Todos los que se encontraban en el pasillo estaban callados, el único sonido que podía escucharse con claridad era el de sus respiraciones, nadie quería decir nada sobre lo que pasaba.
El doctor había entrado en cuanto Sinu le llamó, avisando que su pequeña había despertado pues movió la cabeza y apretó sus dedos.
En cuanto Charlie lo supo, de inmediato llamó a los Jauregui y les dijo la gran noticia, le hubiera encantado ver la cara de Lauren al saberlo.
Pero ahora todos estaban serios y callados, los padres de la chica serian los primeros en entrar, y Lauren lo respetaba pero realmente quería entrar y saber que todo estaba bien.
— Familiares de la señorita Ca-
Ni el doctor termino de hablar cuando Sinuhe y Alejandro estaban de pie frente a él, Lauren quería hacerlo pero su padre la detuvo.
También agradecía que no le hayan dicho a la otra chica aún, no sabría si lo soportaría. Pero se sentía pésima al no ver a Dinah ahí.
— No te preocupes, ya viene para acá y me dijo que no la llamará hasta que tu ya la hayas visto.— como si Charlie pudiera leer su mente, le susurro.
— Bien.— asintió en agradecimiento.
Los Cabello seguían hablando con el doctor cuando la ojiverde vio llegar a la polinesia por el pasillo, parecía como si hubiese corrido una maratón.
Lo primero que hizo Dinah y que conmovió a más de uno, fue abrazar a Sinuhe, y después a Alejandro con lágrimas escurriendo de sus alegres ojos.
— Pueden pasar a verla, pero no todos.— advirtió antes de que todos pasaran.
Los Cabello miraron a Lauren disculpándose, y ellos pasaron primero limpiando sus gotas saladas del rostro.
Dinah se acerco a la chica nerviosa de pie, sonrió de lado y la envolvió en un fuerte y reconfortante abrazo, los brazos de Dinah eran cálidos y por primera ves desde que paso el accidente, sintio que podía respirar con calma.
Charlie tenia a su bebé en brazos, aún no tenia nombre y muy posiblemente este día recibiría uno muy especial, así como el mismo lo era. Lauren miro al bebé y sonrió con adoración, se parecía tanto a su padre y Camila, esa nariz fina y los ojos, eran de un color especial.
— ¿Quieres cargarlo?.— pregunto el chico observando a la ojiverde nerviosa. Lauren asintio.
Tenerlo en sus brazos era una sensación maravillosa, hacia caras y gestos para hacerlo reír y funcionaba, el bebé se reía de ella y el so ido era contagioso, cambio el tono de su voz por uno más agudo y divertido para el pequeño ser.
— Aló...
— ¿Donde esta Meghan?.— pregunto Dinah, desviando la mirada al hermano.
— Tuvo que quedarse, aun tiene que descansar y ella quería que Camila conociera al bebé. — se encogió, muriendo internamente de ternura con la escena que presenciaba de su hijo y Lauren.
La ojiverde hacia caricias en él y reía aun más, Charlie supo en ese momento que Lauren seria una madre espectacular. Y muy en el fondo deseaba que lo compartiera con Camila.
— Dinah.....— Alejandro se asomo por la puerta, muy sorprendido y anonadado. Fijo su vista en Dinah como si hubiese visto un fantasma.
— ¿Que....? ¿Ella esta bien? Alejandro dime lo que pasa o yo misma voy a rom-
— Ella....ella quiere hablar....quiere hablar contigo...— parpadeo muchas veces.— Dinah.
La polinesia abrió los ojos con sorpresa y terror, ¿que tenia que esperar al entrar ahí? Perdería mucho o ganaría todo. Debía averiguarlo.
La polinesia, temblando, entro a la habitación, lo primero que observo fue a la castaña en la camilla, recostada y abrazando a su madre. Sinuhe se alejo y beso su frente, se despidió de ella y de Dinah al pasar a su lado. La polinesia estaba más nerviosa que nunca ¿este día era real? Se pellizco para estar aseguró, y dolió como la mierda. Camila sonrió en su dirección, una sonrisa que no había visto nunca en ella pero sin embargo la preocupaba.
