Conquistando a Jeremy (BG.5 L...

By darlis_steff

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Si hay algo que Naomi Kanet y Jeremy McQueen pueden afirmar es que a veces dejar atrás el pasado no es tan se... More

Conquistando a Jeremy
Prólogo
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo Seis
Capítulo Siete
Capítulo Ocho
Capítulo Nueve
Capítulo Diez
Capítulo Once
Capítulo Trece
Capítulo Catorce
Capítulo Quince
Capítulo Dieciséis
Capítulo Diecisiete
Capítulo Dieciocho
Capítulo Diecinueve
Capítulo Veinte
Capítulo Veintinuno
Capítulo Veintidós
Capítulo Veintitrés
Capítulo Veinticuatro (Penúltimo)
Capítulo Veinticinco (Final)
Epílogo

Capítulo Doce

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By darlis_steff


Capítulo doce.

Jeremy.



13 de junio, 2014.

Río cuando Doug aparece con Jeff y se sienta frente a mí. Jeff es sentado sobre la mesa y de inmediato me sonríe mostrándome su encía con apenas dos dientes.

— ¡Ah! —dice estirando su mano, río y la tomo sacudiéndola.

—Hola a ti, querido sobrino—me inclino y beso su mano, luego observo a Doug— ¿Ahora van a hacer esta cosa de vestir iguales?

Ambos llevan una camisa azul con un suéter gris encima, los mismos Converse blancos y un gorrito gris que evidentemente mamá tejió. Doug ríe.

—Nos vemos adorables. Creo que Hilary va a molestarse.

— ¿Ahora qué hiciste?

—Ella se estaba bañando y vestí a Jeff para traérmelo, pero no le dije, le dejé una nota de parte de Jeff que dice "mami, regreso luego, me fui a pasear."

—Pobre mitad Dilary, no entiendo muy bien por qué te soporta.

—Porque me ama y sé muy bien cómo mantenerla feliz.

— ¿Y crees que Jeff es tu mejor amigo?

—No lo creo, él lo es. Somos los mejores amigos ¿Cierto, Rayito?

—Ehhhh—Jeff señala un puesto de galletas.

—Esas son galletas—le dice Doug—. Y primero vamos a comer para escuchar al tío Jeremy hablar.

La respuesta no hace feliz a Jeff, de hecho se cruza de brazos y es gracioso ver la forma en la que hace una trompita con su boca mientras frunce el ceño.

—Mami. Mami ¡Mami!

—Mami no vendrá a contradecirme, y tu mamá jamás te daría dulces antes de comer.

Por suerte nos atienden y al instante hay papas para Jeff mientras esperamos que preparen nuestro almuerzo, al menos eso lo distraerá. Lo veo tomar una de las papas y dársela a mi hermano en la boca, Doug hace un sonido de monstruo devorándolo y Jeff ríe antes de comer una y darle otra a Doug. Me es imposible no sonreír porque esto es lo que siempre quise para Doug, que él fuera feliz.

Si bien nuestra diferencia de edad no es más que tres años, siempre me sentí protector con él, siempre quise ponerme ante él y cualquier daño que pudiera ocasionarle Paul, no siempre pude lograrlo, pero lo intenté tantas veces que era mi único consuelo cuando hacer aquellas cosas me carcomían hasta el alma.

—Entonces ¿Qué tal el viaje? Veo que conseguiste un bronceado estupendo.

—Douuu—lo llama Jeff estirando una papa—, papá ¡Ah!

Doug abre de nuevo su boca de manera exagerada haciéndolo reír, Jeff presiona sus manos en las mejillas de su papá y lo observa con amor mientras ríe. Esto que siento es un maldito orgullo por mi hermano y la familia que ha formado.

—Entonces, Jeremy.

—Fue un viaje...Increíble. Lo disfruté mucho y estar con ella solo confirmó que estoy loco por esta mujer. La quiero, Doug. Realmente la quiero y a veces asusta no saber llegar a ella, que un día simplemente me aleje.

—Creo que estás enamorado.

Aww—emite Jeff antes de voltear a verme, enarco una de mis cejas y Doug ríe.

