que tú. No soy el villano y no importa cuántas veces lo intentes plasmar en tu cabeza para creerlo, yo nunca te lastimaría y yo nunca sería él.

»Lamento que te sientas prisionera por la simple idea de una relación, y como amigo te recomiendo que pienses muy bien en ello, porque te estás condenando a una vida carente de amor por un error. El primer amor no tiene por qué ser el amor de tu vida. Y la primera herida no tendría que significar que vendrán más.

— ¿Estás dejándome? —parpadea continuamente y se abraza a sí misma.

—Estoy pidiéndote el divorcio y bueno, supongo que nos daré el divorcio—me acerco y le entrego mi anillo.

—Sé que he sido una perra estos últimos días, pero entiéndeme que...

—Yo siempre te he entendido, he empatizado con tus sentimientos y posición. Pero tú nunca me has entendido en mí. Entiendo que sufriste y no es fácil, pero no eres la única alma en el mundo siendo atormentada. Yo sufrí, Naomi, y eso no me impidió pensar en ti.

»Ha sido terrible escuchar que eres infeliz y no seré el hombre causante de ello. Afuera, en algún lugar, tiene que haber alguna mujer que va a amarme como yo lo haré. Alguien que será feliz de un día despertar conmigo y un anillo, creo que merezco encontrar a esa persona.

Lo mereces—la escucho susurrar.

Tomo mi maleta y celular, no he hecho ninguna reservación de vuelo, puedo hacerlo en el camino y solo necesito irme antes de que me plante sobre una rodilla y ruegue que me quiera, eso sería incómodo para ambos.

La observo, no quiero dejarla sola, sé que es una adulta responsable – exceptuando nuestra boda – pero aun así dejarla aquí no se siente bien.

—Por favor cuídate.

—Puedes esperar, solo quedan dos días.

—Necesito irme, ahora. Sabrás de mí, me encargaré rápido de nuestro divorcio.

No me detiene, no hablamos, solo me voy. Este viaje no salió como esperaba.




No me cuesta reservar un vuelo y aunque me duele pasar mi tarjeta, las ganas de irse pueden más. Tomo asiento en el avión y pienso en la locura que me espera en casa. Cuando mamá lo sepa va a molestarse demasiado, Doug nunca olvidará esto y yo seré un hombre divorciado. Mierda. Nunca había hecho tal desastre por mi cuenta en mi vida.

—Hola.

Volteo hacia la voz femenina encontrando a una pelinegra que me sonríe, sus mejillas están muy sonrojadas.

»No me conoces, pero seremos compañeros de viajes y le tengo pavor al asunto de volar, te advierto que tomaré tu mano fuertemente al volar, no podré evitarlo, entonces lo hará menos incómodo si solo nos conocemos. Soy Penélope, me dicen Penny.

—Soy Jeremy, solo no aprietes muy fuerte mi mano, por favor.

—Está bien.

— ¿Si no te gusta viajar qué haces en Dinamarca?

—No quería morir sin nunca haber vencido este miedo y Dinamarca ha sido preciosa—mis ojos se abren mucho— ¡Jesús! No estoy muriendo, era un decir.

—Bien.

— ¿Y tú?

—Nadie muere por corazones rotos...Creo. Vine a Dinamarca con la que creí era el amor de mi vida y regreso solo.

—Auch.

—También vine con un estado civil de soltero y me voy con una transformación a casado.

—Vaya...

—Y pronto divorciado—hago una mueca—. Apesta, pero es necesario.

— ¿Para qué?

—Para encontrar a quien vaya a amarme como yo estoy dispuesto a hacerlo.

—Ella es muy tonta si te deja ir y si lo hace, me apunto voluntariamente a la lista de chicas con las que pudieras salir. De verdad.

—Soy un hombre casado.

—Por ahora—sonríe—. No estará tan mal el viaje, promesa.

Lo estará porque no está Naomi. Solo eso, hace que sepa que el viaje se sentirá mal.



Holaaaa, aquí  otro capítulo de esta historia. Lo sé, suframos por este Shipp.

Jeremy se fue y conoció a Penny :'( ¿Por qué me lo trataste así, Naomi? Deja ir tu miedo y entregate amiga, te puede hacer feliz xD

Espero les guste.

Un beso.

Continue lendo

Você também vai gostar

243K 17.7K 27
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...
7.1M 600K 24
Doug McQueen lo ha conseguido: Ha conseguido a la chica junto a un pequeño príncipe rubio que puede llamar hijo. Tiene a sus mejores amigos que perte...
1M 166K 151
4 volúmenes + 1 extra (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso justo...
341K 21.3K 29
Chiara y Violeta son compañeras de piso, y no se llevan bien. Discuten a menudo, y cuando no lo hacen, se ignoran. Cuando se adelanta la boda de su h...