Mala influencia®

By teensspirit

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YA EN FÍSICO. La irresistible tentación está ahí: para los dos. En medio de todo el desastre, tuvimos que enc... More

Prólogo
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capitulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Epílogo
Fin
YA EN FÍSICO

Capítulo 11.

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By teensspirit



REESE.

El profesor habla sin parar pero no le presto atención. Sí, sé que está mal, pero es que no puedo dejar de pensar en mi fiesta y en todos los preparativos que tengo que hacer y organizar. Por suerte Ariadna y Lily se ofrecieron a ayudarme para que no tenga que hacer tanta faena. Quiero que sea una de las mejores fiestas del curso y sobretodo, que consiga que se me vaya la mala fama que tengo ahora mismo.

Miro a uno de los culpables de todo lo que me pasa, el cual está sentado a mi lado y se ha quedado dormido, escondiendo la cabeza entre ambos brazos cruzados y apoyados encima del pupitre. Solo espero que no comience a roncar en medio de clase. Suspiro. Es tan bipolar... A veces va de chico malo y misterioso y se dedica a hacerme rabiar de todas las maneras posibles, provocando que lo odie a más no poder; y otras parece que de verdad tiene sentimientos y se toma enserio su trabajo, pero ya no sé ni qué pensar. El profesor grita algo frustrado para que la gente se calle y Eros gira su cabeza, dejando su rostro a la vista, aún dormido. Cuando duerme todos esos aires malignos que le rodean desaparecen, y su semblante es sustituido por uno tranquilo. Tanto que se me olvida que mide casi el doble que yo y que podría tumbarme de un puñetazo en menos de dos segundos. Igual que hizo con Justin. Sigo sin entender por qué demonios se puso tan violento, a la que insulto fue a mi no a él, y se defenderme sola. Pero eso indica la clase de persona insensata y violenta que es y volvemos al mismo ciclo vicios.

Eros abre los ojos y me pilla mirándolo embobada. Mierda. Mi primer instinto es sonreír incómodamente. Esa sonrisa que pones cuando saludas a alguien que te cae mal pero quieres quedar bien. A diferencia de que yo me sonrojo como una idiota.

En cambio la que me da él es su típica sonrisa que grita "problemas" hasta cuando la ves de lejos.

-Señorita Russell, la veo muy distraída hoy... ¡Tiene la cabeza en las nubes! ¿Acaso está enamorada? -la gente ríe y yo tengo ganas de esconderme debajo del pupitre.

Eros se pone erguido y aprieta la mandíbula enfadado. Se da la vuelta y cuando la gente le ve todos callan. Lo agradezco, pero sigo sin entender por qué reacciona así.

-Como sea, ya va sonar el timbre y la semana que viene hay examen. -todos murmuran algo negativo y se oyen cuadernos y estuches cerrándose por toda la clase. Yo trago saliva. ¡Mierda! ¿Cómo se me ha podido olvidar?- Supongo que la señorita Russell sacará la mejor nota de clase, a diferencia del resto. -la gente ya ni le presta atención. Todos están colgándose sus mochilas y hablando entre ellos. Apoya ambas manos en mi pupitre y me mira desde arriba.- No espero menos de usted...

Las manos comienzan a sudarme y seguro que ha notado mi nerviosismo. Suena el timbre y yo se lo agradezco a los dioses. La gente se amontona en la puerta.

-¡No os olvidéis de estudiar! -grita por encima de las voces. Demasiado tarde, Mr. Turner.

Salgo a toda prisa de clase, sin esperar a Eros, y aún avergonzada por todo. Me zambullo entre la gente y encuentro a Lily y a Karol con el periódico escolar en la mano junto a sus taquillas. Parecen absortas.

-¿Que pasa?

-Tu guardaespaldas pasa. -pronuncia Karol.

Frunzo el ceño.

-¿Por que dices eso?

Lily me tiende el periódico escolar donde sale una foto de Eros de lejos, hablando con el entrenador Jones. Abajo hay otra foto en la que sale pegando a Justin y luego otra en la que sale hablando con Ariadna, con una sonrisa y la camiseta gris y de manga corta que llevaba el mismo día en el que llegó tarde. Me sienta como una patada en el culo ver esa foto y saber que prefería hablar con ella antes llegar a tiempo para no dejarme sola. Pero me choca más que hay alguien el cual o la cual se dedica a sacarle fotos a Eros allá a donde va. Me pregunto si será la misma persona que está obsesionada con llenar mi vida de desgracias.

-Léelo. -me indica Lily.- Pero te aseguro que no te va a gustar ni un pelo.

La miro confusa antes de hacer lo que me dice.

Ultimamente, en el Official High School of Miami Beach solo se habla de una cosa. El espectacular Eros Douglas. Y es que, ¿quién no lo conoce? ¡Si está buenísimo! Este joven llegó hace poco a nuestra institución, levantando un montón de suspiros risueños y envidias. Todos sabemos su trabajo impuesto por el director del instituto, para controlar a su pequeña hijita indefensa, y por qué no mentir, admitamos que todas envidiamos a Reese Russell por ello.

