En las afueras del centro pokémon un oficial de policía hablaba con la enfermera encargada, su aspecto alto y de una expresión severa hacía que la mujer de no más de treinta y cinco años se sintiera incomoda e intimidada.
Por una pequeña conversación que sostuvo con una chica que vio algo extraño en las cercanías de los caminos de la ruta hacia ya más de 11 días, pero esta se había ido a entrenar en los bosques próximos al camino viejo.
Solo había dejado a su mudkip que jugueteaba con la manguera de agua que estaba suelta de los jardines paralelos a las ventanas de la sala de estar del centro.
Una chica de cabello hasta el hombro caminaba hasta llegar al estacionamiento de la edificación en donde guardaba su motocicleta mientras compraba provisiones para su viaje.
Un joven agente cortó su paso dirigiéndole una mirada fría y penetrante, sus ojos se veían con desconfianza e ira, pero para seguir su papel se identificó sacando sus credenciales que lo acreditaban como agente de la policía local de ciudad Azafrán, y dentro de poco en detective.
-Señorita Hilda. Solo quiero hacerle unas preguntas.
- ¿Acerca de qué?-Hilda intentó jugar con su suerte.
El oficial sacó un papel de una denuncia estándar que se pueden llenar para dar quejas de todo tipo de asuntos, todo de manera anónima para evitar problemas.
-Respecto a esto.
-Supongo que la palabra "anónimo" tiene un nuevo significado- soltó cansada.
-Acompáñeme a la estación, la escucharé todo lo que quiera allá-mencionó en connotación agresiva.
Para Hilda una estación era el último lugar en el mundo donde quisiera estar, y su expresión aunque digna se observaba dudosa y un poco de temerosa al respecto. Tuvo que pensar en algún tipo de excusa, buscar en las memorias indeseables pero que, en ese momento, eran su mejor opción.
-Si lo que quiere es hacerme simples preguntas creo que la enfermera estará más que dispuesta a prestarnos su oficina. Oficial Lucas-opinó.
-Creo que es mejor ir a la estación por su seguridad-replicó Lucas apretando un juguete en su bolsillo derecho.
-Tengo que recoger a mis pokémon, iré cunado pueda-Hilda sonrió forzadamente pero creíble dado su pasado.
-La esperaré.
En sus mentes ambos dedicaron una inmensurable cantidad de groserías y maldiciones variadas como las flores de un jardín. El joven agente alto y de piel neutra tramaba hacerla pasar por la salida alterna del centro para que nadie, aparte de la encargada, tuviera contacto con ella.
Hilda había comenzado a desesperarse como siempre en momentos en donde la serenidad debía de imponerse, el policía se mostraba atento a cada movimiento y había notado la manera en como movía sus nudillos. Para cuando ella se percató, era evidente su intento de controlar sus nervios.
Por su mente pasaban escenarios cada uno peor que el otro si iba a la estación y revisaran sus datos y descubrieran su pasado. Incluso salir huyendo después de recuperar a su pokémon le pareció viable.
Fue entonces cuando vio que el oficial Lucas se adelantaba y la dirigía a la salida de servicios urgentes del centro, un lugar solo para que las enfermeras trataran de manera privada a los pacientes.
Todo estaba acabado hasta que observó a su pokémon jugando en el jardín delantero, corrió hacia el recordando otra característica de la ley de la ciudades como Azafrán, se podían tomar declaraciones en cualquier lugar siempre y cuando hubieran dos oficiales y un civil junto al testigo, por ello los oficiales se movían en parejas.
Tenía que encontrar al compañero del amenazante oficial Lucas.
-Aquí estas Cado-dijo para llamar la atención de las personas en el ventanal.
- ¿A dónde cree que va?
-Mi pokémon está aquí, y al parecer ser su compañero también.
El agente tosco y grande hacia preguntas a las personas del área de descanso, la enfermera lo acompañaba. Hilda decidió lanzar su ataque.
"Rápido y preciso, sin dar lugar a contrataques" pensó.
Fue a la entrada aprovechando la distancia que había ganado, abrió ruidosa para que todos la vieran. Lo cual no fue muy difícil pues todos esperaban a la chica que contaba las mejores historias de viaje, pocas horas antes de irse había provocado una pequeña reunión en ese lugar.
