Después de la Batalla en el sello, los Cazadores lograron escapar hacia el Bastión, pero desgraciadamente perdieron a muchos hombres y Sebastián había sido herido por Diablo el señor del Odio; Las esperanzas de que pudieran sobrevivir a otra batalla comenzaban a diezmarse al ver el gran poder de los Ángeles Caídos.
Los Cazadores que lograron refugiarse en el Bastión, intentaban defender las puertas mientras disparando flechas por las aberturas de las murallas, pero la piel de los Ganduls y la armadura de los Legionarios eran tan resistentes que no parecían lastimarlos; Edward preparo a los Cazadores para una batalla inminente.
Las grandes puertas del Bastión comenzaban a caer lentamente y cuando la esperanza de los cazadores desaparecía un gran cuerno de guerra se escuchó a lo lejos; Edward y Astrid no conocían el sonido del Cuerno, parecía provenir del interior del Bastión, pero pronto seria olvidado por la gran ruptura de las puertas... Los demonios habían atravesado la última defensa del bastión y la batalla estaba perdida para los Cazadores.
Los demonios comenzaron a entrar rápidamente por las grandes puertas, Devoradores, Retrivers y los Ghouls que fueron creados con los cuerpos de los cazadores caídos en batalla, fueron la primera oleada de ataque; Los Cazadores abrieron fuego con una lluvia de flechas y los demonios cayeron lentamente, pero su número era superior al de los Cazadores, pronto las innumerables criaturas habían entrado al interior del Gran Bastión, Edward toco su cuerno de Guerra para hacer que los Cazadores no rompieran filas y continuaran la defensa de las puertas; Las huestes infinitas atravesaban y los Cazadores empezaron a morir frente al a puerta, cuando del silencio de una batalla perdida se escuchó un gran cuerno de Guerra y un ejército bajo las escaleras que daban salida al Reino de los hombres; Cuando las puertas de las escaleras se abrieron repentinamente un Hombre con una Gran Armadura de plata entro caminando lentamente y toco el Gran Cuerno de guerra por tercera vez y detrás de él aparecieron legiones desoldados cubiertos con armaduras plateadas y estandartes con una inmensa cruz... Los Caballeros Templarios habían llegado a defender el Bastión.
Los demonios inmediatamente dejaron de atacar a los Cazadores que se encontraban heridos y se dispusieron a enfrentarse a los Caballeros del Temple, pero una voz dicto una orden que animaría hasta el alma más perdida
—Defiendan a los Heridos y Exterminen a los Demonios... El Bastión del Abismo no caerá mientras DANTE GREY lo defienda— las palabras salieron del Gran Guerrero que poseía el cuerno de guerra.
Oleada tras oleada de Caballeros Templarios salían de la Escalinata Terrenal (Así llamada la gran escalera que subía hasta el Reino de los Hombres);Los Demonios comenzaron a ser aniquilados con gran rapidez, el filo de las espadas y las puntas de las lanzas templarías mataban tan rápido como las flechas de los cazadores.
Cuando los demonios fueron exterminados del interior de las puertas del Bastión, los Caballeros Templarios salieron tras ellos, no permitirían que aquellos que osaron profanar las tierras sagradas pudieran salir con vida; Dante Grey dirigió la batalla hasta las llanuras del Bastión y hubo una masacre de criaturas y bestias infernales.
Dante siguió el ataque hasta la aparición de Abbadon quien cayó del cielo como un meteorito levantando la tierra agrietada de las llanuras —Abbadon... como osas atacar a el Bastión del Abismo— GritoDante mientras cubría su rostro con su gran escudo —Dante Grey...no esperaba tu presencia... pero será un placer aniquilarte— Contesto Abbadon mientras levantaba su gran espada y comenzaba el ataque haciael Bastión nuevamente.
Dante repelió la mayoría de sus hombres hacia el Bastión quedando solo los necesarios para detener la invasión, mientras que él enfrentaría ferozmente a Abbadon.
Cuando la Batalla comenzó Abbadon ataco rápidamente a Dante, quien se podría cubrir atrás de su escudo evitando daño alguno; La Criatura era inmensa, sin embargo, la fortaleza del Caballero era notable y el duelo se prolongó en una lluvia de golpes con la espada; Cuando Abbadon se vio en peligro, se colocó frente a el caballero de plata y de su boca escupió una especie de lava ardiente; Dante logro bloquear el magma que provenía del Señor de la destrucción, pero no podía moverse o el torrente de lava lo destruiría; Una joven hermosa, de cabellera rubia y armadura plateada, se acercó corriendo con un gran mazo y golpeo la espalda de Abbadon, impidiendo que aniquilara a Dante; Pronto la joven ayudaría a Dante para que pudiera escapar hacia el Bastión —Gracias Penélope... pero no vuelvas a arriesgar tu vida por mí— dijo el Gran Caballero mientras se lograban poner a salvo.