—Hilary y la Fiver lo entrenaron, cuando él escucha la palabra amor, enamorado o te amo, inmediatamente hará ese sonido de suspiro y ternura.

— ¿Todos somos consciente de que Jeff no es un muñeco verdad?

—Pero él es perfecto.

—No lo pongo en duda, hermanito.

—Pero muy en serio, Jeremy. No tienes que usar ese tono de niño perdido, sabes lo que quieres y a quién quieres, entonces solo debes conquistarla. Demuéstrale la maravillosa persona que eres.

»Eres de las mejores personas que conozco, pareces como un maldito príncipe y sé que la harías feliz, y ¡Por Dios! Eres un McQueen, por supuesto que le darás un sexo fenomenal.

—Eso es importante, el buen sexo ¿No?

—Nadie quiere de novio a un miserable incapaz de dar buenos orgasmos. Todos quieren un final feliz.

—Tienes razón—me río—, pero ¿Sabes?

—No—dice Jeff y río tomando la papa que me ofrece.

—He tenido varias relaciones, pero Naomi se siente tan diferente, yo quiero llamarla la mujer de mi vida.

—Esa es una declaración bastante fuerte.

—Pero honesta.

—Eres muy honesto.

—No soy tan honesto. Yo no lo he dicho sobre todo...Lo del pasado, no sé cómo hacerlo y no me siento bien con la idea de hacerlo.

—No fue tu culpa, nada de esa maldita cosa fue tu culpa.

— ¡Papá! —Doug de inmediato abre la boca y mastica la papa que Jeff le da—Douuu ¿Mami?

—Mami está en casa, ya te lo dije, Rayito—besa su frente y vuelve su atención a mí—. Ella no va a juzgarte Jeremy, y si lo hace entonces estaré muy decepcionado porque todo lo que puedo pensar de ti es que eres un hombre fuerte y digno de admirar.

—Eso es dulce viniendo de ti.

—Puedo ser dulce siempre que se trate de recordarte cuánto vales para mí, hermano. Yo siempre estaré agradecido por tu sacrificio y espero algún día poder hacer la mitad de lo que tú hiciste por mí, cuando me necesites.

—Ya lo haces, Doug. Con ser feliz, ya haces lo suficiente por mí. Es todo lo que quería, que mamá y tú fueran felices—sonrío y asiento hacia Jeff—. Y todo lo que puedes hacer para hacer algo por mí, es ser el excelente padre que estás siendo. Con eso me basta.

—Eres increíble, Jeremy. De verdad que sí ¿Cierto, Rayito? Hazle una carita tierna al tío Jeremy.

Jeff me observa, parpadea continuamente y alza su boca como si me fuera a arrojar un beso, río y saco mi celular para tomarle una foto. Luego él grita feliz cuando ve que nos traen las comidas.

—En serio, ustedes creen que Jeff es un muñeco.

***

— ¿Qué quieres decir con que ella te despidió?

—No es tan difícil de entender—responde Naomi al teléfono, pero detecto su frustración—. Ella es una perra, sé que hice mal en avisar a última hora, pero ella me debía varias vacaciones, nunca he hecho algo malo. Pero que se trague su puesto de trabajo.

—Naomi, lo lamento mucho.

—Esto no es tu culpa...

—Yo te rapté.

—Bueno, sí es en parte tu culpa—ríe—, pero no importa, conseguiré otro trabajo, tengo ahorros, todo estará bien.

—De verdad lo siento...

—Ya, solo olvídalo. Solo ha sido mi golpe de vuelta a la realidad.

—Ya te extraño.

—Regresamos ayer, así que me viste.

—Pero igual te extraño, no fue lo mismo dormir sin ti.

Ella permanece en silencio, sin embargo creo escuchar un suspiro después de eso. He decidido ir con todo, no callarme ninguno de mis pensamientos, del tipo más que amigos, que tengo sobre ella. Es todo o nada.

»Extraño despertar contigo aferrada a mí—ella jadea y río— ¿Qué creías? ¿Qué no notaba que te gusta acurrucarte?

—Bueno, pensé que... ¡Qué vergüenza!

—A mí me encantaba, así que no te avergüences—río. Louis toca la puerta pero igual entra antes de que pueda darle alguna respuesta.

