Antes de iniciar, quiero decir que las historias serán corregidas y también un poco modificadas, ya que estuve leyendo y además de muchas faltas de ortografía, había cosas que no tenían lógica o coherencia, así como también creo que la redacción puede mejorar, incluso se aumentará texto, acciones y diálogos, por ello las modificaciones. Ojalá que la experiencia sea aún mejor.
También y en vista de que muchas personas no pueden reproducir los videos mientras leen, hice una lista de reproducción en Spotify con música de terror para que puedan ponerla cada vez que lean alguna historia. El link lo voy a colocar en el sitio de mensajes de mi perfil🤭
Y bueno, sin más que decir... Empecemos.
LA CASA NUEVA •||• JINMIN
¿Qué era mejor que el olor de la pintura fresca que inundaba el lugar?
Las paredes recién pintadas rebosaban de brillo, y además la casa en si estaba lista para ser habitada. Todo parecía ser nuevo. El costo había sido bajo pero... No era extraño ¿No? Había casas bonitas muy económicas y las personas que se mudarian ahí se sentían afortunadas de encontrar una de ellas.
Jimin y SeokJin eran una joven pareja que debido a algunas circunstancias tuvieron que alejarse de todo, por ello fue que se mudaron a una nueva casa cerca del bosque. Ahí nadie los conocía, además era una casa muy acogedora, hermosa y sobre todo tranquila.
—¿Te gusta?— preguntó SeokJin mirando el interior con asombro.
—Si, me encanta.
—Me alegra escuchar eso. Creo que tuvimos suerte.
Y tras haber descansado un poco, al atardecer comenzaron a desempacar todas sus pertenencias.
Lo primero que salió a la luz fue una cámara instantánea, pues Jimin era fotógrafo y su pasatiempo favorito era tomar fotos a su pareja, además de tomar algunas otras de los dos juntos, por lo que tenían demasiadas.
—Sonrie.
SeokJin volteó a verlo e inmediatamente una sonrisa apareció en sus labios antes de ver el flash y escuchar el ruido de la cámara, misma que ya había arrojado la primer fotografía en la nueva casa.
—¿Por qué me tomas fotos así? Siempre salgo terrible, al menos deberías avisarme.
—No, porque las fotos que te tomo te muestran tal como eres. Y siempre sales bien, así que no te quejes.
SeokJin dejó escapar una ligera risa y negó con la cabeza.
—Bueno, mientras se aclara ayudame a acomodar esos cuadros ¿Si?
Jimin no renegó, simplemente dejó la cámara y la fotografía sobre una mesita para poder ayudarle a su novio, y de esa manera, colgó todos los cuadros que pudo en la pared, además de poner algunas fotografías más pequeñas sobre los muebles.
—¿Cuándo entrarás a tu nuevo empleo?— preguntó Jimin terminando su labor.
—Mañana mismo, ¿Tú no tienes trabajo por ahora?
—No, pero la siguiente semana tengo una sesión... Una boda.
—Oh.
En ese momento todo quedó en silencio. Una boda. La simple palabra ya era en si un poco incómoda de escuchar para ellos, pues era algo que probablemente nunca harían.
Su relación simplemente era mal vista y era la principal razón de su nuevo cambio.
—Bueno, creo que será mejor ir a preparar la cena.
—Si, ya estoy muriendo de hambre— le siguió Jimin tomando nuevamente la fotografía que había tomado— Huh.
—¿Qué pasa?
—Que raro... La foto salió mal.
—¿Qué? ¿A qué te refieres?
El chico más alto de cabello castaño se acercó y ladeó la cabeza sorprendido al ver que efectivamente la foto estaba mal, pues aparecía una macha negra en el centro que la arruinaba por completo.
—Tal vez estaba sucia.
—No lo creo— respondió revisándola.
Pero después de un rato simplemente dejó de darle importancia. Su cabeza no estaba como para pensar demasiado en un error fotográfico, lo único que quería era comer algo y después irse a dormir.
La cena había sido bastante agradable, ambos conversando con tranquilidad y armonía, hasta que la noche llegó. En ese momento se escuchaba el canto de los grillos a la perfección, y la luz de la luna alumbraba hermosamente.