— Mila...— susurro con un suspiro acercándose a la chica. Extendió una mano a la cabeza con nuevas vendas en ella.
Ya no había mancha de sangre y su ceja se recuperaba, pero sabia que le quedaría una cicatriz, justo como Charlie la tenia
— Chee...— dijo con voz débil, pero se le notaba feliz.— Siento mucho.....este día.— se tomo una respiración entre las frases.
— Mila...lo-lo recordaste..— Dinah ya no pudo retener las lágrimas, era mucha emoción.
Se abrazo a la castaña sin medir su fuerza, pero poco le importo y beso sus mejillas con desesperación. ¿Su Camila había vuelto?.
— Él no quisiera que lloraras, Chee.
— Te extrañe mucho.— susurro en su oreja, no dejaba de llorar y no pretendía soltarla.
— Y yo a ti.— con su brazo bueno la abrazo.
— No vuelvas a dejarme.— negaba limpiando sus lágrimas.
— Ya no, Chee. Prometo que ya no lo haré.— sonrió débilmente, sus mejillas dolían.— Espero que este....sea un buen....regalo.— decía entre respiros fuertes. Sus pulmones recibían poco oxigeno.
— El mejor del mundo, gracias.— beso su frente y la abrazo nuevamente.
Dinah estaba agradeciendo a todo los cielos, a las galaxias, al karma a todo lo que hizo posible este encantador e inesperado reencuentro.
— ¿Él está aquí?.— pregunto mirando a la puerta.
— Si, y quiere que conozcas a alguien.— se alejo para llamar a Charlie, y poco después entro con una manta abultada en sus brazos.
Esa manta...
— Karli.— sonrió su hermano, como si de un bebe con una paleta se tratara.— Tu estas...
— ¿Como esta él?. — pregunto apuntando al bebé.
— Excelente, muy inquieto y esperando a su tía favorita.— con lentitud paso a su hijo de sus brazos a los de la castaña, o más bien, al lado de ella en la cama. Con ayuda de Dinah para girar a Camila y darle espacio.
— Hola pequeño....soy Camila...y seré tu tía lo que me quede de vida.— su dedo pasaba por su mejilla con delicadeza.
— Y ¿cual sera su nombre?.— pregunto Charlie, rápidamente limpio una lágrima rebelde de su mejilla.
— Tiene que ser original, Chanch. Este pequeñin traerá alegría y muchas travesuras a sus vidas.— menciono Dinah, sentada al lado de Camila.
— Seth.— la sonrisa de Camila nunca desapareció. Pero el rostro de Dih cambio. Y Charlie en sus labios una sonrisa apareció.
— Mila no tienes que hacerlo, no creo que sea buena idea-
— Lo es, Dinah. Seth nos traerá alegría y muchas travesuras.— el bebé dejo salir una risa haciendo latir fuertemente los tres corazones en la habitación.
— Bienvenido a la familia, Seth Cabello.
— Seth.— murmuró Dinah, sorbiendo de su nariz.
*
Lauren se movía impaciente afuera de la habitación donde la castaña ya había despertado hace aproximadamente dos horas y ella aun no pasaba. Los padres de la castaña habían salido para poder comer algo, aunque Lauren los noto tensos entre ellos pero no quería hacer preguntas y meterse en su vida.
Después entro Dinah y por ultimo Charlie, y ellos tardaron más ahí adentro y su paciencia se estaba terminando.
Para el colmo de todo, su mala suerte junto con el karma que la iba persiguiendo desde que nació, la castaña alta y bronceada se apareció por el pasillo del final, exaltada.
Las ojiverde suspiro audiblemente cuando estaba a unos pasos de distancia.
— Hoy no quiero discutir contigo, Lauren, sólo quiero ver a Camila.— menciono la chica, arreglando su cabello a un lado.
— Por mi no hay problema.— dijo lo más fría que pudo. Pero su desesperación por no ver a la castaña le afectaba y mucho.
Ariana murmuro algo inaudible, suspiro y se sentó a esperar para poder ver y hablar con la castaña. ¿Como reaccionaria al verla? Esperaba que no la corriera de la habitación.
