Me cago en la enfermera y en el estúpido doctor que está entre mis piernas en éste momento.
¿Cómo maldita sea podía doler tanto?
Moriré de eso estaba segura. Dios que dolor. Cuando comencé con los ejercicios de preparación las entrenadoras decían que dolía y aún más si eran gemelos pero ellos nunca dijeron que dolería tanto.
-¡____, puja! -gritó el doctor. Estiraría mis brazos y le arrancaría la cabeza si no fuera por que la vida de mis bebés está en peligro.
-Hijo de puta -murmuré antes de pujar por milécima vez en 10 horas.
-Vamos ____, Nickolas o Edward estarán acá pronto -la enfermera habló mientras limpiaba las gotas de sudor que caían por mi frente. Miré a mi padre sentada en la silla a dos metros de distancia, ¿Por qué a mamá se le había ocurrido ir a ver a la abuela justo ahora? Papá estaba blanco y tenía las manos en su boca, ésto no me servía de apoyo.
-¡AAAAH! -grité lo más fuerte que pude. La presión que sentía allí abajo era jodidamente increíble, puje para tratar de calmar el dolor y me sentí vacía... bueno, algo. Giré mi cabeza volviendo a ver a papá que se encontraba de pie y afirmado de una silla.
-¡Vas bien cariño! ha salido uno.
¿Qué mierda sabía él del dolor que sentía justo ahora? ¡No iba bien! ésto dolía demasiado.
-Ese es Edward -dije con dificultad.
-Bueno, Edward es un niño muy lindo.
-Duele -murmuré a la enfermera que estaba a mi lado.
-Aumentaré la epidural ¿De acuerdo? Aún falta _____ tienes que estar tranquila.
Un minuto después el efecto de la anestesia se hacía cada vez más presente, me encontraba feliz de la vida.
-¡AAAH! -grité otra vez cuando sentí una presión.
-¡Nickolas viene _____! -habló el doctor. Cuando estos niños crezcan les diré todo los días lo mucho que sufrí para que ellos estén con vida.
-¿Ahora? -pregunté. El doctor me miró extrañado.
-¿No te duele?
-¿¡Sí o no!? -lo hice ignorando lo que el doctor iba a decir. Me sentía viva otra vez.
-Vamos enfermeras, ¡lleven a estos dos muchachitos a su primer control! -gritó el doctor.
Y aquí vamos...
(...)
-¡Edward! -grité.
-Estoy acá mamá deja de gritar -gritó también recibiendo un golpe por parte de Nick.
-No le grites a mamá -gritó.
-¡Puedo hablar como yo quiera!
-Pues a mamá no.
-Sí.
-No.
-Niños basta -volví a tomar a Edward de la mano y seguimos caminando- Han estado juntos toda la vida, no pueden pelear.
-Nueve años no es tanto -reclamó Edward fulminando con la mirada a Nick.
-Lo es, Edward. -Venir a ver un partido de Fútbol con dos niños de distintos equipos era siempre un desastre.
-¡Toma asiento Nick!
-¡No mamá! -gritó.
-¿Pueden dejar de gritarme? -grité- No es mi culpa haber tenido dos hijos de diferentes equipos.
-Es culpa de Nick por no darse cuenta que Manchester United es mejor que Liverpool
-¡Ow, sabes que no!
Finalmente y después de una gran pelea sobre cual equipo es mejor, los dos se sentaron y quedé en medio de ambos, aún peor.
-Liverpool es mejor, Eddie -opiné.
-¡Claro que no! -reclamó.
-Te amo mamá -dijo Nick abrazándome. Sí claro...
-Nick reprovó Lenguas-dijo rápido Edward.
¿Qué?
-¡Empezó el juego! -gritó Nick fulminando con la mirada a Edward.
Ser mamá de unos gemelos de 9 años no es fácil. Peleaban por todo: El equipo que les gusta, chicas (Sí, a los nueve eran muy mujeriegos, tan igual al chico de esperma inteligente), por el mejor videojuego, por cual jugador de fútbol américano es mejor, y más, mucho más. Todo es el doble de difícil si no tienes al padre cerca.
Veinte minutos despues quería desaparecer de ese lugar, tenía los oídos doloridos con tantos gritos y no entendía nada del juego.
-¿Vienes con tus hermanos? Mierda, moriría por una hermana así -sentí a un hombre hablar en mi oído, despegue la mirada de mi celular para poder mirarlo ¡Era un adolescente!
-Imbécil.
-Eso es aún más caliente -murmuró, los gemelos estaban concentrados viendo el partido.
-Piérdete.
-Mierda, espero que los traigas más seguido, vendría a cada juego por ti, preciosa. -Nick se sentó a mi lado.
-Deja de molestar -le dije al tipo finalizando nuestra conversación- ¿Qué pasa, cariño? -pregunté a Nick.
-Manchester ha metido uno.
-Ustedes dos son unos perdedores -rió Edward.
-No me hables así, Edward.
-Oh vamos, prometiste que vendrías con nosotros y te comportarías como una persona que ama el fútbol.
-No seas imbécil -dijo Nick.
-¡Nickolas!
-Sí, lo sé, no interesa -habló restándole importancia.
Si uno de los dos equipos ganaba, sin importar cuál, en casa habría una guerra de aquellas. Por eso, cada vez que jugaban yo optaba por el empate, por más que me doliera que Liverpool no ganara.
(...)
-Eso fue trampa, mamá -reclamó Edward en el auto- No era gol.
-Te duele admitir que no haya ganado Manchester -contestó Nick burlándose.
-Tampoco Liverpool.
-Tonto.
-¡Basta chicos!
-¿Dónde vamos?
-A mi trabajo hay una persona que quiere que diseñe algo para ella.
-Uh, ¿Estará la hija de Johanna?
-No, Edward.
-¿Y la de Rachel?
-Tampoco, Nick -bufé- Son demasiado pequeños para estar con chicas.
-Mamá esta celosa -se burló nick.
-Sí, claro ¿Cómo es eso de que reprovaste Lenguas?
-Edward reprovó Matemáticas.
-¿Qué? -frené el auto de golpe, afortunadamente no habían tantas personas por estas calles, me di vuelta para poder ver a los dos con claridad.
-Lo odio ¿Sabías? -Edward apuntó a Nick.
-Oh que amoroso eres, cariño -bufó Nick cruzándose de brazos.
-No es un juego, creo que deberían tener mejores notas ¿No? después de todo, ustedes tienen todo lo que quieren.
-No todo -reclamó Nick.
-Una serpiente no cuenta Nickolas.
-Pero...
-Tampoco querer ir a Japón en barco Edward. Si no sacan mejores calificaciones, no habrán video juegos.
-¿Nos vas a castigar? -preguntó Nick con los ojos abiertos.
-Claro que sí.
-Ésto es tu culpa, eres el gemelo tonto -murmuró Edward.
-¿Ir a japón en barco? Por favor, tienes mente de gusano.
Los dejé con su pelea y volví a manejar. Necesito fuerzas.
N/A
primer cappppp!!!!!!! :pppp