Logan cierra los ojos con fuerza, intentando mantenerse sereno mientras una mancha plateada y borrosa, gira a su alrededor una y otra, y otra vez.
—¡Peter, ya para!
El muchacho se detiene justo frente a él, con una sonrisa autosuficiente enmarcando sus bonitos labios.
Logan ignora el pensamiento de que son bonitos.
— Creí que estabas decidido a ignorarme.
— Es lógico que esté enojado, Peter, no puedes llegar y meterte a mi cuarto cuando quieres; mucho menos mientras duermo. Pude haberte atacado, es peli....
— Tú nunca me dañarias — Asegura, y Logan no reacciona a tiempo cuando ya lo tiene abrazado a su cuello y prendido de sus labio. E incluso antes de que pueda hacer algo más, el chico le besa la punta de la nariz antes de salir huyendo en medio de su estrepitosa risa.
Logan gruñe.
Jodido mocoso.
Cada vez le cuesta más mantener las manos fueras de él.
Y Pietro no es de mucha ayuda.