Mala influencia®

By teensspirit

45.5M 3.1M 3.5M

YA EN FÍSICO. La irresistible tentación está ahí: para los dos. En medio de todo el desastre, tuvimos que enc... More

Prólogo
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capitulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Epílogo
Fin
YA EN FÍSICO

Capítulo 6.

928K 71.3K 71.8K
By teensspirit


EROS.

Ayudo a Reese a bajar del coche y lo cierro antes de pasar su brazo por encima de mis hombros para ayudarla a caminar hasta la entrada de la mansión.

La verdad es que me muero de ganas de preguntarle por qué demonios ha reaccionado así, es la primera vez que la veo tan sensible hacia algo, pero también se mantener distancias. No es de mi incumbencia y si no me lo ha contado supongo que será por qué no quiere hacerlo, pero verla así de afectada ha causado en mi un sentimiento extraño que no estoy acostumbrado a sentir. Quizás sea pena.

Abro la puerta de casa e instantáneamente la voz de Bruce nos saluda.

-¡Que rápido habéis llegado! -cuando aparece por la puerta que da al salón y ve a su hija, no tarda ni un segundo en reaccionar.- ¿Que ha pasado? ¿Han sido los ataques anónimos otra vez? Voy a llamar a una patrulla.

Sus manos desesperadas buscan el móvil en sus pantalones de Armani.
Los ojos culpables de Reese se clavan en los míos y sin darse cuenta se muerde el labio haciendo que sea inevitable posar ahí mi vista.

-¡Papa espera! -dice deteniéndolo.- ¡No ha sido nada! Solo me caí bailando.- mis mano sigue sujetando su cintura y ella me mira antes de contestar.- Por suerte estaba Eros para ayudarme y traerme a casa.

No paso por alto el cumplido que hace a cambio de que mantenga mi boca cerrada. Pero Bruce no se da cuenta.

-Oh, vaya mierda. -pronuncia.- Iré a por el botiquín, espérame en el sofá pequeña. -dice desapareciendo del recibidor.

La ayudo a trasladarse al salón y cuando estoy a punto de dejarla en el sofá, le doy la vuelta a su minúsculo cuerpo y la pego a mi, haciendo presión en su cintura. Su mirada se dirige instantáneamente a mis labios y apoya una mano en mi pecho para no caerse, también noto sus pechos pegados a mi, lo que hace que sienta algo despertarse dentro de mi. La pongo nerviosa.

-Vaya, vaya. Así que la niñita inocente acaba de mentir a su papá.-Reese intenta zafarse de mi agarre pero solo consigue acelerar su respiración.

-Eros. -murmura muy suave.- Suéltame, nos va a ver mi padre... -dice mirando hacia la puerta.

Una inevitable sonrisa aparece en mi cara.

-Siempre puedes mentirle, ¿no? -digo a la vez que la suelto dejándola caer en el sofá y Bruce entra por la puerta en el momento exacto.

-¿Te duele mucho, cariño? -le pregunta a su hija.

Reese niega con la cabeza, pero sus ojos siguen posados en mi, como si temiera que en cualquier momento pudiera destapar su mentira. Relamo mis labios y le guiño un ojo antes de irme del salón y subir escaleras arriba.

(...)

Creo que ya está claro que he tenido bastantes ventajas al mudarme a esta casa. Pero sin duda, creo que la más grande es la comida. ¡Dios mío esto está delicioso! Es como si mi paladar tuviera vida propia al poder saborearla. No puedo evitar devorar el plato y mantener mientras tanto la educación, así que directamente engullo todo lo que tengo delante bajo la atenta mirada de Bruce, que se encuentra al otro extremo de la mesa.

-Eros. -me llama, pero a penas puedo separar la vista de la comida.- Debes de aprender a comportarte correctamente a la hora de comer.

-¿Quién ha cocinado esto? -pregunto con la boca llena de patatas.

-Estela, nuestra cocinera. -bruce corta la carne educadamente y con elegancia.

-Me voy a casar con ella.

Las voces de Reese y sus amigas resuenan en la planta de arriba junto a una música adolescente, están cantando la canción a pleno pulmón y pegando saltos. A Bruce parece no importarle. Por unos instantes, me pregunto qué habrá pasado con la madre de Reese, vi una foto suya en un marco nada más llegue aquí y debo decir que era igual que ella. Quizás pasó algo serio y por eso Bruce la trata de esa manera. Unas risas estallan en el piso de arriba. Dios mío, no sé cómo aguanta Bruce esto.

-¿No crees que malcrías mucho a tu hija? -le pregunto sin dejar de masticar.

-¿No crees que no eres el más indicado para darme consejos de educación? -responde. Esa ira que no conseguía dominar cuando era más joven comienza a surgir en mis entrañas, pero consigo normalizarla, no puedo desatarla otra vez así como así.

