Conquistando a Jeremy (BG.5 L...

By darlis_steff

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Si hay algo que Naomi Kanet y Jeremy McQueen pueden afirmar es que a veces dejar atrás el pasado no es tan se... More

Conquistando a Jeremy
Prólogo
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo Seis
Capítulo Siete
Capítulo Ocho
Capítulo Nueve
Capítulo Once
Capítulo Doce
Capítulo Trece
Capítulo Catorce
Capítulo Quince
Capítulo Dieciséis
Capítulo Diecisiete
Capítulo Dieciocho
Capítulo Diecinueve
Capítulo Veinte
Capítulo Veintinuno
Capítulo Veintidós
Capítulo Veintitrés
Capítulo Veinticuatro (Penúltimo)
Capítulo Veinticinco (Final)
Epílogo

Capítulo Diez

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By darlis_steff


Capítulo Diez.

Jeremy.



3 de mayo, 2014.

Doy pequeños saltos sobre mis pies mientras una vez más toco la puerta del apartamento de Naomi.

Necesito llegar a un acuerdo conmigo mismo. Lucho por ésta chica o la dejo ir. Pero no puedo ir en ambas direcciones.

Hace un mes me hubiese decidido por ir por ella, no era una decisión difícil cuando cenábamos y descubría que no sabía cómo iba alejarme de la mujer que decidí despertaba cosas en mí. Era el momento crucial, el tomar la decisión no parecía difícil y entonces Mery Hudson apareció y sentí que me congelaba.

Fue un cruce que iba entre el miedo llegando hasta la ira. Podemos fingir que el pasado no existe hasta que nos muerde.

Yo me sentí asfixiado, acorralado y atacado. Fue como perder años, peso y vida. Como volver a ser ese chico. El chico vendido. Solo recordarlo hace que se me erice la piel.

Y entonces me pregunté si aquella vez en la que fui a un bar por unos tragos con Amanda yo realmente imaginé haberla visto. No fue la única mujer del pasado, pero fue quien se encargó de dejar una herida muy profunda.

Y solo pensé que Naomi no necesitaba de ello, no quiero a Naomi rodeada de ello. Pero esta noche, o madrugada, Grace me ha hablado y dejó caer ciertas palabras que llegaron a mí. Y entonces aquí estoy.

Vuelvo a tocar una vez más, sin embargo nadie acude a abrir la puerta ¿Es esta una señal de dejarlo estar? ¿De olvidar estos locos impulsos?

Saco mi celular y marco el número de Naomi, pero desde luego ella no va a responderme cuando son las dos de la madrugada. Suspiro, doy media vuelta y me voy.

***

1 de junio, 2014.

— ¿Sigues sin recordar tu clave de Facebook, mamá? — le hago muecas a Jeff y él ríe.

—No.

—Puedes pinchar en "olvidé mi contraseña" —recomienda Hilary observando a Doug armar un castillo con cartas. Jeff resopla mientras ríe cuando hago otra mueca.

—Creo que mamá está asustada de ver la revolución Petmma en su perfil—me burlo.

—Lo leí desde la cuenta de Jeremy, y es tan divertido ¡Tenemos tíos australianos! Y una tía llamada Nancy—se ríe Doug. Mamá continúa dando forma a las galletas mientras nosotros reímos.

—«Tío» repite conmigo Jeff «tío»—pido al niño que parece desesperado en crecer.

Eso parece hacerlo reír y cuando se ríe él definitivamente es un mini Doug. Tomo sus pequeñas manos obligándolo a aplaudir mientras canto y en consecuencia se balancea de adelante hacia atrás bailando. Mamá está derretida.

—Voy a contarle a Pet que Jeff baila—comienza a salir de la cocina.

— O solo vas a hablarle porque te trae loca —susurra Doug siendo lo suficiente inteligente para saber que no debe ser escuchado.