— Eh, Lauren.— brinco al escuchar la voz risueña de Dinah, la ojiverde sonrió como nunca antes y con entusiasmo entró.
Charlie se despedía de su hermana, susurraba algo en su oído y dejaba un beso en su frente, con el bebé en brazos. Dinah hizo lo mismo mientras la. ojiverde esperaba paciente de pie en la puerta.
— Camz...— lo dijo en suspiro cuando la habitación se vacío.
Camila sonrió de lado, con su mano sana le hizo una seña para que se acercara. Y así lo hizo, de pronto unos nervios muy grandes llegaron a ella.
— Hola Lern.— dijo suavemente. Su garganta dolía un poco.
— Despertaste.— dejo salir con una risita.— No lo puedo creer.— se tapó la boca con una mano, observando con detalle.
— Estoy bien...— de encogió de hombros.— He estado peor, creeme.— hizo una mueca al reír, su costilla dolió.
— ¿Como te sientes? ¿Necesitas agua, algo de tomar?.— pregunto llevando una mano a su rostro, delineando su ceja lastimada.
— Necesito que te calles, respires con calma me digas que ha pasado en mi ausencia.— enlazo su mano con la de la ojiverde y en su estomago sintió la mismísima batalla del 5 de mayo.
— Nada interesante.— negó con una mueca.— Ashley sigue igual que siempre, Shawn ni aparece por nuestro camino y....— ¿le decía lo que la bronceada afuera de su habitación?
Tal ves le diría que fuera por ella y las dejara a solas. O que se fuera, o la preferiría a ella en lugar de...No. Lauren no debería estar pensando en eso, sabes que Camila te dijo que eso era pasado, que ya no pasaba nada, y prometiste ser honesta.
— ¿Y? ¿Algo mas, Lern?.— pregunto en confusión.
— Amm...veras....ella esta aquí.— cerro los ojos.— Está afuera, esperando.
— ¿Quien?
— Hmm, Ariana.— carraspeo y hablo.— Ha estado viniendo desde el accidente.
— Oh.— ¿es todo? si, Camila no sabia que decir o como reaccionar.
Ya la había visto antes, sabia que estaba en la ciudad pero ¿venir a verla? Era una sorpresa.
— ¿Que se siente?.— de la nada, pregunto la ojiverde.
— ¿Que cosa?
— El estar así.....en coma.— susurro eso ultimo.
— Creo que para muchos es diferente, hay quienes dicen que estuvieron atrapados en una realidad alterna donde todo lo malo que vivieron, estuviera pasando una y otra ves.— junto sus cejas en confusión.— Pero....hay quienes se imaginan una vida nueva y mejor de la que tenían, en otra dimensión donde tal ves, el ser amado que se fue sigue ahí, o están con la persona que querían.— los ojos de la castaña estaban mirando hacia abajo.— Y yo no recuerdo mucho....en el primer accidente yo....
— ¿Tu primer accidente? ¿Lo recuerdas?.— pregunto con asombro la ojiverde.
— Si claro....lo recordé todo, Lo.— sonrió timida
— Eso es asombroso, Camz.— la abrazo. Camila se quejo y Lauren se alejo.— Lo siento, continua por favor.
— Era un día especial, aún no recuerdo muy bien pero se que era especial, yo estaba en el asiento de a lado, estábamos escuchando música. Era nuestra favorita porque siempre la cantábamos y después vi un resplandor, era como mirar al cielo y ver directamente al Sol. Escuché un grito y....— giro a ver directo a los ojos verdes cubiertos de lágrimas.— Un día desperté en mi cama, como cualquier día, no recordaba nada y mis padres fueron contándome cosas que hacia de pequeña, nunca mencionaron a Charlie porque no querían que preguntara cosas. Era muy raro, pero nunca pregunté nada, era como ser otra persona, así me sentía, como si en ese accidente la pequeña Camila hubiese muerto, y la chica que conociste ese día en la acera, en el suelo.— una pequeña sonrisa apareció en sus labios.— Hubiese nacido ese mismo instante.
— ¿Como fue el crecer? ¿No tenias esa necesidad de saber?
