"¿Está todo bien?" La voz de Harry me sobresalta, me hace saltar, y rápidamente meto mi teléfono en mi bolsillo.
"Sí, eh, era sólo un vendedor por teléfono." Me tropiezo con mis palabras. Por alguna razón, no creo que deba decirle a Harry que hablé con mi abuela.
"Entonces, ¿podemos volver a la sala de estar?" Él pregunta con una sonrisa.
"¡Sí, estaré allí en un segundo!" Le brindo una sonrisa con todos mis dientes, y me da una mirada extraña antes de salir de la habitación.
Agarro mi teléfono e intento llamar a mi abuela, pero va directamente al correo de voz. Algo va mal. Aunque Harry probablemente podría decirme si los demonios la habían estado buscando, no me atrevía a decirle que estaba hablando con ella.
Lanzo mi teléfono a la cama y camino penosamente hacia la sala, donde Harry me saluda con una sonrisa. Una vez más, me siento a su lado en el sofá, y él apoya su brazo sobre mí, jugando distraídamente con mi cabello.
"Está bien, solo tengo que concentrarme". Suspiro, "¿Hemos acabado ya?"
"¿Hay otra cosa que prefieras hacer?" Pregunta, y aunque está sonriendo, puedo decir que sospecha de algo.
"Solo quería ir a la librería y buscar algunos libros que tienen que ver con esto", le digo, haciendo mi mejor esfuerzo para actuar de forma natural.
"Bien, ¿quieres que conduzca?" Se levanta del sofá, ofreciéndome una mano.
"En realidad iba a ir sola." Me levanto sin su ayuda y camino hacia la puerta principal.
"¿Por cuánto tiempo crees que estarás fuera?"
"No sé. Si no regreso esta noche, llama a la policía. Oh, espera, has hecho que Hailee los mate a todos". Agarro mi bolso y me voy antes de que él pueda decir algo que me moleste.
Empiezo el camino hacia la casa de mi abuela, rezando para acordarme de cómo llegar. Sin embargo, ella no vive lejos, a solo treinta minutos en coche. Enciendo la radio, de repente extrañando todas las veces que Hailee odiaba cantar cada canción. Ahora que ella se ha ido, realmente no tengo a nadie.
Las emociones me golpean con fuerza, las lágrimas brotan en mis ojos y amenazan con desbordarse, pero parpadeo. Tenía que ser fuerte. Además, ella probablemente esté mirando ahora, y no quiero que me vea llorando.
Antes de darme cuenta, estoy entrando en el camino de la casa de mi abuela, preguntándome cómo llegué hasta aquí. Todo se veía igual que cuando lo vi hace seis años. Corro hacia la puerta de entrada, mirando constantemente por encima del hombro a cualquiera que pueda estar siguiéndome.
Cuando trato de girar el pomo de la puerta, la puerta se abre. Pues, genial. Lentamente, entro en la pequeña y silenciosa casa. Primero veo la cocina e inmediatamente noto las especias en el suelo. Me muevo a la sala de estar, pero todo está como debería.
La oficina y el baño tampoco muestran signos de nada extraño. Mis sospechas crecen, sin embargo, cuando veo que la puerta de su habitación está cerrada. Ella nunca pasa tiempo en su habitación. Tan lento como puedo, giro el pomo de la puerta y abro la puerta.
"¡Pequeña!" Mi abuela grita, lágrimas cayendo por su rostro. Está atada a una silla en el medio de la habitación, con un paño alrededor de su cuello que probablemente la contenía de gritar.
Justo cuando me acerco para liberarla, alguien me derriba al suelo. Mi cabeza golpea contra la alfombra, el dolor explota dentro de mi cráneo. Me concentro en mi atacante acostado sobre mí. Es un hombre con múltiples tatuajes, cabello negro con demasiado gel y ojos negros.
"Perra estúpida". Él sonríe y luego parpadea, y sus ojos son color caramelo. Sus manos agarran mis muñecas, inmovilizándome en el suelo.
"¡Suéltame!" Grito, tratando de alejarme de él, pero él es demasiado fuerte.
"Hubiera pensado que una banshee sabría que estaba caminando hacia su propia muerte". Él levanta las cejas, "Pero como dije, eres una perra estúpida".
"¿Cómo sabes que soy una banshee?" Pregunto, tratando de ganar tiempo.
