7 de octubre.
Trent.
Mi hermano. Esta justo frente a mí.
Y es un demonio.
Una risa clara y siniestra se apodera de él.
Para estos momentos estoy llorando.
—¿Cómo? —no puedo terminar de hablar, el nudo en mi garganta no me lo permite.
Da un paso hacia mí y yo por inercia retrocedo.
— ¿Ahora me tienes miedo? —su voz no es la misma, se ha oscurecido varios tonos.
No puedo hablar. No puedo dejar de mirar al demonio que se encuentra frente a mí.
— ¿Tu?... —es lo único que logro pronunciar.
Vuelve a reír.
—si Cassie, soy un demonio. Y, ahora tú vas a morir.
Cassie.