Abbadon dejo de seguirlos y los observaba con detenimiento, como un cazador ve a su presa, una sonrisa se dibujó en su rostro y se dispuso a hablar, su voz cubrió la inmensidad del Bastión, se podía escuchaba en los cuartos más ocultos y alejados de la construcción —Los herederos con la sangre del arcángel morirán y el reino de los hombres perecerá— dijo Abbadon mientras su sonrisa seguía dibujada en su rostro; El señor de la Destrucción se dirigía hacia la bóveda de piedra y fuego que envolvía a Diablo.
—Despierta hermano... regresaremos al sello, esperaremos a que salgan de su cueva para poder destruirlos... el Reino de los hombres volverla a ser nuestro...— Diablo destruyo su capullo ardiente y dirigió su atención hacia Abbadon —cuando llegue ese momento... me vengare de aquel que oso arrancarme las alas... — dijo Diablo mientras sus ojos emanaban fuego e ira.
Los Demonios comenzaron a reagruparse en el Sello, ellos sabían que la única cosa que podría detenerlos era que los descendientes de sangre GREY tomaran la hoja de la espada que yacía en el podio y volvieran a colocar un nuevo Sello.
Las cosas parecían brillar una vez más para los protectores del Reino de los Hombres; Los Cazadores habían sobrevivido al ataque gracias a los Caballeros Templarios, pero ellos no podrían asegurar la victoria sin la ayuda de Sebastián; El joven Cazador se encontraba con una herida en el pecho, su armadura lo protegió de la muerte, sin embargo era una limitante para volver a combatir.
El Bastión tuvo que recuperarse de una gran perdida, los Caballeros y los Cazadores que seguían con vida , limpiaron la entrada y volvieron a colocar las puertas, sin embargo, no serían tan resistentes como las que fueron destruidas; Los Templarios tenían gran fuerza espiritual y ellos bendijeron el terreno del Bastión, esta protección les brindaría tiempo suficiente para volver a prepararse para la batalla final, ya que si no lograban abatir a los Demonios y levantar el sello, todos los Cazadores como los Caballeros perecerían en las murallas del Bastión, era una batalla que definiría el destino del Reino de los Hombres.
Sebastián seguía herido y con él, yacía la oportunidad de destruir a Abbadon y recuperar el sello, los médicos trabajaban con rapidez en su sanación, pero nada fuera más rápido que la ayuda de Tom; Tom había sobrevivido a su misión, cuando el Joven Cazador fue emboscado por los demonios logro salir con vida y todo gracias a Duncan Grey, hijo de Dante Grey; Tom se dirigió con rapidez a ver el estado de su mejor amigo, cuando llego a verlo, él había notado algo que todos los médicos ignoraban, las heridas habían sido hechas por Diablo y esto significaba que sus heridas debían ser purificadas con algo más que agua bendita, tenían que se purificadas por un artefacto Celestial; Tom le arrebato la empuñadura de la espada celestial y la sujeto firmemente sobre las heridas, de él se escuchó un rezo que purificaría las heridas infligidas por los Ángeles Caídos:
Angelicoelestes,
sanctificarent et gravissimisvulneribus,
creatormundat a sanguineimmundus,
protecto homo, protectoangeli,
et sanavieum tu sanavieum
Amen
Ángeles Celestiales,
Purificar las heridas mortales,
Creador, limpia la sangre de los impuros,
Protector del hombre, protector de los ángeles,
Va a curarlo y a sanarlo
Amen
Las heridas de Sebastián comenzaron a sangrar, era una sangre roja escarlata que brota con fluidez, la sangre recorrió el cuerpo curando y sanando las heridas provocadas por Diablo, cuando el cuerpo de Sebastián había sanado la sangre se evaporo como una briza cristalina; Tom había purificado y sanado el cuerpo de Sebastián, pero su cuerpo seguía agotado y necesitaba reposo, Tom agradeció la ayuda del creador, ya que la ayuda celestial se brindaría a aquel que la solicite siempre y cuando sus intenciones sean buenas.
Dante y sus Caballeros se dirigieron a la sala principal que se encontraba vacía, ningún mueble la adornaba ya que todos fueron usados para bloquear las puertas del Bastión; Edward se reunió con el resto de los Cazadores y se dirigieron a la sala principal junto con Dante para planificar la batalla final.