Hilary viene a mi lado y de inmediato Jeff se olvida de mí queriendo llamar la atención de su mamá, quién lo recoge del mesón y lo aprieta en un abrazo que incluye besos en su mejilla regordeta y el niño es simplemente de ese modo el bebé más feliz del mundo.

—La princesa quiere que te pregunte algo.

— ¿Qué? ¿Qué quiero preguntarle yo a Jeremy?

—Ella quiere saber ¿Qué ha pasado con Naomi?

—No dije eso.

—Ah, entonces si no quieres saber sal de aquí mientras él me da la respuesta.

— ¿Estás bromeando verdad, Doug Nicholas?

—Absolutamente bromeaba mi amor hermoso y perfecto, solo bromeaba.

—Y yo no mandé a Doug a preguntarte nada, Jeremy.

—Pero igual quieres saber, chismosa.

— ¡Tú eres el chismoso!

—Aw, son tan dulces las discusiones de recién casados—finjo suspirar. Ellos ríen lo que hace que Jeff ría—. No pasa nada con Naomi.

—Y eso es lo que está matándonos. Habla hermano, habla.

—El chisme no lo dejará dormir, pero yo también quiero saber porque...

— ¿Por qué, mitad Dilary?

—Porque tú le gustas, Jeremy, y sé que ella te gusta a ti. Entonces no parece tan difícil ¿verdad?

— ¿Qué te hace pensar que le gusto?

Hilary frunce el ceño y ve a Doug, él le asiente con la cabeza, supongo que ahora han desarrollado una súper conexión telepática entre casados o algo así.

—Porque me lo dijo y te echa de menos. Y honestamente Jeremy, te apartaste como si ella hubiese hecho algo mal, es lo que le has hecho pensar.

—Jeremy—la voz de Doug es seria, lo observo— ¿Era una de ellas, verdad? La mujer que viste.

—Cállate—siseo viendo detrás de mí, no necesito que mamá escuche esto.

—Dime.

—Sí.

—Maldita mierda. Vieja pedófila ¡¿No tiene hijos?!

—Cállate Doug, por favor cállate. Mamá no necesita escuchar toda está mierda.

Hilary sabe lo principal de esto, yo mismo se lo dije cuando me contó que había visto a Paul por primera vez, y supongo que ahora que es parte permanente de la vida de Doug, ella sabe todos los detalles.

— ¿Cómo puedes?

— ¿Qué?

— ¿Cómo puedes malditamente solo pensar en que me calle y no en lo que esa maldita mujer hizo? Es una puta violadora.

— ¿Y es que decirlo me hará sentir mejor? ¿Viajaré en el tiempo y seré de nuevo algún adolescente virgen con expediente intacto?

—No, pero...

— ¿pero qué, Doug?

—Muy bien, creo que todos debemos tomar un respiro aquí—interviene Hilary, noto entonces cuán tenso estoy—. Doug no lo dice por ser malo, Jeremy, él solo siente dolor por ti y sé que tampoco estás enojado con Doug, lo estás con la situación. No se ataquen entre ustedes.

Asiento lentamente con la cabeza y mantengo la mirada en el mesón, paso mis manos por mi rostro.

— ¿Quieres perder la oportunidad de estar con la mujer que te roba los pensamientos? —Murmura Doug deteniéndose a mi lado y volviendo al tema inicial—Porque tengo experiencia estando alejado de la mujer que me traía loco y apestaba hermano. Dolía verla salir con otros chicos y sentir que yo la podía hacer más feliz.

»Era horrible saberla tan cerca y no hacer absolutamente nada, y recuerdo que entonces tú me decías que lo intentara, que era mejor perder que no haberlo intentado. Trágate tus consejos y entonces estarás con una grandiosa mujer...Que hace yoga.

Lo último me hace reír. Alzo mi vista y Doug me sonríe, paso mi brazo alrededor de su cuello y lo atraigo.

—Lamento haberte gritado, hermanito.