— Siempre la tuve, pero cada ves que me confundía por algo, mi madre llegaba y me contaba algo que supuestamente hice.
— Lo siento Camz, nunca entenderé lo difícil que fue para ti.— bajo la cabeza para evitar mirarla.
— Cuando iba con Dinah ese día, charlabamos de lo cursis y ridículas que son algunas parejas cuando están saliendo, porque habíamos visto a un chico disculparse con su novia por no llamarla esa mañana, y me pregunte como seria yo cuando conociese a esa persona.
Hizo una pausa y bebió del vaso con agua a lado de la cama.
— Entonces Dinah me dijo que ella jamás actuaria así, que era estúpido el comportamiento. Pero yo le dije que tal ves nunca me enamoraría, porque era pésima para eso aunque sólo tuve una relación, así que era aun más estúpido decir eso.— rieron ambas chicas.— Y como si fuese obra del destino, o mi karma o quizá el Dios del que todos hablan, la estúpida de mi mejor amiga me hizo caer. Puedo jurar ante un juez, que el único delito que cometí fue enamorarme de la chica correcta en el momento incorrecto. Fue cuando mis palabras tuvieron otro sentido.
Lauren no se resistió más, sabia que si la chica continuase hablando, ella se derretiría de amor. Así que la besó.
— Te amo, Camz.— susurro al separarse.
— También lo hago, pero ahora yo...
— Lo entiendo, Camz. Yo esperare, lo prometo.— asintió, besando la frente de las castaña.
— No pretendo que me esperes si tarde más de lo necesario, yo no quiero que dejes pasar oportunidades Lauren, no estoy segura de si podre superar lo que pasó muy pronto.
— No Camz, no dejaremos que esto avance más de lo que queremos, esta ves no estás sola.— Camila sonrió de lado y la ojiverde la abrazo, esta ves sin lastimarla.
— Gracias, Lern.— beso su mejilla.
— Ahora señorita Camila, si no es mucha molestia para usted, me encantaría saber quien es la verdadera Camila Cabello.— la castaña rió, recordando el día de Año Nuevo cuando hablo con la ojiverde.
— Será un placer, señorita Jauregui.— una risa tonta apareció en ambos labios.
Lauren presto toda la atención que pudo, escuchando atentamente cada palabra y silaba que salia de la boca de la castaña, nunca perdiendo el hilo de la conversación.
Admiraba a Camila por la advercidad que vivía en ella, su valentía y el coraje que tuvo cada día para seguir adelante.
*
Lauren llegaba a casa después de unas intensas horas de charla con Camila sobre su antigua vida y lo que pasaría ahora.
Pero ella no pudo hablar sobre lo que pasaba con sus escalofriantes sueños y visiones, tampoco es fácil ir y decir "hey Camila, tengo sueños donde veo a mi madre que ya esta muerta". Se moriría.
— Lauren, debemos hablar.— casi se resbala el vaso con agua de su mano, su padre apareció detrás de ella.— Es importante.
— ¿Podemos hacerlo mañana? Estoy cansada, quiero dormir.— pidió con un puchero, convenciendo a su padre.
— Esta bien, pero te levantare a primera hora mañana.— dicho esto beso su mejillas.
La ojiverde victoreo y subió a su habitación, se quito su ropa y tomo un baño que merecía, sintió su cuerpo relajarse después de tanto tiempo, el estrés se iba.
Busco su pijama y por fin pudo acostarse para dormir, soñando con una sonrisa y ojos cafés. Después estaba en una habitación blanca, había muchas personas a su al rededor, unas voces murmuraban y ella sostenía a su peluche entre sus brazos.
¿Tenia 5 años? Así parecía, usaba el vestido blanco que le regalo su madre al cumplirlos, y tenia el cabello como se lo peinaba ella cuando salían.
— Lauren, no te acerques...
— ¿Papi?
— Lauren, ven aquí.
Ella estaba aferrada a la mano de su madre, estaba a su lado, de pie. Su madre miraba al frente y ella no sabia que era lo que miraba. Las personas pasaban frente a ella, como sombras borrosas, no tenían una figura exacta, y su agarre se hacia cada ves más fuerte mientras se acercaba.