"La gente habla, cariño, y tú eres un tema candente. Sin mencionar que tienes un cuerpo caliente. No es de extrañar que Harry esté tratando de follarte". Sus ojos viajan lentamente por mi cuerpo, descansando en mis pechos durante demasiado tiempo.
"¿Conoces a Harry?" Mi voz se quiebra.
"Claro. Los dos somos demonios."
"¿Te dijo que soy una banshee?" Todas mis peores pesadillas se estaban haciendo realidad de repente.
"No importa quién haya dicho qué. Lo único que importa es cómo voy a masacrarte a ti y a la pobre abuela".
"¡No vas a tocarla!" Mi abuela grita, las lágrimas aún caen por sus mejillas.
"Oh, voy a tocarla de una forma que nunca antes hubiera sentido", levanta mis brazos por encima de mi cabeza y me sostiene las muñecas con una mano, mientras desliza la otra por mi cuerpo, "puedo hacerte sentir mucho mejor de lo que Harry alguna vez podría ".
"¡Eres repugnante!" Grito. No estoy segura de si estoy más consumida por la ira o el miedo.
"Cariño, no piensas eso. De hecho, apuesto a que crees que soy sexy, ¿eh?" Él arrogantemente levanta una ceja, ahuecando mi pecho.
"Eres asqueroso." Mi abuela murmura, su voz llena de ira.
"¿Qué esperabas, abuela?" Él aparta sus ojos de mí para mirarla, "Soy un demonio".
"Si me vas a matar, solo hazlo". Digo, causando que mi abuela llore más.
"Tengo algunas ideas que me gustaría probar antes de matarte". Sonríe luego coloca sus labios en mi cuello, chupando suavemente. Arqueé la espalda por la sensación, enfadada con mi cuerpo por reaccionar de esa manera.
Lentamente se aleja y luego pone sus labios en los míos. No me molesto en devolverle los besos, pero parece que no le molesta, porque no se detiene. Su mano libre desabrocha mis pantalones y luego empuja dentro.
"¿Realmente vas a hacer que mire?" Mi abuela resopla, pero sé que está más molesta que incómoda.
"Eres una aguafiestas. Tal vez debería matarte ahora". Él grita, haciendo que mi pulso se acelere.
"¡No! Vámonos a otra habitación. De todos modos, me gustaría hacer esto en privado". Digo tan seductoramente como puedo. Necesito ganar algo de tiempo por mi abuela.
"Así me gusta." Él sonríe y se levanta del suelo sin soltar mis muñecas. Me puse de pie con él, luego salimos de la habitación sin decir una palabra más. Intento mirar a mi abuela, pero él me saca de la habitación.
"Hay un sofá en su oficina". Sugiero, sin saber qué esperar.
"Necesito más espacio que eso". Él se ríe como si no hubiera nada de malo en la situación.
"Oh, bueno, hay una habitación al otro lado de la casa".
"Perfecto." Él me lleva a la sala de estar y a la habitación de invitados. Las decoraciones hacen que parezca que estamos en la década de los 50.
Antes de que pueda hacer una broma para detenerme, él me empuja a la cama y se inclina sobre mí. Sus labios encuentran los míos en un instante, sus manos recorriendo mi cuerpo. Él empuja sus piernas entre las mías, forzándome a separar mis piernas. Involuntariamente dejo escapar un gemido cuando él se apretuja contra mí, avergonzándome a mí misma.
"¿Te gustan los demonios?" Él pregunta, respirando pesadamente.
"No sé a qué te refieres". Miro el techo, demasiado nerviosa para mirarlo a los ojos.
"Las palabras vuelan, querida. A ti y a Harry os gusta jugar."
"¡No! ¡Nunca hemos hecho algo así!" Mi cara se enrojece con el recuerdo de mi beso con Harry la noche anterior.
"Los demonios podemos ser malvados, pero no difundimos rumores patéticos". Se muerde el labio inferior, mirándome a los ojos.
Y luego sus labios están sobre los míos otra vez. Me hace sentir náuseas. No debería ser forzada a hacer esto. Su mano entra en mis pantalones otra vez, pateando mis nervios. ¿Qué pasa si tienes sexo con un demonio?
Antes de que pueda averiguarlo, la puerta del dormitorio se abre de golpe. Estoy sorprendida por la fuerza de mi abuela hasta que veo a Harry en la entrada. En un instante, se dirige hacia mi demonio violador al suelo y comienza a golpear su cabeza contra el suelo.
"¡Desata a tu abuela!" Él grita, y salgo de la habitación en segundos.