—Caballeros, Cazadores, la batalla por el bastión nos ha dejado gran cantidad de bajas, nuestros hermanos han sufrido la pérdida de grandes héroes... y es tiempo de vengar su muerte— el líder de los Templarios levanto la Copa con la Sangre de Sebastián y grito —¡Esta noche uniremos lazos de Sangre!— dijo Dante mientras bebía de la copa de Sebastián y una voz irreconocible para él, se escuchó provenir desde la puerta principal del salón —Hermano... es un honor conocerte al fin...— Los Cazadores y los Caballeros voltearon rápidamente hacia la puerta y encontraron una silueta débil acompañada de una mujer... era Sebastián Grey, su cuerpo estaba herido pero no abandonaría la batalla.
Edward se acercó rápidamente hacia Anna y la ayudo con el cuerpo de Sebastián, juntos cargaron y ayudaron al Joven Cazadora para hacerlo llegar a la parte frontal de la sala principal ; Dante recibió con un gran abrazo a Sebastián —Me han hablado mucho de ti...— comento con una voz noble —todas tus grandes proezas y eres tan solo un niño— Sebastián era la primera vez que veía a Dante y se quedó impresionado, él era un hombre de unos cuarenta años de edad con un gran cuerpo y fuerza, tenía su cabello negro cubierto con canas, una cicatriz alargada cortaba su ojo y su altura era superior a la del Joven Cazador; Sebastián sonrió después del alago que hizo su hermano y le contesto —Lamento no poder haber hecho más en la batalla que tuvo lugar en este bastión— Dante serio después de escuchar las palabras de Sebastián y con él rió toda la sala, cazadores y caballeros —¿Haber hecho más?, tú le arrebataste las alas a Diablo, el Señor del Odio y Ángel Caído... eso mi hermano... es hacer más que cualquiera de nosotros... — Sebastián quedo reanimado al instante y decidió continuar con el plan
—Hermano es tiempo de recuperar el sello... — dijo Sebastián mientras tomaba la iniciativa —Tranquilo hermano, habrá tiempo para eso... pero primero tendrás que beber mi sangre— Sebastián quedo aturdido por las palabras de su hermano mientras Dante tomo su navaja y corto su mano, la sangre Grey que corría por sus venas se vertió en la copa de oro; Dante tomo la copa en sus manos y se la presento a Sebastián —Toma hermano... beberás mi sangre y los dos clanes se volverán uno— Sebastián acepto la copa de las manos de Dante y la levanto —Beberé la sangre de mi hermano y uniremos los Lazos de Sangre...— Sebastián bebió la sangre de su hermano y sintió como su cuerpo se fortaleció, pudo volver a sostenerse sin problemas, de alguna manera inexplicable había vuelto más fuerte que nunca; Sebastián bajo la copa y respiro profundamente —Dante... que es lo que siento en mi cuerpo... que es esta energía...— Dante se puso serio y volvió su mirada hacia Sebastián —El ritual de los Lazos de Sangre es más que solo beber sangre... cuando tus labios prueban la sangre deotro Grey, tu cuerpo absorbe la virtudes y los conocimientos de la sangre y las vuelve propia, tú has bebido mi fuerza y resistencia, mientras yo he bebido tu inteligencia y agilidad.... y esta es la razón por la cual los Lideres de los clanes dejamos una prueba de sangre... para que nuestros sucesores compartan nuestros conocimientos y virtudes... esto mi hermano... se le conoce como unir Lazos de Sangre— Sebastián había entendido a la perfección y ahora comprendía como había mejorado tanto en tan poco tiempo, era la sangre de su padre y la de sus ancestros; Sebastián y Dante se unieron por la protección del Reino de los Hombres y por primera vez los Cazadores de Demonios y los Caballeros Templarios combatirían juntos contra las huestes infernales.
Después de la gran conmoción en el salón principal, Dante invito a Sebastián y a sus consejeros para planear la batalla; Edward se retiró un momento de la sala y fue en busca de Tom y Astrid que se encontraban en el comedor; Sebastián y Anna se quedaron con Dante y se dirigieron hacia un gran cuarto donde podrían planificar la batalla; Sebastián no podía evitar preguntarle a Dante un par de cosas y entre ellas, quería saber por qué fue en su ayuda y como era posible que una rivalidad de siglos se rompiera tan rápido para formar un gran lazo de amistad.
