Mala influencia®

By teensspirit

45.5M 3.1M 3.5M

YA EN FÍSICO. La irresistible tentación está ahí: para los dos. En medio de todo el desastre, tuvimos que enc... More

Prólogo
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capitulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Epílogo
Fin
YA EN FÍSICO

Capítulo 5.

931K 70.1K 82.1K
By teensspirit


REESE.

¿Dónde narices se habrá metido Eros? ¡Se supone que debía de estar aquí hace diez minutos! ¡Voy a llegar tarde a mi clase de ballet!

Mis amigas ya se han marchado hace rato, cuando acabó el instituto. Y mi padre confiaba en que Eros iba a llevarme, si se llega a enterar de esto, no me caben dudas de que lo despedirá. Bueno... al fin y al cabo, no es tan mala idea...

El deportivo blanco de papá frena en seco en frente de mí y a penas veo a Eros con unas gafas de sol negras y mirando hacia el frente mi corazón se acelera. Subo al coche.

-¿Se puede saber dónde estabas? -pregunto severa.

-Asuntos pendientes. -contesta Eros arrancando el coche.

-Oh, muchas gracias por la explicación. -digo irónicamente.- ahora llegare tarde por tu culpa. -me parece ver un ademán de sonrisa en su cara, pero luego lo oculta.- ¿Sabes donde es?

-Tu padre me lo dijo.

Ambos nos quedamos en silencio. Subo la radio, están poniendo la nueva canción de Selena Gómez y no me puedo resistir a cantarla. Pillo a Eros mirándome de reojo.

-¿Te gusta lo que ves? -digo volviendo a cantar, esta vez más alto. Eros suelta una carcajada. Y dios, vaya risa más sexy. Consigue hacerme sentir un cosquilleo en el pecho que jamás había sentido.

-Si sigues cantando así puede que tengamos la suerte de que llueva.

Subo más la radio y canto a pleno pulmón el estribillo.

Eros aparca y bajo del coche caminando hasta la acera. Al ver que no viene conmigo, me acerco y le doy dos golpecitos al cristal. Este se baja automáticamente, dejándome ver a un Eros mirándome con cara de "¿qué narices quieres ahora?"

Sonrío cínicamente.

-A papá no le gustaría que asistiera yo sola a la clase. ¡Podría pasarme algo malo por el camino! ¿Y no querrás que se entere, verdad?

Y e aquí mi venganza por la música alta. ¿Que mejor que obligarlo a asistir a mi clase de ballet?

Desliza las gafas de sol por su perfecta y afilada nariz mientras me mira incrédulo y se las quita para dejarlas en la guantera. Apretando la mandíbula e intentando controlarse baja del coche. Le doy la espalda y sonrío.

Entramos a la clase y absolutamente todas las chicas y Samuel, el único chico de clase, giran sus cabezas como la niña del exorcista para mirarlo. Se oyen susurros.

De repente, siento la necesidad de ponerme delante de él con los brazos abiertos y gritar ¡Es mío perras! Pero sacudo la cabeza. ¿En qué narices estoy pensando? Tan solo es un imbécil con una cara bonita el cual tengo que soportar.

Ya están todas en clase, así que camino hasta el vestuario y una vez entro, abro mi taquilla para sacar mi uniforme de ballet. Me quito la camiseta cuando de repente la puerta se abre de golpe.

Ahogo un grito.

Es Eros.

Y estoy en sujetador.

-¿Que demonios haces? ¡No puedes entrar aquí! -digo intentando taparme con mis manos y mirando a ambos lados, asegurándome de que no nos vea nadie.

-A tu papá no le gustaría que te dejara sola, ¿no? -dice antes de dirigir su mirada a mis pechos.

¡Maldito imbécil!

Reúno toda la furia posible y se la dirijo en una sola mirada.

-¡Sal de aquí! -digo cogiendo mi camiseta para taparme y empujándolo con la otra mano.

A penas se mueve.

-¿Y dejarte sola? -hace un sonido de negación. Lo vuelvo a empujar pero solo consigo echarme encima de el, apoyando la mano en su pecho. La respiración se me entrecorta por la proximidad que hay entre nosotros pero mi mirada hacia él es indiferente.

Estamos a menos de cinco centímetros.

-¡Eres un capullo! -exclamo. Sonríe como si fuera la cosa más natural del mundo.

-¿Sabes qué? -pregunta cruzándose de brazos.- No ha sido tan divertido como pensaba. -luego se acerca a mi con aire superior y por un momento me flaquean las piernas.- Eres solo una niña.

Luego se da la vuelta y sale por la puerta.

-¡Te odio! -le grito.

¡Está tenía que ser mi venganza no la suya! Ahora mismo el marcador está contando puntos y sin duda, Eros está ganando.

Con mal humor salgo a la pista de baile con mi uniforme puesto. La profesora también está con un humor de perros, más de lo habitual, y justo de entre todas las chicas que hacen movimientos por el salón me elige a mi. Seguro que ha sido por llegar tarde, y ¿adivinar de quién ha sido la culpa?