—Lo siento Jeremy. Sé que hiciste mucho por mí, yo solo...Solo me gustaría haber hecho más por ti.

—Todo está bien Doug ¿Y sabes?

— ¿Qué?

—Sé seguir mis propios consejos, y yo no puedo quedarme toda una vida arrepintiéndome de no haber hecho nada por la chica que me gusta. No tengo... ¿Cuántos años esperaste para decirle a mitad Dilary que te gustaba?

—Siete años.

—Imagina eso. No puedo esperar todo ese tiempo, parece que casi dos meses han sido tiempo suficiente ¿No?

***

6 de junio, 2014.

No sé cómo lo consigue, pero Hilary tiene escaneado el pasaporte de Naomi y yo hago magia. Y entonces Naomi estará haciendo un viaje conmigo en poco más de cuatro horas.

Si ella acepta.

Debo conseguir que acepte.

Escogí un vuelo a las once de la noche, para tener la oportunidad de tomarla por sorpresa en su apartamento. Lo cual sucede cuando abre la puerta y me encuentra de pie con una gran sonrisa.

Muy bien, aquí vamos.

—Hola, bonita.

—Jeremy—susurra como si yo fuese alguna aparición.

A la mierda ser sutil y cordial. Necesita saber que aquella noche, no había nada malo en ella.

—No hay nada malo en ti. Esa noche fue perfecta, tú no fuiste el problema. Solo tuve un mal momento y quise dejarte fuera de ello. Pero te extraño y tú me gustas, Naomi.

»No quiero esperar siete u ocho años para decírtelo. Y no quiero rendirme sin intentarlo.

— ¿Qué...?

—Y siempre sigo mis instintos ¿Y sabes qué dice mis instintos en este momento?

—Yo...Creo que ¿no?

—Que iremos a una isla en Brasil.

— ¿Qué?

—Nuestro vuelo sale en cuatro horas con pocos minutos.

—Creo que te has vuelto loco. ¿Qué te sucede?

Doy pasos hacia ella y tomo su rostro entre mis manos. No puedo rendirme. No debo rendirme.

—Llámame loco si quieres, pero no me iré a de aquí sin ti.

—Jeremy ¿Estás bien?

—Lo estoy. Y estoy muchísimo mejor ahora que estoy admitiéndote que me gustas, que cuando hacías yoga no todos mis pensamientos fueron buenos, cuando me sonríes me siento afortunado y cuando no te veo, te extraño.

»Ven conmigo, Naomi.

—No. No puedo ¡Es una locura!

Se adentra al apartamento y la sigo cerrando la puerta detrás de mí. Esto no ha terminado.

—Ven conmigo, Naomi.

— ¡Tengo un trabajo! Y... ¡Ni siquiera puedo pensarlo!

—Soy abogado y tengo un millón de argumentos para convencerte.

—No, no lo hagas.

—Ya compré los boletos e hice reservaciones ¿Me dejarías perder mi dinero de esa manera?

—Oh, no, no. Detente.

—Dijiste que era una de las primeras cosas que harías al estar divorciada. Ya van casi cuatro meses y no lo has hecho.

»Me gustas. Quiero pasar tiempo contigo siendo solo Jeremy, no tu abogado. Quiero mostrarte parte del mundo. Déjame hacerlo. Sé que te gusto, déjame hacer esto, por favor.

Doy pasos hacia ella y conecto mi mirada con la suya. Toma temblorosos suspiros. Mis manos van a su cuello.

—Jeremy...

—Ven conmigo. Déjame raptarte. Por favor, solo déjame hacer esto. Si no funciona no te molestaré de nuevo, lo prometo. Pero dame está oportunidad de mostrarte cuánto me importas y cómo nunca has sido solo un cliente para mí.

—Mi trabajo...

—Nunca has tomado vacaciones.

—Mi familia...

—Puedes llamarlos.

—Maleta...

