Impuro secreto que prende fuego.
Delicado anhelo que arde como el viento.
Mi sonrisa falsa, mis palabras vacías, mi mirada perdida.
Todo mientras reduces mi piel a cenizas.
Todo en tinieblas.
Ella no se da cuenta. Eres un demente, estás siendo indiferente.
Me tocas descaradamente, me haces perder el control.
Y ella no es testigo de aquella poción.
Poción que, envenenada, causa espinas incrustadas en la piel que nos hacen envejecer.
Malicia en sombras.
Malicia en mi vida ordenada y pura.
Eres malicia en forma oportuna, siempre encontrando la forma de hacer alguna locura.
Y yo, con buena sumisión, me tomo aquella poción.