Nuestra Segunda Oportunidad...

By Lynsori

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Si tu hermano te afirmara que se acostó con tu prometida. ¿Le creerías? El mundo de Ehan Hilton se vino abajo... More

Reseña
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
REDES Y PLATAFORMAS
Capítulo 42
Capítulo 43
La Carta De Sebas.
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Epílogo
Mellizos
Marco
NOTA IMPORTANTE (Nick y Olivia)

Capítulo 21

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By Lynsori

— ¿No te gusta?— preguntó la voz de Dony triste al ver la reacción de Ehan.

—Sí, claro que me gusta. Gracias chicos, es muy hermoso, les prometo guardarlo.

Matt y Dony sonrieron complacidos por el regalo hacia su padre. Ellos estaban nerviosos porque no sabían si a él le gustaría.

—Niños, ¿Porque no le cuentan a su padre sobre el partido de la semana pasada?— les dijo Hanna para abrir la conversación entre ellos, Ehan quería formar un lazo con sus hijos y ese sería un buen inicio para los tres.

Los gemelos se enfrascaron en una conversación sobre las pruebas del equipo de soccer; los gemelos había sido colocados en la categoría de 5—7 años, al parecer el entrenador está convencido que tiene el potencial para jugar con chicos más grandes gracias a sus alturas.

— ¿No les da miedo jugar con los chicos grandes?— pregunto Ehan con una sonrisa.

—No, somos de los mejores— dijo Dony orgulloso— y se acerca nuestro cumpleaños y tendremos así— demostró el pequeño levantando la mano y enseñándole los cinco dedos.

—Serán muy grandes— afirmo Ehan con falsa impresión hacia los pequeños.

—Todavía no— le dijo Matt— seremos grande cuando tengamos como Sebas ¿Verdad Mami?

—Si cariño— le dijo Hanna con una sonrisa mientras le acariciaba el cabello sin notar la cara de Ehan.

Sebas, Sebas, Sebas...

Todo era Sebas, y eso molestaba a Ehan en gran manera; ese hombre le quito a su chica y ahora a sus hijos.

Trato de evitar que su rostro revelara su molestia y concentrase en los pequeños. "Paso a Paso" recordó. Debía ir con cautela y despacio para recuperar a su familia. No quería enojarse y echar a perder todo lo que había logrado.

Ya suficientes problemas tenía por tener que invitar a Hanna a comer con su familia; no tenía ni la más mínima idea de cómo convencerla. Ningún argumento era lo suficientemente bueno para lograr que ella se arriesgara a volver a ver a su padre y a su hermano.

Decidió esperar hasta el final del día para hacerlo, le daría la noche para que lo pensara.

Después de unos minutos los gemelos se despidieron de Ehan, debían regresar a la guardería.

Hanna llevo a los gemelos pero iba tan concentrada en ellos que no escuchó los murmullos en la empresa.

Ya todos sabían que los pequeños Kelly se habían escapado para visitar a Hanna, pero el hecho que lo pequeños entraran a la oficina del jefe los hizo creer que él estaba molesto por el comportamiento de los niños.

Muchos aseguraban que Hanna seria despedida y otros defendían que sería reasignada. Varias apuestas ya circulaban por la empresa pero ninguna era acertada.

Ehan se sirvió un vaso de brandy para tomar valor, necesitaría ayuda para hablar con Hanna; el tema de su familia era un tema delicado para ella.

Su familia es la principal responsable de que ellos no estén juntos.

El esperó un tiempo prudencial antes de volver a llamarla a su oficina para evitar levantar sospechas en la empresa y asegurarse de que ella ya no estuviera molesta por el episodio del sofá.

— ¿Que paso Ehan?— le dijo Hanna entrando molesta; después de lo ocurrido no quería ver a Ehan— tengo trabajo y debo terminar varias cosas...

—Sera rápido Hanna, debemos terminar nuestra plática pendiente; si no fuera por los gemelos ya hubiéramos acabado.

—Yo no recuerdo que trataras de hablar conmigo antes de abalanzarte sobre mí— le increpo Hanna molesta.

—No recuerdo que tuvieras mucha resistencia mientras te besaba...

— ¡Ah! ¿Así que es mi culpa?

— ¡No...pero no eres del todo inocente!

— ¡Eres un imbécil! En ningún momento he hecho algo para que eso sucediera...

— No parecía eso mientras sostenías mi cabeza contra tus labios.

—Eres...eres...exasperante.

—No quiero discutir contigo. Además, no es sobre eso lo que quiero hablar— dijo Ehan preparándose para la discusión que estaban a punto de tener, eso sin contar la que ya estaban teniendo.