-Haz el salto que ensayamos la semana pasada. -dice con la cabeza alta.

Maldita perra vieja.

Eros me observa desde una esquina del salón, con un ademán de sonrisa en la cara al verme apurada.

Maldito guardaespaldas.

Tengo que admitir que me pone bastante nerviosa que tenga su mirada posada encima de mi todo el rato, me hace sentir como que debo realizar mejor todos los movimientos.

La profesora pone una canción clásica y comienzo a bailar intentando no pensar en Eros. Pero siento algo extraño al ponerme de puntillas, los zapatos de ballet no tienen la misma resistencia que antes, me resulta más difícil hacer todos los pasos.

-¿A qué narices esperas? -me grita la Srta.McCurtney.- ¡Haz ya el puñetero salto!

Comienzo a correr para coger impulso y lo realizo, pero al apoyar mi pie izquierdo en el suelo, siento que la suela de la zapatilla se rompe, haciendo que me caiga al suelo y me retuerza un tobillo, soltando un gemido de dolor.

-¡Esto es lo que pasa cuando no atiendes en clase, alumnas! -dice la profesora.

Envuelvo mi pie en ambas manos e intento moverlo, pero no puedo, me duele demasiado.

-¿Estás bien? -pregunta Eros a mi lado. Parece preocupado y algo nervioso. Me sorprendo al ver lo rápido que ha llegado hasta a mí.

Asiento con la cabeza.

-No seas estúpida y levántate, seguramente no tengas nada. -vuelve a decir la Srta.McCurtney.

Eros se levanta de mi lado enfurecido.

-No le vuelva a hablar así o se arrepentirá. -tiene los puños apretados.

La profesora suelta una carcajada.

-¿Que piensas hacerme?

Eros va a contestar pero le tiro del camal del pantalón.

-No merece la pena. Vámonos. -digo suplicante y más bajito.

Me ayuda a ponerme de pie bajo la atenta mirada de todas las bailarinas que se lo comen con los ojos y me rodea la cintura para ayudarme a caminar. Intento apoyar el pie en el suelo pero suelto un leve gemido. Es imposible.

-¿No podéis ir más lento? -dice la profesora sarcásticamente.

Para mi sorpresa, Eros me levanta sin ningún impedimento del suelo y me coge en brazos como a una princesa.

-Háganos un favor a todos y búsquese un hombre que le alivie ese humor de mierda. -escupe Eros antes de comenzar a caminar hacia los vestuarios conmigo al brazo.

McCurtney ahoga un grito.

-¡Fuera de aquí! ¡Ahora mismo!

Todas las chicas ríen.

No puedo evitarlo y suelto una carcajada sonora.

-¡Dios mío, nunca nadie le había hablado así antes a la Srta.McCurtney! -exclamo una vez dentro del vestuario.

Eros me sonríe y me deja sentada en un banquillo.

-Pues ya era hora. -me quito los zapatos y frunzo el ceño.- ¿Te duele mucho? -pregunta él.

-Sí, pero no es eso... -digo examinando el zapato.-Mira esto. -se lo tiendo y el lo observa con intriga.- Alguien ha rajado ambas suelas para que me caiga.

Un nerviosismo se instala dentro de mi.

-Voy a llamar a tu padre.-responde casi al instante buscando su celular.

-¡No! -exclamo.- No hagas eso.

-¿Se puede saber por qué? Esto es algo serio, Russell.

-¡Por que no quiero preocuparlo! Está demasiado ocupado con su trabajo y no necesita también que yo le de problemas. -Eros no parece convencido por mi explicación.

-¿Y como quieres que le explique que te has torcido un tobillo?

-Pues con la verdad, salí a la pista de baile y me hice daño en el salto. -me encojo de hombros.- Mi padre necesita un descanso Eros... Por favor... -suplico al ver que no parece muy convencido.

Parece pensárselo unos instantes.

-Está bien. -acepta por fin.

-Gracias. Ahora, si no te importa, ¿puedes salir para que me cambie de ropa?

Una mueca vacilante se instala en su rostro.

-¿No necesitarás ayuda?

-No, gracias, ya puedo yo solita. No quiero más exhibiciones hoy. -sus ojos se posan una milésima de segundo en mis pechos (por segunda vez en un día) y eso es suficiente tiempo como para darme cuenta.

-Es verdad, no recordaba que ya te he visto en sujetador. -suelta despreocupado.

¡Maldito...!

-Tú... -digo en voz alta. Luego me clamo y prosigo.- ¡Tu no has visto nada!

-Exacto. Porque ahí no había nada que ver. Al fin y al cabo, solo eres una niña, ¿no? -pronuncia mientras se esconde por detrás de la puerta, dejándome con la cara roja de rabia.

-¡No soy una niña! -grito. Pero es inútil, ya ha salido del vestuario.

¿Enserio acaba de insinuar que soy plana? ¡Pero si soy la que más tiene de todas mis amigas! Es increíble cómo ha cambiado de ser un chico atento y preocupado a volver a ser el Eros impertinente e infantil de ahora.