La pareja de había ido a la cama, el primer día en su nueva casa había sido simplemente agotador, estaban tan cansados que creyeron no despertar a la tarde del día siguiente; sin embargo, a las tres de la mañana un fuerte golpe despertó a Jimin exaltado.
El joven de cabellos negros se sentó sobre la cama rápidamente y miró para todos lados, pero no vio nada fuera de lugar, por lo que aún con el corazón latiendo a prisa, se volvió a recostar creyendo que tal vez había sido solo parte de sus sueños... Pero entonces escuchó de nuevo un sonido a los pocos minutos, un sonido que venía de la planta baja.
—Jin— susurró con el sudor en la frente tratando de despertar a su novio, pero este no se movía, así que tomó una bocanada de aire y se levantó. Con cautela comenzó a caminar despacio hacia la puerta de la habitación, se asomó pero no vio movimiento.
Una vez más miró a su pareja quién estaba perdidamente dormido, así que finalmente se armó de valor y salió lentamente hacia las escaleras.
Fue sigiloso, el ambiente se sentía pesado y no supo cuándo fue que empezó a sudar tanto, todo estaba obscuro y únicamente podía escuchar el sonido de su respiración. Tragó saliva con dificultad al llegar a la sala, donde lo único qu se veía eran unos cuantos muebles aún desacomodados. No había nada al parecer.
De pronto un frío terrible se apoderó de su cuerpo, y segundos después sintió como si alguien le hubiera sujetado el hombro.
En ese momento sus ojos se abrieron con terror y en un rápido movimiento se giró y encendió la luz.
Al instante, SeokJin despertó tras escuchar el estruendoso grito de su novio, por lo que ni siquiera lo pensó, simplemente se levantó y bajó corriendo las escaleras solo para encontrarse con algo escalofriante que lo hizo detenerse abruptamente:
Las fotografías de la pared estaban de cabeza, y no se explicaban cómo era eso posible. Las fotos donde aparecía él estaban rasgadas del rostro, y en las que salían juntos estaban rotas por la mitad, como si estuvieran de alguna manera separándolos. Pero lo más extraño era que el cristal que cubría las fotografías estaba intacto.
—Llamaré a la policía— murmuró SeokJin subiendo por su celular rápidamente.
Al poco rato una patrulla los encontró fuera de la casa tapados con cobijas.
—¿Les robaron algo de valor?
—No lo sé... No revisamos la casa.
—Hmm, ¿Y usted cree que un ladrón entraría solo para destrozar sus fotografías?— preguntó el oficial mirándolos de vez en cuando con un poco de desagrado, algo que por supuesto notaron.
—¿Y cómo vamos a saber lo que quería?— habló esta vez Jimin subiendo un poco el tono de voz.
Pero no hubo respuestas, pues los oficiales que acudieron les dijeron que la puerta no había sido forzada y que tampoco había ventanas rotas, por lo que el intruso ya estaba dentro desde antes o encontró una entrada fuera de vista, sin embargo lo segundo no pudieron hallarlo.
—Cualquier cosa, llámenos de nuevo.
—Si, claro— bramó SeokJin casi cerrando la puerta en su cara.
Después de todo ya esperaban algo así. Era el mismo problema desde siempre.
—¿Podemos cerrar la puerta de la habitación con llave?— preguntó Jimin aterrado de que alguien supiera de su relación y quisiera hacerles algo... Algo muy cruel.
—No te preocupes. No dejaré que nada te suceda ¿De acuerdo?
El pelo negro asintió con la cabeza, y aún cuando se acostaron abrazados, esa noche ninguno de los dos pudo dormir tranquilo.
Y al llegar la mañana, SeokJin se alistó para ir al trabajo, aunque un poco indeciso por la expresión en el rostro de su novio.
—¿Estás seguro que puedes quedarte solo?— preguntó por última ocasión.
—Si, no te preocupes— sonrió nervioso—. Estoy bien, lo de anoche seguramente tiene una buena explicación.
El castaño sonrió de lado, aunque en su rostro no se apartaba aquella expresión de angustia—Si, tienes razón... verás que no pasará nada, todo eso fue solo una mala broma de alguna persona que no tenía nada mejor que hacer... Todo estará bien.