— ¡Lauren!
— ¿Mamá? ¿Quienes son ellos?
— Te amo, Lolo.
— ¿Lauren?
— ¿Mami, eres tu?
La pequeña Lauren de cinco años caminaba lentamente a la caja blanca brillante frente a ella. ¿Que era eso? ¿Una caja de regalo? ¿Era de su madre? Parecía muy grande. Pero no es su cumpleaños. Tampoco Navidad.
— ¿Mami? ¿Que haces ahí? ¿Estas durmiendo?...
La ojiverde fruncio las cejas, no entendía porque su madre estaba acostada en esa caja grande y blanca.
— ¿Lolo?
En la puerta frente a ella se encontraba su madre, de pie y con un vestido largo y blanco, con brillos en él. Su mamá se veía como un ángel, y al mismo tiempo como una princesa.
Lauren miro a la mujer de vestido blanco y largo, confundida, caminó hacia ella para agarrar su mano nuevamente y salir de ese feo lugar. No le gustaba nada.
Sin embargo, no lo pudo hacer, su madre parecía alejarse con cada paso, no otra ves. ¿Mamá? Ella no quería que se fuera, la necesitaba. No te vayas, iremos con papá al parque. Su mamá estaba negando ¿no quería ir con ella?.
— No, mamá..... No te vayas...por favor. Papá.... Mamá no me dejes...no...¡No!.
La ojiverde pudo abrir los ojos, sentada en su cama con las luces apagadas, completamente sola en una noche oscura y solitaria. ¿Cuanto tiempo pasaría con esto? Estaba cansada. Ya no podía seguir así.
Su cerebro tomo una decisión apresurada y colocó sus botas, una sudadera y salió por la ventana de su habitación. Buco por las calles una banca y de su pantalón, saco el envoltorio blanco y verde. ¿Hasta este punto había llegado?
Según lo que una ves su amigo Ryan le había dicho en una fiesta en NY, esto servía mucho para el estrés y el cansancio. Y a él le funcionaba cuando discutía con su padre y quería un momento tranquilo en su vida, y fue así que a Lauren le dio curiosidad
esa oportunidad extremista.
¿Eso le ayudaría a ella para acabar con sus pesadillas? Ella tenia una pequeña, minúscula esperanza de que funcionara y lograra dormir al menos una noche tranquila, sin pesadillas.
Así que del otro bolsillo sacó un encendedor, llevo la droga verde a su boca y lo encendió. No tenia un buen aroma, y a la primera calada le ardió la garganta, como la primera ves que tomo tequila. Tosió y miro con el ceño fruncido al cigarrillo arrugado entre sus dedos.
Si esto funcionaba, entonces tendría que conseguir mas, uno no le seria suficiente para lo que está pasando cada noche por su cabeza.
Media hora después, una ojiverde confundida, con sueño y tambaleándose llegaba a la puerta de su casa. ¡Maldicion! No llevo su llave y ahora no podía entrar.
— ¿Que mierda?.— se preguntó así misma al girar el pomo y ver que no abría.— Genial.
Sonrió sarcástica, sentía sus ojos cansados y mirba a todas partes buscando un lugar placenteramente cómodo para dormir.
— Que idiota soy.— rió de ella misma. Fue a la parte trasera de su casa, recordó que esa puerta permanecía abierta siempre.
Entró por ella y haciendo silencio y caminando sigilosamente, subió a su habitación. Al abrir la puerta, estaba todo oscuro, palmo la pared y cerro la puerta, recorrió la pared hasta llegar con el interruptor.
Al encender la luz, el destello lastimo sus ojos y admiro su cama, tan suave y linda para una siesta. Se arrastro lentamente y al caer en ella, se quedo completamente dormida.
9:28 am
— Joder.— susurró, al despertar el Sol entraba por su ventana abierta.— Funcionó. — sonrió.
Por primera ves en mucho tiempo. pudo dormir en total calma y ninguna mala imagen llegó a sus pensamientos. Agradeció a Ryan y lentamente se levanto para ir al instituto.
Pero antes, visitaría a Camila en el hospital.
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