—Mi Señor Dante, es un honor tenerlo defendiendo el Bastión y no logro agradecerle por haber roto rivalidad entre nuestros clanes— dijo Sebastián mientras hacia una gran reverencia hacia Dante —Sebastián, será un honor pelear a tu lado... y debes saber cuál fue la razón de la rivalidad, para que entiendas la razón por la que se ha roto— Dijo Dante mientras alzaba a Sebastián de su reverencia y colocaba su mano en el hombro del joven Cazador
—La rivalidad creció desde hace siglos y comenzó gracias a nuestros antepasados... un Cazador Joven y un Caballero necio no lograban entender sus diferencias... El Cazador quería asesinar a todos los Demonios mientras que el Caballero quería distribuir la paz con la humanidad y eso implicaba impedir la guerra... Con el Tiempo el Caballero sabía que había cometido un gran error, pero no quería aceptar su error ante su Hermano... y con el pasar de los Siglos la rivalidad nació...y nació por una tontería, pero todos los Caballeros y descendientes de mi Antepasados han intentado romper la rivalidad, pero no solo por tener Sangre Grey significa que serás una gran persona y con el tiempo los Cazadores al saber que tenían la razón se volvieron engreídos y prepotente, esa actitud separo a nuestros Clanes... hasta hace unas generaciones que conocimos a tu Abuelo... Nathan Grey, fue un gran hombre de noble corazón y humilde pensamiento, el salvo a mi padre de un Legionario que ataco mi hogar... Nathan había rastreado al demonio hasta mi hogar y junto con mi Padre, tu abuelo logro Salvarme la vida y fue entonces que el vio en los ojos de Nathan la nobleza de un Guerrero Templario... Él sabía que eran iguales y ambos luchaban por la misma causa... pero el odio inculcado por tantas generaciones le impidió actuar, pero hizo algo que después me permitiría romper esta gran rivalidad... por años los había observado en silencio y vio como tu padre Leonardo Grey había heredado su gran corazón y si la tercera generación podía continuar con un gran corazón noble la rivalidad se rompería... se lo prometí a mi padre y hace unos días, tu amigo Tom quien me contó sobre tu gran nobleza, me pidió ayuda para proteger el Bastión... no dude un segundo y llame a mis hombres para marchar y proteger al Heredero del gran Nathan Grey... mi padre ya no está con nosotros, pero su sangre corre por mis venas... y confió en que la rivalidad puede desaparecer— comento Dante mientras caminaba y veía a los ojos de Sebastián quien se encontraba lleno de orgullo por su padre y su Abuelo.
Sebastián había entendido la fortaleza de un corazón noble; Dante volvió su mirada hacia la puerta mientras veía llegar a la mujer que le había salvado su vida y a un joven con brillante armadura —Vasta de historias antiguas, es tiempo de que te presente a mi esposa y a mi hijo— Sebastián dirigió su mirada hacia la puerta y noto a dos siluetas; Una le pertenecía a una Hermosa mujer de largo cabello rubio y unos ojos verdes, su cuerpo era femenino pero se encontraba oculto bajo una radiante armadura de Caballero Templario; La segunda silueta le pertenecía a el hijo de Dante, era un joven de la misma edad de Sebastián, su cuerpo era fornido y de tés blanca, de un cabello negro y corto, era la misma imagen de Dante pero rejuvenecido —Ella es mi esposa Penélope y mi hijo Duncan heredero de la Orden Templaría— Sebastián y Anna hicieron una reverencia —Es un honor conocerlos... Mi nombre es Sebastián Grey y ella es mi mujer Anna— Anna se levantó y se sonrojo, Sebastián jamás la había introducido de esa manera, aunque no negaría que era más que obvio su situación —Un honor mi Señor Grey, será un placer pelear a su lado y al lado de su dulce Mujer— dijo Penélope, mientras hacia una reverencia —Un Honor hermano Grey, será un placer pelear a su lado y al de su esposa— dijo Duncan mientras hacia una reverencia; Anna se sonrojo aun mas, su cara parecía brillas en un tono rojo, jamás había sido llamada esposa de Sebastián; Dante rió mientras observaba con detenimiento las reacciones de Sebastián y a Anna —Creo que ella no sabía que era tu esposa, no es así Sebastián— El joven cazador quedo sonrojado y Anna casi se desmayaba de la pena —Una disculpa hermano— dijo Duncan mientras bajaba aún más su reverencia; Sebastián no pudo decir nada más y cruzo su mirada con Anna que se encontraba completamente sonrojada y rieron un poco; La puerta del cuarto se abrió una vez más y entraron Edward, Tom y Astrid; Los jóvenes Cazadores entraron al cuarto y se presentaron como es debido y después de unos instantes comenzaron a planear la Batalla Final.
Dante acordó que sus hombres serian la pared de protección que los Cazadores necesitaban para destruir a los demonios con sus flechas letales; Sebastián y Edward cabalgarían junto con Dante y Duncan al frente de las filas; Penélope, Anna y Astrid marcharían con una Fuerza de Elite, ellas dirigirían la segunda oleada de Ataque; Tom junto con el grupo de médicos cubrirían la retaguardia y sanarían a los heridos; La estrategia estaba trazada, los Guerreros estaban listos, La Ultima Cacería había llegado.Los Cazadores y Los Caballeros marcharían unidos hacia las tierras infernales con una sola idea en mente... La salvación del Reino de los Hombres.