Nuestra envidia aumentó aún más cuando lo vimos pelearse con nuestra estrella de fútbol y quarterback Justin McGray para defenderla. ¿Sería por esta misma razón por la que Douglas rechazó formar parte del equipo de fútbol? ¿O sería por tener vigilada a la mimada hija del director? ¡Sea cual sea es una locura no querer estar en el equipo!

Y por qué no decir que últimamente todos dudamos de la relación entre Eros y Reese, siempre se ha rumoreado que entre ellos dos existía algo, pero últimamente al irresistible guardaespaldas se lo ha visto muy unido con Ariadna Taylor, hija del rico empresario Adam Taylor, también conocida por todos. ¿Por quién de las dos se decidirá Douglas?

Lo primero que siento al leer el artículo es ira. Estoy tan enfadada que sin darme cuenta arrugo el papel entre mis manos, casi destrozándolo. Karol y Lily me miran sin saber qué decir.

-¿Quién ha escrito esto? -pregunto.

Se miran entre ellas y se encogen entre hombros antes de volver a mirarme.

-Es anónimo.

¡Aghh! ¡¡Anónimo otra vez!! ¡Ni si quiera se como dejan publicar esto! Y lo peor es que no me puedo quejar a nadie, por que si mi padre se entera de todo esto no se lo que pasará. Pero le diré que la próxima vez alguien se encargue de supervisar el periódico antes de que sea publicado.

-Parece que hoy no tienes un buen día, princesa. -Eros se posiciona a mi lado, con una sonrisa sensual y apoyándose en las taquillas. Tengo la impresión de que Lily y Karol se van a derretir en cualquier momento. Él y su estúpido apodo. Le miro con furia.

-Te odio.

Su sonrisa no desaparece, cosa que hace que lo odie más.

-¿Por que ha sido está vez, Russell?

Le estampo el periódico arrugado en el pecho y el frunce el ceño al ver las fotos. Karol y Lily se excusan diciendo que van a llegar tarde y desaparecen por el pasillo. Eros acaba de leer el artículo y me mira algo confuso.

-Me alegra ver que me dejas sola para hablar con ella. -murmuro cruzándome de brazos.

Eros se queda pensativo, y al final, sonríe. Después coloca un mechón de mi pelo detrás de mi oreja acercándose peligrosamente, y sorprendiéndome un poco.

-Me encanta cuando te pones celosa. No puedes resistirte.... -dice con voz ronca bajando el índice por mi barbilla. Hago un sonido de sorpresa.

-¿Como puedes tener la cara tan dura? -casi grito, apartándome. Agradezco que ya no haya nadie por los pasillos.- ¡Eres...! ¡Eres un...! -grito buscando la palabra.

-Soy un imbécil, un cabrón y un idiota... Y aún así estás loquita por mi. -sus labios se deslizan suavemente al decirlo.

-¡No estoy loquita por ti! ¿Co-cómo puedes decir eso? -tartamudeo llevándome las manos a la cabeza.

Eros ríe.

-¿Entonces que es lo que te molesta?

Abro la boca para decir algo pero no encuentro las palabras adecuadas para demostrar que no estoy celosa. La vuelvo a cerrar. Balbuceo algo.

-Que no soy ninguna niña indefensa ni una mimada. Tampoco soy nada inocente... -digo cabreada.- Estoy harta de que todos tengáis esa imagen de mi.

-No lo parece si cada vez que te sientes ofendida reaccionas así. -parece que está perdiendo la paciencia.- Deberías madurar ya de una maldita vez. -escupe.- Yo no tengo la culpa de que alguien haya escrito ese periódico, aprende a comportarte ya como un puto adulto si no quieres que piensen que eres una cría.

Paso varios segundos en silencio, procesándolo todo y ofendida. No me puedo creer que me haya dicho eso después de lo que acabo de leer sobre él. Soy yo la que debería de estar enfadada, y aún así ha encontrado una razón para darle la vuelta a la tortilla y hacerse el ofendido.

-Ni se te ocurra hablarme. -es lo único que consigo decir antes de darme media vuelta, con el corazón palpitándome a mil por hora.

-Será un placer. -oigo a mis espaldas.

{...}

Mi fiesta es fantástica. Ha salido tal cual planeaba, la gente está intentando agradarme constantemente y parece que ya se han olvidado de el vergonzoso vídeo que circula por las redes o de el estúpido artículo del periódico que me ha dejado en ridículo. Mi jardín está lleno de gente y casi todos han decidido bañarse en la piscina. La música mola un montón y está a todo volumen, algunos chicos del equipo han traído cervezas y hay barra libre. Así que mi único objetivo hoy es beber sin pasarme.