Cuando me encuentro con la habitación de mi abuela, intenta desesperadamente liberarse de las lágrimas. Rápidamente le quito las cuerdaqs, lo que le permite liberarse de la silla.
"¡Estoy tan feliz de que estés a salvo!" Ella me rodea con sus brazos, pero me siento incómoda con el gesto.
"Tenemos que asegurarnos de que Harry esté bien". La empujo con la mayor suavidad posible y luego corro por el pasillo.
"¿Quién es Harry?" Pregunta, deteniéndome.
"La persona que acaba de salvarnos". Me vuelvo para enfrentarla.
"¿Una persona que sabe de demonios?"
"Bueno, él es uno". Digo, mirando por encima del hombro en busca de signos de problemas en el dormitorio de invitados.
"Espera, ¡conseguiré el agua bendita!" Ella corre hacia su armario, volviendo con un tarro de líquido transparente.
"No le vas a echar eso a Harry". Le quito la botella.
"¡Tabitha!" Ella grita, corriendo detrás de mí, pero yo soy más rápida que ella.
Irrumpí en la habitación de invitados y me quedé sin aliento. Harry está apuñalando al otro demonio, sin mostrar piedad. Saco la tapa del frasco y verto el agua bendita sobre la cara del demonio, haciéndolo gemir de dolor.
"¡No dejes que eso me toque!" Harry me grita, pero yo solo derramo más en la cara del demonio.
"¡Tabitha, salpica a los dos!" Mi abuela grita detrás de mí.
"¡No! ¡Él nos está ayudando!"
"¡Atrás, vieja!" Harry le grita a mi abuela y luego me mira, "saca el papel de mi bolsillo trasero y léelo en voz alta".
Busco en el bolsillo de sus pantalones vaqueros y saco la arrugada hoja de papel de la que debe estar hablando. Cuando lo desenredo, no entiendo ninguna de las palabras. Todo parece estar en latín.
"Voy a dejarlo y salir de la habitación. Una vez que me haya ido, lees". Harry ordena con autoridad, mirándome, esperando una respuesta. Asiento con la cabeza, insegura de si estoy realmente lista, luego se levanta y sale de la habitación.
El demonio de ojos de caramelo lucha por levantarse, sus heridas lo afectan. Rápidamente, empiezo a tartamudear las palabras de un idioma que no entiendo, poniendo toda mi confianza en Harry. Cuando miro hacia abajo al suelo, está vacío.
"¿Se suponía que eso iba a pasar?" Me dirijo a mi abuela.
"No. Se suponía que debías enviarlo al infierno". Se frota la cabeza, con decepción en sus ojos.
"¿Qué hice mal?" Me meto el papel en el bolsillo, derrotada.
"¡Nada! Simplemente se escapó antes de que pudieras terminar. No es tu culpa". Ella cruza la habitación y me abraza de nuevo, y una vez más, me siento incómoda.
"Voy a ver cómo está Harry". Digo, caminando hacia la puerta.
"Deberías enviarlo de vuelta al infierno". Ella dice con una sensación de traición, pero no dejo que me afecte.
Cuando salgo, Harry está apoyado contra los ladrillos de la casa, sus ojos mirando a la calle, pero claramente no está pendiente de eso.
"Se escapó." Comienzo, de pie junto a él.
"Oh, bueno. Él volverá". Él se encoge de hombros, sus ojos no se mueven del todo.
"¿Lo conoces?"
"Ese hijo de puta es Zayn." Suspira, finalmente posando sus ojos en mí. Están llenos de confusión y arrepentimiento.
"¿Qué es lo que quiere?" Miro al suelo, no soy capaz de soportar la forma en que Harry me mira.
"Nadie lo sabe con certeza. ¿Por qué no me dijiste que vendrías aquí?" Él se empuja de la pared y se pone frente a mí.
"Supongo que no quería que le hicieras daño a mi abuela". Me encojo de hombros. No estoy segura de porqué no quería decirle nada.
"Bueno, os salvé a las dos."
"Sí, gracias." Me muerdo el labio inferior, sin saber bien qué decir.
"Si vuelvo a verlo, enviaré su trasero directamente al infierno por mí mismo". Harry niega con la cabeza, con las cejas juntas.
"¿Por qué?" Pregunto. No parece natural que odie a uno de los suyos.
"Estaba tocando lo que es mío". Dice con disgusto en su voz, luego se da vuelta para irse a mi coche, dejándome sola para recuperar el aliento.