—Tienes a alguien esperando para verte, parece impaciente.

—Hazlo pasar y por el amor de Dios, ve a almorzar que ya yo lo hice con mi hermano.

— ¿Ah? —pregunta Naomi al teléfono.

—No te lo decía a ti, bonita.

Louis sale mascullando algo sobre yo dándole órdenes si él no quiere comer y río.

»Debo colgar, alguien vino, posible cliente. ¿Puedo verte mañana?

—No lo sé...

—Naomi, no hagas esto. Avanzamos mucho en el viaje para retroceder ahora. Podemos tener algo bueno.

—Está bien, mañana podemos vernos. Y no es que quiera retroceder, solo me asusto.

—Lo entiendo, bonita, pero permite que me asuste contigo. Te veo mañana.

Finalizo llamada y me quedo con la vista en el techo. Tengo demasiada paciencia y fuerza de voluntad para simplemente no saltar sobre Naomi cuando todo lo que quiero hacer es estar con ella.

—Mi chico dorado.

No sé cómo no termino en el suelo debido a la rapidez con la que me incorporo. Mi estómago se retuerce cuando frente a mí encuentro a una mujer rubia. No una desconocida.

Mary Hundson.

Inmediatamente mi cuerpo se tensa y bloqueo cualquier recuerdo que yo pudiera tener de esta señora. Siento escalofríos. La sigo con mi mirada mientras saca la silla frente a mi escritorio manteniendo su sonrisa. Una vez está sentada, sus largas uñas tamborilean sobre el escritorio, y es un sonido horrible que me trae malos recuerdos.

Mary Hudson es el cliché y estereotipo de mujer con dinero que se niega a envejecer. Nunca podré encontrarla hermosa porque sé cuán horrible es en su interior, pero he visto a muchos hombres perder la cordura por ella; incluso su esposo, quien le daba todo lo que ella quisiera, incluyéndome en la lista de regalos.

Ha habido cambios en su rostro. Está más estirado, su boca más llena pero esa misma mirada en sus helados ojos azules se mantiene.

— ¿Qué le pasa a tu lengua, Jeremy? Solía tener un buen uso.

—Este es mi lugar de trabajo, sino tienes nada que hacer aquí, entonces te sugiero que te vayas.

—Qué sensible, ni siquiera me has saludado.

—No eres persona grata, así que me ahorro los saludos—enderezo mi espalda.

—Como sea, ser insolente no te quita lo bonito.

—Estoy aquí para asesoría legal, vete.

—Oh, pero necesito ayuda legal y escuché que eres el mejor abogado, tu papito me lo dijo.

Mi mano se cierra en puño y odio darle una reacción porque ella lo disfruta.

—Dudo que conozcas a mi papá.

—Pero si ambos sabemos que conozco a Paul.

—Esa basura no es mi padre.

—Te crió.

No me crió, él me golpeó, me gritó y finalmente me vendió.

» ¿Sabías que está por aquí? Creo que lo entristece un poco no saber de ti y ese otro hermanito tuyo bonito. Eso no es muy amable.

—Vete.

—Cuando te fuiste a estudiar lejos te eché mucho de menos y luego fue como si desaparecieras. Tuve que conocer a otras personas y lidiar con tantos asuntos que no me dejaste decirte. Fuimos buenos juntos.

—No sé si tenemos los mismos recuerdos. Por como lo veo fui obligado a estar contigo, no hay nada agradable o bueno sobre ello. Podría ser tu hijo.

—Pero no lo eres.

—Vet...

— ¿Qué procedimiento legal hay que seguir para que el padre de tu hijo se ponga al día con todo lo que le debe?

La observo fijamente, hay un tic nervioso en mi labio inferior. Mi estómago se retuerce y mi cabeza gira un poco.

»Creo que es hora de que te pongas al día con tu niño, Jeremy. Estoy cansada de inventar excusas sobre dónde está papi.

Creo que un extraño sonido escapa de mí mientras siento las paredes cerrarse a mí alrededor, luego estoy de pie, mi mano agarrando su codo. Creo que ella grita mientras la obligo a ponerse de pie y camino hacia la salida de mi oficina.