-¡Reese intentó agarrarme pero la roca resbalaba demasiado y ambas nos caímos al agua! -exclama Lily contando nuestra experiencia cuando decidimos ir a pescar porque nos parecía maduro. Todos ríen incluida yo, pero la diferencia es que yo no estoy del todo metida en la historia, mis ojos buscan desesperadamente los azules oscuros de Eros, sin mucho triunfo. Lo que más me preocupa es que no veo a Ariadna, y sabiendo lo mucho que va detrás de él y lo que leí en el artículo, tengo que admitir que estoy preocupada.

Y lo que más me ha molestado, es que Peyton Harper apareciera en mi fiesta sin venir a cuento. ¿Quién la había invitado? Bueno, eso está claro, ha sido Eros. Pero es MÍ fiesta, no la suya, y ni si quiera me ha pedido permiso. Aun que pensándolo bien dudo mucho que me fuera a pedir permiso cuando llevamos dos días sin dirigirnos la palabra. Exactamente desde el momento en que nos peleamos. Ambos somos demasiado orgullosos como para ceder.

-Voy a buscar algo de beber. -digo excusándome para levantarme e irme.

Es una pena que con lo bonita que es la fiesta no tenga ganas de hacer nada. Estoy como... deprimida.
Abro la cristalera y entro dentro de casa, aquí dentro se está más tranquilo, aún que se escucha la música y los gritos de la gente provenientes de fuera. Me sirvo un vaso de agua y cuando estoy bebiendo escucho un crujido proveniente de las escaleras. Frunzo el ceño y dejo el vaso en la encimera antes de acercarme a las grandes escaleras de mármol blanco.

-¿Hola? -pregunto. Oigo unos pasos provenientes en la planta de arriba, pero nadie responde. Dejé bien claro que no quería que nadie entrara en casa.- ¿Hay alguien ahí? -digo comenzando a sentirme como la protagonista de una peli de miedo mientras subo las escaleras.

Cuando llego al pasillo del segundo piso es todo silencio. Camino alerta por en medio cuando vuelvo a oír pasos. No es la primera vez que pasa y comienza a entrarme miedo al pensar que puede ser la persona que puede querer hacerme daño, pero las ganas de saber quién és me vencen. Vislumbro al final del pasillo una sombra que gira hacia la izquierda a gran velocidad y comienzo a caminar más deprisa para alcanzarla. La adrenalina recorre todo mi cuerpo. De un momento a otro estoy corriendo. Me detengo cuando doblo la esquina enmoquetada y no hay ni rastro de nadie. Solo se oye silencio.

Miro a la pared. Hay un mensaje escrito con lo que parece ser permanente negro que me pone los pelos de punta:

No te queda mucho tiempo, Reese Russell.

Mi respiración se entrecorta cuando oigo un disparo y cierro los ojos con fuerza antes de volverlos a abrir. Tengo el corazón en un puño cuando una bala pasa por al lado de mi cabeza. Suelto un grito ahogado al ver a alguien enfrente del pasillo apuntándome con un arma. Va totalmente de negro y no distingo si es hombre o mujer, solo reacciono y abro la primera puerta que tengo a mi izquierda, entrando a toda prisa en una habitación y cerrando el pestillo con manos nerviosas y aceleradas.

-¿Russell? -una voz confusa a mis espaldas me hace temblar. Me dejo caer contra la puerta antes de mirarlo aliviada.

Agradezco al cielo que esté aquí. Creo que es la única persona que podría tranquilizarme en este preciso momento. Sin pensármelo dos veces me lanzo hacia él y enrollo mis brazos al rededor de su cuello notando su piel caliente contra la mía. Eros me estrecha entre sus brazos como si tuviera miedo de que pudiera desaparecer en cualquier momento y una de sus manos hace presión en la parte baja de mi espalda. Sollozo sin darme cuenta, a la vez que un escalofrío recorre mi cuerpo al sentir su respiración pesada contra mi nuca.

-¿Que coño ha pasado? He oído un disparo.

Siento su voz ronca vibrar en mi pecho y él me suelta. Al instante me arrepiento de haberle abrazado, como si me lo fuera a echar en cara. Respiro hondo y el me escanea asegurándose de que estoy bien.

-Estoy bien. -murmuro nerviosa.- Pero hay alguien hay fuera... -no encuentro las palabras.- Quiere hacerme daño.

Observo detenidamente el despacho de mi padre. Hay un cajón lleno de archivos abierto y carpetas por el suelo. Está todo registrado y desordenado. Respiro varias veces y el miedo se va pasando, dejando paso a mi parte racional.

-¿Se puede saber que haces aquí? -pregunto una vez estoy más calmada. Los ojos de Eros recorren mi cuerpo de arriba a abajo haciéndome sentir diminuta. Intento controlarme por no hacer lo mismo con él.

Una sonrisa maliciosa es todo lo que obtengo de su parte.

******

¡La mansión Russell en multimedia! Espero que os haya gustado el capítulo, los próximos serán sobre la fiesta de Reese y lo que pasará en ella. Si os ha gustado dejar vuestra estrellita o hacédmelo saber por comentarios.

¡Para no perderos nada no olvidéis seguirme! ¡Besooos! Os quierooo❤️💛💚💙💜💗

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