Hanna no aceptaría la invitación tan fácil y él tendría que ocupar todo su ingenio para lograrlo.

— ¿Que sucede Ehan?— preguntó Hanna ansiosa, él era un hombre directo, sea lo que sea que le tuviera que decir lo tenía preocupado.

—Mi familia... sabe oficialmente de la existencia de los gemelos— dijo Ehan sin verla, él sabía que si la veía querría abrazarla y eso los llevaría a otras cosas...

—No me sorprende, recuerda que tu padre pago para que abortara a los gemelos— aseguro Hanna con ironía.

—No estoy hablando únicamente de mi padre, Hanna. No lo justificó, pero varias cosas han cambiado en mi familia— empezó a explicar— Mi padre le confeso la verdad a mi madre y esta le pidió el divorcio...

— ¡¿Qué?!

—Mi madre no está segura de poder perdonarle lo que te hizo...

— ¡Pero!...pero tu madre me odia.

—No te odia...

—Me odia Ehan, para ella no existía mejor mujer que Giselle para ti, siempre me lo repetía. Sé cómo Giselle, debes de alimentarte como Giselle, todo es su vida era Giselle— protesto— hasta comparo que el anillo que le diste a ella era más grande que el mío.

Ehan se quedó sin saber que decirle; muchas de esas cosas él no las sabía y no podía explicar el actuar de su madre.

— ¿Por qué no me contaste todo esto en su momento?

— ¿Para qué Ehan? Yo creía ciegamente que me amabas y que nada de lo que tu familia pudiera decir nos afectaría...pero me equivoque.

—No te equivocaste, todo eso a mí no me importaba...

—Ehan. No quiero hablar de eso. Mejor dime lo que tienes que decirme para que me pueda ir.

—Necesito que entiendas que eso fue en el pasado; mi madre ha reconocido que tú eres mi felicidad y ha amenazado a mi padre y a Marco con encargarse de ellos si vuelven a actuar en tu contra...

— ¿Tu madre ha hecho eso?— dijo Hanna impresionada por la forma de actuar de Scarlett Hilton.

—Sí, Hanna. A pesar de todo, mi madre es la única que ha respetado mis deseos.

La cabeza de Hanna estaba hecha puré; jamás imagino que Scarlett en algún momento la defendería a tal grado de separase de su esposo. Le parecía imposible que fuera la misma mujer que trataba de enseñarle etiqueta y modelas durante aquellas vacaciones.

—Yo...no sé qué decir— afirmo Hanna impresionada.

—Puedes empezar... aceptando la invitación de mi madre para un almuerzo...sería este domingo—Ehan observo la cara asustada de Hanna y se apresuró a terminar— Mi madre quiere conocer a sus nietos, y está decidida que un almuerzo intimo sería la mejor opción.

Ella no dijo nada, solo lo observó con los ojos abiertos.

—No puedes hablar enserio— susurro al final en voz baja.

—Hanna...

— ¡No! Ehan. ¡No! yo no quiero volver a ver, hablar o tan siquiera estar cerca de tu familia— dijo Hanna con la voz temblorosa.

Ella no podía creer la propuesta de él. Su familia son las personas que más daño le han hecho en el mundo. Y para ella son seres despreciables, no quería a sus hijos cerca de ellas, le importaba una mierda que llevara la misma sangre.

— ¡Por favor! Piénsalo, los gemelos merecen conocer a su familia, ellos son los únicos nietos y de momento los únicos herederos de las empresas familiares; no puedes negarles eso Hanna.

—Yo no quiero negárselos, pero recuerda que tu padre me mando deshacerme de ellos. No lo quiero cerca de mis hijos Ehan... ¿Cómo quieres que los presente? ¿Niños, quiero que conozcan a su abuelo el cual por cierto los quiere ver muertos? Trata de explicarles eso...

Ella dejó de hablar, solo de imaginar la posibilidad sentía el miedo recorrerla el cuerpo entero.

—Mi madre y yo evitaremos cualquier mala intención Hanna; confía en mí. Ella está deseosa de conocerlos, y yo quiero que mis hijos la conozcan a ella y a Marco.

Ella lo observo con temor y se cruzó de brazos como si tratara de protegerse; pensar en reunirse con la familia Hilton era como invitarla a tomar él te en medio de un tiroteo.

— ¡No Ehan! No estoy dispuesta a aceptar esto, es tan...horrible, no puedo llegar y aparentar que no odio a tu padre, no puedo fingir que Marco me agrada a pesar de ser el tío de mis hijos...