—Puedes hacerla ahora.

—Yo...

Bajo mi rostro y dejo un beso en la comisura izquierda de su boca. Quiero tanto besarla, pero no jugaré tan sucio.

—Por favor, bonita. Por favor.

Cierra sus ojos y entonces me sorprende abrazándome. De inmediato le devuelvo el abrazo.

—Tengo miedo.

—No pretendo hacerte daño.

—Tengo miedo de querer ir.

—Diremos que te rapte—se ríe pero me doy cuenta de que su cuerpo tiembla. Está dejando ir el control.

Da un paso hacia atrás y estira su mano, no entiendo, pero la tomo. Aprieta y la sacude, como si estuviéramos conociéndonos.

Hola, soy Naomi Kanet y estoy divorciada...

—Lo sé...

Y mi atractivo abogado Jeremy McQueen me ayudó—finaliza y lo entiendo.

Una de nuestras primeras conversaciones sobre qué haría cuando se divorciara, una de las cosas es precisamente la razón de este viaje y sentarse en un bar y decir esas palabras a las que yo le agregué lo de atractivo abogado, era uno de sus puntos, solo que ella lo ha adaptado a nosotros. Sonrío tirando de su mano hacia mí. Su cuerpo queda al ras del mío.

—Pensé que obviarías el «atractivo».

—No puedo mentir—susurra—. Y ahora quiero agregar que ese abogado está raptándome.

— ¿Vendrás conmigo, Naomi?

—Nunca más quiero vivir con arrepentimiento de no haberlo hecho. Te dejaré raptarme, estoy asustada, pero voy a hacerlo.

No puedo evitarlo. Mis manos van a sus caderas y bajo mi rostro al suyo dejando mi boca posarse sobre la suya. Una mano temblorosa acaricia mi mejilla y sonrío antes de lamer sus dulces labios y con cautela adentra mi lengua a su boca.

La beso con mucha suavidad, estoy tan agradecido de conocerla, de que me dé esta oportunidad. De que me siga en esta absoluta locura que Dilary me ayudó a planear. No quiero un día ver atrás y descubrir que por no intentarlo alguien más consiguió el corazón que yo quiero conquistar.

La beso durante largos segundos y cuando me alejo río acariciando su labio inferior con mi pulgar.

—Debemos hacer tu maleta.

—No puedo creer que voy a hacer esto.

— ¿No es este el momento de empezar a vivir tu vida, Naomi?

—Lo es.

***

7 de junio, 2014.

Mis ojos siguen la gota de sudor bajando por el cuello de Naomi hasta perderse en su camisa. Luego observo su mano que con una hoja intenta abanicarse.

Me observa y de nuevo al centro de una grandiosa habitación. Necesito una ducha y usar algo menos abrigado. El cambio de clima me ha golpeado de una manera feroz, y por lo visto, a Naomi también.

—Hay una sola cama, Jeremy.

—Sí, y me pido el lado izquierdo.

Camino hacia mi equipaje y lo abro fingiendo naturalidad. Mierda, Doug es un imbécil. Jamás debí dejar la reservación en sus manos, debí conocer sus intenciones pervertidas.

Naomi no ha dormido en la misma habitación que un hombre por años y estoy temiendo que esto dispare los malos recuerdos. Trato de actuar con la mayor naturalidad posible.

—Estamos en la misma habitación—anuncia lo que ya sabemos, creo que está teniendo una lucha contra la histeria que quiere dominarla. Le doy mi atención.

—Naomi, no voy a obligarte a nada. Tampoco me quedaré a verte cambiarte o te espiaré en la ducha. Prometo ser un caballero, no haré nada que tú no desees ¿Confías en mí?

—Vine contigo a Río de Janeiro, por supuesto que confío en ti.