Me cambio de ropa aún con algo de mal humor en mi e intento levantarme del banquillo. La verdad es que esto del acoso comienza a preocuparme de verdad. Aún me sigo preguntando qué es lo que he podido hacer para que alguien quiera verme sufrir. Y las palabras de mi padre sobre Eros tampoco se me han olvidado. ¿A que se referiría con que es una mala influencia? Y si es así, ¿por qué ha decidido ponerme a alguien peligroso como guardaespaldas sabiendo que tiene que estar a mi lado las veinticuatro horas de los siete días de la semana?

Salgo por la puerta a la pata coja y veo a Eros encendiéndose un cigarrillo con este puesto en la boca, está recargado en la pared con aires de chico malo. Sin pensármelo dos veces, le doy con con la mano al cigarro y lo tiro al suelo antes de que este se prenda.

-¿Que coño haces?

-¡No puedes fumar aquí dentro estúpido! ¡Saltaran las alarmas de humo!

-¿Y qué? -pregunta enfadado.

Las palabras se me atascan antes de salir por mi boca. Este chico de verdad sabe como sacarme de quicio.

-¿Cómo que y qué? ¡Que nos echaran!

Su expresión vacilante logra hacerme sentir más pequeña, más indefensa.

-¿Acaso no nos vamos? -dice tranquilamente guardando el mechero en su bolsillo y cambiando totalmente de humor. ¡Que bipolar!- ¿Estás lista, princesa? -dice antes de cogerme por sorpresa igual que antes. Mis manos se sujetan de su cuello para no perder el equilibrio y me mira con una sonrisa en el rostro antes de comenzar a caminar conmigo en brazos.

Siento un cosquilleo en mi estómago que no me gusta nada.

Nada más salir, me deja en el asiento del copiloto y cruza por delante del coche antes de subir. Arranca y comenzamos a conducir por la carretera. Observo su mandíbula marcada y apretada por la concentración y la forma en como observa lo que pasa a su alrededor, entornando los ojos y haciendo que se formen pequeñas bolsitas debajo de estos. Tiene los músculos bien definidos, y la clavícula sobresale por el cuello de su camiseta negra de manga corta, haciéndolo más irresistible.

Sacudo la cabeza. ¿Por que estoy pensando eso? Reacciono y veo que no estamos yendo a mi casa.

-¿A donde vamos?

-Al hospital.

Un nudo se instala repentinamente en la boca de mi estómago. Las manos me sudan y me pongo nerviosa. Recuerdos que tenía guardados y cerrados con llave en mi subconsciente comienzan a surgir, creando una sensación claustrofobica.

-¡No! ¡Para! -Eros se sobresalta y me mira confundido.- ¡Para el coche Eros!

De un momento a otro nos encontramos en el andén de la carretera y me sujeto del asiento con fuerza. Mi respiración va a cien por hora. Los coches que pasan por nuestro lado nos pitan sonoramente.

-¿Que pasa? ¿Te encuentras bien? -pregunta examinándome y escondiendo un mechón de pelo detrás de mi oreja.

Tardo unos segundos en responder, hasta que mi recuperación se normaliza un poco y me recupero.

-No me lleves al hospital, por favor. -murmuro suplicante.

Él parece no saber cómo reaccionar, me observa intentando descifrar que me pasa.

-Está bien, siento no haberte avisado. Solo tenías que decírmelo. -sus ojos océano se clavan en los míos y de alguna manera, logra tranquilizarme.- ¿Te encuentras mejor?

Respiro hondo.

-Si. Lo siento. -me disculpo. Suelto el asiento y miro al frente, intentando pensar en otra cosa y deseando que no haga ninguna pregunta.

Él parece leerme el pensamiento y pone el coche en marcha para dar la vuelta en la siguiente rotonda, camino a casa.

Me pregunto qué estará pensando.

***

¡¡Ya somos 4K!!
¡Wow! ¡Muchas gracias a tod@s!

Espero que os haya gustado el capítulo y dejéis vuestro pequeño granito de arena votando o comentando❤️

Muchas gracias por leer, votar y comentar ¡y no olvidéis seguirme! ¡Os quiero un montón! ❤️💛💚💙💜💗

Continue Reading

You'll Also Like

454K 74.7K 45
¡Historia originalmente sólo en wattpad, en otra plataforma y/o cuenta es plagio! 》Nuestra historia comienza con la típica frase de: ❝ Había una vez...
768K 42.2K 47
LIBRO DOS DE LA SAGA ÁMAME. Ginger odia a Eros desde el momento en el que él la dejo y le pidió que se deshiciera de su hijo, han pasado dos años y E...
184K 17.8K 20
Donde JungKook cuida a su Omega embarazado. Nueve meses pasan rápido, ¿cierto? ೃ⁀➷ Segunda temporada de "delulu vibes" ೃ⁀➷ Fluff/drama ೃ⁀➷ Portada...
5.2K 203 11
pequeñas historias/situaciones con los concursantes de OT 2023