— ¡Lo sé! ¿Sí? Lo sé. Pero entiende a mi madre, ella no tiene la culpa y también la vas a castigar por algo que ella no hizo y que de haber sabido lo hubiera evitado...Solo...piénsalo Hanna. No se lo puedes negar a nuestros hijos.

No. No. No.

Todo en ella gritaba ¡No! Pero... no había nada más que ella pudiera hacer, Ehan tenía Razón; no podía negarles a sus hijos ese privilegio... al final, ellos eran los únicos herederos del imperio Hilton.

—Yo...lo pensare— accedió Hanna girando y caminando a la puerta pero una mano la detuvo.

—Hanna, espera. ¡Dios! Estas temblando... — le dijo Ehan preocupado, ella estaba pálida y su cuerpo sufría pequeños temblores— Estas aterrada.

—Yo...yo no puedo— susurro ella con la voz quebrada— tu no lo entiendes...Los odio Ehan. Los odio con todo mí ser...ellos...

—Eso no es sano Hanna— trato de tranquilizarla— es dañino vivir con tanto rencor...

Hanna lanzó una risa irónica.

— ¿Y me lo dices tú? ¿El hombre que por odio y orgullo me hecho de su vida?— dijo con ironía.

—Es diferente Hanna...

— ¡Ah Claro! Si tú lo haces está bien pero yo no puedo...

—No me refiero a eso; además. Las situaciones son diferentes; entiendo tus restricciones pero no debes castigar a mi madre y los gemelos por algo que hizo mi padre.

Hanna lo observó con molestia y preocupación, a pesar de tratar de comprender lo que él le decía. El dolor no la dejaba pensar con claridad. Necesitaba relajarse o explotaría ahí y todos en la empresa se enterarían de lo que ocurre.

—Yo...yo necesitó tiempo Ehan. Déjame pensarlo— suspiro.

—Mi madre lo está planeando para este domingo; puedes llamarme mañana y decirme que has decidido.

Ella solo asintió con la cabeza y giro para salir de la oficina. Agradeció que Ehan no la detuviera esta vez.

Cuando salió muchos notaron que se encontraba pálida y eso les afirmó que el jefe de seguro le había gritado porque estaba molesto con ella por la escapada de los gemelos. Ahora las apuesta de un posible cambio de secretaria estaban aumentando y algunos aseguraban que ella sería despedida.

Hanna se concentró en su trabajo evitando pensar en la decisión que debía tomar; en ningún momento noto la mirada compasiva de sus compañeros; lo único que ella quería era salir de ahí.

No sabía que decisión tomar; si no aceptaba estaría siendo injusta con los gemelos al no dejarlos conocer a su abuela; además que forma parte de la deberes de Ehan como padre.

Pero si aceptaba ella tendría que ver de nuevo a los Hilton. Scarlett no era el problema, sino su esposo.

El magnánimo Stephen Hilton.

Un hombre tan desalmado que pago dos mil dólares para que ella abortara a sus hijos.

De imaginar que él podía estar cerca de sus pequeños hacía temblar a Hanna.

"Mi madre y yo evitaremos cualquier mala intención Hanna, confía en mi"

Las palabras de Ehan se repetían una y otra vez en su cabeza.

¿En verdad podría confiar en él?

Ella no sabía qué hacer, pero esa noche tomaría una decisión. A la hora de salida; ella guardo todo y se despidió de Ehan de forma impersonal con un simple "Hasta mañana"

Cualquier persona que los observara, jamás podría intuir la pasión desbordada que demostraban horas antes dentro de la oficina de presidencia. Nadia podía imaginar los profundos sentimientos que tenía el jefe por una persona tan común como lo era Hanna para ellos, pero el detalle es que nadie sabía que ellos compartían un pasado común.

Cuando Hanna recogió a los gemelos de la guardería se sintió mejor al tener a sus pequeños cerca. Ese sentimiento de protección la hacía no querer perderlos de vista y estar pendiente de ellos todo el tiempo.

Los tres esperaron a Sebas y juntos se dirigieron a su hogar; a los ojos de todos era una pequeña familia feliz.

Los gemelos iban riendo entre ellos y sus padre caminaban cerca mientras comentaban su día.

Sebas se mostraba más comunicativo después de la noche anterior; por alguna razón su actitud respecto a Ehan cambio al verlo con los gemelos. Él, como hombre y como padre entendía las reacciones de su jefe pero, como hombre, no le gustaba verlo con su esposa.

Hanna ha evitado preguntarle qué piensa de toda la situación; no quiere estresarlo más y el pensar lo ocurrido con Ehan en la oficina la hace sentirse peor que una basura.