— ¡Jeremy! ¿Qué sucede? —Pregunta Amanda cuando salgo de la oficina arrastrando a esta basura del codo—La puedes lastimar.

—Muévete Amanda, no necesitamos está contaminación.

Llamo al ascensor escuchando el lloriqueo de Mary mientras intenta liberarse de mi agarre. No es mi mejor momento, pero ella me ha dado un disparo directo a mi cordura.

—Eres una maldita mentirosa, la vejez no te ha servido para aprender a ser mejor. Sigues siendo una basura igual que Paul.

—No hables así de la madre de tu hijo.

— ¡Tú no eres ninguna madre de ningún hijo mío! —La zarandeo— ¡Deja de mentirme!

Sueno un poco loco, no me reconozco, pero estoy desesperado de sacar de mi cabeza los últimos minutos. Estoy desesperado por creerlo todo una mentira.

Las puertas del ascensor se abren y la empujo dentro de el. Su maquillaje está corrido y busca frenéticamente algo en su cartera, me lo extiende y me niego a tomarlo.

— ¿Tienes miedo? —me dice, las puertas comienzan a cerrarse y me obliga a tomar lo que vuelvo puño en mi mano. Veo borroso, estoy a instantes de las lágrimas—Sabrás de mí y de él.

Las puertas se cierran y respiro en constantes jadeos. Volteo encontrándome con la mirada atónita de Louis, mi asistente jurídico, Amanda y alguna mujer a la que ella haya estado asesorando.

— ¿Tienes un hijo...Con ella? —murmura Amanda.

—Cierra la boca. Esa señora y yo no tenemos nada ¡Y todo el mundo a trabajar!

Cierro la puerta de mi oficina con seguro una vez estoy dentro. Recuesto mi frente de la puerta mientras mi respiración es inestable. A mi cabeza vienen cada noche en la que Paul me despertaba y me decía que me pusiera en marcha mientras me daba sus consejos de mierda, rasguños en mi espalda, el sentirse sucio, no poder ver a mamá a los ojos, no dormir, la ira que se iba construyendo en mí. Los susurros en mi oído de mujeres con las que no quería estar, las demandas de lo que querían que hiciera, la humillación de hacer algo que no deseaba, las pesadillas. Todo ese maldito infierno que atravesé.

Muerdo mi mano hecha puño para no gritar mientras cierro mis ojos con fuerzas.

Ya pasó, Jeremy, estás bien. No tienes que hacerlo nunca más. Es pasado.

Pero mi pasado ha dejado algo en mi mano. Dejo de morder mi mano, bajo la vista a mi otro puño y poco a poco lo abro. Estiro la fotografía frente a mí.

Un niño rubio.

—Mierda, no. No, no. Esto no es real, por favor no.

Grito lleno de frustración antes de sentir mi rostro húmedo por las lágrimas. Ella me está mintiendo. Ella tiene que estar mintiéndome.

***

14 de junio, 2014.

— ¿Por qué has estado tan serio?

Nos detenemos frente a la puerta de su apartamento. La verdad es que esta cena ha sido una mierda y no por Naomi, sino por mí. No pude concentrarme, no pudimos hablar. Solo me mantuve en silencio mientras ella parecía cada vez más nerviosa intentando crear una conversación.

—Mary Hudson fue a mi oficina—susurro viendo hacia mis pies, sintiéndome tan avergonzado de mí mismo en este momento. De decir esto.

— ¿Quién?

—La mujer de aquella vez...La cena.

—Oh, la señora de ojos azules fríos. No parecía de tu agrado.

—No lo es, yo sería feliz si no la viera nunca más en mi vida—tomo una profunda respiración. Es como ver a Naomi escaparse de cualquier oportunidad que pudimos haber tenido.

—Jeremy me estás asustando ¿Qué sucede? Estás tan pálido—sus manos toman las mías— y tus manos están muy frías.

—Ella me dijo algo, y me dio algo—me libero del agarre de sus manos y meto una en mi bolsillo extrayendo la foto. Se la entrego.

— ¿Quién es?

No respondo, sus dedos toman mi barbilla obligándome a verla.