—Entonces confía cuando te digo que no haré ningún movimiento que vaya en contra de tu voluntad. Relájate. Es más, mira—tomo mi documento de la el equipaje de mano y se lo extiendo—. Toma mi pasaporte. Si yo hago algo estúpido puedes romperlo, botarlo o lo que quieras y dejarme varado aquí sin ninguna documentación ¿Trato?

Toma mi pasaporte y asiente con la cabeza mordiendo la esquina de su boca. Observa mi pecho y de nuevo intenta abanicarse con la hoja.

—Necesitamos tomar una ducha—enarco mi ceja ante su declaración—. Por separados.

—No esperaba más—me río—. Las damas primero.

Me siento en la enorme cama que causa tantas preocupaciones en Naomi y trato de no sofocarla con mi mirada mientras ella revisa su maleta y saca lo que necesita.

— ¿Iremos a algún lugar que necesite traje de baño? Porque ya te dije que no tengo.

—Entonces iremos a comprar un par después de ducharnos y comer.

—Nada de traje de baños minúsculos.

Todo lo que hago es reír, yo me conformo con ver cualquier trozo de piel que ella se sienta cómoda de mostrar. Aun no obtengo la clave wi-fi así que no hay manera de darle un buen discurso de insulto a Doug todavía.

Escuchar la ducha es una tortura horrible, así que salgo al balcón y observo la hermosa vista del mar. Quizá no deba matar tanto a Doug. Nunca había estado en Brasil y no es decepcionante. Sin embargo no estoy adaptado a este clima, lo disfruto pero me estoy sofocando. Deshago los botones de mi camisa y quiero gritar de alegría cuando mi torso recibe un poco de ventisca.

Si estuviera solo me desnudaría porque estoy sudando de una manera que parece que simplemente me vuelvo líquido. Me termino de sacar la camisa y la hago una bola para limpiar mi cuello y presionarla de mi frente.

Nunca más vuelvo a viajar a algún país con ropa abrigada de Londres puesta, no importa que tan frío esté todo en el avión. Entro por una botella de agua y vuelvo al balcón mientras bebo de ella y observo las olas romper en el mar.

A veces me da miedo el mar, es tan inmenso y lleno de tantos secretos que nunca me será conocido. Lo disfruto, pero lo trato con respeto porque es algo inmenso lleno de tantos complejos e incógnitas.

Paso la botella fría por mi abdomen y cuello. Estoy seguro de que mamá me diría que no puedo hacer contacto con algo así de frío cuando estoy con una temperatura corporal alta, pero mamá no está aquí.

—Jeremy, ya puedes usar el baño.

Me volteo y encuentro a Naomi llevando una maldita falda de jean con una camisa muy ajustada que me deja claro sus curvas. Ella clava la vista en mi pecho hasta mi abdomen e inhala.

¿Qué carajos vamos a hacer con toda esta tensión? Aclaro mi garganta y bebo el resto del agua.

—Prometo ser rápido—digo pasando por su lado y amando el olor a coco que llega a mi nariz.

—Está bien, yo...Te espero.

Volteo y la atrapo con la vista baja, en el área donde finaliza mis caderas, rápidamente voltea el rostro, pero ya sé que estaba viéndome. De nuevo vuelve la vista a mí y creo que espera que yo no esté observándola, le guiño un ojo y cierro la puerta del baño.

Estoy en problemas. Soy un caballero, pero un maldito caballero cachondo en este momento. No sé cómo soportar una semana en una habitación calurosa y con esta morena enloquecedora a mí alrededor. Creo que mi plan de escaparnos está mordiéndome el culo justo ahora.

Muy bien, debo respirar. Yo puedo ser un chico bueno. Yo soy un chico bueno y voy a comportarme. Me señalo en el espejo.

—Mantén tus manos para ti. No la ataques. Se un caballero. Controla tus erecciones.

Algo me dice que este viaje será inolvidable.





Señoras y señoras. Fiver y Stefflovers, bienvenidos a la escapada #1 de Jaomi.

Espero les guste.

Un beso.

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