A su lado hay un hombre que el ama, que la valora y que confía en ella como el padre de sus hijos no lo hizo, y ella simplemente no puede sacarse a su estúpido jefe de su cabeza.

Llegaron a su hogar y al entrar los gemelos corrieron a su habitación.

Ella estaba pérdida en sus pensamientos observándolos cuando noto que Sebas le había dicho algo.

— ¿Qué?— pregunto ella desorientada.

—Te pregunte sobre qué ocurre. Algo te preocupa, lo sé— le dijo observándola a los ojos.

Se acercó a ella y le coloco un mechón de cabello detrás de su oreja dejando su mano apoyada en la mejilla.

—Te lo diré— dijo Hanna— lo prometo pero...primero quiero que los niños estén dormidos para que hablemos.

Ella se alejó de Sebas y se encamino a la cocina para preparar la cena.

Sebas observo la preocupación en sus ojos y temía que ella supiera la verdad sobre él.

La única verdad que él, le ha ocultado.

Hace diez años, Zachary Martin fue un joven valiente que venció el cáncer.

Lastimosamente el tratamiento utilizado en él era experimental; y los doctores no lograron ver los efectos secundarios.

El saber que era estéril e impotente fue un golpe muy duro para él; fue como recuperar su vida pero a un alto precio.

En un principio su pierna izquierda se vio inválida al ser el conducto para el medicamento, en un tiempo los doctores pensaron en amputarla pero lograron salvarla.

El medicamento le curo el cáncer pero los efectos fueron devastadores.

Después de un par de años; el entro en una etapa de depresión; el siempre soñó con tener una familia, una bella esposa y una par de hijos.

Pero con los años sus sueños había quedado en el olvido al verse imposibilitado e hacer feliz a una mujer.

¿De que servía sobrevivir a la muerte si tu vida era peor que el infierno?

Muchas veces el razono sobre quitarse la vida; pero al final, el siempre concluyo que no era la solución. Había luchado muy duro para echarlo todo al garrete solo porque la vida fuera una perra con él.

Todo era oscuridad en su vida hasta que una tarde se reencontró a Hanna Kelly en BiTec.

La única mujer que fue capaz de ver más de él que simplemente un guardia de seguridad con problemas para caminar.

El luchó por ella hasta conseguirla.

Pero ahora el cáncer nuevamente está amenazando su felicidad.

El todavía no se lo ha contado a Hanna debido a los últimos acontecimientos; ella tiene muchas preocupaciones con el regreso del padre de los gemelos para preocuparla por su enfermedad.

Sebas la Ama y solo quiere lo mejor para ella.

Pero el hecho que Hanna este preocupada lo hace pensar que ella ya descubrió que su enfermedad volvió.

Él ha tratado de ocultarlo por un par de semanas pero tal vez no ha sido tan discreto como cree. Trato de tranquilizarse; no debía de sacar conclusiones hasta no hablar con Hanna.

Fue a buscar a los gemelos y se cambió de ropa antes de ir a cenar con su familia pero su cabeza no lo dejaría tranquilo, Hanna sabía la verdad.

Los chicos les contaron todo lo que hicieron en el día. Sebas no se impresionó cuando le contaron lo de la escapada de la guardería ya que él ya lo sabía.

Las noticias corrían rápido por la empresa.

Una vez los gemelos estuvieron dormidos, Sebas y Hanna se retiraron a su dormitorio para hablar.

Sebas estaba un poco nervioso pero sabía que él y Hanna enfrentarían cualquier problema juntos. Pero esta vez uno de ellos no se quedaría para ver el final.

— ¿Estas lista para decirme que es lo que te tiene preocupada?— le preguntó Sebas con cariño.

—Yo...si, es solo...solo no sé cómo iniciar— explico— hoy estuve hablando con Ehan.

La mención de Ehan puso alerta a Sebastien, tal vez no era su enfermedad lo que tenía preocupada a Hanna.

—Al parecer su familia ya sabe sobre los gemelos— dijo cruzándose de brazos, y caminando hacia la cama— parece que su madre quiere conocer a sus únicos nietos.

— ¿La señora Hilton?

—Sí, ella. Le ha pedido a Ehan que nos invite a un almuerzo en la mansión familiar, solamente ellos y nosotros. Pero...yo...Sebas, yo no quiero ir a la casa de los Hilton. En esa casa yo viví los peores meses de mi vida.

Hanna se estremeció al recordar el desprecio que le mostraban Scarlett y Stephen Hilton.