-Hola chicos-dijo en tono alto, apunto de gritar, las personas que habían estado en el grupo la saludaron-Oficial su compañero me lo dijo, pueden tomar mi declaración aquí.
-C-Claro-respondió el otro policía, Lucas llegó enojado-y parece que ya podemos empezar.
Su historia aunque corta fue contada más de una decena de veces, en cada oportunidad el agente Scott hacia notas con sus torpes y anchos dedos, durante el interrogatorio Lucas no dudó en pedir en más de una ocasión la respuesta a preguntas intimas, pero su compañero decía que no era lo que su jefe les había enseñado.
Entrada las primeras horas de la noche por fin finalizó la sesión de preguntas repetitivas, Lucas volteó por última vez hacia la chica, Hilda por su parte se dedicó una sonrisa falsa y burlona para hacerlo enfadar, el agente abandonó el establecimiento al tiempo que vociferaba de ira.
La enfermera se acercó a Hilda apenada pues había hecho que la policía sospechara de ella, pero dadas las circunstancias de los eventos recientes, no tuvo otra opción.
-Lo lamento mucho.
-No es que me pueda enojar con alguien que cura a mis pokémon gratis. ¿Verdad?- Hilda mencionó sin darle importancia- pero ese tipo es realmente un caso.
-En su nombre también te pido disculpas-agregó la joven enfermera de cabello rubio.
- ¿Es tu novio?
-No-dijo ruborizada-pero si lo conozco. Su hermano menor fue uno de los niños que han desaparecido.
-Acabo de llegar a esta región, así que no sé muy bien de que se trata todo-ni noticias ni periódicos nada de eso le importaba a Hilda.
-Eres más extraña de lo creí...desde hace algunos meses han habido desapariciones de niños por toda el área sur de la región Kanto, por alguna razón solo son infantes, la policía no tiene ninguna pista.
-Entonces ¿Por qué no interviene la policía internacional? -interrogó Hilda.
-Sí, si los niños nunca regresaran a sus hogares sería el caso-contestó la enfermera mostrando duda en sus ojos azules-los niños aparecen a las pocas semanas de su desaparición.
Nunca prestaron atención del momento en que el centro tomó un aspecto oscuro, todas las personas, a pesar de lo temprano que era, habían ido a dormir aunque la mayoría a causa del asunto de la tarde optaron por seguir con su camino.
-Una vez encontraron a uno de los cerca de aquí, lo trajeron para que el médico lo revisará pero al no estar tuve que hacerlo yo, sin saber nada solo escribí el reporte "niño de doce años de edad, signos de desnutrición y con algunas infecciones en heridas en extremidades". Pero cuando llegó su madre...
- ¿Qué?
-No lo reconoció-dijo un poco perturbada la enfermera - solo gritaba una y otra vez lo mismo hasta que perdió la voz. "¿Por qué intentan engañarme?, saben que mi hijo tiene solo cinco años"
En ese momento nunca notaron que tres personas escuchaban la conversación y que más temprano que tarde cruzarían caminos con Hilda.
Afuera una chica joven perseguía a una extraña figura hasta los inicios del camino a la zona centro de la ciudad, con ayuda de una bicicleta deportiva apenas era capaz de seguir el rastro de los saltos inhumanos del ser que era delineado por la reciente luz de la luna, hasta perderse entre los primeros edificios de la zona urbana de ciudad Carmín.
Solo tomando fotos de un par de ojos color carmesí que brillaban como rubís ante la luz de un amanecer.
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Espero que el capítulo haya sido de su agrado. Me gusta decir que soy de la región Hoenn, pues fue zafiro el primero pude jugar por mi cuenta, estaba dañado al no ser un juego original, borró mi partida justo antes de la liga. Después pude obtener el pokémon verde hoja, de ahí la razón por la que he decidido situar en esa región la historia, al menos por ahora. Pero al que le gurdo mayor cariño es a la edición esmeralda.
Así que... ¿De dónde se podría decir que son originarios?, ¿Cuál fue su primer juego de pokémon?, ¿aun lo conservan?
Espero sus comentarios. Cualquier pregunta estoy disponible para ustedes.