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Capítulo 3.

Mi cuerpo empieza a temblar, sudor formándose en mi sien. La música que suena a mi lado se hace más dramática y aumenta de volumen, alcanzando un crescendo. Mi mente busca las palabras para decir, por lo que trato de tragar la saliva inexistente en mi boca ahora seca.

"¿Qué quieres?" Me las arreglo para tartamudear. La figura niega con la cabeza y da un paso en mi habitación, sólo para dar un paso hacia atrás.

"Por favor, no seas esa chica. La típica chica en todas esas películas de terror que has estado viendo." Él se ríe de sí mismo, y me doy cuenta de que conozco la voz. No puedo recordar quién tiene esa voz, sin embargo, todo el miedo corría por mí.

"¿Realmente me has estado observando?" Le pregunto, por último, sentada en mi cama. Mis manos temblando agarrando mi teléfono, apagando la música. Casi me arrepiento, porque el silencio en la sala es pesado.

"Yo sé que trataste de decirte a tí misma que no soy real, pero ambos sabemos que estabas mintiendo." Da un paso a la habitación, permaneciendo allí esta vez. Trato de escuchar con atención a su voz para determinar quién es, pero es que no puedo.

"Tú no eres real. Esto es un sueño." Repito las palabras aunque sé que tiene razón. Son una mentira.

"¿Quieres que te demuestre que esto no es un sueño?" Él pregunta, una pizca de burla en su voz.

"¿Cómo harías eso?" Me trago. Si mi corazón late más rápido, puedo morir de miedo, pero ahora mismo, eso suena tentador. No, no me voy a morir esta noche.

Oigo una pequeña risa de la figura antes de que él saltara hacia mi. Yo trato de taparme con mis brazos, pero algo afilado golpea mi cabeza, y me hundo en la oscuridad.

Cuando me despierto, mi cabeza está palpitando y duele. Debo haber dormido mal. Sin pensarlo, me tire de la cama, y fui a por una ducha.

Mientras me lavo el pelo, sin embargo, mis dedos rozan un chichón en la cabeza. Agarro rápidamente el pequeño espejo que cuelga en mi ducha y aparto mi pelo para intentar ver mi cuero cabelludo. Efectivamente, hay una pequeña protuberancia de color rojo con un bulto en el medio.

Al verlo, mi recuerdo de la noche anterior me inunca. Dejé escapar un grito, dejando caer el espejo al suelo con un ruido sordo. Tiro de la cortina de la ducha de nuevo para ver si el intruso se encuentra todavía en la casa.

Cuando no veo a nadie, me dirijo rápidamente al agua y tiro de mi ropa. Corriendo hacia la puerta principal, cojo mi bolso y voy a mi coche. No voy a quedarme en esta casa con alguien que puede entrar con un rápido giro de llave, presiono mi pie en el pedal y temerariamente conduzco al apartamento de Hailee.

"¿Qué haces aquí tan temprano?" Hailee gruñe cuando ella abre la puerta después de que estuviese aporreando la puerta con golpes fuertes.

"¡Tengo que enseñarte algo! ¡Esto, esta cosa en mi cabeza!" Me deja pasar y me siento en el sofá.

"Está bien. Muéstrame." Ella cierra la puerta detrás de ella antes de unirse a mí en el sofá. Me tire del pelo de mi cuero cabelludo al igual que hice en la ducha, haciendo a Hailee jadear.

"¡Había alguien en mi casa ayer por la noche que hizo esto!" Le grito, poniendo mi pelo en su lugar.

"¿Has llamado a la policía? ¿Sabes qué aspecto tiene?"

"No, no lo hice. Yo tampoco sé qué aspecto tiene." Murmuro, mirando mis manos.

"¿Por qué eso?" Cruza los brazos sobre el pecho.

"Si hubiera llamado a la policía, me habría hecho daño o hubiera escapado hasta la madrugada siguiente. No vi su rostro porque mi habitación estaba a oscuras." Expliqué y giré el misterioso anillo en mi dedo.