Jimin asintió intranquilo queriendo creer en esas palabras, y finalmente luego de una corta despedida, sintió un beso en la frente por parte de su novio, quien se fue dejándolo parado en medio de corredor frotándose las manos con nerviosismo.
—Cálmate— trató de calmarse y comenzó a reacomodar todas las fotografías, o al menos las que se pudieron, ya que la mayoría quedaron inservibles.
Chasqueo la lengua.
—Mierda ésta era mi favorita.
Con algo de molestia tiró los pedazos en una bolsa negra y luego salió a depositarla al contenedor de basura, aunque durante todo ese tiempo, por alguna razón sintió incomodidad y la sensación de ser observado, por lo que no demoró demasiado e inmediatamente volvió a entrar.
Cuando al fin terminó, miró sus manos llenas de polvo soltando un bufido. Después de eso se daría una larga ducha... Sin embargo, al levantar la mirada, un escalofrío le recorrió el cuerpo. Escuchó el palpitar de su corazón y el sudor frío le mandó una sensación aterradora.
Las fotografías de nuevo estaban de cabeza, y esta vez era él quien tenía la cara rasgada.
~Jimin~
Escuchó en un susurro su nombre al mismo tiempo que sentía de nuevo una mano sobre su hombro.
Sin pensarlo salió corriendo de la casa a toda prisa, ni siquiera volteó, ni siquiera supo cómo, pero cuando se dió cuenta ya estaba a varios metros de ella, y ahí permaneció sentado en un troncó cortado hasta que SeokJin volvió.
—Jimin... ¿Qué haces aquí?— preguntó el castaño extrañado. Y no lo iba a negar, se asustó un poco al ver el pálido rostro de su novio.
—J-Jin...
Jimin le contó todo lo sucedido, por lo que una vez estuvo enterado, entraron con cautela a la casa, pero más fue su sorpresa al ver que los cuadros estaban acomodados y las fotografías sin rasguños. Estaban intactas, incluso el cristal brillaba reluciente.
SeokJin miró a Jimin de reojo y levantó una ceja.
—Jimin...
—¿Q-Qué fue lo que...? ¡Te juro por mi vida que si lo vi!— sus ojos se cristalizaron y confuso quedó mirando fijamente las fotografías— N-No entiendo.
Y el resto de la semana las cosas estuvieron tranquilas, por lo que decidieron olvidarse de aquello, o al menos SeokJin lo intentó.
—Buenas noches— susurró SeokJin metiéndose entre las cobijas.
—Hasta mañana— se despidió igualmente Jimin mirando lentamente cada rincón de la habitación. Él aún sentía como si algo lo estuviera observando.
—Ven.
SeokJin le extendió sus brazos y el peli negro se acurrucó a su lado cerrando los ojos tranquilamente por primera vez desde que llegaron.
Pero en la madrugada comenzó a sentir mucho frío. Temblando se despertó y notó que estaba helando, incluso salía vaho de su boca. Y a pesar de que todo estaba en silencio y el ambiente era pacífico, él se sentía intranquilo.
Se acomodó las cobijas y de pronto sintió una mano helada acariciar lentamente su cabello.
—Mi amor, estás muy frío— mencionó apretando la mano de su novio aún sin voltear a mirarlo.
—Shhh— le respondió levemente—, duerme.
Siguió acariciando su cabello con lentitud. Un toque tan suave que el peli negro comenzó a dormirse de nuevo, hasta que escuchó el agua del baño correr junto con algunas pisadas. Sus ojos se abrieron de par en par y en automático se levantó de un brinco para caminar rápidamente hacia la salida de la recámara sin mirar atrás.
Se asomó y vio la luz del baño encendida. Caminó hacia allá y de pronto se topó con SeokJin. El peli negro pegó un fuerte grito pero se calmó al verlo.
—¿Qué pasa amor?— preguntó al ver que Jimin había comenzado a temblar y se palidecía.
— Es que... allá... No... No...
Si tú estás aquí... ¿Quién me acariciaba el cabello?
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Bueno espero que les haya gustado, sé que no es la mejor historia de terror, realmente no soy muy buena en esto pero le puse muchas ganas para mejorarlo jeje.
Espero les haya gustado esta primera parte.