» ¿Quién es este niño?

—No lo sé—susurro—, ella dice que es mi hijo...Y el suyo.

La mano de Naomi cae de mi barbilla y vuelve su vista a la foto, veo como palidece. Puedo imaginar lo que está pensando: que yo me acosté, me follé a Mary Hudson.

—Tú...Y ella...

—No es cómo lo crees.

—Entonces ¿Cómo?

Abro y cierro mi boca antes de negar con mi cabeza.

»Dímelo.

Sacudo mi cabeza y ella me entrega la foto antes de abrazarse a sí misma, se está cerrando.

—Quiero entender. Dímelo.

—No me verías igual.

—Si no me lo dices no puedo conocer todo de ti, no hagas eso. Sabes lo peor de mí. Dímelo. Por favor, dímelo.

Permanecemos en silencio y ella hace una mueca triste antes de girarse y abrir la puerta de su apartamento, se detiene esperando que yo diga algo, pero cuando no sucede entra a su apartamento y voltea a verme.

—No puedo intentarlo si tú tampoco lo haces.

—Lo siento, Naomi.

— ¿Te avergüenza? ¿Te avergüenza decirme qué sucede? Solo dímelo.

—Me compró. Ella y otras más, me compraron.

Naomi lleva una mano a sus labios y comienzo a retroceder antes de que pueda decir cualquier cosa. Camino a paso rápido alejándome, casi corriendo. Odiando cada segundo de esto.

Un día espero Paul arda en las llamas del infierno, él y cada basura que nos hizo daño. Llego a mi auto y apenas subo lo pongo en marcha. Mis pensamientos me ahogan, me asfixian.

En un semáforo marco el número de mamá y lo pongo en alta voz. La necesito. Necesito escucharla.

—Mi Jeremy.

—Te amo, mamá—mi voz se quiebra.

— ¿Qué sucede?

—Te amo mucho y...Te necesito ahora, háblame. Dime lo que sea, solo háblame para saber que estoy contigo. Por favor.

Hay un largo silencio y un sollozo se me escapa.

—También te amo cariño, hoy hice galletas de chispas de chocolate. Te guardé.

—E-eso está bien.

—Sí—su voz tiembla—. También decidí tejerle un suéter a Jeff y le regalé un gorro a Leah.

—Apuesto que le gusto—sorbo mi nariz mientras siento un par de lágrimas escapar.

—Sí, ella gritó emocionada, es una chica eufórica. Me recuerda a ustedes.

—Bueno, es como nuestra hermanita ahora.

—No molestes—ríe de manera tensa— ¿Qué haces?

—Conduzco a mi apartamento, cené hace poco...Y quiero llegar tanto a casa—de nuevo mi voz se quiebra—. Necesito que me hables mamá.

—Aquí estoy, cielo, aquí estoy.

— ¿Puedes hacerme muchas galletas mañana?

—Claro, te haré un montón.

Ella comienza a hablar y está bien porque mi mente no se va a la deriva y me mantengo cuerdo hasta llegar al estacionamiento del edificio donde estoy viviendo. Apago el auto y tomo profundas respiraciones. Tomo el celular desactivando el altavoz.

—Ya estoy aquí—susurro.

—Qué bueno—parece aliviada.

—Gracias por mantenerte conmigo.

—Siempre lo haré, Jeremy. Nunca los dejaría.

—Ahora iré a dormir.

—Descansa mi cielo y cuando quieras hablar, aquí estaré.

Nunca le rompería el corazón diciéndoselo.

»Te amo, rubio mayor.

—También te amo, reina.

Dejo caer mi frente contra el volante y lloro, mi cuerpo se sacude. Quisiera dejar el pasado atrás, quisiera que estas cosas no me atormentaran, hablo tanto sobre avanzar y me escondo tanto cuando mi peor pesadilla aparece. No soy tan valiente.

—Por favor, que ella esté mintiendo.




Jeremy me dueles :'( lo que puede resultar frustrante aquí es que en LMDE y URPE muchos no se dijo sobre Jeremy y su situación con Naomi como tal, así que ni modo, les toca esperar ver cómo termina esto.

Espero les guste.

Un beso.

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