-Da gracias que estoy cumpliendo bien mi trabajo. Eres toda una excepción Bruce, deberías de estar orgulloso.

-Según lo que me ha contado Reese estoy bastante contento. Parece que te lo estás tomando enserio. -no paso en alto la manera en la que lo dice, frunciendo un poco el ceño. Y también sé que Reese le habla bien de mi porque le conviene, sino ya estaría despedido.

-Para eso me pagas, ¿no?

-Si, espero que solo sea por eso. -hace una pequeña pausa.- Ya sabes cuáles son las consecuencias si te acercas a ella más de lo debido. -murmura levantándose de la mesa.

Y tanto que las se, adiós vida de rico, hola cárcel.

-No es por contradecirte Bruce, pero tu hija no es una súper modelo. Relájate. -digo acompañándole. No es como si no me pudiera resistir a ella. Reese es guapa, hay que admitirlo, pero he visto muchas chicas que están mil veces mejor que ella. Aún así Reese tiene algo que me llama mucho la atención aún que aún no sepa que es.

-Para mi lo es. -contesta caminando hacia su despacho.- Tengo que irme unos días a Orlando a aclarar un caso. Es algo peliagudo, así que no puedo hacerlo desde aquí.

-¿Cuantos días?

-Algo más de una semana. -casi sonrío en su puta cara al oírlo, pero me contengo. Algo más de una semana para estar a solas con Reese.- No te separes de ella ni un segundo, ¿de acuerdo?

Asiento con la cabeza.

-¿Cuando te vas? -no puedo evitar estar contento al enterarme de que voy a poder molestar a su hija sin peligro de que me pille y me deje en la calle. Últimamente hacer que se enfade se está convirtiendo en una de mis actividades favoritas.

-Mañana. Ya he aclarado todo en el instituto, puedes asistir sin ningún problema.

-De acuerdo.

Una vocecita a nuestras espaldas hace que nos giremos. Es esa amiga rubia y pequeña de Reese, Lily.

-Reese pregunta si podemos quedarnos a dormir. -le sonrío y veo como comienza a ponerse roja.

-Eeehm, si claro. -contesta Bruce amable ordenando el papeleo.

-Genial. -va a darse la vuelta cuando la llamo.

-Espera Lily, voy contigo.

Juntos caminamos hacia las escaleras. Ella mira hacia abajo, cohibida, cuando llegamos a la planta de arriba, se para en medio del pasillo y observo sus grandes ojos azules mirándome mientras apoya la espalda en la pared.

-¿Vendrás a la fiesta? -pregunta enroscando un mechón de su pelo entre los dedos.

-¿Que fiesta? -apoyo un brazo a un lado de su cuerpo, recargando mi peso en él y ella me mira desde abajo.

-Ariadna va a dar una fiesta en su casa. Si quieres puedes venir. -pronuncia moviendo las pestañas. No sé si sabe que me he dado cuenta de que intenta ligar conmigo, pero a pesar de que no sé ni quién es Ariadna, le sigo el rollo.

Acabo de ver a Reese asomada por el marco de la puerta.

-¿Tú iras?

Asiente con la cabeza, con una sonrisa.

-Entonces iré, gracias por la invitación. -ella me sonríe. En eso, vuelve a apoyar sus pies en el suelo, quedando muy cerca de mi. Cierra los ojos y suspira. ¿Acaso quiere que la bese? Se acerca lentamente a mi cara, la cual no está muy separada de la suya. Sí, está esperando a que la bese. Cosa que no va a pasar, y yo sé por qué.

-¡Lily! -grita furiosa Reese desde la puerta de su habitación. La rubia se sobresalta y yo solo giro la cabeza para mirarla. Lleva un pantalón corto, muy corto, de color azul y una camiseta de tirantes con escote y un oso dibujado en ella, lo que supongo que será su pijama. Va descalza, con el pie vendando, y lleva una coleta mal hecha, con algunos mechones de pelo sueltos. Aún así, me sigue resultando igual de atractiva. Espera, ¿que coño acabo de decir? - Te estamos esperando. -murmura de mal genio.

Lily agacha la cabeza y pasa por debajo de mi brazo para ir hacia dónde está ella. La sigo y cuando ambas entran en el cuarto de Reese, me asomo y me apoyo en el marco, donde estaba ella momentos antes, pero con los brazos cruzados. Todas las chicas se callan al verme, todas menos ella.

-Vete Eros.

Son seis chicas. De las cuales solo conozco a dos. Y cinco de ellas me están comiendo con los ojos y sonriéndome coquetas. Nunca entenderé que es eso que causo en las mujeres y que las vuelve locas, pero sinceramente no me molesta en absoluto. Lo que no entiendo es por qué narices eso no hace efecto con Reese. Es la única chica que parece mantenerse firme a mis encantos. Y me estoy dando cuenta de que no me está gustando.

