Tn corrió hasta él, abrazándolo por detrás.
– ¿Debo llamarte...Haise o...Ken?
– ...Ken. Kaneki Ken.
– Entiendo.
Kaneki se giró, mirándola; Tn levantó la cabeza, quitándose su máscara y mirándolo también.
– Cuídate, Ken.
– ...Vete. Sal de aquí.
– Lo haré.
Kaneki tomó el rostro de su novia y la besó, aquel era un beso de despedida.
– Después de esto...voy a...
– No –interrumpió.– No puedes morir de nuevo, no te lo permito...Aún no hemos comprado nuestra casa.
– ... –rió.– Tienes razón, pero-
– Ken Kaneki, no te permito morir...y si lo haces estaré muy molesta contigo. Y voy a perseguirte hasta en el Infierno para gritarte.
– ... –sonrió.– De acuerdo.
– Nos veremos afuera.
– Huye. Rápido.
Tn se giró y tomó la mano de Hinami.
– ¡Al canal de drenaje, rápido! –ordenó ella.
Ayato y Crawler asintieron.
– Kaneki –llamó Touka.– Nos vemos afuera –sonrió.
El peliazul comenzó a correr seguido por Yomo, tras ellos iba Touka junto a Tn, quien prácticamente arrastraba a Hinami, y tras todo el grupo iba Crawler, vigilando.
En el camino se encontraron con Banjou y algunos de su grupo.
– Las alcantarillas están más adelante –susurró ella a sus amigos.
– Lo sé. Si no hay obstáculos, saldremos rápido –dijo Crawler.
– Solo esperemos que no hayan palomas ahí –chistó Ayato.
– Sí, pero...
– ¿Uh? –la miró.
Tn bajó la mirada, mientras Ayato y Crawler la observaban, curiosos ante lo que ella diría.
– Eto sigue adentro –dijo por fin.– Ustedes pueden seguir adelante, yo iré por ella.
– Espera Tn –la detuvo Ayato.– No puedes volver ahí, Arima y otras palomas están dentro, te matarían en cuestión de segundos.
– Ayato tiene razón. No seas tonta y quédate con el grupo, salgamos de aquí.
– No puedo irme sin Eto, entiendanlo.
– Camina y déjate de tonterías –gruñó, tomándola de la muñeca para evitar que escapase.
– Pero-
– Apoyo a Crawler –dijo Ayato, tomándola de los hombros por detrás para empujarla para que siguiese caminando.
Tn intentó zafarse de ellos y correr por su "hermana", sin embargo, sus amigos eran más fuertes y eran dos.
En la alcantarillas, el grupo fue interceptado por Aura y Tanakamaru; ambos investigadores sacaron sus quinques, listos para pelear.
– Maldita sea –refunfuñó Ayato.
– ¿Por qué abriste la boca, Ayato? –bromeó Crawler.
– Cállate.
– Crawler, ¿Traes tus bombas de humo? –preguntó Tn a su compañero.
– Siempre las llevo conmigo.
– Perfecto –miró a los demás.– Haremos esto rápido –dijo seria.– Ayato, conoces el camino, guíalos –ordenó.
– Sí –dijo asintiendo.
– Touka y Hinami, sigan a Ayato y huyan de aquí. Yomo también.
Los mencionados asintieron.
– Y Banjou, tú y tu grupo protejan a todos.
– Entendido.
– ¿Y tú qué harás, hermana? –preguntó una preocupada Hinami.
– Crawler y yo cazaremos palomas.
– Al mejor estilo Aogiri –dijo él mientras sacaba sus bombas de humo.
– No te dejaré pelear sola, los ayudaré –dijo Ayato.
– También yo –dijo Touka.
– No. Ustedes huyan, nosotros estaremos bien.
– No se preocupen. Skully y yo hemos peleado con una gran cantidad de palomas, y estos son solo dos. Ahora váyanse.
– Cuando Crawler lance sus bombas de humo tendrán 35 segundos para correr lo más rápido y lejos que puedan. Cuando el humo se disperse nosotros pelearemos.
– ¿Segura que estarán bien, Tn? –preguntó Banjou.
– Por supuesto –sonrió.
Cralwer arrojó aquellas bombas de humo, y en los 35 segundos que aquello duró en el aire el grupo logró correr una distancia considerable, perdiéndose de la vista de los dos investigadores.
Tn y Crawler sacaron sus kagunes mientras sus kakugan se activaban en sus ojos.
Los investigadores levantaron sus quinques, listos para la pelea.
– Déjame al bigotón –dijo Crawler, tronando sus dedos como un matón.
– De acuerdo. Me encargaré de la perra esa entonces –dijo Tn, sonriendo de lado maliciosamente.
La batalla comenzó, y más temprano que tarde más palomas se unieron a ella, quedando así dos contra varios, sin embargo aquellos dos ghouls no se rendirían.
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– Y además... –dijo Eto, ya en sus últimos minutos de vida.– Respecto a mi solicitud..."mata al Rey de Un-Ojo por mí". Ya no hay necesidad de que lo cumplas, ya no más...Es porque tú ya lo mataste ¿No es así? El Rey de Un-Ojo, eso es. Tanto exista un ghoul capaz de matar a Kishou Arima...éste sin dudas...se volverá la esperanza de los ghouls –explicó.
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[Minutos después]
Mougan disparaba a Crawler, sin poder atinar en un solo disparo; aquel era como una rata escurridiza. Tn peleaba contra Aura, atacando y contraatacando; estaba herida ya, pero no se detendría.
Unos jóvenes de abrigos blancos aparecieron, deteniendo a los investigadores. Todos miraron sorprendidos a los que acababan de llegar: Ken Kaneki, Hirako y la Escuadra 0.
– ¡K-Ken! –gritó Tn corriendo a él.
Al dar un par de pasos perdió fuerza y cayó, Kaneki corrió hacia ella tomándola en brazos, antes de que su cuerpo impactara contra el suelo.
– ¿Estás bien? Estás herida –preguntó preocupado.
– Estás canoso de nuevo –bromeó y rió.– Tranquilo –sonrió, su respiración era agitada.– En tanto ellos hayan logrado salir...estaré bien...
– Tn... –murmuró.
– Que bueno...que estés vivo... –murmuró, cerrando sus ojos.
– ¿Tn?
Kaneki comenzó a ponerse nervioso, a asustarse; su novia no respondía. Crawler se acercó a él poniendo una mano en su hombro, el albino lo miró.
– Tranquilo, solo está cansada.
– ...Chico de Primera Clase... –llamó Mougan a Hirako.– ¡¿Qué pasa aquí?!
– ...En serio, ¿Qué es lo que tramas hacer aquí? –preguntó Aura.– ¿Hmm? ¿Primera Clase Hirako?
Hirako no contestó a aquellas preguntas, simplemente sacó una carta de uno de los bolsillos internos de su abrigo y la mostró, en la parte superior el papel decía: "Renuncia".
– Renuncio –anunció con seriedad.
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[Momentos antes]
– Esperanza como el halo deslumbrante que emite el sol. El trono del rey...El que el Rey de Un-Ojo (Arima Kishou) y yo hemos mantenido tibio. Ya sea te sientes en él o lo destruyas, queda a tu criterio, Ken Kaneki.
– ...
– Tú eres...
– Yo soy...
El Rey de Un-Ojo.
— En muchos lenguajes, como por ejemplo el maltés, "re" significa "rey".