—Ven mi amor— le dijo Sebas abrazándola tratándola de reconfortar, ella nunca le ha confesado como la trataron pero está seguro que fue el peor trato que le pudieron dar. Esa familia no era conocida por su hospitalidad sino por su astucia y su poder, Hanna entre ellos no era más que el corderito blanco para degollar.

—Los odio, Sebas. Ellos separaron a mis hijos de su padre sin darle la oportunidad de conocerlos; ellos me trataron como a una intrusa y el señor Hilton no paro hasta verme fuera de la vida de Ehan.

Le contó Hanna dejando derramar unas lágrimas.

A Sebas le dolía verla así, él amaba a Hanna y le dolía verla así; tan triste y sin fuerza.

Verla tan débil le hacía desear mandar a los Hilton por un tubo y alejarlos para siempre de Hanna.

—No tenemos por qué ir amor— le dijo Sebas acariciándole el cabello.

—No Sebas. Si tenemos por qué— le susurro separándose de el— Los gemelos son los únicos nietos de los Hilton, por lo tanto sus únicos herederos.

Sebas abrió los ojos al escucharla, si eso era cierto... los gemelos eran dueños de un imperio comercian completo.

—Pero... ¿Y el hermano de Ehan? ¿No tiene hijos?— preguntó Sebas extrañado.

—No, al parecer la esposa de Marco tiene problemas de fertilidad. Es triste que ellos solo la vieran como una incubadora para sus nietos y un negocio más.

Sebas sonrió con tristeza al ver las ironías de la vida.

— ¿Qué ocurre?— preguntó al ver su gesto.

—Nada cariño. Solo pensando en el karma— le dijo Sebas pero al ver el gesto de confusión de Hanna le explico— piénsalo cariño. Los Hilton querían que Ehan se casara con una chica por negocios y por qué querían nietos. Al final, ella no logro cumplir con las expectativas de ellos al no poder se madre y la chica a la que despreciaron por no ser lo suficiente para su hijo es ahora la madre de sus únicos nietos.

Hanna sonrió con tristeza al comprender lo que le decía. La elegida no logro cumplir y la repudiada salió victoriosa en ese estúpido juego de habilidades.

—Además, los gemelos merecen conocer a su abuela y tratar de entablar una relación con su abuelo. Te prometo que estaré pendiente de ustedes y no dejaré que nada ocurra— medio Sebas como solución.

Hanna lo observo aun con miedo pero sabía que Sebas estaría con ella. Debía de ser fuerte y enfrentarse a los Hilton al menos por el bien de sus hijos. Y esta vez...no lo haría sola.

La decisión estaba tomada.

Ellos se presentarían a ese almuerzo.

Hanna le hablo a Ehan el sábado por la mañana para decirle que aceptaban su propuesta.

La llamada fue corta; ella todavía se sentía culpable por lo sucedido con él en el sofá de la oficina. Y era peor el hecho que no se lo contara a Sebas.

Sebas y Hanna hablaron con los gemelos para decirles que al día siguiente irían a comer con su padre y conocerían a sus abuelos.

Los pequeños se emocionaron y comenzaron a preguntar sobe ellos.

Hanna evitaba hablar mal de esas personas porque a pesar de todo, los Hilton poseían la misma sangre que sus hijos y la familia se respeta...hasta cierto punto.

El domingo, los gemelos estaban saltando de un lugar hacia otro emocionados por conocer a sus abuelos.

En cambio Hanna estaba hecha un desastre sin saber que ponerse.

Era un almuerzo íntimo pero con los Hilton nunca se estaba seguro.

Era un día caluroso así que usaría algo fresco, busco entre su ropa y encontró un vestido de flores color lila, aunque no lo aceptara, ella quería darles una buena impresión, quería que la vieran hermosa y feliz a pesar de sus intentos por destruir su vida.

El vestido era sencillo pero le quedaba hermoso, era de tirantes y escote recto, era largo hasta sus rodillas, se colocó unas plataformas y se aliso su cabello dejándolo caer suelto en su espalda.

Sebas le ayudo a cambiar a los pequeño, ellos habían elegido su ropa. Estaban muy emocionados.

Sebas se había puesto un pantalón de mezclilla color negro y una camisa azul oscuro con las mangas largas arremangadas.

Los gemelos se vistieron con pantalones de mezclilla color azul, Dony llevaba una camisa polo color blanco y sobre este una camisa manga larga.

Matt llevaba una camisa blanca con un dibujo y sobre este su pequeña chaqueta café.

Todos se veían bien; Hanna solo esperaba causar una buena impresión a los Hilton.

Quería que la vieran feliz y satisfecha con su familia.

No les demostraría el miedo que sentía por que ahora sabía que no estaba sola.

Su familia estaba con ella.

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