Sonrío.

-Solo he venido para darle las buenas noches a estas chicas preciosas. -al decir esto, veo como todas se sonrojan. Menos Reese, claro. Ella hace una mueca de desagrado y se levanta de la cama para ir hasta a mí y salir al pasillo antes de cerrar de un portazo.

-No sé lo que tramas pero seguro que no es nada bueno. -se cruza de brazos.- Aléjate de mis amigas.

-¿De tus amigas o de tu amiga, Lily? -murmuro sonriente acercándome a ella. Da un paso atrás y su espalda choca contra la puerta. Meto un mechón de pelo suelto detrás de su oreja y me acerco despacio a esta, sujetando su mentón, antes de susurrarle al oído.- Celosa.

Me empuja pero no puede evitar apartarme y sonrojarse enfadada. Mi pulso tiembla por unos instantes.

Sin dejar de mirarme abre el pomo de la puerta y entra en su habitación, cerrándome la puerta en las narices. Pero no me cabreo, si no que sin darme cuenta me encuentro a mi mismo sonriéndole a la madera blanca y escuchando los gritos adolescentes de las chicas dentro de la habitación.

(...)

Esto de madrugar definitivamente es un coñazo.

De camino al instituto no sé si tengo pelotas de tenis en lugar de ojos. ¿Acaso es legal conducir en este estado? Creo que lo haría mejor borracho.

Y encima tengo que perseguir a Reese a donde quiera que vaya y soportar putas clases que me resultan realmente interminables. Nunca estudié y nunca he ido a clases. Todo el mundo me ha estado asegurando que era una gran y jodida desventaja y que tendría muchas consecuencias negativas en mi vida. Sin embargo, por primera vez agradezco al reformatorio que no me hayan obligado a soportar este infierno, me siento afortunado. Por otra parte no sé qué cojones le pasa a Reese. He intentado dirigirme a ella en todas las clases pero no me ha dicho ni una palabra que no sea para cerrarme la boca, y eso sin duda me cabrea.

Sale de clase a toda prisa y me abro paso entre la gente para poder seguirla, pero va como una bala. Todos me miran. No he visto alguien que no haya dejado de mirarme desde que he entrado por la puerta.

La veo a lo lejos del pasillo abriendo una taquilla y voy a acercarme, pero en cuanto introduce la combinación, una nube blanca de polvo se extiende por toda esa parte del pasillo y sobre ella, manchándolo todo y obligándola a cerrar los ojos.

Frunzo el ceño. Creo que es harina. Mucha, mucha harina.

La gente comienza a reírse a mandíbula abierta y a exclamar cosas. No tardan mucho en sacar sus móviles y hacerle fotos y Reese parece desconcertada y vulnerable.

Noto la furia crecer dentro de mi.

Sus ojos se encuentran con los míos entre todo el barullo antes de hacer un ademán de irse.

-¡Espera Reese! -intento detenerla pero ya es tarde, porque ha salido corriendo en dirección contraria.

Doy un puñetazo a una taquilla con el puño cerrado abriéndola de par en par. Todo el mundo se calla y me mira con temor.

-¡¿Qué coño estáis mirando?! ¡¡Todo el mundo a su puta clase!!

La gente parece confundida pero enseguida comienzan a hacer fuerza entre la multitud para irse aterrados. No sé cómo tienen los huevos de reírse de una cosa así sabiendo lo que pasó en el auditorio.

-¡¡Ahora!! -grito más fuerte.

Todos salen corriendo y yo no dudo ni un momento en ir a buscarla. Tengo una agonizante sensación de protegerla por encima de todo y de todos. Y comienzo a dudar si la fuerte necesidad de hacerlo va más allá de mi trabajo.

*****

¡¡Ya somos 8k!! ¡Madre mía que rápido está creciendo esto, no me lo puedo creer! ¡Mil gracias a todxs, os amo!

Dejar vuestro voto si os ha gustado y hacérmelo saber por comentarios, para más info, ¡no olvidéis seguirme! ¡Gracias! ❤️💛💚💙💜💗

Continue Reading

You'll Also Like

157K 38.8K 10
Las relaciones con mapaches son difíciles.
84K 6.7K 15
bueno vi que muchos querian que continuará la historia así que lo haré, alimentando al fandom claro que si y a mí también jaja pues lo normal en adv...
200K 7.5K 54
Thiago es un chico de 22 años que vive solo con su hermana pequeña. Sus padres lo abandonaron y él tuvo que cuidar de su hermana, se convirtió en un...
880K 53.4K 43
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...