Ian's POV.
Después del largo día, al fin puedo descansar, o eso creo.
— ¿Alice? ¿Estás en casa? - cierro la puerta y dejo las llaves sobre la mesa.
Nadie responde por lo que no hay nadie.
Suspiro aliviado y voy hacia el salón.
— ¡Joder! - chillo.— Perdón, me he asustado, creí que no había nadie en casa.
Me disculpo, pero al levantar la cabeza y ver la persona que está sentada ahora mismo en mi sofá, un escalofrío corre por mi cuerpo entero.
— Hola, soy Jane Thompson, hermana de Alice. - sonríe, pero en vez de eso, parece una mueca.— ¿No te ha mencionado que venía de vacaciones?
Niego aturdido aún por la repentina aparición de ésta.
— Bienvenida, ¿no está Alice aquí? - miro hacia todos lados.
— Sí, se está duchando. - sonríe de nuevo.
De repente, siento un poco de miedo. Estar solo en casa con dos psicópatas no es genial que digamos.
— Siéntate aquí, tranquilo, no te sientas incómodo. - ríe.— No te voy a comer.
Río incómodamente y hago caso a lo que dice.
Me muerdo las uñas ansioso para que Alice termine y baje. Al menos no está tan chiflada como su hermana, creo.
— ¿Cuántos años tienes? - pregunta rompiendo el hielo.
— Como si no supieras todo de mí. - susurro.
— ¿Qué has dicho? - acerca su cabeza a mí.— Lo siento, no te he oído bien.
— Un año más que Alice. - sonrío forzadamente.
Asiente seguidas veces.
— Entonces tenemos la misma edad. - ríe.
— Supongo que sí. - hago una mueca.— Seguro que nos llevaremos bien.
— Sí, seguro. - me dedica una extraña mirada.
Miro hacia la escalera esperanzado y gracias a Dios, Alice está bajando.
— Oh, hola Ian. - sonríe.— ¿Ya os habéis presentado?
Señala hacia Jane.
— Sí, Alice. - Jane dirige una rápida pero terrorífica - a mi parecer - mirada a Alice haciéndola rodar los ojos.
— ¿Puedes salir un momento? Tenemos una conversación pendiente.
Jane bufa y se levanta del sofá a regañadientes.
Alice's POV.
— ¿No venías pasado mañana? - me cruzo de brazos mirándola fijamente.
— ¿Por qué? ¿Acaso te gusta MI chico ahora? - resalta.
Niego molesta.— Sabes que no es mi tipo, demasiado bueno para mí.
Ella asiente dándome la razón.— ¿Cuándo te irás? Ya quiero empezar a seducirlo, Dios.
Hago una mueca de asco.
— No me mires así, he estado deseando esto diez malditos años. - junta sus manos.
— Suenas muy desesperada, ¿no te das vergüenza? - ruedo los ojos.
— Tú me has ayudado, ni se te ocurra hacer una locura, estás en el mismo saco que yo. - cruza sus brazos.— Dime, ¿te has acostado con él?
— Sí, es un Dios en la cama, Janybú. - miento.— Lo voy a tirar. ¿Quieres reutilizarlo?
Jane me fulmina con la mirada y se acerca rápidamente estrechando mi cuello con sus finos dedos.
Suelto una carcajada y la aparto de mí de una patada.
— Nena, ¿has olvidado que llevo ocho años en judo? - me burlo.
— Agh, me das simplemente asco. Desaparece de esta casa tan pronto como puedas. - se levanta y sacude su vestido de mala manera.
— Ajá. - ruedo los ojos.
Saco el móvil una vez que Jane desaparece y escribo un corto mensaje dirigido a Barbara.
Mi hermana está aquí, ¿cómo va el plan?
- Ali.
Guardo el celular en mi bolsillo y respiro hondo un par de veces antes de volver a entrar.
— ¡Alice! ¡Al fin llegas! - miro apenada a Ian, que se levanta de un salto del sofá.
— Ah, cómo no, Alice Marie. - hace un ademán y sigue mirando la televisión con cara de amargada.
— ¿Qué hace tu hermana aquí? ¿Por qué no me has dicho que venía? - Ian murmura por lo bajo.
— No lo sabía, creí que venía más tarde, lo siento si te ha sorprendido su llegada. - acaricio suavemente su mejilla.
Rápidamente se aparta y agacha la cabeza incómodo.
Jane me dirige una mirada asesina y procede a levantarse del sofá.
— ¿Por qué no vamos a cocinar, querida? - me agarra fuertemente del brazo y me jala hacia la cocina.
— ¿Estás celosa? - pregunto divertida.— Oye, al menos déjame despedirme de mi novio.
— Reacciona Alice, tu parte aquí ha terminado, no te metas donde no te llaman, si estropeas mi plan, estás acabada. - suelta bruscamente.
— Relaja, hermana, me voy a ir pronto de aquí, no tienes que preocuparte de mí. - río.— En cambio, deberías empezar a preocuparte por tí misma.
Aprieta los puños.— ¿Qué quieres decir?
— Nada, cocina lo que quieras, ME LA SUDA. - añado alzando levemente la voz.
— Ojalá te pudiera matar, eres insoportable. - cruza los brazos y pone cara de estreñida.
Saco el dedo del medio y salgo de ahí.
— Ian. - susurro mientras cruzo el salón de puntillas.
— ¿Si? - aparece por las escaleras mientras me mira raro.
Suspiro y lo agarro del brazo.— Tenemos que salir de aquí, ahora mismo.
— ¿Por qué? - pregunta intentando soltarse de mi agarre.
— No preguntes, estoy segura de que Barbara te ha dicho que Jane está pirada, ¿o me equivoco?
— Sí, pero tú estás del lado de Jane, no entiendo qué cojones está pasando ahora mismo. - gruñe zarandeando fuertemente el brazo.
— Cállate quieres, vamos a casa de ella, es más segura que ésta. - abro sigilosamente la puerta y la cierro lo más rápido posible una vez fuera.— Empieza a correr, ¡YA!
Corro rápidamente hacia la casa de al lado y pulso el timbre repetidas veces.
— Pasad, rápido, los guardaespaldas tardarán 10 minutos en llegar. - Barbara abre la puerta.
— Tenemos que hablar, no entiendo qué está pasando. - Ian cruza los brazos.
— Ahora te explico. - cierra la puerta con seguro y activa la alarma.
— Oye, por qué tanta seguridad, ni que Jane nos fuera a matar. - chista.
— Jane tiene en su coche una pistola escondida bajo la alfombrilla, no deberías cuestionarla sin conocerla, créeme es capaz de todo. - relajo los hombros y camino hacia lo que creo que es el salón.
— Tranquilos, no puede entrar aquí, las limpiadoras han cerrado todas las ventanas y puertas de la casa, es casi imposible que entre. - Barbara me adelanta.
— ¿Casi? - Ian pregunta con voz temblorosa.
-
Al finnnnn, mil años más tarde, aquí está el capítulo 5.🌚
Votad y comentad, se viene el bardo jojojo.